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Extra 2

Max

Miro el techo de mi cuarto sin saber qué hacer. Hace dos días hablé con el señor Williams, el padre de Nyx, y aunque él no lo sabe, me dijo algo que me dejó pensando. ¿Cómo podría siquiera ser merecedor de estar con Nyx, si ni siquiera tengo expectativas en la vida?

Sí, soy el jugador estrella en mi escuela, pero, ¿siquiera me gusta el fútbol? La respuesta es no. Empecé en el equipo con el objetivo de ganar la atención de mi pequeña hada y de nada me sirvió.

Me levanto de la cama y me dirijo al espejo de mi habitación. Miro mi reflejo, tratando de encontrar alguna señal que me indique lo que debo hacer. Mis pensamientos son un torbellino de dudas e inseguridades, pero hay algo que empieza a tomar forma en mi mente. La idea del ejército surge como un rayo en la oscuridad. No estoy seguro de si es la decisión correcta, pero parece ser una forma de darle dirección a mi vida.

Mientras sigo perdido en mis pensamientos, la puerta de mi habitación se abre de golpe y mi hermana gemela, Peige, entra con una sonrisa traviesa en el rostro.

—¿Qué haces, Maximiliano? —pregunta mientras se lanza sobre mi cama.

Frunzo el ceño y le tiro una almohada a la cabeza.

—¡No me llames así, pequeña bruja! Sabes que odio ese nombre de viejo.

Peige esquiva la almohada y se ríe.

—Lo siento, pero es que me encanta verte enfadado. ¿Otra crisis existencial?

—Algo así, Peige. Estoy tratando de tomar una decisión importante.

Ella arquea una ceja y se burla un poco.

—¿Otra vez dándole vueltas al sentido de la vida? ¿No puedes simplemente relajarte y disfrutar de ser joven?

Sonrío, apreciando la ligereza que mi hermana trae a la conversación. A veces, Peige parece tener todas las respuestas, o al menos, la capacidad de hacer que los problemas parezcan menos abrumadores.

—No es tan simple, Peige. Estoy pensando en hacer algo que podría cambiar mi vida.

Peige deja de sonreír y su expresión se vuelve más seria.

—¿Qué es lo que estás pensando? —pregunta con un tono de preocupación.

Tomo una respiración profunda y finalmente suelto lo que ha estado rondando mi mente.

—Quiero entrar al ejército.

Un silencio incómodo se instala en la habitación. Peige me mira fijamente, tratando de entender si hablo en serio. Después de unos segundos, rompe el silencio.

—¿Estás loco? ¿Por qué querrías hacer eso?

Me encojo de hombros.

—No lo sé, Peige. Tal vez sea porque necesito encontrar un propósito, algo que me desafíe y me haga sentir que estoy haciendo algo con mi vida. No puedo seguir jugando al fútbol solo porque pensé que impresionaría a Nyx. Necesito hacer algo por mí mismo.

Peige suspira y luego me abraza.

—Sabes que te apoyo en lo que decidas, Max. Solo quiero que estés seguro de que esto es lo que realmente quieres.

La abrazo de vuelta, sintiéndome reconfortado por el apoyo de mi hermana.

—Gracias, Peige. Eres la mejor.

Ella sonríe y se levanta de la cama.

—Bueno, si vas a tomar una decisión tan grande, más vale que hables con mamá y papá. No creo que les guste mucho la idea, pero ya eres mayor de edad. Solo recuerda que te quiero y que siempre estaré aquí para ti.

—Una cosa más, pequeña bruja. Tienes que jurar que no se lo dirás a Nyx.

Peige se lleva una mano al corazón y levanta la otra.

—Lo juro, Maximiliano.

Le lanzo otra almohada, pero ella la esquiva de nuevo y se ríe mientras sale de la habitación. Me siento un poco más seguro de mi decisión, aunque sé que no será fácil.

Esa misma noche, después de la cena, decido hablar con mis padres. Los encuentro en la sala, viendo televisión. Me aclaro la garganta y ambos se vuelven para mirarme.

—Mamá, papá, necesito hablar con ustedes sobre algo importante.

Mi madre, con una expresión de preocupación, apaga la televisión.

—¿Qué pasa, hijo? —pregunta mi padre.

Tomo una respiración profunda y les explico mi decisión. Les hablo de cómo me siento perdido y de cómo el ejército parece ser una forma de encontrar mi propósito.

Al principio, hay un silencio pesado. Mi madre es la primera en reaccionar, con lágrimas en los ojos.

—Max, no quiero perderte. El ejército es peligroso. ¿Estás seguro de que esto es lo que quieres?

Asiento, tratando de mantener la calma.

—Sí, mamá. Sé que es peligroso, pero siento que necesito hacerlo. Necesito encontrar algo que me haga sentir vivo y útil. No puedo seguir así, sin saber qué hacer con mi vida.

Mi madre sigue llorando.

—¿Y qué pasa con Nyx?

Suspiro y miro a mis padres.

—Nyx tiene un contrato con una discográfica. Sé que va a triunfar. Pronto se irá de Richmond para seguir su sueño, mientras yo no tengo uno propio. Necesito encontrar el mío.

Mi padre, que ha estado escuchando en silencio, finalmente habla.

—Si esto es lo que realmente quieres, te apoyaremos. Pero quiero que sepas en lo que te estás metiendo. Es una decisión grande y no debe tomarse a la ligera.

Asiento de nuevo, agradecido por el apoyo de mis padres.

—Lo sé, papá. He pensado mucho en esto y estoy seguro.

Mi madre, aunque todavía llorando, se levanta y me abraza.

—Solo quiero que seas feliz, Max. Si esto es lo que necesitas, entonces te apoyaremos.

A la mañana siguiente, mi padre me ayuda a llenar la solicitud para el ejército. Mientras lo hacemos, me siento más seguro de mi decisión. Sé que no será fácil, pero con el apoyo de mi familia, estoy listo para enfrentar lo que venga.

Cuando terminamos, un pensamiento cruza mi mente. Solo me falta hacer una cosa antes de marcharme.

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   Varias semanas pasaron luego de que mandara la solicitud. Hice los exámenes físicos, médicos y ayer me llegó una carta, me aceptaron y mañana tengo que incorporarme. Sin embargo, aún no estoy listo.

  No sé qué pasará de ahora en adelante, no sé si dentro de cinco años seguiré vivo o no, solo sé que no quiero desperdiciar el último día que me queda cerca de ella.

  Apenas llego a la escuela busco su casillero, dobló lo más delgada posible la nota que le escribí anoche y la logro colar por las rendijas.

  Hace un tiempo le había pedido a Ayla, la prima de Nyx que me ayudara, pero si vida había dado un cambio tan brusco aquel día que no volví a pedir su ayuda.

  Cómo cada día esperé a las chicas fuera de la escuela, ansioso por acompañar a Nyx a sus clases y estar todo el tiempo que pudiera estar con ella.

   Al final de la tarde mis nervios eran imposibles de controlar. Pasé por casa y dejé mis cosas, me bañé, ya que había salido corriendo de mi último día en la escuela, y salgo rumbo a la casa abandonada.

La tarde cae lentamente, arrojando sombras alargadas sobre el terreno. El sol se desliza hacia el horizonte, pintando el cielo con tonos de naranja y púrpura. De pie junto al viejo sauce, esperando con una mezcla de esperanza y desesperación miro fijamente el agua cristalina, sudando si hice lo correcto al dejar la nota en su casillero y no habérsela dado a ella personalmente.

Han pasado horas y sigo vigilando cada rincón de la casa abandonada, pendiente de cada movimiento, cada sonido.

La oscuridad empieza a envolver el lugar, y con ella, la incertidumbre. Justo cuando estoy a punto de darme por vencido, pensando que Nyx no aparecerá, la veo. Ella camina entre los escombros, sus pasos resonando suavemente en la quietud del anochecer, linterna en mano. Me quedo inmóvil, observándola sin que ella pueda verme. La imagen de su rostro se graba en mi memoria: los delicados pliegues que se forman en su nariz cuando se enfada, la intensidad de su mirada, esos ojos azules que me recuerdan a las cálidas aguas del mar tras aquellas vacaciones en familia, su cabello, recogido en un moño sobre su cabeza, con varios mechones rebeldes de color azul, escapándose de la liga con la que estaban sujetos.

Nyx se detiene y, frustrada, grita a la nada.

—¡Aquí estoy pequeño infeliz! Sal seas quien seas! —Mira a su alrededor, con el celo fruncido, esperando a que alguien haga su aparición, pero no me muevo, la observo por un poco más de tiempo —¡Sabía que no vendrías! ¡Eres igual que todos los demás, un cobarde!

Su voz resuena en el aire, llena de rabia. No puedo evitar sonreír al verla tan enojada, mi corazón latiendo más rápido con cada segundo que pasa.

Finalmente, decido actuar. Me separo del árbol, avanzando con pasos decididos pero silenciosos. La tomo por sorpresa, y antes de que pueda reaccionar, la beso. Es un beso torpe, descoordinado, el primero, estoy seguro. Nuestros labios se encuentran con una mezcla de nerviosismo y emoción, un toque suave y tembloroso que, sin embargo, contiene toda la intensidad de mis sentimientos. El mundo parece detenerse en este momento, las sombras y las preocupaciones desvaneciéndose mientras el beso se prolonga, convirtiéndose en una promesa silenciosa.

  Acarició su suave rostro, grabándome la sensación, su olor a fresas, el sabor a chocolate de su boca.

Cuando me separo, me alejo lentamente, sin dejar de mirarla. Nyx abre los ojos, confundida, una mezcla de sorpresa y algo más reflejándose en su mirada. De pronto, sale corriendo, sus pasos resonando en la oscuridad mientras desaparece en la distancia. Me quedo ahí, viéndola alejarse, con una mezcla de tristeza y esperanza en mi corazón. Me prometo en silencio que algún día me casaré con ella en este lugar, que nuestros hijos jugarán en este patio que ha sido testigo del inicio de nuestra historia.

  No sé cómo lo haré, pero Nyx Williams terminará siendo mi esposa, la madre de nuestros hijos y está casa abandonada, algún día será el hogar que construiré para nuestra familia.

   ════ ⋆🎤⋆ ════

12 años después

  Miro a Nyx mientras ata los cordones de Kaan para que esté no caiga al suelo y sé dé algún golpe. Mi hija menor, Sienna corre hacia su hermano y mi esposa termina en el suelo cuando la pequeña de dos años tropieza con ella. No puedo evitar que mis labios se curven en una sonrisa al ver a mi familia. Lo más importante que tengo en la vida.

  Nyx se levanta del suelo, terminar de arreglar los cordones de nuestro hijo y luego él y su hermana juegan en el patio de nuestra casa a perseguir a Maxi, quien está encantado por la atención que le dan los niños.

  Mi esposa me ven, sentado bajo el sauce y con una sonrisa se acerca a mí. Se sentía entre mis piernas y luego como lo estaba haciendo yo antes, su mirada sigue a las tres pequeñas personitas que corren entre carcajadas.

   —¿En qué piensas? —pregunta.

  —En lo increíblemente feliz que soy de haber podido cumplir mi promesa —respondo, besando su cabello de colores.

  —¿Qué promesa? —indaga, volteándose entre mis brazos para ver mi rostro.

  —Hace varios años, después de haber besado a una chica con el cabello azul en este mismo lugar —dije, dedicándole una sonrisa que ella imitó —, me prometí que me casaría con ella, que compraría aquella casa y que la convertiría en un hogar en el que nuestros hijos fueran felices. No sabía si el próximo año seguiría vivo, pero lo que si sabía era que te amaba tanto siendo apenas un adolescente, que lucharía por qué aquella promesa se cumpliera.

  Si sonrisa se amplió, acercó su boca a la mía, luego de rozar nuestros labios en un beso fugaz, me miró a los ojos y pronunció las palabras que nunca me cansaría de oír.

   —Te amo.

   —Eres el centro de mi universo Nyx —respondí yo, en cambio —, mi alma gemela. Un te amo ni siquiera es suficiente para expresar todo lo que siento por ti. Me haces feliz cada día con solo respirar. Cada vez que veo a nuestros hijos y veo tus ojos en Sienna, esa manera que tienes de siempre hacer sonreír a Kaan. No sé si te das cuenta de lo maravillosa que eres, pero sí sé que pasaré mi vida entera demostrándotelo.




Hasta aquí el extra de este año bellezas, espero les haya gustado. Recuerden dejar su estrellita y sus comentarios.

  Este capítulo está dedicado a todos ustedes, que le dieron la oportunidad a Indeleble, a todas aquella personitas que dejaron todos esos lindos comentarios que cada vez que leo me dan impulso a seguir escribiendo.

  Una y mil veces gracias.

  Es probable que este sea el último extra, al menos por el momento pienso que sea así.

  Sinceramente me cuesta trabajo separarme de los personajes de esta historia, amo a Nyx y a Max.

  En fin, si quieren estar al día con los anuncios sobre esta y más de mis historias síganme en mi canal de WhatsApp, ahí subo todos los cambios y actualizaciones a las historias que estoy escribiendo y las que en un futuro escribiré.
 

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