𝖁𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖈𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔
Penúltimo capítulo
El clima se había colocado en contra de los planes de ambos. La lluvia torrencial caía con fuerza en la ciudad, Alora miraba al exterior con su frente apoyada de la ventana de la sala, se sentía de mal humor al tener que pasar ese último día en Seúl encerrada. JungKook sonrió ladinamente viéndola desde el sofá.
—¿Estás contando las gotas de lluvia?
—¿Por qué tuvo que comenzar el día de esta manera?
—Está bien, podemos hacer algo más...
—Ni siquiera YoonGi vino.
—Eso es porque supone que saldríamos luego del mensaje que le envié—por un momento al intentar levantarse se sintió mareado. Alora lo notó al voltear a verlo, quizás...¿Que se cancelaran los planes no fue tan mala idea?
—¿Te sientes bien?—preguntó acercándose a él.
—Sí, son mareos, solamente. ¿Has hablado con tus padres?
—No, desde ayer—se sentó a su lado—Debemos estar en el aeropuerto por la mañana.
—¿No extrañarás a nadie en Nueva York?
—Nunca hice amistades reales allá—contó—Eso es cosa de Jennie, siempre ha sido muy popular, bonita y encantadora.
—No te subestimes. Eres más humana que tu propia hermana—señaló—¿Qué me dices de tus clases de ballet?
—¿Qué pasa con eso?
—Mencionaste que no te gusta. ¿Eras mala en ello?
—No. Gané algunas competencias, considero que no soy mala, pero no es lo que me llena—tomó el cojín abrazándolo—Quiero enfocarme en la prueba de admisión que pienso hacer cuando viva aquí, estoy considerando que carrera estudiar.
—Eso es bueno. Quieres avanzar, es lo importante—asintió.
—En el diario de halmeoni, al menos lo que pude leer, ella quería ser maestra, decía ser buena en matemáticas.
JungKook lo recordaba.
—Me sorprendía la habilidad que tenía para calcular rápidamente, ni siquiera yo puedo hacerlo.
Alora sonrió divertida.
—La humana supera al vampiro—bromeó—Mi tío MinJae es como ella, pero mamá siempre ha tenido dificultad para entenderlas—Alora subió sus piernas al mueble—¿Y tú?, ¿Qué me dices de tu hermana?, ¿Era buena en esas cosas?
—No recuerdo nada, ¿Lo olvidas?
—Cierto, lo siento.
—En nuestros tiempos, que una mujer estudiara era un escándalo—lo escuchó con atención—Es un poco triste saber que no todos tienen la libertad de hacer lo que quieren.
—¿Qué te hubiera gustado estudiar, JungKook?
—No lo sé—se cruzó de brazos inclinándose hacia atrás—Nunca lo pensé en realidad, borré esas ideas de mi cabeza cuando me convertí en vampiro.
—Hubiera sido agradable ir contigo a la universidad—JungKook sonrió ladinamente—No estaría tan nerviosa el primer día de clases.
—No necesitas de nadie para tener seguridad y sentirte capaz de todo, Alora. No tengas miedo de hacer algo.
—Lo he escuchado de papá.
—Y tiene razón—la miró—El mundo es cruel, sí, pero tiene momentos que debes vivir, experiencias que debes tener, decisiones que sólo tú tomarás.
Hubiera sido un agradable momento de no ser porque un hilo rojo se deslizó de la nariz del vampiro. Alora borró su sonrisa al ver que sangraba, sin pensarlo acercó sus manos cubriendo un poco su nariz con la manga de su suéter, JungKook inclinó la cabeza hacia atrás no por mucho tiempo.
—¿JungKook?—sus ojos se cerraron producto del desmayo—Mierda.
Las voces fueron haciéndose más claras con los segundos, su cabeza dolía aturdiéndolo un poco, a eso se le añadía el nuevo dolor que sentía en sus extremidades, parecía que sus huesos gritaban con el mínimo movimiento. JungKook abrió sus ojos con lentitud distinguiendo la persona a su lado.
—Hyung—su voz fue un poco ronca—Alora...
—Le dije que comiera algo, está abajo en la cocina con YooRim.
—¿YooRim?
—Vinimos de prisa cuando nos llamó preocupada porque no despertabas y seguías sangrando—se sentó a su lado en la cama.
JungKook miró a la ventana, ya no estaba lloviendo, pero la noche había caído. Intentó incorporarse sin mucho éxito, su cuerpo no le estaba ayudando.
—No pudimos hacer nada con este clima.
—Me imaginé.
—Sólo hice que se preocupara más.
—Ella no te odia por haberte desmayado.
—Hyung, ¿Puedo preguntarte algo?—habló en voz baja y un poco ronca—¿Crees que pueda aguantar para Alora?
—No lo sé—respondió con sinceridad—Pero eso no vas a decírselo.
Y tampoco pensaba hacerlo, decirle algo así sería interrumpir su ida. Haría lo que pudiera para darle tiempo, esperarla a su regreso, sólo esperaba que su cuerpo lo soportara, por como iban las cosas, YoonGi tenía razón.
—¿JungKook?—susurró una voz. La escuchaba lejana—¿Puedes escucharme?—era Alora. Reconocía esa voz. Como pudo entreabrió sus ojos encontrando a la joven acariciando su mano, ella sonrió apenas más preocupada que antes. JungKook había estado mal el día de ayer, el clima esa mañana no era el mejor, sus padres se reunirían con ella en el aeropuerto al igual que Jennie. Era hora de irse y temía que fuera la última vez—¿Cómo te sientes?
—Apenas puedo moverme—respondió en voz baja—¿Estás bien?
—Eso debería preguntarte. Tengo muchas cosas en la cabeza, mis padres me esperarán en el aeropuerto—con una sonrisa triste ladeó su cabeza—Tengo que irme.
—Te esperaré, no te preocupes.
—Le escribiré a YoonGi o YooRim para saber de ti, prometo no tardar.
—No te preocupes por mí, haz lo que debas hacer, ¿Sí?
Alora no estaba convencida. Abrazó al vampiro con cuidado sintiendo sus brazos rodearla, JungKook reprimió un quejido para no preocuparla más, en su lugar, dio suaves palmaditas a su espalda.
—Espérame.
—Lo haré.
Alora interrumpió el abrazo incorporándose. Se acercó al marco de la puerta donde los gemelos Min esperaban, fue con ellos a la puerta principal, su equipaje estaba allí. Colocó su bolso en su espalda abriendo la puerta luego, de nuevo estaba lloviendo.
—Estaremos con él—volteó a ver a YoonGi—No estará solo.
—¿Quieres que te ayude a llevar tu equipaje?—propuso YooRim.
—Gracias—ambas se acercaron al taxi que esperaba. Las maletas fueron guardadas en la parte de atrás del vehículo, Alora subió atrás teniendo un mal presentimiento—Cualquier cosa no duden en avisarme, no tardaré.
—No creo que tenga ganas de morir sin ti—intentó bromear—Buen viaje, Alora.
Las ruedas se pusieron en marcha, Alora miró como la vampiro se hacía más pequeña a medida que el auto se alejaba. Inhaló profundo revisando en su bolsillo, escribió un mensaje a su padre avisándole que estaba rumbo al aeropuerto, la lluvia pareció volverse más agresiva afuera ocasionando una cortina de agua en las ventanas, el hombre que conducía activó los parabrisas para que apartaran el agua, Alora llevó su mano a su cuello por costumbre recordando que ya no tenía el collar de su abuela.
"Mi corazón está latiendo muy fuerte"
¿Acaso estaba olvidando algo?, ¿Por qué se sentía inquieta?, bueno, quizás por el hecho de saber que JungKook no estaba bien. ¿Y si al regresar ya no estaba?, negó con la cabeza obligándose a apartar esa idea. Inclinó su cabeza hacia atrás pensando en lo primero que haría al llegar a Nueva York, debía recoger todas sus cosas, toda su ropa, quizás dejaría algunas allá, por ejemplo los trajes de ballet que usó a lo largo del tiempo, podía dejárselos a su madre, la hacían sentir más feliz que a ella misma.
La relación con Jennie estaba hecha pedazos desde que rompió el diario con sus manos, Alora le guardaba cierto rencor todavía, sus padres la aceptaron de nuevo en el hotel cuando fueron conscientes que la menor de la familia no quería tenerla bajo el mismo techo, sabía que sería un poco difícil que Jennie aceptara haber hecho mal.
Era complicado aceptar sus propios errores.
El teléfono de Alora cayó a sus pies al resbalarse de sus piernas. En cuanto se inclinó para recogerlo, el impacto junto a ella arrastró el auto varios metros. Un camión había perdido el control en el pavimento mojado llevándose por el medio el taxi que esperaba el cambio del semáforo, el impacto fue tan fuerte que acabó volteando el taxi, las personas horrorizadas veían aquel trágico accidente. La lluvia siguió cayendo, adentro, el conductor estaba inconsciente mientras que atrás el celular de Alora sonaba con una llamada entrante mientras la pantalla estaba rota.
La castaña no podía moverse, su cuerpo se encontraba en una posición extraña, la sangre en su rostro y cuerpo lo hacían ver mucho peor. Algunas personas se acercaron para ayudar o actuar, la vista de Alora fue perdiendo nitidez hasta volverse oscura, sus ojos permanecían abiertos...
Pero el brillo en ellos se había esfumado por completo.
Dos capítulos más y terminamos.
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