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𝕯𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊

Canción del capítulo: Selena Gomez - Hope For Love.

•••

El almuerzo había sido un desastre por completo. Su tío estaría el mismo tiempo que ellos en la ciudad sólo por si Alora cambiaba de opinión, la familia Kim vio al matrimonio alejarse en un auto alquilado. La castaña aclaró su garganta atreviéndose a hablar:

—Gracias—JiAe miró a su hija—Por...haberme defendido.

—Me dijiste que te diera una oportunidad, ¿No?

—La verdad es que el tío se pasó esta vez—Jennie se cruzó de brazos—¿Vino para pedirte el dinero para su cirugía?—bufó—Tiene mucho descaro.

—¿Por qué no vamos por un helado?—propuso su padre.

—Ustedes vayan.

—Alora—se quejó Jennie.

—Quiero caminar un rato. Les escribo luego.

Estar sola la llevaba a pensar muchas cosas, pero esta vez se encontraba pensando en su futuro en ese país. Cuando volviera con sus cosas de Nueva York, ¿Qué haría primero?, con el dinero de su abuela podía abrir un pequeño negocio, si lo hacía entonces no tendría suficiente dinero para sustentarlo. Un negocio implicaba muchos gastos, el dinero de Enora podía permitirle estar bien un tiempo, máximo unos meses, ¿Debería comenzar a estudiar las opciones de la universidad?, en Nueva York no tenía amigos que le importara dejar, en las clases de ballet sus compañeras eran jóvenes de clase alta con un concepto muy erróneo de la vida, Alora las escuchaba muchas veces hablar sobre marcas, autos, ropa, maquillaje, hombres, citas, temas que a ella en sí no le interesaba saber.

Siempre se mantenía lejos, nunca encajó en ningún lugar, incluso en la escuela ocurrió lo mismo. ¿El mundo estaba en su contra o ella pensaba distinto a lo que la sociedad consideraba normal?, ahora que leía el diario de su abuela sabía porque la anciana siempre la entendió y comprendió más. Ambas marcaban la diferencia en sus familias.

Alora llegó a un parque donde parecía haber una feria, pequeñas tiendas con accesorios, juegos o ropa se encontraban abiertas mientras las personas curiosas se acercaban. A su lado se detuvo alguien, miró a la persona unos breves segundos y luego apartó la vista, su cerebro reaccionó tarde, sus cejas se levantaron al mirarlo de nuevo.

—¿JungKook?

—A tu abuela le gustaban mucho estas ferias—ocultó sus manos detrás de su espalda. La suave brisa movía con delicadeza algunos mechones de su cabello oscuro—Yo las detesto, es mucha gente para mi gusto.

—¿Cómo supiste que estaría aquí?

—Te lo dije hace tres días. Tienes un olor muy particular.

—¿Me encontraste por mi olor?

—Sí—la miró—¿Estás bien?

Un vampiro se preocupaba por ella. Digno de una película o un libro para adolescentes, por un momento se preguntó, ¿Cómo sería verlo su faceta salvaje?, después de todo, los vampiros necesitan sangre, ¿A cuántas personas habrá asesinado en todos esos años?

—Mi tío está en la ciudad con su esposa, tuvimos un almuerzo en familia, como los demás, sólo quiere el dinero de la abuela—miró un grupo de niños que veía la tienda llena de peluches.

—MinJae, ¿No?

—¿Lo conociste también?

—Tu abuela siempre tenía discusiones con él cuando era adolescente, desde niño debía tener lo mejor, incluso tu abuelo le reprochaba esas actitudes de arrogancia.

—No ha cambiado mucho, la verdad—se cruzó de brazos—He estado leyendo el diario.

—He dejado que sigas con la lectura estos días. ¿Cómo vas?, ¿Más preguntas?

—Estoy en la parte donde mi abuela se arrepiente de haberse convertido en madre—JungKook notó su semblante ir cambiando a uno triste, sus ojos se volvieron brillantes por las lágrimas contenidas, incluso pudo escuchar su corazón acelerarse—Me está costando seguir leyéndola, la abuela amó a su familia, pero comenzó a odiarse por estar condenada a hacer cosas que no quería. Arruinamos su vida, JungKook.

—No has arruinado nada, Alora.

—Cuanto más leo siento que menos la conocía, nunca podría hacer lo que ella hizo.

—No llores.

—¿Y qué si quiero llorar?—restregó sus ojos con su mano—Pienso en ella y la extraño, pienso en lo que está pasando con la familia y me decepciona saber que hizo todos esos sacrificios por nada. Darlo todo por la familia no siempre es bueno.

La única familia que recordaba era a su hermana. JungKook no tenía recuerdos de sus padres, sabía que habían estado en su vida, pero su hermana siempre dejó más huella que ellos, Alora en un instante se encontró sola, miró alrededor sin encontrar al vampiro, creyendo que JungKook se había ido comenzó a caminar apartando las lágrimas silenciosas. Con poco interés miró las tiendas moviéndose entre las personas, JungKook apareció de nuevo tomando su brazo, tenía una pequeña bolsa esta vez en su otra mano.

—¿A dónde vas?

—No tengo ganas de estar entre muchas personas.

—Te compré algo—le entregó la bolsa—Ábrelo en casa. Te ayudará con todas tus frustraciones.

Alora la aceptó con curiosidad, cuando quiso abrirla fue detenida por él.

—Está bien, lo veré en casa—rodeó los ojos. Sonrió un poco atreviéndose a abrazarlo—Gracias.

JungKook perplejo no tuvo tiempo de corresponderle. Alora se había alejado muy pronto, la atención de la chica fue dirigida a una mujer que aseguraba poder leer las cartas de las personas.

—¿Enserio crees en eso?

—Bueno, no creía en los vampiros y aquí estás—señaló con una sonrisa.

—Son estafadores, vámonos de aquí...

—No, quiero saber mi futuro—jaló del chico. Éste se dejó arrastrar no muy convencido, Alora tomó asiento frente a la mesa de la mujer con brazaletes, collares y anillos. Era una mujer joven con los labios de un rojo carmesí.

—¿Cómo te llamas, querida?

JungKook se mantuvo de pie junto a la castaña. ¿No se supone que le había dicho que quería irse?, Alora era mucho más emocional que su abuela, pero le causaba ternura en ocasiones, había mucha ingenuidad en ella.

—Alora Kim. ¿Puede leer mis cartas?

—Por supuesto que sí—tomó las de la mesa comenzando a barajearlas—¿Qué quieres saber exactamente?

—Alora, creo que esto...—JungKook seguía en desacuerdo.

—Shh, déjame pensar—calló. Siempre había encontrado fascinante esas cosas, si iba a quedarse en Seúl sería buena idea conocer su futuro, incluso si eran tonterías lo que esa mujer dijera, quería algo que le indicara que estaba bien lo que hacía—Mi futuro.

Aquella mujer de accesorios extravagantes extendió la fila de cartas en forma de abanico frente a la castaña. Alora las miró perfectamente ordenadas.

—Muy bien, Alora. Escoge tres cartas.

—De acuerdo—obedeció indicándole cuales escogía, tomo una del extremo derecho, otra del izquierdo y una del centro. La mano de aquella mujer volteó la del lado derecho.

—Eres una jovencita que está teniendo muchas decisiones actualmente, no lo ves ahora, pero ya están teniendo sus consecuencias—volteó la de la izquierda—Veo que no estarás sola en el camino—Alora miró a JungKook sonriéndole. Éste rodeó los ojos negando con la cabeza—Oh—aquel cambio llamó la atención de la chica.

La carta del medio había sido volteada.

—¿Qué sucede?

—Bueno...es...un poco curioso.

—¿Qué sucede?—la voz autoritaria de JungKook hizo presión en aquella farsa...o eso creía.

—Bueno, no puedo ver mucho de tu futuro con exactitud.

—¿Por qué?, ¿Hay algo malo?—preguntó la chica.

—Cuando esto ocurre...significa que esa persona está destinada a...—hizo una pausa ridículamente larga. Ambas se sostuvieron la mirada—A no vivir mucho tiempo.

—¿Qué?

—Suficiente. Vámonos—JungKook tomó su muñeca obligándola a levantarse de la silla.

—Pero...

—Nada. Vámonos, esto es una maldita farsa como siempre.

El silencio entre ambos estaba sofocando un poco a la joven. El río Han se movía en calma, en unas pocas horas comenzaría a anochecer, Jennie había escrito algunos mensajes a Alora queriendo saber si estaba bien y si llegaría temprano a casa, miró a JungKook quien veía el agua en total silencio, ambos sentados cerca de la orilla del río.

Bajó la vista a la bolsa en sus manos. Al intentar abrirla una mano la detuvo haciéndole dar un respingo.

—¿No te dije que lo vieras en casa?

—Pensé que estabas ignorándome por lo que pasó.

—No te ignoro—alejó su mano—Estoy pensando, nada más.

—No pienses mucho, tú lo dijiste, sólo fue una farsa—se encogió de hombros. Para JungKook no había sido eso, ¿Y si Alora debía morir tan joven?, su mandíbula se tensó, no había sentido molestia por su olor hasta ese momento—Hablemos de algo, ¿Sí?, dijiste que me encontraste por mi olor—indicó—¿Cómo funciona?, ¿Es como los perros cuando rastrean a sus dueños?

—¿Te parece que soy un perro?—preguntó casi ofendido.

—No. Sólo pensé en ello—sonrió divertida, había intentado jugarle una broma, la cual salió mal por supuesto. Su sonrisa fue disminuyendo hasta estar seria—Lo siento.

—Sé que YooRim habló contigo.

—¿Ella te lo dijo?, ¿Por eso desapareciste por tres días?

—Desaparecí por tres días para dejar que avanzaras con el diario de Enora, también porque quería pensar un poco con las cosas que YoonGi me decía.

—¿Qué te dijo?, ¿También me odia?

—YooRim no te odia.

—Es evidente que no le agrado—señaló abrazando sus piernas—En el diario de halmeoni ella parece más amable, solía ser la única amiga de la abuela. Ah, ahora que lo pienso, cuando Enora y ella fueron a comer por primera vez...¿No se supone que los vampiros no comen lo que nosotros?

—Podemos comer comida humana, no tiene sabor para nosotros, es como si estuvieras masticando tierra—apoyó sus codos en sus muslos—Termina causándonos asco, YooRim controla muy bien esos impulsos, por eso pasó desapercibida, luego de que Enora decidiera casarse con MinGyu, dejó de socializar tanto con los humanos.

—Halmeoni también la extrañaba—susurró—En su diario dice que el matrimonio la alejó más de todos.

—Es lo malo de pasar mucho tiempo con nosotros, Enora comenzaba a sentirse parte de nosotros, pero no era así. Al final del día era humana—volteó a verla—Tal y como tú.

Alora se encontró con su mirada oscura, fue su turno de apartar la vista con una mueca en los labios.

—Eso significa que al final del día estaré sola.

—Puedo quedarme si eso quieres.

—¿Eso le dijiste a Enora?—volvió a verlo—YooRim dijo que...

—YooRim cree que estoy sintiendo cosas por ti, eso no es cierto—aclaró sonando muy firme y seguro de sus palabras—Si estoy protegiéndote es por respeto a tu abuela.

—Oh.

—¿Qué?

—Pensé que existía la pequeña posibilidad de que te cayera bien—comentó—Porque la verdad me agradas.

JungKook aclaró su garganta sin saber como tomar aquello.

—Sí, me agradas un poco.

—No suenas seguro.

—¿No crees que es muy pronto para saber si nos agradamos o no?

—No. Lo que conozco de ti es gracias a la abuela y con sólo dos conversaciones se nota que eres bueno.

—¿Un buen tipo bebería la sangre de las personas para seguir viviendo?—insinuó. Alora no supo que decir ante eso, en su lugar, aprovechó de preguntar.

—¿Pueden morir si no se alimentan?, ¿No se suponen que ya están muertos?

—Comenzamos a debilitarnos, digamos que comenzamos a morir realmente—explicó.

—¿Cuándo fue la última vez que te alimentaste?

JungKook miró el agua correr tardando un poco en responder a eso. Morir por falta de sangre era una de las "muertes" más lentas y tortuosas de acabar con todo.

—No quiero hablar de eso.

Alora sólo sintió preocupación. Tomó la mano del chico sintiendo su tacto frío.

—No mueras, ¿Sí?—éste miró aquel contacto y luego los ojos de la chica. Se notaba asustada—Ya perdí a una persona importante, sería más doloroso perder a un amigo.

—¿Soy tu amigo?

—Yo te considero como uno.

—Eres muy confiada con las personas, ¿No crees?

—Bueno, si lo analizamos, no eres del todo una persona—JungKook enarcó una de sus cejas casi ofendido por eso. Alora en cambio sonrió por esa expresión—Hablo enserio, sé que es muy pronto para decir esto, pero no vayas a dejarme, ¿Sí?, prometo no dejarte.

Esas últimas palabras hicieron eco en su mente. Palabras que Enora nunca le dijo.

—Está bien, prometo no dejarte.

La sonrisa de la chica se hizo más grande. Había estado un poco molesta y pensativa luego del almuerzo con su familia, pero JungKook parecía tener un don para distraer a las personas de sus preocupaciones.

En resumen, le agradaba.


El capítulo me quedó más largo de lo que esperaba.

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