𝕯𝖎𝖊𝖈𝖎𝖔𝖈𝖍𝖔
—¿Qué son todas estas bolsas de sangre?—YooRim tomó una de las que estaba en el refrigerador. YoonGi que se encontraba en la sala buscando algo interesante en la televisión respondió:
—Son de JungKook.
La chica de cabello grisáceo las contó una a una.
—Son diez bolsas. ¿Por qué hay tanta sangre?
—Se las he traído.
YooRim dejó la bolsa en su mano dentro del refrigerador. Se acercó a su gemelo con el ceño fruncido al hacerse la idea de lo que estaba pasando, se cruzó de brazos mirándolo.
—¿Cuándo fue la última vez que se alimentó?
—Probablemente hace un mes.
—¡¿Qué?!—levantó la voz. El chico de cabello oscuro sabía que ese escándalo se haría presente cuando supiera la verdad—Ya, Min YoonGi, ¿Por qué JungKook no está bebiendo sangre?
—No lo sé—la miró—Tal vez sí, pero no quiero imaginarlo.
—¿De qué estás hablando?—tomó asiento en la mesa de centro—Dime que esto no tiene que ver con la nieta de Enora.
—No. He notado que ha dejado de consumir sangre desde antes de la muerte de Enora, lo he visto y no le he preguntado por temor de conocer la respuesta—subió sus piernas al sofá—¿Crees que esa chica lo haga cambiar de parecer?
—Tal vez termine siendo la cena de JungKook.
—YooRim—reprochó.
—No me agrada esa humana, no me agrada que JungKook esté cayendo de nuevo—indicó—Hablaré con él cuando vuelva.
—¿No crees que tal vez es lo correcto?
—¿De qué hablas?
—YooRim, ¿Para qué seguimos "viviendo"?, siempre es lo mismo, cazamos, vemos a los humanos morir con el tiempo y se repite el proceso—a la chica le sorprendió que su hermano hablara así. YoonGi nunca había tocado ese tema—Estoy aburrido de esta vida, estoy aburrido de la inmortalidad.
Sí, la vida como vampiro podía no ser tan emocionante como algunos humanos podían pensar. Aunque algunos de esos mitos eran falsos, permanecer estático mientras todo cambiaba se volvía...monótono. ¿JungKook también se sentiría así?
—¿Dejarás de beber sangre también?
—¿No estás cansada de esto?
—¿Has hablado con él sobre esto?
—No.
—No te dejaré morir, eres mi gemelo, eres mi hermano menor—tomó su mano—Siempre estaríamos juntos.
—Y lo hemos estado—sonrió un poco—Pero creo que debemos parar.
No, se negaba a rendirse de ese modo.
La noche había comenzado caer, JungKook seguía mirando aquel puente del Río Han, admiró el cielo oscurecerse poco a poco, inhaló profundo adorando el silencio que se había hecho desde hace un rato, en su hombro, Alora descansaba su cabeza totalmente dormida. La miró de reojo escuchando el teléfono de la chica sonar con una llamada, movió despacio su brazo escuchando su quejido.
—Creo que están llamándote.
—¿Ah?—somnolienta revisó su bolso cruzado. No había contestado a tiempo obteniendo un mensaje en su lugar—Es Jennie, dice que se quedará con mis padres en el hotel esta noche—bostezó un poco cubriendo su boca con su mano—¿Quieres venir a casa?
No consideraba que fuera adecuado, pero era mejor evitar dejarla sola.
—Está bien—se levantó y acto seguido le ofreció su mano. Gesto que la joven de veinte años aceptó.
—¿No recuerdas nada?—preguntó sorprendida dando otro mordisco a su sándwich.
—Nada. Cuanto más años tiene un vampiro, menos recuerdos tiene de su vida como humano—explicó mirándola comer con ganas—Sólo recuerdo a mi hermana, su recuerdo es apenas visible en mi mente, pero sigo recordando su rostro.
—¿Recuerdas su nombre?
—No. Ya no.
—Lo siento.
—¿Por qué?
—Tú tampoco has tenido las cosas fáciles—masticó y tragó. Con la servilleta limpió sus labios añadiendo—¿Cómo soportaste verla desde lejos tanto tiempo?, incluso cuando discutían...
—MinGyu amaba a tu abuela.
—Pues lo que he leído en el diario indica que pasaban más tiempo discutiendo que conversando—indicó. JungKook se mantuvo de brazos cruzados en la mesa mirándola comer, cuando llegaron a casa había recibido un mensaje de YooRim diciéndole que quería hablar con él al volver a casa—Halmeoni cuenta que el abuelo MinGyu te conoció.
—Sí. No le agradé desde el primer momento, creía que iba a robarle a Enora.
—¿Y no era así?
—Para empezar, la amistad con ella estaba comenzando, MinGyu estaba acercándose más a tu abuela, se notaba cuanto le gustaba y Enora se hacía de la vista gorda.
—Porque su vista estaba en ti—sonrió. JungKook en cambio se mantuvo inexpresivo.
—¿Por qué me da la impresión que disfrutas esto?
—Me parece romántico. Es como la historia de Romeo y Julieta.
—Claro, donde todos terminaron con la muerte.
—Ya, que negativo eres.
—Será mejor que termines de comer. Deberías descansar esta noche.
—Una última pregunta.
—Una última respuesta.
Alora le sostuvo la mirada unos minutos.
—Hasta el momento, ustedes dos nunca se confesaron del todo lo que sentían, ¿Cierto?
—Sí.
—Pero sabían lo que sentían.
—Sí.
—¿Llegaste a besarla en algún momento?
—No. No hubo nada, no hubo realmente nada entre nosotros, ya te lo dije—para la chica fue un poco decepcionante. De repente había perdido el apetito, una pregunta más vino a su mente—Echaré un vistazo alrededor de la casa—al levantarse, Alora tomó su mano.
—JungKook.
—¿Qué?—la miró.
—¿Qué tanto la extrañas?
—¿A qué viene esa pregunta?—frunció el ceño.
—Fuiste al funeral, hablas de ella con nostalgia, estuviste presente en su momento de muerte, ¿Tú...deseas ir con ella?
En otro momento la pregunta le hubiera molestado, en su lugar, no lo hizo. Las conversaciones con YoonGi esos días vinieron a su mente, su hyung no lo sabía, pero desde hace un mes había dejado de alimentarse, sabía que podía pasar mucho tiempo o poco tiempo para que comenzara a debilitarse.
¿Quería ir con Enora? Sí. ¿Tenía en mente que ella muriera primero? No. JungKook realmente quiso creer que ambos partirían al mismo tiempo.
—Sí. Lo deseo—respondió.
Alora vio sus manos soltarse cuando éste se alejó dándole la espalda.
Ustedes lo pensaron, yo lo pensé, ella lo pensó, todos lo pensamos.
Espero.
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