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Vulgasi

Jungkook miraba con atención como la Haydee dormía angelicalmente, no se explicaba de donde salían todas aquellas ideas que había tenido la mañana anterior, aún más, no se explicaba como es que podía dormir tanto luego de entregarse a él.

Y si, llevaba más de 24 horas dormida, algo extraño para el, pues, nunca había visto tal caso, o, nunca había oído de ello.

Su cuerpo se desvaneció de la alcoba, y fue a dar en la que él siempre se quedaba para sus horas de descanso.

— Jeon!! —grito una voz femenina, el grito retumbó entre las paredes del lugar, el nombrado, ni caso le hizo.

— Prisma —dijo con total seriedad y sin una pizca de importancia— ¿Que haces en mi territorio.

— ¿Como es que aceptaste a una Sucuba en tu campo?

— La demonia tiene talento, además, escuché por ahí que a ti no te interesaba mucho su presencia.

— Es una maldita Sucuba Jeon.

— Y eso que me importa.

— Debes quitarla de tu grupo... Ella no puede estar contigo, ella —Kook la miro al fin.

— Estás molestandome, Prisma, y en serio no estoy de humor para tus quejas.

— Ten más respeto con tus superiores.

— Mis superiores son el Dios de las tinieblas, y en General cuyo caso ninguno de los dos se ha presentado frente a mi... Simplemente oí una orden, me dieron de beber sangre de Demon y aquí me tienes haciendo esta mierda.

— Como si no disfrutarás cojerte a todas esas putas... Lo veo es tus ojos, Jeon, lo disfrutas, te encanta alimentarte de los deseos de todos, dejarlos dormir descansados y con un deseo de más, pero nunca, oyelo bien, tú nunca sabrás lo que es un orgasmo, nunca sabrás de tu maldito Latido, y de eso me encargo yo. —desafiante y hablando entre dientes por primera vez Prisma mostró sus garras.

Jungkook tuvo miedo por Haydee, un miedo que le parecía un tanto familiar, un miedo que le pareció haberlo vivido en su vida pasada.

— No quitaré a Itzel de mi equipo, si quieres que la saqué, trae a alguien superior y que me lo ordene.

— Bien... — recalcó con molestia— de todas maneras la novata no me interesa.

— Entonces ¿por que viniste? —se acercó a ella— ¿Me extrañaba, Prisma?

— Eso jamás, no me interesaría alguien como tú.

— Al fin concordamos en algo, jamás podría interesarme alguien de tu clase.

— En serio eres tan molesto.

— Deja de hacerme escenas de celos, estás tan al pendiente de mi, que ni tus Sucubas te creen lo del odio hacia mi.

— Crees que no me doy cuenta de cómo me miras —Kook mofo— Se que también te gusto, y podríamos hacer muchas cosas.

— Olvídalo, prefiero morir virgen

La Sucuba los traslado a ambos al cuarto de Haydee, Jeon en ese momento se paralizó, defendería a su Latido de cualquiera, incluso de su propia especie.

—Morir suena tentador Jeon, pero ¿Sabes lo que es aún mas tentador?
Que esa humana a la que has tomado, sienta el infierno arder bajó sus pies.
Que sintiera dolor, me daría el placer más grande que podrías imaginar.

— ¿Quieres arriesgarte?, Intenta acercarte solo un centímetro a alguno de sus cabellos y ni siquiera el dios de las tinieblas podrá salvarte de la tempestad que haré caer sobre ti.

— ¿Piensas que te temo? No puedes evitar que llegue a ella de alguna forma.
Mírala, tan indefensa y frágil, podría hacer que desaparezca entre sus sueños... No notara que ya no existe.

— Prisma!, cuida tus actos, te lo advierto, solo un cabello y desapareces.

La Sucuba rió en grande, una risa que retumbó en el lugar, pero que aún así no logro despertar a Haydee.
Desapareció tal como llegó. Dejando solo el pesar de sus palabras en el aire.

Jungkook vio a Haydee removerse sobre su cama, volvió a tomar la imagen de DoJun, antes que su ahora mujer, abriera sus ojos.

Sabía que no era correcto engañar de esta forma, menos ahora que estaban unidos.

Pero algo en su pecho le decía de un rechazo por parte de ella cuando supiera que es un demonio, está cerca.

— ¿Sigues aquí? — dijo somnolienta — te quedaste junto a mi.

— No tengo donde más ir, no siento la necesidad de estar en otro lugar si no es a tu lado.

El aún no comprendía de donde salían sus palabras, era más bien como si fluyeran de su boca, como si su débil corazon, le ordenará ser dulce con Haydee.
Se sentía confuso, pero  por una extraña razón se sentía a gusto, en paz al decirlas.

— No necesitas ocultarte de mi... Mi ángel.

— Jamás me habías dicho así, Haydee — respondió tratando de no revelar su identidad—

— No necesitas fingir ser él, se perfectamente a quien entregué mi cuerpo y mi alma la mañana anterior, DoJun jamás se comportaria de esta forma conmigo, no me tocaría de la forma delicada que lo hiciste, ni tampoco tomaría mi cuerpo hasta hacerme perder la conciencia... Hasta hacerme desmayar del placer.

Dudoso, el Incubo tomo su imagen real, evitando los cachos, ojos negros en su totalidad y aquella especial cola con tridente, se presentó ante ella, como el ángel que la chica creía que era.

— ¿Seguirías queriendo que me quedara si no fuese en realidad un ángel?

— Lo eres, me cuidas y me proteges. No podrías ser algo más.

— ¿Y si fuera un demonio?

— Serías el demonio más hermoso que mis ojos pudiesen ver alguna vez.

— Hablo en serio Haydee, ¿me querrías cerca si soy un demonio?

La chica noto aquella inseguridad de su parte, se sentó en la cama, quedando de frente a aquel hombre maravilloso, la tela delgada que cubría su cuerpo cayó dejando al descubierto su cuerpo desnudo.

— ¿Que clase de demonio?

— Un Incubo...

— ¿Incubo? ... ¿Un Incubo? —Jeon asintió— Bueno ahora entiendo porque hacías cada cosa que imaginaba —murmuro quitando la vista de él.

Velozmente paso por su mente nuevas ideas, que Jeon debió reprimir aquello que recibía como órdenes.

Una mirada por el rabillo de los ojos de Haydee la culpo que lo hacía a propósito.

— No me ayudas así.

— No hice nada. —dijo con inocencia— ¿Cual es tu nombre?

— Jungkook, Jeon Jungkook... Soy Vulgasi...

— ¿Que es Vulgasi?

— El nombre que me dieron como Demonio.

— ¿Por que Vulgasi?

— Haces muchas preguntas...

— Necesito saber con quién amarre mi vida. — Jeon el soltó el aire contenido.

— Soy un demonio que cumple los deseos sexuales de las jovencitas, pero también, he usado mi poder para vengar a los indefensos, pedófilos, abusadores, violadores, cumplo sus deseos pero a la vez los transformó en su peor miedo, ellos terminan por suicidarse y ganó almas para el fuego eterno.

— ¿Es lo que hiciste con el Señor Do?

— No se quién es él.

— cuando tenía 15 debía pasar por fuera de la casa de el, se asomaba al verme, desnudo y se masturbaba, me daba miedo pasar por ahí y que me hiciera algo, días después supe que se suicidó, tú estabas ahí, por eso creí que eras una Parca.

—¿Me viste? ...¿Como me viste? —se acercó más a ella, atento a lo que diría.

La chica abrió de su mesita de noche una libreta, que le dio, mostrando los diferentes dibujos de el.

— No fue la única vez que te ví, la primera fue en el funeral de mi madre, aveces estaba en el bus y te veía perseguir a alguien, o viendo por una ventana, pero eran momentos fugases que no creí que eran reales.

Jeon miro con atención a la chica, como es que estaban unidos pero él nunca la noto, porque con los demas no sucedían cosas que con el si..

Debía indagar...

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