Reencarnación
Haydee no podía más de la preocupación, un mal presentimiento recorría su cuerpo, un hormigueteo, una sensación extraña.
Por lo que, apenas tuvo la oportunidad salió en busca de Jungkook.
Escucho perfectamente dónde estaría, por lo que fue en busca de un taxi directo a la empresa de Park.
Jungkook sentía esa presencia oscura, detrás de el, esperaba que Jimin le diera buenas noticias, y deshacerse que aquello que amenazaba la vida de su latido.
¿Cómo era posible que existieran tantos en contra de ellos?
Bueno.... Si no hubiese sido Majestad en la era Baekje y su padre no hubiese sido un miserable, quizás, todo sería mejor.
Llegó a la oficina,.dónde también estaba Tae, el dios oscuro y su disque mascota, Hoseok.
— ¿Que hacen aquí? —le pregunto a Jimin
— No seas insolente, recuerda que fui yo quien te acogió con un fuego abrazador.
— Y no olvides que fui yo quien líquido a dos de tus mejores demonios.
— No seas insolente con mi amo —gruño—
— Ve a ladrar a otro lado.
— ¿Que sucede contigo? —pregunyo Jimin al verlo alterado.
— Te parece poco que amenacen a mi latido —sus ojos desplegaron fuego— ¿Que harías tú si fuera mi madre?
— Jungkook controlate
— Cierto, me enviarías a mi para limpiar tu desastre —sus manos se calentaron.
— Jungkook respira —este bajo la vista sosteniendo sus manos sobre el escritorio que comenzó a quemarse— Jungkook!
— ¡¡No puedo!! —grito levantando la vista y con una voz doblegada.
— Sigue siendo un demonio —murmuro Tae— Un demonio que quiere salir de su cuerpo humano.
— ¿Cómo es posible? —Un asombrado Hobi retrocedió de miedo
— Ni yo lo sé —miro sobre su hombro y rio al ver el temor de su Sabueso — ¿Tienes miedo?
— Señor, somos demonios, creí que nunca podríamos morir, hasta que ví lo que le hizo a los incubos.
— Ya sé
— Jungkook piensa en Haydee —intento tranquilizarlo.
— En ella pienso... —miro sus manos— Pero más me encabrono.
— Tae!!
— A mi no me mires hermano, yo podría morir por acercarme, tu le diste esos poderes, haste cargo.
— Jimin deben salir de aquí! —grito.
— No te dejare —intento acercarse.
— Jimin, No!! —grito Tae al ver que Jeon comenzó a emanar más calor.
En cámara lenta, corrió hasta su hermano, protegiéndolo del estallido que Jungkook sufrió por no poder controlar su demonio, al mismo tiempo, Hoseok se abalanzo sobre Jeon conteniendo con su propio cuerpo y aura el enorme fuego azulado evitando lastimas a ambos dioses.
Los inmuebles fueron rotos por las ondas de la explosión, las ventanas reventadas, y el cuerpo del sabueso estrellado en una de las paredes quebrado por completo, con heridas de quemaduras en su cuerpo.
Jimin y Tae levantaron la vista, viendo el desestre que el Incubo provocó en ese momento, las miradas de miedo al ver al demonio moribundo, y corrieron hacia el, el humo con suerte les dejo apreciar a su al rededor.
— Lo siento Tae —dijo Hobi con sangre en su boca— debí protegerte mejor.
— Más te vale que guardes silencio —respondio el poderoso dios de lo oscuro con lágrimas en sus ojos — Eres el mejor de mis hombres.
Jimin, posó sus manos sobre el, y con lentitud comenzaron a sanar las quemaduras, el humo se disipó, y cuando pudieron ver a Jungkook lo encontraron con aquella sombra.
Lo agarraba con fuerza desde su cuello, manteniéndolo en el aire, todo su cuerpo estaba en llamas menos, aquel brazo que sostenía a quien amenazo a su latido.
— Dime quién eres! —exigio con molestia.
— Ella morirá, por mi mano o la tuya —Kook apretó un poco más.
— ¿Quien mierda eres y porque amenazas a mi mujer?
— Es un parca —dijo Tae— un parca renegado, se salió de control hace un tiempo, los parcas solo se dedican a llevar almas muertas, ya sea al cielo o el infierno, este, ha ocasionado muertes, extrañas muertes —llego a su junto— posee el cuerpo de un inocente y mata a su merced, cómo le place, y simplemente porque sí.
— Pero porque con Haydee.
— Haydee, Lyu .... ¿A quien le importa el nombre? Son la misma perra que destruyó mi vida.
— ¿Que te hizo Haydee? —pregunto Jimin al terminar con Hobi, el demonio rio a carcajadas y prontamente silencio.
— Jungkooook —dijo en tono de burla y alargando su palabra— Soy un parca, siento la muerte en mi piel cuando se eriza, y creeme... Ella morirá prontamente.
— Si te atreves a tocarle un pelo —volvio a reir a carcajadas.
— Déjame llevarlo al fuego eterno, Vulgasi.
— Jamás, puede volver y no quiero que ella peligre.
— Si lo matas, si usas tus poderes no podrás controlarlo.
— No me interesa, haré lo que sea con tal de proteger a mi hijo y Haydee.
— Piensa las cosas, Jeon... Perderás la oportunidad de seguir con ella.
— ¿Y que se supone que haga? .... Que te lo deje y te lo lleves, planeara cómo volver, están en peligro.
— Jungkook —murmuro— adivina que sucederá.
— Cállate!!!
Haydee caminaba por el pasillo vacío y aislado, escuchando los gritos, risas y discusiones, el humo comenzó a salir por las pequeñas rendijas de la puerta y cuando al fin abrió, vio a Jimin, Jungkook que sostenía a una persona y a dos más desconocidos.
¿En qué se había convertido el amor de su vida?
El miedo se apoderó de ella, llevo sus manos a su vientre, con la vista nublada por las lágrimas y retrocedió dos pasos.
— Adivina quien llegó —musito el anima y el trío de seres sobrenaturales miro en dirección a la puerta.
— Haydee —dijo Jeon asustado y aflojó el agarre.
La oportunidad perfecta para que esté se volviera sombra y se dirigiera a la muchachita como el viento, azotó su cuerpo al poseerla y aquella iluminada aura que explayaba Haydee Retamal, se desvaneció convirtiéndose en una poderosa sombra.
Sus ojos oscurecidos por completo y esa sonrisa tenebrosa.
— Maldición... Contengala —grito Jimin y ella corrió por el pasillo. El primero en salir fue Hoseok que transformó su cuerpo en un perro monstruoso de tres cabezas, trepando por el techo y paredes para quedar en frente a ella y detenerla.
— Amor, debes luchar. —miro sobre su hombro.
— Ella no está —salio una voz estruondosa— y ahora por fin cobraré venganza —miro a los tres— No me recuerda, Majestad... Por su culpa mi hija se suicidó, su rechazo le dolió tanto que terminó con su vida, te lo dije, Jungkook... O es unión, o es la guerra.
— Es el padre de Valen —sonrio lascivamente
Rápidamente se acercó a un escritorio, tomando un abrecartas y llevándolo directo a su propia garganta.
— No!! —grito Jeon— A mi... Mátame a mí, fui yo quien la rechazo —dio pasos a ellos—
— Perfecto —corrio a él para herirlo, pero se detuvo a mitad de camino.
Su rostro se arrugó en un ceño, ella luchaba, nunca más le haría daño a Jungkook.
— Amor, vete —pudio ella en un momento de conciencia.
Un líquido comenzó a salir por sus piernas, el bebé venía en el peor momento, la hizo caer de rodillas logrando contener al ser que quería dañar a su familia, lanzo el abre cartas lejos, y a su mente vinieron recuerdos hermosos de ellos juntos.
Recuerdos que pasaron hace un poco tiempo, recuerdos que pasaron en una antigua vida, recuerdos que hacían volver aquella aura brillante y dorada con mezclas blancas.
Pasos se sintieron a la lejania, Kook tenía a su chica abrazada,blos pasos cada vez estában más cerca, hasta que simplemente se hizo presente.
— Jin —Jimin se asombro al verlo ahí.
Este camino directo a la chica, la miro con ternura, y luego a Jeon.
— Por favor.
— Suéltala —Kook así lo hizo.
Fue hasta su espalda y en espíritu se dejó caer sobre ella, quitando al espíritu oscuro que se adueñó de ella.
Sin perder tiempo Jeon lo tomo de su cuello y le encendió en un fuego azulado con mezclas lilas que hicieron incenirar la ánima que se atrevió a dañar a su familia.
Haydee cayó en un desmayo, con rapidez Jimin la llevo a cuestas de vuelva a su oficina y la recostó en el sofá, allí la ayudo a tener a su bebé.
La ambulancia llegó luego, estando en medio parto, con una chica inconsciente y débil.
Los Jimin sabía lo que hacia, y los que llegaron luego solo sirvieron de ayuda y proveedores se implementos quirúrgicos que el requería en ese momento.
El incubo humano estaba hecho un atar de nervios en el pasillo, caminando de aquí para allá, arrepintiendose de no matar antes a ese ser despreciable y poner en riesgo la vida de todos.
Solo se calmo al escuchar el llanto de aquel bebé, un llanto fuerte y ensordecedor que le trajo paz y plenitud en su vida. Solo ahí dejo de caminar con nervios.
Jimin salió con el infante entre sus brazos, entregándoselo a su projenitor.
— ¿Y Haydee? —ambos dioses se vieron el uno al otro— ¿Cómo está Haydee?
El dios de todo bajo la mirada, no sabía cómo decirle las palabras y todo se volvió un áspero silencio.
Primera parte lista... Nos vemos el próximo mes...
No crean 🤣🤣🤣🤣....quizás en un momento o bien Mañana.... Hasta entonces.
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