Frente a un enorme Roble estaba Jimin, mirando con dedicación la copa, admirando cómo se movían las hojas con el viento que soplaba delicadamente.

— Jimin...

— ¿Cómo está mi demonio favorito? —le hizo una seña al parca para que les dejara.

— Decepcionado.

— ¿Alguna razón en específico?

— No disfrute mucho mis pocos días en la tierra, cuando me diste a elegir, creí que viviría más tiempo.

— Ya veo... ¿Te gustó la vida humana?

— Me gusto ver a mamá por las mañanas —recordo nostálgico — comer sus alimentos, y escuchar sus regaños, me gustó tener un lugar cálido al que llegar, sentir que alguien se preocupo por mi y sonreír con ella.

— ¿Y Haydee?... Recordemos que te envié con esa condición —comenzaron a caminar.

— La hice sufrir, la hice llorar y destruí su corazón, por días pensé que no merezco tenerla conmigo.

— ¿Y que?... La dejaras sola.

— Si estuviera a mi alcance, me habría quedado con ella.

— ¿Que sucedió?

— Mi yo anterior jugo con sus sentimientos, no me creyó cuando le dije que la amo, desconfiaba de mí, y me dolía verla llorar.

— Pero la conquistaste!?.. ¿Verdad?

— Lo hice, ya me había dicho que me ama, y le dolió cuando me fui —miro con molestia al dios de todo— ¿Para que me enviaste a conquistarla si rompería su corazón?

— Tu lo elegiste así.

— Claro que sí, mi propósito en esta vida es hacerla feliz vivir por ella, morir por ella, amarla —lloro—

— Dilo... —Kook bajo la vista arrepentido— Dilo, Jungkook.

— Quiero volver con ella —miro con ilusión a Jimin— Haré lo que quieras, después que muera puedo ser tu lacayo, haré lo que sea, pero, déjame ir con ella.

— Moriste...

— Pero eres el dios de todo, con un chasquido puedes volverme a mi cuerpo, ella dijo que me perdonaría si moría y volvía a la vida.

— Con un condición.

— La que quieras

— No le impidas a tu madre ser feliz.

— Jamás. Nunca, la apoyaré, lo juro.

— Bien —respondio sariafecho— ¿Estás listo? —levanto su mano a la altura de su rostro, listo para tronar sus dedos.

— Espera.... ¿Olvidas algo?

— Está vez, sin cartas bajo la manga —trono con fuerza sus dedos

Sus ojos pesaban, el olor a amoniaco le hacía doler su sencible nariz, pitidos de una máquina oía a lo lejos que poco a poco se fueron enfocando más, movió su mano encontrando una piel tersa y suave, otro aroma llegaba sutilmente, uno que le daba paz y le hizo recordar las veces que vio sonreír a Lyu, a Haydee, pues eran la misma persona.

Finalmente sus ojos se abrieron de par en par, agredecio al Dios de todo que lo dejo junto a ella, una sonrisa, casi como una mueca se alojó en sus labios.

— Haydee —su garganta raspó al hablar, le dolía, quemaba, un poco de agua bastaría, pensó Jeon, carraspeó lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de la muchacha que apenas lo vio sus lágrimas se juntaron de nuevo.

Un movimiento de cabeza de postrado basto para que ella respirara, se levantará de la silla y sutilmente besara sus labios.

— Harás que me dé otro ataque de corazón —rieron juntos.

— Cuando dije que debías morir no fue literal.

— Necesitaba tu perdón —volvio a carraspear con dolor.

Al instante ella tomo una botella de agua y con delicadeza le dió de beber.

— Despacio —advirtio, pero Jeon estaba demasiado sediento como para hacerlo con calma.

Un suspiro soltó cuando acabo de saciarse, y con un par de golpeteos le indico un espacio pequeño en la camilla.

Haydee se recostó a su lado, con cuidado acercó su cabeza a su pecho o oyó su corazón latir, sobre todo aquel vendaje en su pecho.

— Me diste un susto horrible.

— Lo siento —beso su cabeza a la vez que acariciaba su mejilla.

Tenerla ahí, sin una barrera por parte de ambos se sentía bien, muy bien, se sentía maravillosamente bien.

Pero entonces, Jungkook noto la sonda en su mano, con una aguja en el dorso de su mano, que dirigía a una bolsa de suero.

— ¿Que es eso? —pregunto tomando la manguera.

— No es nada —mintio la chica acurrucándose en su pecho.

— Dime... —la puerta se abrió con brusquedad, Haydee se levantó de la cama quedando a un lado, media tambaleante.

— Despertó el principe —dijo un rubio que miraba los papeles, mientras anotaba, y detrás de el, su madre.

— ¿Que es eso? —pregunto preocupado de ella.

— Haydee no ha comido en dos días —dijo su madre— desde que llegó contigo, no se aparto de ti, lloro las extensas horas de tu operación, y cuando le dijeron que estabas fuera de peligro se desvaneció.

La muchacha miro a su lado de reojo, no quería contarle de esa preocupación a Jungkook.

— Eso no le hace bien a ella... Mucho menos...

— Doctor —interrumpio abruptamente— ¿Cómo está Jungkook?

— Bien, pero debe guardar reposo, el síndrome de Takotsubo puede volver. —Kook fijo su vista en aquel doctor, algo en el le parecía familiar.

— ¿El síndrome de qué? —pregunto el, al parecer era el único que no lo sabia, además necesitaba tiempo para reconocerlo

— Takotsubo, el síndrome de corazón roto, es una afección cardíaca, suelen suceder por situaciones estresantes, emocional, como, una pelea muy dura, alguna cirugía o bien por una enfermedad física.

— Entonces... Literalmente mi corazón se rompió.

— Literalmente si... Debes tomar unas pildoras a diario, no mucha actividad y definitivamente sin peleas de pareja —miro a ambos—

Jungkook, una vez más plantó la vista en la chica que se veía culpable por lo sucedido.

— Doctor Park —dijo su madre— deberíamos salir.

— Al fin acepta salir conmigo —la mujer abrió sus ojos y miro al chico.

— No me refería a ese salir —murmuro con un carmesí en sus mejillas.

— Estoy seguro que a su hijo no le molestará —Jimin, dijo en su cabeza Jeon y sonrio—

Los mayores salieron de la habitación, su madre casi a rastras se llevó al profesional que insistía en hablar con su hijo queriendo un consentimiento. Kook tomo de la mano de la chica que no quería verlo en ese momento, la tironeo a su lado haciendo que se recostara de nuevo.

— Perdón —solto en un quejido— Debi creerte cuando me dijiste tus sentimientos, si no fuera por mi no estarías aquí y...

— Está bien... —acaricio su mejilla— yo te dañe primero, será mejor que empecemos de nuevo ¿No crees?

— Me iré en tres días —solto derrepente.

— ¿Si recuerdas que no debo sufrir? ... Mi corazón aún está débil.

Haydee se quedó en silencio, sobre el brazo de Jeon, con su oído pegado en su pecho, aquellos latidos la relajaron tanto que al fin durmió plácidamente y descanso lo que no pudo en esos días de agonía, pensando que Jungkook moriría y está vez no regresaría más.

Jeon, sabía que ella no se iría, el no se permitiría, haría lo que fuera con tal de dejarla a su lado, aunque eso sea ir por ella, lo haría, la buscaría, ya no sé limitaría, en esa vida, la felicidad era de ellos y nadie más.

Capitulo dedicado a zaaminamina894

Lamento no publicar ayer, con el trabajo se me hizo imposible.

Les quiero, y gracias por leer🥰