Despedida
La madre de Jungkook había visto a su hijo aflijido esa mañana, por orden del doctor Park, Jeon debía quedarse en el hospital por lo menos unas dos semanas, algo que no estaba en discusión pues su corazón estaba aún muy débil.
Y como no, si en unas cuantas horas, Haydee subiría a un avión con rumbo a su país natal para nunca más volver.
Por más que intento, mucho y batallo con enfermeras, debió quedarse en la cama debido a los calmantes que suministraron por medio de su sonda.
Entre drogado por dichos calmantes, este le confesó a su madre desesperado pero a la vez adormilado que el amor de su vida se iría, para no volver más.
Cuando al fin, el demonio en cuerpo humano cerró sus ojos para dormir, y luego de limpiar una lágrima que se deslizaba por su mejilla, susurrando que debía detenerla, ella decidio ayudar a su hijo.
Sabía algunas cosas de la chica, ese tiempo que estuvieron turnandose para cuidar de chico hablaron bastante, lo suficiente como para saber dónde vivía.
Allí estaba, en la entrada del edificio cuando vio salir a Yoongi y su novia.
- Señora Jeon -saludo el chico.
- ¿Vives aquí?
- Oh... No, aquí vive mi amiga.
- ¿Haydee es tu amiga?
- Si.
- ¿Cuál es su departamento.
- Primer piso, número 5 -dijo dudoso y la vio encaminarse, Gigi solo esperaba que nada malo sucediera.
Cuando Haydee abrió la puerta sonriente pensando que a Mín se le olvidó algo se sorprendió al no verle, más aún mirar quien estaba ahí era la señora Jeon, reverencio, abrió paso y la dejo pasar.
- Lamento el desorden -dijo ella- La mudanza es difícil.
- ¿A qué hora sale tu vuelo? - pregunto con insignificancia, mirando las pocas fotos que quedaban sobre una mesita.
- A las 5pm -La señora Jeon volvió a verla - ¿Quiere beber algo? ¿Comer?
- Jungkook siempre fue un niño feliz, alegre, cariñoso, hasta los 14, decidió buscar a su padre, lo encontró con otra familia, hijas. Cuando se enteró que es su hijo, este le dijo que no volviera a buscarle, le dijo tantas cosas que el corazón de mi Jungkookie se destrozó en mil pedazos, ebrio, una noche me lo confesó y juro que jamás se enamoraría, el no sería capaz de amar a alguien pues nunca recibió amor de un padre, y no sabía cómo tratar a las mujeres.
- Señora Jeon, su hijo es un hombre increíble, estoy segura que podrá superar eso.
- Ya lo superó, nunca creí verlo llorar menos por una chica -la mujer dió pasos a la chica- yo sé que te daño, se lo desgraciado que fue, pero perdonalo y quédate con él - Haydee trago aire pesado- debieron sedarlo, porque a toda costa quería venir por ti -sonrieron nerviosas- Por favor, sana, restaura y llena el corazón de mi hijo con tu amor, enséñale lo que un corazón es capaz de hacer, enséñale a ser un buen padre y que ese bebé tenga lo que el nunca recibió.
- Yo... No sé que decir, lo intento, en serio quiero, pero, siento que esa herida aún no cierra, yo... -bajo la mirada derrotada- Amo a Jungkook con todas mis fuerzas, y no le niego que una parte de mi quiere estar con el, quiere besarlo cada tanto, quiere verlo crecer en todos sentidos, pero... -la mujer tomo su mano.
- Tu también necesitas sanar -llevo su mano al rostro de la jovencita- Acepto esa comida, pero la pediremos y mientras llega te ayudaré a tomar tus cosas, yo misma te llevaré dónde quieras ir.
Haydee soltó sus lágrimas, sin sentir vergüenza, pena o remordimiento.
Ese abrazo fue tan tibio que terminó con todo aquel reencor, quería ser feliz junto a Jungkook, esos deseos anteriores que en algún momento tuvo volvieron a ella, Jungkook era y es el amor de su vida, ya no quería seguir sufriendo por ello.
Aún así, aquella señora le ayudo a juntar sus cosas, respetaba su decisión y si quería irse para poder sanar, si quería tener un tiempo para pensar ella lo respetaría sin duda alguna.
Después de comer, después de terminar de juntar sus cosas y después de reír en torno a los recuerdos que le eran confidensiados por la mujer, subieron las maletas al carro, era hora de partir.
Miro un par de minutos el edificio que la cobijo por tanto tiempo y subió en el asiento del copiloto junto a la señora Jeon.
Jungkook despertada del sedante que le habían suministrado, medio desorientado aún, comenzó a vestirse, solo le quedaba una hora para que pudiera llegar al aeropuerto y detener a Haydee, su pecho se apretaba de solo pensar en una posibilidad sin ella.
Al abrir la puerta, Jimin estaba ahí, se miraron fijamente, Jeon tenía un camino de sangre por su antebrazo al quitarse la aguja del suero, basto con solo pasar las yemas de sus dedos por encima, sin tocar siquiera para que aquel agujero se cerrará cómo por arte de magia.
- No me detendras.
- De hecho, venía a preguntarte si quieres un aventón.
- ¿Que?
- En mi auto podemos ir más rápido.
- ¿Hablas en serio?
- Soy el dios de todo, es tu única opción para alcanzarla, si vas en un taxi no lo lograrás.
- Entonces vamos -dijo Kook y paso por su lado.
Jimin lo siguió viendo su aura poderosamente brillante, jamás había visto una así, Haydee tenía la misma, juntos, serían imparables, se necesitaban para que aquella aura no se apagará.
Corrió unos pasos para alcanzarlo, hasta llegar a su lado.
- Te tengo una pregunta -dijo Jeon al verlo a su lado.
- Por aquí -le indico el camino a su carro- No haré sufrir a tu madre, la amo.
- ¿Cómo es posible? ... Eres el dios de todo, literalmente es "Incesto" -subieron al carro y este condujo.
- ¿Incesto? .... En ese caso, también tu y Haydee. -Kook ufo con ironismo- Soy el dios de todo, más no el creador... Hay una jerarquía celestial. El Creador, es nuestro padre, luego vienen los dioses, yo soy uno, Tae es otro, angeles y arcángeles demonios y espiritus, seres santos que no son nada santos, creeme, y luego los humanos.
- Entonces...
- Al principio solo vivíamos nosotros en comunión, pero cuando el ángel Adán se fijó en la esposa de un demonio, Eva, todo se desmoronó, nos separamos, entonces, para que viviesemos en comunión entre todos, se creo el Latido, los malos se volvían demonios, los inocentes y buenos que generalmente son niños se vuelven angeles y arcángeles, los humanos, nuestros latidos nos ayudan, en mi caso, me ayudan a no convertirme en un ser oscuro, en el caso de los demonios a ser un ser de luz.
- ¿La idea del creador es que todos sean luz?
- Así es.
- Que aburrido -Park golpeó su brazo.
- Insolente -acerco su cuerpo- es omnipotente, puede oírte.
- Sigue siendo aburrido -murmuro hacia Jimin que enrojeció si rostro por el enfado.
- Idiota.
- Solo cuida a mi madre -apoyo su cabeza en el respaldo- es una buena mujer, merece al fin ser feliz.
- Eso lo tengo claro, merece todo lo bueno que le daré -dio una risita nerviosa ganándose una mirada oscura de exdemonio- aburrido.
- Dormiré un momento, despiértame cuando lleguemos al aeropuerto.
- Sip.
Finalmente, Jungkook cerró sus ojos, eran totalmente contrarios, eso lo sabían, pero diós, si que tenían muchas cosas en común, para Jeon, no habría mejor hombre para su madre, el, la amo siempre, en todas sus vidas y al fin, tendrían la oportunidad de ser felices.
- Jungkook -movio su cuerpo- Jungkook despierta, llegamos.
Kook abría sus ojos algo aturdido, esperaba ver un enorme edificio, lleno de personas y ventanales, autos y los sonidos de los motores avionauticos zumbar en sus oídos.
En su lugar, encontró su casa.
- Que mierda hacemos aquí -dijo con molestia y vio al ser de luz, conteniendo las ganas de romperle ese bello rostro, y porque no, quitarle un par de dientes.
Capitulo dedicado a Conicita1983
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