Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4. Sin motivo

Era más tarde de las tres de la madrugada cuando HoSeok llegó a la mansión. En principio tenía planeado volar de regreso la mañana del día siguiente, pero no tenía ganas de volver a dormir en un hotel. Prefería su cama, el calor de su hogar, el calor de JiMin. Pero cuando llegó era tarde. En absoluto silencio entró a la habitación de su favorito. En otras circunstancias, HoSeok le habría hecho levantarse y le habría llevado a su cama para alimentarse de él hasta saciarse, pero JiMin no estaba en condiciones para algo así. Ya no podía tratarle con esa dureza. Llevaba un par de meses enfermando con facilidad. Si se lo pedía, sabía que JiMin se entregaría a él sin dudar, pero no quería lastimarle. Puso la mano en su frente sin despertarle. Al menos ese día no tenía fiebre. Esperaba que hubiera podido descansar un poco esos días en los que él no había estado. Se quedó allí un rato, en completo silencio. Ver a JiMin dormir le otorgaba paz. Debía cuidar de él el tiempo que le quedase en la mansión. Por un lado no quería que se fuera. Los últimos cuatro años JiMin había sido lo único que tenía. Significaba mucho para él y estaba dispuesto a cuidarle. Nadie haría por él lo que había hecho JiMin. Pero, por otro lado, no podía permitir que se quedase. Eso sólo le provocaría más dolor. Si no podía ser su favorito, por temor a empeorar definitivamente su salud, sería mejor que no permaneciese en la casa. Sólo sería una tortura para él, viendo cada día como el hombre al que amaba (porque HoSeok era muy consciente de los sentimientos de JiMin), yacía con otra persona. No. HoSeok no quería seguir lastimando a su tierno y amable JiMin. Lo mejor que podía hacer por él era darle todo el dinero que necesitara y dejarle libre para que tuviera una vida normal. Él ya se encargaría de cuidarle en las sombras hasta el fin de sus días. Acarició su pelo con cuidado. Era demasiado suave para ser cierto. JiMin se revolvió un poco en su ensoñación.

- Amo... - Dijo aún estando completamente dormido.

- Descansa, JiMin. - Pronunció incluso si sentía que moría de hambre.

Después salió de la habitación de su favorito tan sigilosamente como había entrado y bajó las escaleras hasta la de TaeHyung. Con él no tuvo tanta piedad.

- TaeHyung. - Le llamó con voz fuerte desde el otro lado de la puerta. Esperó un momento, luego escuchó unos ruidos desordenados y finalmente la puerta de abrió.

- ¡Amo! Creíamos que no llegaría hasta mañana.

- Me aburrí de estar allí y me vine antes. - Comentó sabiendo que no tenía por qué dar explicaciones.

- ¿Qué puedo hacer por usted? ¿Qué necesita? ¿Quiere que deshaga sus maletas? Su cama está adecentada. ¿Desea ir a descansar?

- ¿Cómo puedes hablar tanto estando tan dormido? - Preguntó sin querer respuesta. - Deja las maletas y eso para mañana y acompáñame. - TaeHyung, por supuesto, aún en pijama, le obedeció. Mientras subían las escaleras, se fijó en que el amo parecía notablemente cansado. No creía que fuera por haber dormido poco, sino por haber comido poco. JiMin le había advertido de que el amo llegaría hambriento, pues no se había podido alimentar de él adecuadamente por no querer dañarle.

HoSeok entró en su habitación y pretendía que TaeHyung le siguiera.

- Pero...

- Entra. - Dijo sin más. Entonces TaeHyung se sintió nervioso. Ambos sabían que estaba hambriento y que JiMin no estaba en condiciones para alimentarle, así que, ¿había decidido alimentarse de él? ¿Así sin más? ¿Sin darle tiempo a adaptarse? - Prepara el baño. - Le ordenó.

- Sí, amo.

HoSeok se quitó la chaqueta y luego la camisa. TaeHyung evitó mirarle. Primero porque pensó que le sentaría mal, lo consideraría maleducado, y segundo porque se sentía cohibido. Aunque, por otro lado, si iba a acostarse con él, ¿no era tiempo de que perdiera esos miramientos? Ahora entendía por qué JiMin se sentía tan tímido a veces.

- TaeHyung. Quiero bañarme. - Le apresuró.

- Sí, amo. - Pensando en sus cosas no iba a terminar de preparar el baño.

- Estoy cansado. - Suspiró sentándose en la cama y frotándose las sienes. Tenía esa manía cuando estaba preocupado o agotado. Cansado era, seguramente, sinónimo de hambriento.

- Ya está listo, amo. - HoSeok se levantó y acabó por quitarse el pantalón.

- Lava esa ropa. Odio los sucios aviones. - Declaró mientras se metía en el agua tibia.

- Claro, amo. - Pronunció. Y luego se quedó parado junto a la puerta del baño.

- ¿Vas a observarme mientras me baño, TaeHyung?

- ¿¡Eh!? ¡No! Claro que no, amo. - Proclamó nervioso. - Yo... yo no quería. Yo sólo...

- TaeHyung. Calla. Me das dolor de cabeza.

- Lo lamento mucho, amo. - Susurró.

- Puedo escuchar tu latido acelerado desde aquí. - Expuso el inmortal. - Di lo que estás pensando.

- Es que yo... amo... me preguntaba...

- ¡TaeHyung! - Gruñó exasperado.

- Sólo quería decirle que si está hambriento... JiMin está mejor estos días que ha podido descansar, pero aún está algo débil y yo puedo... - Comprendiéndolo entonces, HoSeok se giró en la bañera y le miró.

- Has estado hablando con JiMin, ¿no?

- Me comentó la situación. - Afirmó. - Yo sólo quiero ayudar.

- Eso es muy comprensivo por tu parte. - HoSeok se levantó, su sirviente contempló su cuerpo completamente desnudo y esta vez no pudo apartar la mirada. El inmortal se acercó a él. Acarició su cuello y rodeó su cintura. - Sí. Muy comprensivo. - Le susurró. - Pero, ¿cómo me puedes decir que estás dispuesto a dejar que me alimente de ti cuando no puedes dejar de temblar? - Con una sonrisa burlesca, HoSeok se separó de él y entonces TaeHyung pudo recuperar el aliento. - Vuelve a la cama, TaeHyung. Es muy tarde.

- Por supuesto, amo.

- TaeHyung. - Le llamó antes de que acabara de salir del cuarto. - Gracias por preocuparte por JiMin. - Su tono de voz había cambiado mucho al decir esas palabras. - Hablaremos por la mañana.

- Sí, amo. Gracias amo. - Algo debía significar JiMin para el amo Jung para decir esas palabras. JiMin tenía razón, podía ser frío y distante, pero era bueno.


JiMin y TaeHyung estaban en la cocina, preparándose su desayuno para comenzar con sus tareas cuando HoSeok bajó las escaleras. Un inmortal como él rara vez bajaba a la cocina. ¿Para qué tendría que hacerlo si él no cocinaba ni comía siquiera?

- Buenos días.

- Buenos días, amo. - Se apresuró a decir JiMin. - ¿Cómo es que no nos dijo que llegaría antes? No pudimos recibirle adecuadamente.

- No quería pasar una noche más en el hotel. No importa el recibimiento. - Abrazó a JiMin por la cintura, de espaldas, apoyando la frente en su hombro, aspirando su aroma.

- Debe estar hambriento, amo. - Señaló JiMin.

- Estoy bien. - Mintió. - ¿Tú cómo te encuentras?

- Bien. - Aseguró. - He dormido mucho estos días. TaeHyung se porta muy bien conmigo.

- Eso he oído. - Declaró el inmortal. - Y dime, JiMin. - Empezó a decir con la mirada fija en TaeHyung pero sin dejar de abrazar a su favorito posesivamente. - ¿Es posible que el señor Kim esté dispuesto a ser algo más que un sirviente encargado de las tareas domésticas?

- No sé seguro si ha encontrado un buen motivo aún, amo. - Opinó JiMin con toda sinceridad.

- ¿En serio? No me pareció así anoche, cuando se me ofreció abiertamente. - Informó HoSeok.

- ¿Qué? No fue así. - Se apresuró a aclarar TaeHyung. Lo último que quería era que JiMin creyera que quería arrebatarle a la persona que amaba. - Yo sólo quería...

- Él sólo quería ayudarnos a ambos, amo. - Comprendió JiMin sin necesidad de que TaeHyung se excusara. - No se burle de su buena fe, amo. Se lo ruego.

- Sólo estaba jugando un poco. - Reconoció. - Pero afirmo que me pareció muy tierno verle tan convencido de sus palabras mientras temblaba con un cachorro asustado.

- Es usted cruel, amo. - Formuló JiMin.

- Cuando encuentres un motivo para ser mi favorito, si lo encuentras, dínoslo. - Dio un beso en la mejilla de JiMin y luego le susurró algo al oído. - Intentaré ser suave. - Fue lo único que pudo descifrar TaeHyung. JiMin asintió coqueto y agradecido. Después, el amo se dio la vuelta y volvió a su despacho. Como siempre, tenía mucho trabajo que hacer.

TaeHyung se pasó aquel día de la misma forma en la que había pasado los anteriores, buscando un motivo. Cuando JiMin subió al cuarto del amo, también estuvo pensando en ello mientras sacaba brillo a los cubiertos de plata. También pensó en ello cuando, a la mañana siguiente se cruzó en el pasillo con el amo, que cargaba a JiMin en brazos llevándolo a su habitación, completamente dormido y exhausto. Y durante todo ese día, incluso después de que JiMin se hubiera despertado al medio día, también reflexionó sobre qué motivo tenía para quedarse allí y ser el favorito del amo. Y entonces, esa noche, en la que no podía dormir, tuvo una revelación. Si estaba buscando un motivo desesperadamente era en realidad porque él ya había decido que se quería quedar y quería darse una excusa a sí mismo y a los demás para justificar su decisión. Pero la verdad es que quizá no había un único motivo. O quizá no era uno que se pudiera expresar o entender tan fácilmente como podía ser el dinero, por ejemplo. TaeHyung estaba a gusto en esa casa. Se sentía en su hogar más incluso que en la casa que había nacido incluso si no llevaba más de unas semanas. No sabía si era por JiMin o por el amo o por los dos o por otra razón. Tampoco les conocía tanto. Tampoco sabía demasiado bien lo que le esperaba porque no sabía mucho sobre el sexo y menos del sexo con un inmortal. Pero comprendió al fin que nada de eso importaba. Algo en su interior le decía que ese era el lugar en el que debía estar. Y, aunque no pudiera explicar sus motivos, sabía que su determinación era fuerte. No iba a fallar a JiMin ni al amo. Sus palabras y promesas no serían en vano. No abandonaría al par de meses como habían hecho otros favoritos antes. Él se quedaría y daría lo mejor de sí. Quizá no podía ofrecer un corazón lleno de amor como era el de JiMin, pero sí uno lleno de lealtad.

Con sus sentimientos muy poco claros, pero su determinación asegurada, fue, en ese mal momento en medio de la noche, a comunicárselo a JiMin. Con el corazón acelerado, llamó a la puerta de su cuarto.

- JiMin. ¿JiMin? ¿Puedo pasar?

- ¿Tae, eres tú? - Estaba claro que sólo podía ser él, pero JiMin estaba demasiado dormido como para razonar aún. - Pasa.

La cama de JiMin, al igual que la suya, era grande y lujosa. JiMin, envuelto en un mullido edredón blanco, parecía aún más pequeño en esa cama enorme. Era adorable. TaeHyung, como un niño, se subió también a la cama. Estaba muy ilusionado.

- Tengo que decirte algo.

- ¿Algo tan importante que no puede esperar a la mañana, TaeHyung? - Dijo bostezando.

- Quiero ser el  próximo favorito del amo. Pero sólo con tu sincera aprobación. - Expuso de repente. JiMin pareció desperezarse al instante. Parecía que para él si era una razón lo suficientemente importante como para despertarle a esas horas intempestivas.

- ¿Has encontrado un motivo para quedarte?

- No. - Informó muy convencido. Entonces JiMin no entendía nada. - Pero estoy seguro de lo que estoy diciendo. Quiero quedarme.  No te defraudaré. No abandonaré al amo hasta agotar mis fuerzas. Te lo prometo.

- TaeHyung... tienes tiempo para pensarlo. Sé que es mucha presión pero...

- Lo digo en serio, JiMin. Quiero cuidar del amo y de ti.

- No lo hagas por mí. - Le pidió. - De todas maneras yo no estaré aquí, TaeHyung. En cuanto tú estés bien instalado como su favorito yo deberé irme. - TaeHyung guardó silencio un momento pensando en esa posibilidad. La casa no sería lo mismo sin JiMin. Él quería que se quedara, y seguro que JiMin querría quedarse al lado de su amo y amor, pero no podía perdirle eso. No podía usurpar su puesto y sugerirle que se quedara a ver como la persona a la que amaba ya no yacía con él. Sería una crueldad.

- Yo no quiero arrebatarte al amo. - Aseguró.

- Ya lo sé, TaeHyung. Si algo me gusta de ti es que no albergas ninguna maldad en tu corazón. - Le consoló JiMin. - Pero el amo así lo quiere. Sólo un favorito cada vez. Esa es la regla que ha tomado siempre. Cree que si acepta más de uno, acabará aceptando tres y luego cuatro. Y entonces volvería a cómo vivía antes. Algo que le pasó hace mucho le hizo cambiar eso. - Fue la primera vez que TaeHyung se dio cuenta que incluso los inmortales podían pasarlo mal y, por tanto, tenían sentimientos. - Además, yo ya no puedo alimentar al amo correctamente. ¿Qué sentido tendría que me quedase aquí? - TaeHyung sabía que detrás de su sonrisa pura y cándida había un maltrecho corazón roto. ¿Cómo iba a quedarse sólo para hacer tareas de la casa mientras otro alimentaba a su amo?

- Lo hago por ti, JiMin. Y también por el amo. - Aseguró. - Y también por mí. - Terminó diciendo. - Porque sé que este es el lugar donde debo estar, aunque ni yo mismo lo entiendo bien. - Confesó. - Tienes que créeme, JiMin.

El favorito reflexionó. Creía a TaeHyung. Creía en el hecho de que le estaba diciendo la verdad y él sentía que debía estar allí, pero, ¿cuánto tiempo duraría su determinación? ¿Y si al final sólo eran palabras vacías y su corazón no era tan leal como ninguno de los dos pensaba? ¿Qué pasaría cuando se enfrentase a los problemas solo? ¿Qué haría ante un inmortal verdaderamente hambriento? No podía decidirlo a la ligera.

- Demuéstralo. - Formuló JiMin serio. - Demuestra que estás dispuesto a entregarte de verdad.

- Lo haré. - Respondió sin dudar. - Pídeme lo que sea. Te lo daré.

- Entrégate tú, TaeHyung. Ahora.

♤♡◇♧

Se hizo esperar. Tuve unas semanas de locos jajaja Siento la espera.
Espero dentro de poco poder seguir actualizando más historias.

Ya tengo varias portadas. Unos capitulos antes de acabar haremos el sorteo de cual será la portada de esta historia, así que tenéis tiempo de sobra para participar.

Gracias a los que ya han enviado las suyas al correo [email protected]

Un besazo!!!!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro