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10. Desplazado

Parpadeó muy lentamente. Sus párpados pesaban y su cuerpo lo hacía aún más. Nada más abrirlos, le vio. Estaba sentado en una silla, junto a la cama. No podía permitirlo. Debía estar realmente incómodo durmiendo allí. Intentó alargar un brazo y alcanzarlo.

- Amo... - Susurró. Y sin más, como si hubiera estado durmiendo con un ojo y un oído abiertos.

- JiMin, ¿cómo te encuentras? - Se acercó a él y sostuvo su mano.

- Bien. - Se forzó a sonreír. - Por favor, vaya a descansar a su dormitorio.

- Deja que te examine. - No parecía una pregunta.

- Estoy bien. - Aseguró JiMin.

- Antes te lo he preguntado como cortesía. - Declaró. - Ahora calla.

- Sí, amo. - Midió sus pulsaciones, su temperatura y su tensión.

- Tu presión sanguínea sigue un poco baja. - Comentó mientras le retiraba el suero y la vía intravenosa. - Y aún estás helado.

- Estoy... - Fijó los ojos en él, advirtiéndole que no siguiera hablando. Si decía una vez más que estaba bien, Hoseok se iba a enfadar. - Ahora que estoy despierto, no tardaré en entrar en calor.

- Conozco una forma más rápida. Hazme un hueco. - En realidad no tenía que decirlo, en la cama enorme de JiMin cabían los dos cómodamente.

- Debería dormir mejor. Lleva toda la noche ahí sentado y yo me muevo mucho cuando duermo. - Se coló entre sus sábanas y le abrazó. JiMin no pudo decir más. Entre sus brazos, era incapaz de refutarle nada. Y se sentía tan cálido, realmente cálido. - ¿Cuál es la temperatura media corporal de un inmortal? - Le preguntó.

- Podemos ajustarla un poco. - Expuso.

- ¿Eso no le hace gastar mucha energía? - Quiso saber su favorito. - Ya debe estar muy hambriento.

- Deja que yo me preocupe de eso. - Susurró en su oído. - No imaginaba que estuvieras tal débil.

- Pero...

- No voy a discutir. Menos ahora. Duerme.

Pasaron dos días y JiMin salió de la cama. Todo parecía volver a la normalidad, aunque TaeHyung a penas le dejaba hacer unas pequeñas tareas poco cansadas. El resto del tiempo casi le obligaba a perseguirle por la casa, sentándose en uno u otro rincón: el sofá, la mesa de la cocina, la escalera... mientras él lo hacía todo y charlaban. Su actitud traía luz y alegría a la gran mansión pero una oscuridad la ensombrecía. Ninguno de los dos quería hablar de ello, pero HoSeok se había quedado en su dormitorio esos dos días. Sólo había salido a su despacho para trabajar. Por esa razón, su grito les tomó por sorpresa.

- ¡TaeHyung! - Chilló como nunca lo había escuchado JiMin. Su voz era grave y autoritaria, pero tenía un tono de urgencia que asustaba.

- ¿Amo? - La voz de JiMin salió acongojada.

- TaeHyung, sube. - Esta segunda vez sólo parecía enfadado, no preocupado. JiMin se levantó de la escalera y quería salir corriendo cuando TaeHyung le agarró del brazo.

- No te preocupes. Estará bien. Deja que yo suba.

- Pero...

- Me ha llamado a mí por alguna razón. Seguro que no quiere preocuparte. - Le sonrió cálidamente. Confió en él aunque también había otra razón por la que no quería subir.

TaeHyung subió las escaleras con velocidad.

- ¿Amo? - Le llamó mientras llamaba a la puerta de su dormitorio.

- Entra. - Le apremió. - Joder... - TaeHyung se sorprendió de oírle susurrar un taco y se deslizó al interior con cuidado. Le buscó por la oscura habitación, al no encontrarle a primera vista palpó buscando el interruptor. - No enciendas. Me duele la cabeza. - Siguiendo el sonido de su voz le encontró sentado en el suelo a los pies de la cama.

- Amo. - Se acercó e inclinó junto a él. - ¿Se encuentra bien? ¿Qué necesita?

- Estoy mareado. - Reconoció. - Si me levanto siento que me caeré.

- Le ayudaré. Agárrese a mí. - Pidió.

- No. Alcánzame eso. - Dijo señalando algo sobre su escritorio. - La caja negra.

- ¿Esto? - Cogió la pequeña caja y se la entregó. HoSeok la abrió y dentro había jeringuillas, agujas y viales, y varios espacios vacíos. - ¿Qué es?

- Digamos que... morfina para inmortales. - Explicó.

- ¿Morfina? - Se extrañó TaeHyung. - ¿Eso no es una droga?

- No te pongas tan dramático. - Decía mientras llenaba una jeringa más y se levantaba la manga.

- Pero es malo. - Opinó. - ¿Eso no hace daño a la gente?

- Lo necesito, por un tiempo. - Alegó calmado.

- ¿Qué quiere decir?

- No aguantaré el hambre sin esto. - Confesó. Levantó la vista y le miró directamente a los ojos. - No imaginas las cosas que quiero hacerte ahora mismo. - TaeHyung tembló, aunque no era de miedo exactamente. Añadido a la sensación seductora que sentía también había culpabilidad. Por JiMin. Por otro lado, TaeHyung sabía que JiMin no le perdonaría si dejaba que el amo sufriera, incluso si le causaba un gran dolor a sí mismo.

- Si lo necesita... - Se ofreció con cuidado, pero sin dudar.

- No puedo. Al menos aún no. - Declaró. A TaeHyung le sorprendió su negativa. - No puedo hacerle eso. No mientras él esté en esta casa. - TaeHyung le miró en silencio. Su rostro denotaba una sinceridad y una fuerza abrumadoras.

- Está bien, amo. - Le apoyó en su decisión sabiendo que insistirle sería un error. - Déjeme que le ayude a levantarse ahora. HoSeok asintió esta vez y se apoyó en TaeHyung. Se mareó ligeramente pero se repuso rápidamente y le ayudó a sentarse en el borde de la cama.

- Sólo es una pequeña crisis. - Se llevó la mano a la cabeza. - Se me pasará en unos minutos. La morfina sólo me ayudará a calmarme. - Aseguró. - No pongas esa cara de pena. - Dijo sin siquiera mirarle. - Estoy bien. Soy un inmortal, ¿recuerdas?

- Sí, amo. - TaeHyung esperó en silencio mientras HoSeok respiraba con calma con los ojos cerrados. - ¿Necesita algo más, amo? - Preguntó en un murmullo tras un rato de calma. - ¿Por qué no se acuesta un rato?

- ¿Sabes, TaeHyung, por qué sólo tengo un favorito a la vez? - Dijo de repente. - ¿JiMin te lo ha contado? - TaeHyung negó sorprendido por la repentina conversación.

- No estaba seguro de que hubiera una razón concreta. JiMin nunca me ha dicho nada al respecto. - Aseguró.

- Ocurrió hace mucho tiempo... mucho antes de que JiMin y tú nacierais... - Resopló con gracia. - ...mucho antes de que vuestros padres nacieran. - Añadió. - En esos años tenía seis, no, siete favoritos conmigo. - Narró mientras se corregía. - Esta casa era más ruidosa y más luminosa entonces. - Sonrió con paz. - Todos ellos eran hermosos. A todos ellos los consideraba especiales, cada uno a su manera. Ellos se encontraban saludables y yo les consentía. Siempre hice lo posible para que fueran felices porque quería mantenerlos a mi lado, porque ellos me otorgaban felicidad a mí. Pero entonces llegó él. Era realmente lindo. Era amable y bueno. En poco tiempo se volvió... especial para mí. - Explicó. - Y empecé a pasar más tiempo con él que con los demás. No les di ningún motivos a mis otros favoritos. Sencillamente quería pasar tiempo con él y lo hice. - Entonces el inmortal cerró los ojos con fuerza. Seguir hablando parecía doloroso. - Al principio, mis favoritos más antiguos intentaron tranquilizar a los más novatos diciéndoles que sólo era una fase, que yo sólo me estaba comportando como un niño con un juguete nuevo, que ya había pasado antes. Tenían razón, ya me había encaprichado con alguno de ellos antes durante un tiempo, pero lo que ocurrió después no lo esperé ni yo. - Tomó aire con fuerza antes de continuar. - Me enamoré de él. - Confesó. - Dejó de ser un favorito para mí, TaeHyung. No sólo quería alimentarme de él, quería estar con él, cuidarle, amarle.

- ¿Y... qué pasó? - Curioso, TaeHyung no pudo evitar la pregunta cuando HoSeok quedó sin hablar sólo unos segundos.

- Como un año después de conocerle yo seguía alimentándome casi únicamente de él y apartando a los otros de mí. Él empazó a dar señales de ligera debilidad en ocasiones, pero aún era fuerte. Asumí por fin mis propios sentimientos y tras pensarlo bien, le dije que le convertiría en inmortal. Que estaríamos juntos siempre y... - Paró de golpe y rió de una forma tan dolorosa que TaeHyung tuvo ganas de llorar. - Me rechazó. Me dijo que no me amaba, que sólo estaba conmigo por el dinero. - Reconoció. Se llevó las manos al rostro, avergonzado. - ¡Qué patético, ¿no?! - Rió desolado. - Un inmortal suplicando amor de esa forma como un niño.

- El mundo está lleno de amores no correspondidos. - Comentó comprendiéndole. ¿Qué tenía de malo algo así? - La edad no importa. El amor no entiende de esas cosas. - Aseguró, aunque TaeHyung no creía saber demasiado sobre el amor. - ¿Fue por eso que nunca tuvo más de un favorito otra vez? - A decir verdad, TaeHyung no encontró la relación.

- No. No fue su rechazo lo que me llevó a esa decisión. - Declaró. - Después de la confesión, me fui unos días de viaje solo. Quería apartarme un poco para pensar con claridad o para... no sé. - Se lamentó, como si se arrepintiera de haberse ido aquella vez. - A los dos días me llamaron. Él... se había caído por la escalera y se había golpeado la cabeza con los escalones de marmol. - TaeHyung se llevó las manos a la boca sorprendido. - Falleció en el acto. - Expuso con el dolor de una muy vieja herida. - Al menos esa fue la versión oficial. - Añadió.

- ¿Qué quiere decir, amo? - Preguntó temeroso.

- Unos días después de su entierro, uno de mis favoritos no aguantó la culpabilidad y confesó que lo habían planeado entre todos ellos. - TaeHyung escuchaba sin poder creerlo con los ojos muy abiertos. - No sé si él llegó a contarles sobre mi confesión y esa fue lo que la gota que colmó el vaso o si la envidia acumulada que le tenían fue suficiente para que lo hicieran. En cualquiera de los dos casos, su muerte fue mi culpa. - Sentenció sin querer que TaeHyung le consolara por ello. - Pero igualmente ya no podía mantenerlos bajo mi techo, así que tuve que echarles. Estuve un tiempo sin alimentarme. Fue entonces cuando probé por primera vez esta droga. Tuve tiempo para pensar por qué había sucedido aquello y me di cuenta de que yo era débil y de que podía volver a pasar. No podía jurar, ni a mi mismo, que no me enamoraría de nuevo nunca más. - Explicó el inmortal mostrándole a TaeHyung una faceta que jamás creyó ver. - Por eso decidí que no volvería a tener más de un favorito a la vez. No fui capaz de lidiar con mis sentimientos de manera justa para con todos ellos y aquel de quien me enamoré acabó pagando las consecuencias. - Por un largo momento pareció perdido en sus pensamientos. - Era muy joven, ¿sabes? En aquel momento no existía eso de la mayoría de edad. No tenía más que 17 años cuando le empujaron escaleras abajo y se abrió la cabeza. - Dijo cubriéndose el rostro con una mano. Quizá estaba llorando. - Por mi culpa. ¿Y sabes qué es lo peor de todo? ¿Lo que más me hace sentir culpable? - TaeHyung escuchaba sin decir nada, sin saber muy bien si HoSeok se lo estaba narrando para que lo supiera o simplemente para desaogarse en su momento de debilidad. - Que no recuerdo su rostro. Sé que era hermoso, su piel era clara y su pelo rubio. Pero sé que la imagen que guardo en mi memoria no es realmente fiable. Ya no. - Y guardó silencio. Durante un largo rato ambos quedaron allí, sin decir nada más. Sin saber si el inmortal estaría llorando, TaeHyung se mantuvo callado, acompañándole en sus penosos y dolorosos recuerdos.

- Amo, deje que le ayude a acomodarse en la cama. - Pidió TaeHyung tras unos largos minutos. - Cogerá frío en el suelo, y debería descansar. - TaeHyung no sabía si eso era cierto. ¿Los inmortales realmente podían enfermarse? Igualmente, HoSeok le hizo caso y se levantó, despacio pero sin dudar ni tambalearse. Parecía que la droga había hecho efecto y ya no se sentía mareado.

- Déjame solo, TaeHyung. Voy a echarme un rato.

TaeHyung volvió a la cocina afectado por lo que acababa de escuchar y ver. Tenía muchas preguntas y sus conclusiones no parecían tener ningún fundamento. Para empezar, había descubierto que HoSeok pensaba en JiMin más de lo que ellos creían. A ojos de TaeHyung, ahora JiMin no era sólo un favorito del que alimentarse. El inmortal se preocupaba por él y no quería verle sufrir. Nunca había considerado que HoSeok fuera cruel, pero tampoco era fácil verle tener sentimientos humanos. Por su parte, JiMin tampoco había dicho nada. Ambos tenían preguntas en mente.

- JiMin. - TaeHyung acabó por romper el silencio. - ¿Sabes que le ocurre a un inmortal cuando no se alimenta? - Quiso saber. TaeHyung no había querido hacer muchas preguntas el tiempo que llevaba allí, pero ahora todas se le habían agolpado en la mente y luchaban por salir.

- Por lo que sé entran en un estado de letargo. - Respondió casi en un murmullo. - Quedan como dormidos durante mucho tiempo. - No dijo más. No tenía mucho que decir sobre eso y sus pensamientos iban por otro lado. Por una parte no quería preguntar, pero tampoco quería acobardarse con él. No deseaba guardarle ningún rencor a TaeHyung, pues él no tenía la culpa de nada de lo que estaba ocurriendo. No quería que se ocultaran nada el uno al otro.

- Tae... ¿puedo hacerte una pregunta? ¿Una pregunta personal?

- ¿Eh? ¡Claro!

- Esto...tú... no. Olvídalo. - Rectificó arrepintiéndose de pronto.

- ¿Qué pasa? Dilo. - Le insistió TaeHyung.

- Es una pregunta que no debo hacer. Yo sólo... - Se miró sus pequeñas manos sabiendo cuál era el motivo de su confusión. Celoso. Estaba terriblemente celoso y triste y no quería eso. Quería mucho a TaeHyung, no se merecía ese comportamiento infantil por su parte.

- JiMin, ¿qué ocurre? - Preguntó preocupado al verle tan pensativo sin poder mirarle a los ojos. - ¡Suéltalo ya!

- Yo... tú... ¿Has alimentado al amo? - Dijo sin poder mirarle aún y se sintió terriblemente mal. Quiso llorar. Estaba siendo injusto. El amo debía estar tan hambriento y él sólo podía pensar egoistamente en sus propios sentimientos. - Lo siento. - Cerró los ojos con fuerza al sentirse tan culpable. - Lo siento.

- JiMin. - Se acercó a él con cariño. - No. - Él también se sentía culpable tan sólo por haberse ofrecido al amo. - Te prometo que no ha pasado nada. Sólo quería mi ayuda para una cosa, pero no era nada de eso. - JiMin le creyó al instante.

- No debí preguntarte eso. - Se lamentó. - El amo debe tener mucha hambre y yo no puedo alimentarlo más. Él lo sabe.

- ¿Cómo no ibas a preguntármelo, JiMin? Estás enamorado de él. - Le abrazó para consolarle. Debía sentirse realmente mal. El hombre al que amaba ya no le necesitaba después de tanto tiempo a su lado. ¿Qué podía ser peor? Incluso si siempre había sabido que ocurriría, saber que llegaba el momento, que llegaba el final, era aterrador. Y además, sus sentimientos contradictorios sólo le pesaban más, pues el gentil hombre que trataba de apaciguar su dolor era el mismo que se quedaría con quien amaba, para sustituirle. Era una broma cruel y no pudo detener sus lágrimas, acurrucado en el pecho de su amigo y confidente.


Hola!! Espero que os haya gustado el capítulo. Ahora sabemos un poco más sobre HoSeok, resulta que el inmortal no es tan despiadado no frío como parecía. 😊

¡¡¡¡Al fin tenemos portada ganadora!!!!
Y la ganadora es.... 🥁🥁🥁 alixanterm!!! Es una portada genial!!! Muchísimas gracias!!!!! ❤❤
Y también a todos los que habéis participado con vuestras portadas y votado!  Lo habéis hecho posible. Gracias!!!

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