Moreno
Do Kyungsoo no podía parar de reír; se sostenía el estómago con las manos por el dolor que le causaba tanta risa. Sí, Kim sabía que se burlaría de él.
—Esto es serio Kyung, deja de reírte—. Jun miro al pequeño pelinegro con ojos acusadores mientras sus labios formaban un puchero.
Do se quitó las lágrimas que caían por sus mejillas tras tremendas carcajadas que le sacó su querido amigo. —Es que, Jun, no puedo creer que realmente hayas invocado a un puto demonio para que te jodiera el culo—. Las mejillas del castaño se tornaron color carmín y miró hacia el piso, avergonzado.
—Yo no hice eso—. Dijo apenas en un susurro.
Kyungsoo quería seguir riendo, pero sabía que su amigo se molestaría con él. Ya bastante tenía con un demonio sexual con la apariencia de su crush acechándolo en sueños y en su propia habitación. Pobre Junmyeon, había metido la pata hasta el fondo.
—Creo que lo primero que tenemos que hacer es investigar sobre este Íncubo—. El pelinegro con semblante serio le hizo señas con la mano para que lo siguiera a su cuarto. Tenían mucho que investigar.
— A ver, según Wikipedia, un Íncubo es un demonio sexual que mantiene relaciones íntimas con humanos. Bueno eso ya lo sabíamos; también dice que puede llegar a embarazar a mujeres. Que bueno que eres hombre sino estaríamos en serios problemas.
— ¿Por qué no mejor buscas en otra fuente de información? Algo más relevante—. Junmyeon empezaba a desesperarse, llevaban 1 hora frente al computador de Soo y solo habían encontrado lo que ya sabían.
—¡Esto es una pérdida de tiempo!—Se dijo el castaño. Empezaba a dolerle la cabeza.
×××
Las calles de Seúl se encontraban abarrotadas de gente. —Estúpidos humanos—. Pensó el moreno mientras observaba con un poco de asco todo a su alrededor. Ahora podía estar en su forma original, y no cómo el idiota ese llamado SeHun que el pequeño que lo invocó deseó que fuera. Él era mucho más atractivo que ese cara de culo.
Decidió tomar un descanso y dejar de atormentar por un rato a Junmyeon.
—Oh si, Junmyeon—. Pasó la lengua por sus labios y saboreó el nombre de aquel indefenso castaño en su boca. Sonrió.
Era la primera vez que alguien tan delicado como ese chico le invocaba. Siempre eran atrevidos, sólo buscaban sexo y él estaba dispuesto a darles lo que querían, para eso existía, para hacer al humano pecar. Ver lo débiles que eran ante él era excitante, la manera en la que le temían pero a su vez, lo deseaban.
Hipócritas, eso eran. Los humanos eran tan hipócritas que un día estaban en misa pidiendo perdón, y al otro estaban engañando a sus parejas, robando, hablando mal de su propia familia y amigos. No merecían misericordia, no eran mejor que él.
A la espera de su castaño, Kai se divertiría un poco con esos humanos ineptos; un poco de diversión no mataría a nadie, ¿O quizá sí?
El moreno le dedicó una sonrisa ladina a la bonita pelirroja que se encontraba en su campo de visión. Era hora de la acción.
×××
Kyungsoo realmente no ayudó en nada, más que para burlarse de él y dejarlo más confundido que antes. Se revolvió los cabellos y lanzó un bufido, esto lo iba a matar en cualquier momento. SeHun no se encontraba en casa, y al parecer tampoco el Íncubo, cosa que era un gran alivio para él. No se sentía bien cómo para lidiar con alguno de ellos dos, quizá nunca lo estaría.
A estas alturas de su vida, solo quiere dormir. Junmyeon se recuesta en su cama. Quiere dormir por mucho tiempo y que cuando despierte, todo sea como antes. Sus ojos se cierran.
No siente nada, no hay rastro del Íncubo. Se siente aliviado pero muy dentro de él un poco decepcionado, eso hace que sus mejillas se tornen un poco sonrosadas por la vergüenza. No debería tener ese pensamiento por el demonio que se hace pasar por SeHun.
Se siente agotado tanto física como mentalmente, así que logra dormir unas cuantas horas hasta que escucha que la puerta de la entrada es abierta y pisadas suenan por todo el apartamento. Sabe que es SeHun, pero no piensa salir a saludarlo, sigue molesto por la manera en la que se comportó con él.
—Tu amigo sí que la cago, ¿no?— Junmyeon se sobresaltó y se levantó de la cama con los ojos abiertos. Una sombra oscura se veía entre su closet y la ventana de su cuarto. Ahora que ya era de noche, no se lograba ver nada. La respiración se le aceleró un poco.
—No te asustes conejito—. El castaño vio como aquel hombre salía de su escondite. La luz de la luna apuntó directamente al rostro del intruso. Jun sintió como la respiración se le quedaba atorada en la garganta. —Oh, perdona. Hoy decidí mostrarte mi verdadero yo, ¿a poco no soy más atractivo que tu amigo?— Y sí que era guapo, muy guapo, tanto que comenzó a sentir calor.
El demonio caminó hacia él con la mirada penetrando la suya, como si viera dentro de su alma, y se sintió expuesto. Ahora que estaba más cerca pudo apreciar aquella belleza.
Piel morena, labios gruesos, ojos color chocolate, sonrisa perfecta y un cuerpo de infarto. —Creo que te dejé sin habla—. Y sí que le había dejado sin habla. Junmyeon seguía sentado en la cama sin poder articular alguna oración. Trago saliva.
— ¿Cómo te llamas?, ¿piensas hacerme daño?— Las preguntas salieron de su boca rápido y algo torpes por el nerviosismo porque ¡Dios, tiene a un maldito demonio sensual frente a sus narices! Y él no sabe realmente cómo reaccionar, más que quedándose plantado en la cama.
—Jongin, a tus órdenes—. La voz ronca del moreno se escuchó cerca de su oído, tan sensual y llena de segundas intenciones. Sentir el aliento caliente tan cerca le causó escalofríos, ¿en qué momento se movió a su lado? Le empezaba a doler la cabeza.
Ahora estaba frente a él, guiñándole un ojo de la manera más ¿sexy?, sí que estaba perdiendo la cabeza.
×××
—Vaya que eres un idiota, ¿cómo le vas a gritar todo eso al pobre SuHo? Es que no eres más bruto porque ya no puedes—. Chanyeol miraba con el ceño fruncido a SeHun, no podía dar crédito a todo lo que le estaba contando.
—Perdón ¿si? Estaba molesto, fue el calor del momento—. Decía un poco apenado SeHun.
—Es que ni siquiera deberías molestarte, no había razón para que le gritaras o te molestaras por que él llevara a alguien a casa—. La voz de Chanyeol sonaba molesta— Sabes muy bien que tú te has encargado muy bien de que no pase nada entre ustedes—. El sarcasmo en Chan era muy notorio. —Solo lo haz alejado, saliendo con cualquiera que se te ponga en frente porque eres un cobarde enamorado que no sabe cómo lidiar con sus emociones.
Esta vez, Chanyeol se levantó y encaró a SeHun. —Mira, eres mi amigo y te aprecio mucho, pero eres un pendejo y lo sabes. Te repito, no tienes ningún derecho a enojarte.
SeHun quería enojarse con su amigo, puede que lo esté, pero solo un poco. Tiene razón en todo lo que dijo y eso fue un golpe duro para él. No quería mirar a los ojos a Chanyeol pues se sentía derrotado porque efectivamente había puesto una barrera invisible llena de desinterés entre Junmyeon y él. Ahora que su conejito está teniendo una aventura con alguien, no puede controlar sus celos. Se odia a sí mismo por eso.
Un fuerte suspiro salió de los labios de SeHun. —Lo sé. Sé que no tengo ningún derecho sobre la vida de Jun, pero no puedo evitarlo, él es alguien importante para mí; me aterra que vaya a dejarme por alguien más. No sé si lo que siento es amor o solo es un capricho y eso me está carcomiendo por dentro, Chanyeol—. Su voz sonaba lastimada. Nunca había sentido algo tan fuerte por alguien; Junmyeon es la excepción, siempre lo fue, pero es su maldito mejor amigo y no quiere arruinar las cosas.
—Te entiendo pero debes aclarar lo que sientes. Deja de ser un maldito cobarde, ponte bien los malditos pantalones; sé un hombre y confiésale todo lo que sientes por él. Yo sé que lo entenderá.
¿Acaso Chanyeol sabía algo que él no?
— Yo lo intentaré, lo prometo—. Sehun abrazó a su amigo, realmente lo necesitaba. Hablar con él lo ayudó demasiado, le debía mucho a ese gigante de patas chuecas.
×××
—Entonces, ¿no me harás daño verdad?— El demonio sexy negó con la cabeza. Los dos se encontraban acostados en la cama mientras comían una pizza. Sí, eso quizá era raro pero ya no le sorprendía nada a estas alturas de su vida.
—Excelente, me dijiste que puedes tomar la forma de cualquier persona, ¿verdad?— Ahora se sentía emocionado.
—Básicamente sí—. A Jongin le daba un poco de risa el entusiasmo y la curiosidad sobre él, así que se transformó en el amigo ojón de Junmyeon.
— ¡Cristo bendito!— Eso tomó desprevenido a Jun. Sabe que no debería tenerle tanta confianza al demonio, no es correcto, puede que detrás de la fachada amable que le estaba mostrando, está escondiendo aquel ser lleno de maldad.
Gracias por la espera 💖
Aquí les dejo la siguiente parte, espero les guste, me costó escribirlo por que no sabía cómo acomodar las ideas para este capítulo. Pero bueno, aquí está.
Actualizaré en semana y media.
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