Rocío paseaba por la liga Pokemon de Sinnoh, mientras que su Empoleon caminaba a su lado.

Mientras caminaba, recordó su relación con cada miembro del Alto Mando de la región, a quienes tuvo que vencer para volverse Campeona de Sinnoh.

Primero, pensó en Alecrán, el Alto Mando que adoraba los Pokemon insecto, él era como un amigo fiel y extrovertido, le pedía casi siempre que se veían que capturara un Pokemon insecto.

-Alecrán: ¡Rocio, te sigo diciendo que pongas un Scizor en el equipo y quites a ese Togekiss!

-Rocío: *Sintiéndose ofendida, pero riendo* ¿Yo? ¿Tener un Scizor? ¿Quitar a mi niña Togekiss? ¡Jamás!

Aunque pareciera algo pesado con los Pokemon tipo bicho, le caía muy bien.

Luego, pensó en Gaia, la veterana de tipo Tierra, ella la trataba como una nieta. Le daba consejos sabios y una taza de té cuando Rocío se sentía angustiada.

-Gaia: Niña, aunque seas la campeona, recuerda en tener los pies en la tierra.

-Rocío: *Tomando un sorbo del té que le preparó Gaia* Gracias, abuelita Gaia.

"Abuelita Gaia", era un apodo cariñoso que no lo usaba en público, pero cada vez que lo hacía, siempre hacía sonreír a Gaia.

Después, pensó en Fausto, el maestro de tipo Fuego, él sin duda el que mejor le caía y mejor conocía, lo conoció desde pequeña, cuando Lectro los presentó hace años.

-Fausto: *Agachado frente a Rocio de pequeña y sonriendo* Nos vemos pronto, pequeña, cuando tu padre decida reunirnos de nuevo.

-Rocío de pequeña: Si... Gracias, Tito Fausto.

"Tito Fausto" era el apodo que Rocío le daba al miembro del Alto Mando, apodo que él adoraba. Fausto la había adoptado como su sobrina adoptiva, incluso llamándola "Sobrina". Él le había enseñado a que la vida no había que tomársela tanto en serio.

Finalmente, pensó en Delos, el especialista de Tipo Psíquico, él era el que menos entendía, ya que su forma de hablar y de explicar era como un enigma para ella. Aún así, Rocío lo respetaba y algunas veces meditaba con él.

-Delos: Los Pokemon son espejos de nuestras emociones. No dejes que ellos se perjudiquen.

Delos le decía algunas frases que luego dejaban a Rocío pensando, incluso llegando al punto de no dormir algunas noches.

A lo mejor, no tenía una relación como la que Rocío tenía con Gaia o Fausto, pero había respeto y algo de admiración entre ellos.

Rocío, tras pensar en todos ellos, miro por la ventana de su sala de Campeona, donde a lo lejos se veía Ciudad Marina, Rocío miró al horizonte y luego a su Empoleon.

-Rocío: Al final, después de todo lo sucedido, les debo todo a ellos, ¿verdad Empol?

Empoleon soltó un graznido en acuerdo y Rocío, sonriendo, le acarició la cabeza.

Sin duda, Rocío había aprendido de cada miembro del Alto Mando algo: De Alecrán  la pasión, de Gaia la sabiduría, de Fausto la diversión y de Delos la inteligencia.

Fin

¿O no?

Incorret Quotes

-Fausto: *Riendo a carcajadas porque Rocío se cayó de la silla*

-Rocío: ¡Tito Fausto, ayúdame!

-Fausto: *Riendo, sin aliento* Espera, espera... Que tengo que tomarle foto a esto...

💙⚡️

-Gaia y Fausto: *Peleando para ver cuál es el favorito de Rocío*

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💙⚡️

-Fausto: ¡Sobrina! ¿Quieres aprender a echar fuego de la mano como un verdadero entrenador de tipo Fuego?

-Rocío: Es peligroso... ¡Pero si!

(De repente, se escucha una puerta abriéndose de una patada)

-Lectro: ¡Fausto! ¿¡Le estas enseñando a mi hija a quemarse la mano!?

-Fausto:

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]

¡Bueno gente!

Este es un capítulo que quería hacer desde hace semanas.

Aviso que cuando estés leyendo esto, probablemente haya o esté publicado un capítulo en esta historia.

Que aviso, se vienen lágrimas.

¿Hay algo que quieran ver?

Ahora si, sin más que decir...

Chaonara~