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🍉 CAP 5 🍉

El dentista siempre fue uno de los lugares menos favoritos de Félix, no podría decir que lo odiaba, pero simplemente no era de su agrado. El aroma, el ruido de las máquinas, los rostros cubiertos de los dentistas que parecían mucho más maliciosos de lo que realmente eran encimandose sobre él para meter objetos picudos en su boca expuesta. Simplemente no.

Pero HyunJin tenía un turno con uno de esos doctores dentales y Félix sentía que tenía que estar con él, después de todo, estaba cambiando su cuerpo para mantenerlos a ambos a flote.

Claro, Félix tenía muy presente que el punto principal de HyunJin era salvar a su familia de la deuda. Evitar que sus suegros se enojaran con Félix era secundario, pero en parte vital, pues de ellos dependía que la deuda fuera sellada.

Para se sincero, Félix tenía cierta dificultad para distinguir el delgado límite que separaba el interés egoísta de HyunJin por sacar a delante a su familia de la deuda y su interés por él.

- En uno momento los atenderá el doctor - afirma la recepcionista cuando HyunJin notifica su llegada con ella - Pueden tomar asiento en lo que esperan - sugiere amable y con un ademán señala los asientos disponibles fuera del consultorio.

HyunJin casi se desarma cuando llega a su asiento, y Félix asume que se debe a que eran las 4 de la tarde y el azabache no había tomado una siesta. Por lo que tenía entendido era el único turno disponible si quería un tratamiento rápido lo antes posible, y bueno, HyunJin tomó medidas desesperadas por la causa.

Nada fuera de lo normal para Félix.

- ¿Cuánto cuesta el tratamiento? - cuestiona, volteando a ver a HyunJin, quien permanecía con los ojos cerrados y la cabeza recargada contra el muro.

- Nada que no pueda pagar - Fue la somnolienta respuesta. No era la que Félix esperaba, pero suponía que bastaba.

- No lo decía por eso, pero está bien - responde acomodándose contra el respaldar de su silla, aunque no tuvo mucho tiempo para disfrutar de la comodidad del mueble cuando el dentista abre la puerta de su consultorio para permitirle el paso a una mujer.

- Bien, me toca - se anima HyunJin antes de tomar un poquito de impulso y ponerse de pie. Félix se limita a verlo entrar en el consultorio antes de que la puerta se cerrase a su espalda.

HyunJin era adulto, podía soportar un tratamiento dental solo.

No pasan más de 30 minutos cuando la puerta del consultorio vuelve a abrirse y la cabeza del dentista se asoma. Félix observa en silencio como el profesional detenía su mirada en los dos señores rubios, medio canosos, de la sala de espera antes de recaer en él.

- ¿Quién es Lee Félix? - pregunta finamente, aunque por cómo señala a Félix con el dedo uno podía suponer que esperaba que fuera él.

- Soy yo - responde alzando un poco la mano, solo por destacar un poco más.

- Perfecto, ya terminamos. Necesito que entres un momento - pide antes de entrar. Félix toma su abrigo y el de HyunJin de los asientos y obedece la indicación.

- ¿Todo bien? - pregunta una vez que cierra la puerta tras de sí.

- Oh si, totalmente. La dentadura de su compañero es muy saludable - afirma mientras rodea su escritorio para sentarse tras ofrecerle la posibilidad a Félix de tomar asiento junto a HyunJin - Solo quería mencionar los cuidados y precauciones que deberían tener al momento de tratar las prótesis - menciona - Hwang me mencionó que es usted quien cocina ¿Correcto? - pregunta jovial.

- Si, por el momento - responde cruzándose de piernas.

Las instrucciones eran fáciles de recordar, y en todo caso, lógicas. Hasta que la pasta adherente se secara por completo HyunJin no podía comer, lo que serían unas 4 horas de ayuno. Luego de eso era evitar comidas y bebidas calientes y sólidos por 3 días.

- El efecto de la anestesia pasará en un par de horas, pero tendrá dificultades musculares hasta las 7, tal vez 6 y media - explica - Por eso está callado - señala.

De todas formas no dice mucho.

Claro, eso también era su culpa de cierto modo. Tenía que dejar de ser tan frío con HyunJin, aunque el mayor lo estaba engañando no tenía la culpa de nacer omega, en todo caso hasta sus padres tenían más culpa que él ¿Qué clase de padres exigen a su hijo fingir ser lo que no es durante toda su amarga vida? Aparte de los suyos, claro.

Estaba en él solucionar las cosas.

Después de todo, HyunJin no parecía mala persona. Sólo era tímido, y algo flojo, pero dedicado y amable. Merecía un mejor trato, Félix era consciente de eso y lo intentaría.

- Gracias, que tenga un buen día - reverencia Félix al despedirse. HyunJin lo imita y en un santiamén se encuentran caminando fuera del consultorio, por la vereda, buscando un taxi con la mirada - HyunJin - el azabache lo mira y las palabras simplemente desaparecen de su cabeza - Nada - suspira antes de voltear hacía la calle.

Como si todos los taxis hubieran desaparecido de la ciudad, ambos optan por ir hasta el centro para dar un ¿Paseo? Tan solo iban a caminar un momento para no estar encerrados en la casa, después de todo, para estar en un silencio incómodo como hicieron los últimos días podían hacerlo en el exterior.

HyunJin se detiene lentamente y se aleja del medio del camino para apoyarse en uno de los árboles que decoraban la acera. Félix tarda unos cuantos pasos en darse cuenta de la ausencia de HyunJin y no tarda en ir a su lado con desconcierto.

- ¿Pasa algo? - pregunta, pero HyunJin lleva su mano a su propio estómago y arquea sus cejas en un claro gesto de malestar - ¿Te duele el estómago? - cuestiona. HyunJin asiente - ¿Náuseas? - el azabache niega y Félix se siente un poco más tranquilo - Debe ser por los analgésicos. Aquí se los dan vía oral ¿No? - cuando ve a HyunJin asentir suspira y mira a su alrededor - Ven, vamos por un té para calmar el malestar, lo pediré tibio para ti ¿Si? - propone con una leve sonrisa para calmar un poco al más alto. No quería que sintiera que su dolor le resultaba una molestia.

Si la cálida mueca, por más tímida que haya sido, sorprendió a HyunJin, Félix no lo notó, aunque podía jurar que sus ojos estaban clavados en sus labios. Nervioso por eso pasa la lengua por ellos en un gesto de incomodidad y voltea para retomar su camino y buscar la cafetería más cercana. HyunJin fue detrás de él casi al instante, aunque permaneció dos pasos detrás. Quienes los vieran no creerían que iban juntos.

No necesitaron caminar mucho para encontrar una cafetería. A dos locales de donde estaban encontraron una muy agradable. Félix no sé molestó mucho en ver la decoración del lugar, pero por el rabillo del ojo creyó ver las paredes pintadas de un verde pastel casi blanco, algunos detalles de madera y una que otra columna de color verde manzana. Mientras se acercan al mostrador, donde había una fila de no más de 3 personas, Félix voltea a ver a HyunJin.

- ¿Quieres beberlo aquí o pido para llevar? - el azabache lo mira un momento, y Félix sintió la necesidad de agregar algo más - A mi me da igual - HyunJin voltea a ver la fila cuando la mujer que iba delante de todo toma su pedido para llevar y se retira - ¿Aquí? - cuestiona cuando HyunJin lo mira de nuevo y señala hacia abajo.

El azabache asiente y Félix le regresa el gesto para dar a entender que entendió. La empleada que estaba atendiendo en la caja tenía cara de pocos amigos y su aura era pesada. HyunJin sonríe apenas con diversión cuando ve la pequeña nariz de botón de Félix arrugarse un poco por el aroma agrio y espeso.

Una vez que Félix pidió por ambos se fueron a sentar a una mesa cuadrada para dos cerca del ventanal del local, teniendo a su lado una bella vista de la calle y la gente caminando por las limpias veredas.

- ¿Te duele mucho? - HyunJin voltea a verlo y niega con la cabeza - Que bien - suspira levemente y saca su teléfono de su bolsillo, le había llegado una notificación hacia varios minutos y aún no veía de que se trataba.

Ah, un mensaje de JiSung. Amigos desde hace 7 años, JiSung fue su primer y única opción para padrino de su boda, no sé le ocurría nadie mejor que él. Revisa el mensaje con calma, era la confirmación de que podía asistir a la boda, pero que llegaría un poco antes a Corea.

Levanta un poco la cabeza y mira a HyunJin por debajo de sus pestañas, el azabache miraba con atención la calle y se veía igual que un santo... un muy caliente santo. No se había preguntado quién sería el padrino de HyunJin ¿Alguno de los amigos que conoció? Tal vez MinHo, apostaba más por MinHo. Aunque era muy probable que ese chico perdiera el anillo, es más, ya debió haberlo perdido. Una risita tonta se le escapa por la idea y HyunJin lo mira.

- Nada, nada, estoy algo loco - se justifica balanceando su mano de un lado a otro para calmar las dudas de HyunJin. El azabache mueve la cabeza, como diciendo "Ah", y luego regresa su mirada al ventanal.

¿Estaría mal tratar de unirse un poco más? Es decir, Félix sabía poco y nada del HyunJin que tenía en frente, lo que conocía, o creía conocer, se lo habían dado en un papel y había sido a base de una mentira desesperada. Tal vez HyunJin no era el esposo prometido que esperaba, pero podía ser igual de bueno, tal vez mejor, si lo conocía como era realmente. Debía admitir que la culpa que sentía por haber apagado el humor de HyunJin desde que lo descubrió lo estaba ahogando y se sentía mal por eso.

- No te he preguntado... - HyunJin lo mira de vuelta y Félix cierra la boca unos segundos ¿Era el momento de hablar ahora que el otro no podía? Ya se arrepintió de abrir la boca - ¿Quién es tu padrino? - HyunJin ladeó un poco la cabeza, probablemente preguntándose como demonios responder, o tal vez preguntándose porque sacó un tema de conversación. Esto iba a ser difícil - ¿MinHo? - Pregunta para simplificar las cosas. HyunJin asiente con algo de energía - Que agradable idea - alaga, no se le daba muy bien opinar sobre cosas importantes. Mejor dejaba de hablar otra vez.

Los toquecitos en la mesa que da HyunJin con los dedos hace que Félix lo mire otra vez. Una vez que tiene su atención Hwang hace un gesto con la cabeza antes de señalarlo. La evidencia señalaba que podría estarle preguntando a quién había elegido él, aún así, preguntar podría evitarle la vergüenza de suponer cualquier cosa a Félix.

- ¿A quién elegí yo? - pregunta tocándose el pecho con el índice. HyunJin asiente y él suspira levemente - Un amigo de hace mucho, se llama JiSung. Es buen chico - responde, volteando a ver a la mesera cuando esta aparece a su lado con sus pedidos. Con un agradecimiento Félix ve a la mesera partir y el baja la mirada a su café para tomar la taza con sus manos para llevarla a sus labios.

El resto de su estancia en el local fue en silencio. Un par de veces levantó la mirada hacia HyunJin, recorriendo sus facciones con inquietud, como si estuviera haciendo algo malo. Alfa o no, nadie podría negar que HyunJin era hermoso, demasiado para la dignidad de los demás Omegas. Félix se sentía algo pequeño a su lado, "pequeño" más allá de la altura. Labios rojizos y carnosos, tez blanca de porcelana, ojos negros e inocentes como los de un venado. HyunJin era el omega más hermoso que había conocido y estaba comprometido con él. Algo en su interior saltó orgulloso en su pecho ante el pensamiento, claro, después recordó que no se lo ganó sino que estaban comprometidos y con ese pensamiento su emoción bajó un poco, pero eso no quitaba que HyunJin estaba con él.

Aún así, Félix estaba decidido. Se ganaría el corazón y el matrimonio con HyunJin justamente, como debería ser. No había motivos reales para resignarse a un matrimonio vacío si Félix tenía la oportunidad de hacerlo real.

HyunJin es quien propone luego de un tiempo que regresen a casa, claro, fue algo difícil de descifrar con gestos y negaciones, pero de alguna manera fue divertido, como si jugaran a "Digalo con mímica". Durante el camino de regreso Félix sigue mirando a HyunJin de vez en cuando, apartando la mirada cada vez que el azabache se mueve un poco en su dirección.

- Estoy bien, estoy bien - gime cubriendo su nariz con una mano mientras extiende la otra contra HyunJin para mantenerlo a raya. Por andar viendo a HyunJin se dio de lleno con un semáforo y el sonido no hizo mas que llamar la atención de todas las personas que los rodeaban.

Cuando entran a casa Félix se permite suspirar aliviado de una manera algo exagerada, algo de lo que se habría avergonzado de no ser porque a HyunJin lo hizo reír un poquito. Bueno, le quedaba claro que con humor podía suavizar la tensión entre los dos.

- ¿Vas a tu cuarto? - intenta descifrar el gesto de HyunJin hacia las escaleras, y al ver al azabache asentir ladea la cabeza - Está bien - responde - ¿No vas a cenar? - HyunJin duda un momento pero al final niega - Bueno, pero de todas formas te llevaré un té, solo para que te duermas con algo en el estómago - aclara mientras se da la vuelta para ir a la cocina, sin querer ver oposición alguna de parte de HyunJin.

Aunque claro, de haberlo visto podría haber notado la sutil sonrisa en los labios esponjosos del omega azabache. Para cuando Félix termina de preparar el té y sube a entregárselo HyunJin ya se había puesto una polera gris holgada y un pantalón de algodón más claro, esperando sentado al borde del colchón su té.

- Ten - murmura bajo, extendiendo la taza humeante al mayor. El silencio de la habitación se sentía indigno de ser arruinado, lo más cómodo era hablar bajo.

HyunJin toma la taza con una leve sonrisa tímida y asiente, lo que debía ser un agradecimiento. Félix sabía que ahora debía irse, pero ver a HyunJin ahí, tranquilo, enmudecido por algo más que no fuera su estúpido mal humor que solía arruinar el ánimo de Hwang, con su hombro blanquecino expuesto por la amplitud del cuello de la polera que usaba. Se veía tan frágil y atractivo. Su delgado cuerpo parecía llamar al suyo, algo que en realidad era absurdo porque Félix no sé consideraba alguien lujurioso, pero el erotismo que irradiaba la sensual figura de HyunJin hacia mucho para contrarrestar su castidad y generar una sensación caliente muy diferente.

- HyunJin, te debo una disculpa - el azabache parece ligeramente sorprendido - El trato que te he estado dando últimamente... aunque me hayas mentido, lo haces por tu familia, para que estén a salvo, no debería haber tratado de bloquear cada uno de tus intentos por entablar una conversación - suelta suavemente, jugando levemente con nerviosismo con el borde de su suéter - Perdóname - suspira - Eres un buen hijo - afirma con una sonrisa genuina mientras su mano se apoyaba en el cálido hombro desnudo del chico que lo veía con los ojos bien abiertos.

Una expresión atónita de verdadera belleza. La ternura que provocaban tan brillantes ojos negros era inmensurable.

- Buenas noches, HyunJin. Mañana empezaremos de nuevo - promete con una sonrisa antes de retirarse de la habitación.

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