HyunJin considera que madrugar es para pollos y esclavos, y el que se lo discutiera se podía ir al diablo que Félix le haría compañía en el infierno ¿Por qué demonios el menor se levantaba tan temprano? Al rubio parecía fascinarle estar de pie a primera hora de la mañana, ya iban dos días seguidos que lo hacía, siendo este el segundo.

- Félix ¿Cuál es la necesidad de adelantarte a la salida del sol? - rezonga, arrastrando sus pies hacia la isla de la cocina para tomar asiento con mucha lentitud en lo que el pecoso terminaba de calentar su café.

- El sol está bien - responde mirando el microondas - Son las 8 de la mañana, HyunJin. No las 4, no exageres - pide antes de oír el pitido de la maquina al terminar su temporizador.

- Yo duermo hasta las 10 - suspira, luchando por abrir los ojos cuando escucha el sutil golpe de la taza de cerámica contra el mármol de la isla frente a él.

- Pierdes toda la mañana, no es productivo - responde Félix mientras se voltea para buscar el plato con tostadas para el más alto - Podemos usar esas horas perdidas para practicar esta mentira - propone dejando el plato frente a HyunJin, quien ya tenía los ojos al menos un poco abiertos.

- Bueno - gruñe descontento, para luego acabarse el café en tres tragos largos. Se quemo, pero al menos el dolor lo despertó más rápido.

- ¿A qué hora conoceré a tus amigos? - pregunta sentándose frente a él.

- No sé - responde - No fijamos hora - agrega mientras toma una tostada del plato.

- ¿Me estas diciendo que no tienes idea? - cuestiona sorprendido.

- Los chicos son espontáneos, cuando acordamos un horario siempre sale algo mal. Uno no va, a otro se le muere alguien, no sé. Dejamos de hacerlo - se encoge de hombros.

- Es por mucho la superstición más rara que he oído - afirma - 3 de la tarde, plaza central. Que sepan porque deben ir y no quiero sorpresas - indica mientras se pone de pie. HyunJin tan solo lo ve irse con una expresión de incredulidad en la cara.

¿Se creía que era tan fácil manejar a sus amigos? A nada más conocerlos Félix entendería que no tenía control alguno sobre ellos.

O eso esperó.

ChangBin fue exageradamente amable y Félix parecía despertar admiración en el más bajo con solo mover la mano. HyunJin entendía que la elegancia en los movimientos de Félix le daban un aire principesco y su mirada analítica parecía la de un rey, pero ChangBin perdía saliva de más. Alfa tonto, pensó HyunJin.

MinHo fue el mismo idiota de siempre, mal hablado, frío y con un humor demasiado vulgar. HyunJin, SeungMin y ChangBin estaban acostumbrados a sus bromas sexuales, pero Félix parecía inusualmente disgustado, aun así, parecía entender que los comentarios del alfa castaño sobre su compromiso con HyunJin eran meramente humorísticos.

SeungMin fue amable, igual que siempre, y le puso un alto rápido a MinHo tan pronto como sus bromas comenzaron a escalar de nivel. Siendo Omega, SeungMin pudo enlazar una mejor conexión con Félix que los otros dos babosos que tenía HyunJin por amigos.

Dentro de todo, hubo una buena conexión con todos. ChangBin todo enamorado, MinHo puramente bromista y SeungMin sinceramente amable. Si, Félix se había echo un espacio entre la excentricidad de su grupo y HyunJin no estaba seguro de cómo interpretar eso cuando a él le había costado tanto que SeungMin tan siquiera le ofreciera un helado.

- Nos vemos otro día - Saluda MinHo, sacando su teléfono para revisar alguna de sus tantas aplicaciones.

- Fue un gusto conocerte, Félix - SeungMin estrecha su mano con una sonrisa que Félix devuelve suavemente.

- Los ayudaremos en todo lo que podamos - promete ChangBin antes de que la pareja de Omegas subiera al taxi junto a ellos.

- Tus amigos son lindos - menciona Félix, mirando por la ventana los autos pasar.

- Si, son agradables - responde mirando de reojo al rubio, no veía en su perfil gesto alguno de molestia, por el momento parecía calmado y hasta podría asegurar que se veía aliviado.

- MinHo... Fue el alfa que te guió - repite luego de unos segundos de silencio, aparentemente asimilando lo que le dijeron esa tarde - Aún así eres muy diferente de él - menciona volteando a verlo. HyunJin se sobresalta cuando lo atrapa mirándolo de improvisto.

- Soy Omega también, Félix. Sé bien que aspectos son desagradables en un Alfa y cuales son lindos - se encoge de hombros. Desde luego no andaría diciendo guarradas como MinHo.

- Si, pero también eres un chico tímido. Eso dificulta que digas que tengo un "cuerpazo al que podrías darle toda la vida sin cansarte" - comenta con cierta gracia.

MinHo lo hacía reír porque era morboso sin llegar a ofender, algo en su voz ayudaba a que la broma fuera más amena y fuera difícil tomárselo a pecho. A otro alfa Félix le habría partido la boca de una patada por el comentario. HyunJin por su parte casi se muere de la vergüenza cuando lo escuchó y hasta le pidió a Félix que no lo dejara, disculpándose en nombre de MinHo con tal de evitar que el rubio se enojara.

- Realmente lo siento por eso - suspira pesadamente. Minho podía ser su mejor amigo, si, pero también era el responsable de que tuviera que teñirse cada dos meses para cubrir la canas que le sacaba.

- No te preocupes, es un chico gracioso - afirma volteando a ver por la ventana una vez más. Pero algo en su comentario hizo que el cerebro de HyunJin reaccionara.

- ¿Debo ser así? - pregunta y Félix voltea a verlo sorprendido.

- ¿Qué?

- Nada, olvídalo - responde suspirando, para luego voltearse hacia su ventana.

Félix quería un Alfa, HyunJin podía fingir por un tiempo ser uno, pero jamas seria uno puro. De alguna manera, se sentía insuficiente e inútil.

Félix lo mira de reojo cuando otro suspiro, esta vez nasal, se le escapa a HyunJin inconscientemente. Parecía desanimado. ¿Es que jamás podrás cerrar la boca, Félix? Se recrimina a sí mismo frustrado. No sabía que había dicho ahora, pero parecía que cada vez que decía algo hacía sentir a HyunJin como una mierda y a Félix no le gustaba. Odiaba ver las sonrisas apagarse por su culpa, sobre todo una tan bonita como la que tenía HyunJin.

Pero no podía disculparse sin saber que hizo mal. Él no era así.

Una vez en la casa, ambos entran en silencio, y en el fondo se preguntan si sería así el resto de sus vidas. Charlas incómodas, sonrisas vacilantes y al final un ambiente silencioso.

Triste.

- Amm... Félix - llama cuando el rubio esta por irse a su cuarto - ¿Te parece bien si hablamos sobre el tema de...? Eh - Félix lo mira con un pie en la escalera, esperando que se le soltara la lengua - Déja, empiezo de nuevo - propone tomando aire para calmarse. Félix parecía paciente y dispuesto a esperarlo el tiempo que hiciera falta, pero a HyunJin eso lo ponía peor - Mi mamá va a hacer una serie de preguntas en el ensayo de la boda, como para plantar una imagen de nuestra "relación" y quería saber si... - Félix no necesita que termine la oración para entenderlo, la idea le parecía bien.

- ¿Si podríamos practicar las respuestas? - HyunJin asiente aliviado - Claro - responde regresando hacia él - ¿Cuál seria la primera?

- Es con respecto a los cachorros - responde y a Félix la mención del asunto le cae como baldazo de agua fría. Cierto, los cachorros.

- Pues... Adoptar puede ser algo complicado, pero si vamos a otro país para evitar qu-

- Tus padres exigirán pruebas de paternidad - suspira HyunJin y Félix mira el suelo, lo había olvidado. Sus padres eran muy meticulosos.

- Pues... En ese caso solo nos queda acudir a un banco de esperma - se encoge de hombros, no tenía otra idea por el momento y hasta ahora era lo que más se acercaba a una solución viable.

- Serviría, pero aún no tenemos mi ADN involucrado, tendrías un cachorro ajeno - menciona rascándose el brazo. Félix suspira.

- Pues en ese caso podemos hacerles creer que estamos en el proceso, no sé... Me puedo acelerar el celo un poco para alterar mi comportamiento, pero aun así el tuyo no será creíble - HyunJin aparta la mirada cuando entiende a lo que se refiere.

Un Alfa excitado tenía el flujo sanguíneo acelerado, lo que hinchaba sus venas en todas partes y hacia lucir su cuerpo mucho mas grande de lo que es realmente. HyunJin era muy flaco para poder lograr un efecto así, y usar ropa abrigadora en época de calor no sería nada convincente.

- Puedo iniciar un tratamiento hormonal, eso ayudaría - propone.

Eran raros los casos de transcasta, pero ahora lo necesitaban con urgencia. HyunJin necesitaba verse agresivo, más grande, aún sometido a 7 años de entrenamiento físico no pudo aumentar su masa corporal lo suficiente para parecer un Alfa dominante, ya de casualidad se veía como uno más del montón. Eso no bastaría para convencer a los padres de Félix, lo podía intuir.

- No - niega Félix tras pensarlo un poco - Si empiezas el tratamiento de hormonas ahora te podrías sentir mal durante la boda, ese proceso causa náuseas, dolores. HyunJin, hay Omegas que han hasta sufrido el despertar de un frenesí psicótico por culpa del proceso químico - explica preocupado - ¿Y si no eres compatible con esos químicos y te pasa? - Félix solía hacer de todo por complacer a sus padres, pero jamas haría nada que pusiera en riesgo la salud de una persona.

- No va a pasar, puedo con eso - responde encogiendo de hombros. No era valentía ciega, HyunJin si sabía en lo que se metía, pero se había preparado toda su vida para asimilar todas las posibles consecuencias de su farsa, incluso antes de que Félix se uniera a ella - De hecho, ya pedí una cita con el dentista para la prótesis de los colmillos ayer - agrega de repente y Félix lo mira atónito.

- ¿Qué? -

- Fue lo primero que notaste cuando me conociste, es muy probable que tus padres lo noten al instante. El turno es para mañana - agrega HyunJin, mordiéndose una uña mientras analizaba los pros y contras de realizar el tratamiento de hormonas rápidamente, una capacidad que desarrolló a lo largo de su infancia - Voy a pedir un turno para el tratamiento de hormonas - afirma antes de esquivar a Félix para ir hacia el teléfono de la sala.

Félix se remueve un poco en su lugar cuando ve a HyunJin tomar el teléfono fijo de la pared para marcar a una de las clínicas de la ciudad. HyunJin era un hombre determinado, tal vez demasiado, incluso la mejor palabra para describirlo seria tenaz, no determinado. Arriesgaba mucho por salvar a su familia y eso era algo que a Félix lo hacia sentir admiración, pero poner en riesgo su salud para llegar al éxito cuando aún habían otras opciones...

- Hola ¿Clínica Central, correcto? - Saluda HyunJin cuando le reciben la llamada, y tras una confirmación de que era el número correcto sonríe un poco - Bien, quería sacar un turno par- - baja la mirada hacia el teléfono cuando escucha el pitido en su oído y la comunicación se corta - ¿Félix q-? - el rubio aleja la mano del teléfono tras corroborar que cortó correctamente la llamada.

- Estás bien así, HyunJin - afirma - Mi madre sabe que no busco un Alfa por el tamaño de sus músculos, que seas delgado no le afectará en nada - explica acercando la mano para quitarle el teléfono de la suya y dejarlo con el resto - Podemos aludir que aún no estamos intentando nada, lo van a entender. Y aquí entre nos, me gustan más los alfas delgados, así como tú. No te preocupes por encajar en un perfil de alfa perfecto, estás increíble así como estas, HyunJin - asegura con calma para apaciguar el repentino movimiento nervioso del más alto.

- Y-yo... Ah, gracias, Félix - responde tardíamente. Félix asiente levemente y ambos se quedan en silencio un momento, evitando la mirada del otro por mera vergüenza hasta que HyunJin abre la boca - Yo también pienso que eres perfecto, Félix - murmura intentando aparentar tranquilidad, pero su voz temblorosa dejaba mucho que desear de su intención principal.

Félix levanta la cabeza tan rápido que HyunJin da un salto por la sorpresa, e incluso se apena cuando ve al más bajo sonreír lentamente, aparentemente encantado con el halago. HyunJin simplemente no creía que pudiera ser capaz de sonreír por nada de lo que él dijera, y verlo hacerlo ahora era tan... utópico.

- Perdón, me tengo que ir a... No sé, a hacer algo - se disculpa y con una reverencia torpe y rápida se va a paso apresurado hacia las escaleras para encerrarse en su cuarto y gritar de la vergüenza en su almohada, dejando, sin darse cuenta, a Félix con un sentimiento cálido en su pecho.