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🍉 CAP 1 🍉

Félix se sentía nervioso; al fin conocería a su Alpha. Inseguro, encendió la cámara frontal de su teléfono y se examinó en el reflejo. Acomodó su flequillo rubio por cuarta vez, aunque ni siquiera se había despeinado. Revisó su maquillaje, que no era exagerado pero destacaba lo suficiente. Se sintió satisfecho con su apariencia. Por segunda vez, preguntó al conductor del taxi si se veía bien, y el amargado Beta le aseguró que estaba perfecto.

- Disculpe, ¿falta mucho para llegar? - pregunta cuando el vehículo se detiene en un semáforo rojo.

- Solo al final de la siguiente cuadra, chico - responde rascándose el cuello con indiferencia. A Félix casi se le escapa un grito de pánico.

No estaba preparado, definitivamente no lo estaba. Cuando sus padres le comunicaron su compromiso, lo aceptó con bastante entusiasmo. Tenía apenas cinco años cuando se enteró, y le pareció algo romántico, similar a las historias que su tía solía leerle. Sin embargo, con el paso de los años, se dio cuenta de que la realidad distaba de su romántica expectativa. No conocería al dichoso Alpha que sería su esposo hasta que terminara sus estudios, más un año sabático, ni se comunicó con él por ningún medio. Eran desconocidos totalmente.

- Hágame un favor y de la vuelta a la manzana, por favor - pide nervioso cuando la luz del semáforo pasa a amarillo, queriendo ganar algo de tiempo para calmarse.

- Chico, si no lo haces ahora no lo harás nunca - advierte el conductor, a lo que Félix se cubre los ojos con una mano, preocupado por todo.

- Tiene razón - suspira, sintiendo el auto avanzar.

Félix inhala profundamente y abre los ojos para mirar por la ventana. Repasa en su mente uno de los últimos comentarios de su madre, hecho en el aeropuerto de Australia: "Sé amable pero firme al mismo tiempo. En la relación, debes llevar la batuta, él no tiene derecho a mandarte", y lo repitió varias veces durante la semana. Félix sabía que tenía que ver con la deuda que los Hwang tenían con sus abuelos, lo que hacía que su madre creyera que HyunJin no tenía derechos como Alpha. Eso lo hacía sentir incómodo.

- Bueno, aquí es - Félix traga saliva y paga el viaje antes de bajar del vehículo y entrar al local.

Cálido y acogedor, el lugar resultaba agradable. Había pocas personas, lo que facilitaba la búsqueda de su prometido. Además, había pocos olores en el ambiente aparte del aroma del café, lo que resultaba reconfortante en cierto sentido.

Con calma, se dirigió hacia la barra y preguntó por Hwang HyunJin, siendo atendido rápidamente por una amable Beta que señaló una mesa en la esquina, apartada de las demás. Félix pidió un café antes de alejarse y dirigirse a conocer a su futuro esposo, un término que aún le resultaba escalofriante dada su corta edad.

- Disculpa ¿Hwang HyunJin? - cuestiona, y el chico de cabello negro deja el celular para voltear a su dirección.

Félix se promete a si mismo rezarle a todos los dioses en agradecimiento al llegar a su hogar por darle un hombre tan guapo. Esperaba que no fuera un idiota.

- Sí, ¿Félix, verdad? - el rubio asintió - Toma asiento - señaló con cortesía, y Félix se sentó frente a él, tomando una respiración profunda. - Entonces... - Félix lo miró a los ojos, y el azabache se enderezó un poco, revelando que era un poco más alto que él - ¿Cómo estuvo el viaje? Mis padres dijeron que venías desde Australia por el compromiso. - Muy bien, estaba informado de tu nacionalidad, era de esperarse.

- El viaje estuvo bien, gracias - sonríe levemente - No dejé una vida muy interesante atrás así que no creas que voy a culparte de nada. No eres tú quien planeó este compromiso, de todas formas - el Alpha da una media sonrisa antes de jugar algo nervioso con sus propios dedos.

- ¿Te molesta? El compromiso, quiero decir - agrega y Félix niega con la cabeza sin dudarlo.

- No es como si hubiera alguien en mi vida a quien haya dejado por el compromiso, mi vida romántica ha sido algo desolada desde la adolescencia - ríe - Y terminé mis estudios, así que no interrumpiste nada importante - mueve la mano ligeramente, en un gesto vago que intentó reprimir, tal como su madre lo había educado. Aunque, por supuesto, a veces se le escapaba.

- Entiendo, eso es un alivio - asiente el azabache - Mis padres mencionaron que estudiaste abogacía ¿Es cierto? - Félix asiente orgulloso - ¿Alguna rama en específico? - pregunta.

- Divorcios - HyunJin se hace para atrás de golpe, afortunadamente, Félix había volteado a recibir su café de las manos de la empleada y no llegó a ver su inquietud - Tu estudiaste diseño gráfico ¿No es así? - le sonríe cuando la mesera se retira.

- Si - murmura algo cohibido - Desarrollo web, en realidad - agrega enderezándose y retomando su postura con más control - Acabé el año pasado - menciona acomodando la pulsera tejida de cuero en su muñeca.

Félix sonríe y asiente, planeando la siguiente pregunta cuando ve a la única pareja que estaba en el café salir por la puerta principal, eso significaba que pronto sentiría el aroma de HyunJin y él el suyo. Se retuerce un poco, ansioso.

- ¿Cuánto duraba la carrera? - pregunta antes de dar un sorbo a su café humeante.

- 5 años, la acabé en 4 porque quería estar libre para cuando te conociera - responde tomando su té de la mesa para acercar la taza a sus labios.

- Comprendo - responde algo apenado, saber que el Alpha lo había considerado desde hacía tiempo... Lo hizo sentir bien - ¿Cuándo te presentaste como Alpha? - el azabache lo mira por sobre su taza y la aparta de sus labios.

- A los 7, me parece - la respuesta podía no ser la más usual, pero Félix realmente no presta mucha atención.

La pareja se había ido hacía varios minutos y el aroma a fresas aún seguía en el ambiente. La mesera no podía ser, era una beta, por lo que carecía de olor ¿HyunJin tendría puesto un perfume? No ¿Y si HyunJin estuvo con un omega antes de verlo y el aroma se le pegó? De todas formas debería poder percibir el aroma de HyunJin incluso si tenía encima el aroma dulzón de otro.

- ¿Y tú? - Félix enfoca la vista en HyunJin correctamente y baja la taza.

- A los 5 ¿Te puedo hacer una pregunta? - pregunta bajando las manos a su regazo, mirando fijamente la boca de HyunJin.

- Claro ¿Cuál? - a nada más separar los labios Félix agudizó la mirada en su dentadura, pero no vio los colmillos de HyunJin ¿Acaso eran más cortos que los colmillos de otros Alfas? ¿Cómo iba a marcarlo de ser así?

- ¿Cuál es tu aroma? - HyunJin lo mira fijo y por un momento la idea de que había descubierto a HyunJin en una infidelidad cruzó la cabeza de Félix.

- Hierba buena - responde y Félix se deja caer contra el respaldar de su asiento - ¿El tuyo? - cuestiona, pero Félix no parece escucharlo.

- ¿Por qué hueles a frutillas? - la pregunta parece silenciar y detener todo movimiento en HyunJin, quien le sostiene la mirada durante varios segundos en absoluto silencio.

- Mi madre... -

- Tu madre huele a duraznos, no tienes primas o hermanos y sé que más allá de tu madre y tu abuelo no hay más Omegas en tu familia - HyunJin inhala hondo y levanta un poco el mentón.

- Iba a decir que visité a mi madre antes de venir aquí - termina con un suspiro pesado -- Cuando llegué ella estaba con una amiga del trabaj- -

- Tus colmillos son cortos ¿Ocurrió algo durante tu desarrollo de lo que deba enterarme? - HyunJin baja la mirada antes de reponerse rápidamente, intentando simular que jamás la bajó. La idea de una infidelidad empezaba a desaparecer, con esos colmillos HyunJin no podría marcar a nadie - ¿Por qué tus padres no nos enviaron tu apta de nacimiento para corroborar tu casta? Los míos lo hicieron - HyunJin traga saliva y su respiración parece un poco más acelerada.

- Enviamos una copia dos veces, pero debieron perderse en el correo - responde.

- ¿Son malos con las computadoras? - HyunJin abre la boca para objetar pero Félix se encima sobre la mesa con los puños apretados - ¿Eres realmente un Alfa, HyunJin? - la pregunta congela al azabache y por un momento, Félix puede ver en sus ojos la inseguridad. Esperó unos segundos a que el mayor le dijera que si, que lo era y que él era un idiota por preguntarlo, pero tras no oír más que el silencio Félix enseña sus colmillos con molestia - ¿Se atrevieron a estafarnos? Eres un jodido Omega, igual que yo - gruñe antes de ponerse de pie rápidamente y apartar la silla de una patada.

- ¡Espera! - HyunJin se estira por sobre la mesa para detenerlo, pero Félix lo esquiva y sale a paso apresurado de la cafetería - ¡Félix, por favor! ¡Te lo puedo explicar! - alcanza a escuchar antes de que la puerta se cerrara tras él.

- Esto es increíble - maldice sujetando su frente. Necesitaba irse de ahí.

Apresurado, se dirige a uno de los hoteles que su madre le había recomendado tomar para vivir durante la semana previa a su casamiento. El casamiento ¿Qué se supone que le diría a su madre? Los Hwang tenían una deuda de dos generaciones, prometieron concebir un Alpha, con los estudios y la medicina actual era totalmente posible conocer la casta del niño desde el sexto mes de gestación, ellos sabían que HyunJin sería Omega desde hace 23 años. Si, claro, tal vez estaban desesperados ¡Pero condenaron su vida con esa tontería! Félix podría haber tenido otras expectativas de vida de no haber estado comprometido. Sus padres se pondrían furiosos.

- Eh, disculpa - Félix se sobresalta cuando siente que le tocan el hombro y un fuerte aroma a limón lo rodea - Perdón - ríe el más alto - ¿Tienes idea de dónde queda el bar Yongul-Gga? Hace mucho que no vengo a esta ciudad - pregunta con el celular en la mano. Félix escanea al Alpha con la mirada.

- No, perdona. No soy de aquí - responde, profundizando más su acento australiano para dejarlo más claro e irse, pero el más jóven lo toca del hombro otra vez.

- Perdona, perdona - sonríe divertido cuando ve que a Félix no le gusta que lo toque - Pero me preguntaba si no querías acompañarme, me siento algo solo aquí - Félix niega con la cabeza.

- No estoy de humor, disculpa - responde dando la vuelta para seguir su camino, tal vez tomar un taxi podría ser menos problemático - ¡Eh! - grita cuando siente que lo jala del brazo y lo empuja dentro de la calle angosta alternativa que estaba a su derecha - ¡¿Qué mierda te pasa?! - grita molesto.

- Hablas bastante bien el coreano para no ser de acá - responde el más alto con una sonrisa burlona mientras se tronaba los nudillos - Dame todo lo que tengas - Félix retrocede sorprendido.

- ¿Qué? - cuestiona con el corazón latiendo a mil en su pecho.

- Me oíste, dame todo lo que tengas de valor, Omega tonto - exige torciendo su cuello hasta hacerlo tronar. Félix no era tonto, eso lo sabía muy bien.

El Alpha se sorprende cuando el rubio se agacha frente a él y realiza una patada alta que le golpea directamente en el mentón. Desorientado y adolorido, el Alpha se levanta rápidamente del suelo e intenta agarrarlo, pero Félix actúa rápidamente al golpear su garganta con la mano abierta, cortándole la respiración. Sin darle tiempo a reaccionar, Félix le barre las piernas y lo hace caer.

Agitado por el movimiento repentino y tal vez algo mareado, Félix salta al Alpha en el suelo para correr hacia la calle principal y ponerse a salvo entre la gente, pero un fuerte golpe en sus piernas lo hace tropezar y caer a pocos metros antes de llegar. Desorientado, voltea para ver qué lo hizo caer y alcanza a ver un palo de escoba casi deshecho antes de que el Alpha se abalance sobre él. Félix se sobresalta cuando, aún estando boca abajo, el Alpha pasa uno de sus antebrazos por su cuello y ejerce presión, inmovilizándolo por completo. Desesperado, lleva sus manos al antebrazo que aprieta su cuello, pero ni clavando las uñas podía liberarse de su agarre.

- Uh, que buena gama ¿Eh? - lo escucha silbar cuando toma su celular del bolsillo de su pantalón - Ustedes los ricos si que saben gastar el dinero - se mofa presionando más su cuello.

- Imbécil ¡Sueltalo! - el Alpha apenas logra levantar la vista hacia al frente antes de recibir una patada en la mejilla que lo hace caer sobre Félix.

Al sentirse libre Félix se arrastra como puede, lejos del cuerpo del Alpha, tratando de recuperar el aire perdido mientras se apoyaba contra el contenedor de basura a su espalda. Agitado, Félix voltea a ver al Alpha en manos de HyunJin.

- ¡Suéltame, Omega imbécil! - reclama el Alpha cuando, de repente, la mano derecha de HyunJin lo toma por el cuello y lo golpea contra la pared - ¡Para, para! - ruega con la voz estrangulada, llevando sus manos al cuerpo de HyunJin para apartarlo.

Félix se presiona contra el contenedor cuando da por hecho que la complexión delgada de HyunJin era inferior a la del musculoso Alpha de horrible aroma cítrico, pero se sorprende cuando el azabache lo suelta y de un movimiento rápido le rompe dos dientes de un codazo, tirando al suelo al Alpha con una patada en la unión de su rodilla.

- Ponle una mano encima otra vez y te desgarro la garganta - Félix siente un escalofrío recorrer su espalda cuando ve los ojos de HyunJin brillar y las venas de sus antebrazos palpitar, totalmente hinchadas.

- Larguense ¡Largo! - vocifera el Alpha retrocediendo en el suelo para alejarse de HyunJin, cubriendo su boca ensangrentada con una mano.

- Lárgate tú - demanda HyunJin, imponente. Torpe, el Alpha consigue alejarse un poco gateando antes de ponerse de pie e irse tan rápido como puede estando rengo. HyunJin lo mira un momento antes de voltear a ver a Félix - ¿Te hizo mucho daño? - pregunta acercándose.

Félix permanece en silencio, con una mano en su cuello rojizo y la mirada atónita en el cuerpo del azabache. Preocupado, HyunJin se arrodilla frente a él y pide permiso suavemente para tocar su cuello, una petición que Félix pasa por alto cuando sus ojos se fijan en las salpicaduras rojizas en la mejilla del mayor.

HyunJin... Se veía como un gato salvaje. Su mirada atenta analizaba su cuello con cuidado y las yemas de sus dedos casi parecían acariciar su piel. Félix no creería que HyunJin es un Omega de no ser por su aroma y la pasividad con la que toca su cuerpo.

- Por favor, Félix - el suspiro de HyunJin lo hace regresar a la realidad - Dame una oportunidad, tan solo una, para demostrarte que puedo ser el Alpha que mereces. Estarás a salvo conmigo, te lo prometo, seré el Alpha que mis padres prometieron. Estaré para ti siempre que me necesites, por favor - la súplica en los brillantes ojos negros del azabache desarman a Félix y antes de que se diera cuenta ya estaba asintiendo con la cabeza.

Ay dios mío, Félix. Dos Omegas juntos no es normal.

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