Rosalina escribiendo en su diario personal:

Mario lleva ya un año viviendo conmigo, y en todo ese tiempo se ha adaptado de maravilla. Los destellos ya lo adoraban antes de eso, y ahora que también los corrige y aconseja, lo aman aún más. Aún recuerdo la primera vez que lo llamaron "papá", él no podía parar de sonreír y de mostrarle a todos que lo llamaban así. A veces tengo que llamarlo al orden a él también, pero sé que su presencia solo ha beneficiado a mis pequeños (sonríe) y a mí. Cada año se esmeraba por celebrar el día de la madre, así que este año, yo le celebré el día del padre, porque él es tan importante en la casa como yo. Le hice su comida favorita, los destellos le regalaron una caja llena de dulces y trozos de estrella, y todo el día la pasó descansando mientras los demás nos encargabamos del hogar. Fue difícil convencerlo de que solo se relajara (ríe) ahora lo entiendo cuando intenta hacer lo mismo conmigo ... aunque él es más terco que yo. Creo que empezaré a hacer esto todos los años. Él se lo merece.

Rosalina levantó el lápiz del papel y volteó a ver a su costado, donde estaba Mario durmiendo plácidamente. Ella sonrío y volteó a ver a su cuaderno, sonrojándose un poco. Puso el lápiz en el papel de nuevo.

Y ya en la noche, bueno ... eso me lo guardo yo en mis pensamientos. Solo diré que Mario es un novio muy amoroso, tierno, atento ... y muy, muy ardiente y sensual.

La madre de los destellos cerró el cuaderno y lo guardó bajo llave en su mesa de noche, metiéndose de nuevo entre las sábanas.

Rosalina (pensando) : 'Espero no necesitar de una celebración así para que me des otra noche así ...'