Mario se encontraba doblando ropa en su casa cuando Rosalina llegó de visita, llevando una pequeña bolsa morada en la mano derecha. Luego de que Luigi la dejara pasar, ella subió a la habitación de ambos y saludó a Mario.

Mario (señala la bolsa) : ¿Qué traes allí, Rosy?

Rosalina : Oh, es un nuevo lápiz labial que compré y, bueno, pensaba preguntarte qué tal te parece.

Ella sacó el mencionado lápiz labial, de color rojo, y le preguntó a Mario si podía usar su baño. Ella se fue, y a los segundos regresó con los labios completamente rojos, y algo brillantes.

Rosalina (sonriendo) : Sé lo mucho que te gusta el rojo.

Mario (sonríe) : Y en ti me gusta aún más.

Rosalina soltó una risilla y se acercó a Mario hasta estar a un par de pasos de él.

Mario : Pues, creo que se te ve bastante bien. Me gusta mucho.

Rosalina : Mmmm, pues a mí no me convence del todo.

Mario le iba a preguntar porqué cuando ella lo tomó del rostro y le dio un beso en los labios. Luego de unos segundos se separó, dejando los labios de Mario de un color rojo brillante.

Rosalina (mira fijamente el rostro de Mario) : Mmmm, aún no me convence.

Entonces procedió a besar el rostro de Mario varias veces, llenándolo de marcas rojas con la forma de sus labios, y con cada beso hacía una pausa para ver el rostro del pequeño héroe y evaluar si le gustaba el color o no. Continuó hasta que ya no quedó espacio en el rostro de Mario, y se detuvo únicamente porque Luigi estaba en la casa y no quería que la viera besando el cuerpo de Mario.