~11~
Después de haber salvado a Peach nuevamente, Mario regresó a su casa cansado, por lo que simplemente se arrojó en su cama sin siquiera quitarse los zapatos. En ese momento recibió una llamada de Rosalina, por lo que se estiró como pudo y tomó el teléfono.
Mario (sin ganas) : Hola Rosy.
Rosalina (preocupada) : Hola amor ¿que sucede?
Mario : Bueno, acabo de salvar a Peach (suspira) de nuevo, y estoy agotado y sin ganas de nada.
Rosalina : Oh ... bueno. Yo pensé que podríamos hablar un rato. Hace tiempo que no nos vemos
Mario : No creo estar dispuesto a ello, lo siento preciosa. No creo tener las fuerzas para ir hacia alla.
Rosalina : Vaya, sí que suenas desganado. Pero no te preocupes, creo que se como hacerte sentir mejor.
En ese momento Rosalina colgó el teléfono, dejando a Mario algo confundido, lo que solo empeoró cuando él escuchó a alguien entrando a su casa un minuto después. Desganado, salió de su habitación y bajó al primer nivel esperando encontrar a Luigi, por lo que se llevó una gran sorpresa al encontrar a Rosalina sentada en su sillón.
(Traducción: ¡Toma asiento, justo aquí!)
Ella lo estaba invitando amablemente a sentarse junto a ella, sonriendole de forma tierna. Él se sonrojó un poco, pero terminó aceptando la propuesta de su pareja. Al sentarse a la par de ella, Rosalina lo abrazó fuertemente y comenzó a besarlo en la mejilla, jugando con su pelo después de haberle quitado la gorra.
Rosalina (en un tono dulce) : Relajate, ahora estas conmigo.
Mario sintió como todo el estrés y el desgano se desvanecían, y se acurrucó junto a Rosalina, tomándola de la cintura mientras ella seguía acariciando su pelo y besando su rostro.
Mario (en un tono amoroso) : Gracias Rosy, eres la mejor. Lamento haberme olvidado que pase lo que pase tengo a mi bella y amorosa novia conmigo.
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