Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Último capítulo: La graduación.

                  

I: Capítulo 41

Manual de supervivencia para salir con vida cuando Ashley va a al salón de belleza.

1-      Si tienes la opción de escapar, HAZLO.

2-      Okay, la primera opción no funcionó, asegúrate de llevar algo con qué entretenerte mientras esperas.

3-      Resígnate a esperar.

4-      No te enfades, a menos que quieras a un montón de estilistas advirtiéndote que se te harán arrugas.

Me recosté en el sofá del salón de belleza mientras esperaba impaciente a que Ashley escogiera cada cosa que harían con ella. Habíamos acordado estar ahí todas, pero a Megan se le hizo muy tarde y cedieron su cita, y Keyla (Que ahora era parte de nuestro grupo) se estaba arreglando en otro salón.

Y aquí estaba yo, lista para que empezara el proceso de arreglarme, pero claro, tenía que esperar a mi amiga, que seguramente estaba decidida a escoger cada una de las mascarillas de reparación aunque su rostro no tuviera imperfecciones.

Refunfuñé una vez más, y justo cuando empezaba a dormirme Gina, la dueña del salón, nos llamó e indicó que tomáramos asiento.

Lo primero que nos hicieron fue ponernos uñas y aplicarnos una mascarilla que olía delicioso. Después fue el peinado, había optado por un recogido simple con un poco de volumen.

—Yo creo que deberías hacerlo así... Claro que sé que sabes lo que haces, yo sólo digo...— No pude evitar reír ante los comentarios de Ashey, y es que ella evidentemente era muy cuidadosa con todo a lo que su belleza se refería.

Por último el maquillaje, no me gustaba sentir mi cara llena de eso, pero esta vez no lo sentí así, a excepción de las pestañas postizas, tuve que decirle que me pusieran unas más pequeñas porque estas hacían que mis ojos se cerraran de lo pesadas que estaban.

—Listo linda— me hizo girar en la silla poniéndome frente al espejo.

Esa chica no era yo, era una especie de Jennifer totalmente diferente a mí, había que admitirlo, las chicas hicieron un buen trabajo poniéndome bonita.

Esperé unos treinta minutos más porque no habían acabado con Ash, cuando salió me quedé impresionada, lucía muy hermosa, más de lo normal, y eso ya es decir mucho.

— ¿Lista?— preguntó sonriendo.

— Más que nunca —.

Cuando llegamos a mi casa en donde nos cambiaríamos eran las cinco, y el baile comenzaba a las siete, así que decidimos ver una película mientras esperábamos, quería reírme por lo que puse "Una esposa de mentira" que es mi película de comedia favorita y que por obvias razones me sacaba siempre un par de carcajadas.

Quedando treinta minutos para que nos recogieran nuestras respectivas parejas nos pusimos el vestido que escogimos.

Y cuando bajamos las escaleras mi mamá comenzó a llorar.

— Lo siento chicas — dijo entre hipidos — Es solo que las he visto crecer, y no puedo soportar la idea de que ahora ambas se irán, no las veré por aquí tan seguido como antes, las pijamadas, todo... se acabó— y esta vez rompió en llanto mientras la abrazábamos y nos esforzábamos por no llorar.

Ashley y yo habíamos estado juntas por mucho tiempo, ambas pasamos la mayor parte de nuestra vida juntas, y era cierto, la PUMB no era cualquier Universidad, en ella no podías salir del campus más de una vez al año y era obvio que no regresaría, a menos que quisiera romperme el corazón a mí misma, mis padres y yo habíamos acordado que ellos me visitarían, no la vería en cinco años, y hasta ese momento no había reparado en ello.

— Vamos señora, necesitará algo más que una simple Universidad para separarme de su casa y su comida— limpió sus lágrimas y besó su mejilla.

Mi mamá rió y comenzó a sacarnos fotos. El timbre de la entrada sonó y mi corazón aceleró su ritmo cuando lo vi.

No importaba cuantas veces lo viera, cada vez que estaba junto a mi tenía la misma reacción, y supe que eso era estar enamorada, porque sabía que a pesar de todo las mariposas en mi estómago no se irían cuando me veía como lo estaba haciendo ahora.

— Creo que nunca dejaré de decir esta frase cada vez que te veo, pero es que el malditamente cierta: Luces hermosa, Jennifer—besó mi mejilla que ahora estaba cubierta por un rojo natural—.

Miré hacia Ashley que se había adelantado y estaba besando a Chad.

— Quiero que se diviertan chicos— dijo mi madre— Pero no hagan nada que no harían conmigo presente— advirtió.

—Lo prometo señora— afirmó Alex.

— ¿Nos vamos?— asentí y tomé su mano.

Como siempre abrió la puerta para que yo subiera, y como era Chad el que manejaba subió atrás conmigo.

Llegamos a la escuela que se encontraba llena de personas, algunos exalumnos o chicos de grados menores estaban ahí acompañando a mis compañeros. Caminamos hacia el salón en donde celebraríamos el baile y lo primero que vimos fue una mesa repleta de dulces, pero me decidimos buscar a los demás primero.

Fue fácil, estaban sentados mientras casi todos en el lugar bailaban.

— Que bueno que llegan, me muero por bailar— anunció Jason mientras nos saludaba y tomaba de la mano a Megan jalándola a la pista.

Reímos.

— ¿Ya le dijiste?— susurró Dereck en mi oído después de dejar un beso en mi mejilla.

— No— respondí sintiéndome culpable— le diré antes de irnos, no quiero arruinarlo, ¿entiendes?— asintió para después tomar la mano de Keyla e irse con ella por ponche.

— Ven Alex, vamos a bailar— tomé su mano y lo llevé a la pista, una vez ahí puse sus manos en mi cintura y entrelacé mis manos en su cuello.

— Me gustas así, en mis brazos— confesó y yo asentí acercándome a él.

— "Desearía poder congelar este momento, justo aquí, justo ahora, y vivir en el para siempre"— susurré en su oído citando uno de mis libros favoritos. Alex se estremeció y se aferró a mi cintura, hasta ese momento creo que él no entendía el significada de aquella frase.

Bailamos unas cuantas canciones lentas más hasta que el ritmo cambió y entonces todos mis amigos y yo nos reunimos y comenzamos a bailar juntos, en ese momento no me importaba nada, y creo que los demás sentían lo mismo, solo éramos nosotros moviéndonos al compás de la canción y disfrutando cada segundo de aquel baile.

Suspendieron la música para que nos sentáramos a comer y para que el director diera el mismo discurso que daba generación tras generación.

Una vez acabada la cena Dereck tomó mi mano y me llevó de nuevo a la pista.

— Necesitaba un último baile contigo, Bunny— la canción que sonaba era lenta, así que rodeó mi cintura con sus brazos. —Quiero que sepas que aunque tú ahora te irás a otro continente por mierda, ¿cinco años? No pienso alejarme de ti, iré cada maldito verano a verte, ¿me escuchas? Y si no te dejan salir me infiltraré, claro que lo haré. Eres mi vida Jennifer, eres como una hermana que nunca tuve, eres mi confidente, conoces cada parte de mí, sabes incluso antes que cualquier persona cuando me pasa algo. Y sé que esto no es una despedida, es sólo que no te veré en un año, y no quiero que olvides que te quiero más que a cualquier amigo que haya tenido, si necesitas algo aquí estaré, espero que lo recuerdes, siempre—.

En este punto ambos estábamos llorando, lo abracé mientras nos esforzábamos por seguir el ritmo de la canción.

Limpió mis lágrimas y se separó de mí arreglando un poco el desastre.

— Ahora ve, el tiempo se acaba Cenicinta— tenía razón ya eran casi las doce.

— ¿Buggy?— lo llamé antes de que se fuera.

— ¿Si?—.

— Tu también lo eres todo para mí— besé su mejilla y fui en busca de Alex.

En el momento en que lo vi sonriéndome mis piernas comenzaron a temblar.

Tú puedes.

— ¿Podemos salir un momento? Tengo algo que decirte— le pregunté nerviosa, el asintió y lo guíe afuera.

— Entonces... dime Jenn—.

Suspiré.

— Alex... iré a la PUMB— él sonrió.

— Sabía que lo lograrías, te encantará California, además nuestras universidades están casi juntas y...— lo callé.

— Iré a la PUMB, pero en Francia...— lo miré a los ojos esperando su reacción.

Se quedó en shock.

— No puede ser, tu... ¿Por qué no me lo dijiste?— preguntó histérico.

— No podía, quería disfrutar cada momento junto a ti sin que contaras los días— comencé a llorar.

— Pues fue muy egoísta de tu parte— confesó.

— Lo sé, lo siento mucho— cubrí mi rostro con mis manos.

— ¿Cuándo te vas?— preguntó.

— Mañana— susurré, abrió los ojos.

— ¿PORQUÉ HOY? ¿PORQUÉ AHORA?, eres a la única chica que he amado de verdad y ahora te vas, eso no es justo— las lágrimas atacaron sus ojos.

Lo abracé mientras sentía como su pecho vibraba a causa de las lágrimas.

Se despegó de mí y me besó con rudeza, sus labios se encontraban salados a causa de las lágrimas, pero eso no me importó.

— Vámonos de aquí, ¿quieres?— asintió y sin despedirnos de nadie nos fuimos.

La tensión que había en el aire podía cortarse con un cuchillo, y es que ambos pensábamos lo mismo, el tiempo se acababa para los dos.

Aparcó en frente de mi casa y me miró entrelazando nuestras manos.

— Podemos seguir juntos, no tiene por qué terminar— dijo con los ojos hinchados a causa del llanto.

Negué.

— Creo que será mejor que lo dejemos aquí...– respondí.

Asintió lentamente. Se inclinó hacia mí, y me besó, fue un beso dulce, lleno de todo lo que sentíamos el uno por el otro. Se separó de mí.

— Adiós Alexander, fue un placer haberte dado mi amor.

— Adiós Jennifer Alexandra, créeme que después de todo si me dieran la oportunidad de volver a vivir todo lo aceptaría sin pensarlo dos veces, fue un honor que mi corazón fuera roto por ti.

Y entonces fue ahí en donde nuestras manos se separaron. Ya no habría electricidad cada vez que se tocaban, Ya no habría miles de emociones cada vez que su piel tuviera el mínimo contacto con la mía. Íbamos a diferentes destinos. Ya no habría más de Alex. Pero era así porque así lo había decidido, las relaciones a distancias no eran sanas, y además no podía obligarlo a mantener un amor que tal vez el ya no sentiría, simplemente no podía. En algún momento él tendría que amar a alguien más, y demonios, de sólo imaginarlo las lágrimas se acumulaban en  mis ojos. Pero era lo mejor, tal vez en algún momento nuestros destinos vuelvan a juntarse. Pero de algo estaré segura, nunca amaré a alguien como lo amo a él.

( ... )

Estaba todo listo, mis maletas se encontraban en el avión, y mi vuelo saldría en cualquier momento, mi despedida con Ashley, Megan, Chad y los demás había ocurrido hace dos horas, ahora solo me quedaban mis padres.

— Cuídate princesa— mi padre besó mi frente antes de envolverme en un abrazo, nos vemos en seis meses.

Asentí.

— Te amo mi amor, nunca lo olvides— dijo mi madre sollozando y besando mi cara.

— Adiós mami, adiós Elise— besé su pequeña cabezita.

Después tomé la mano de Jason y nos dirigimos al avión.

Esto no era el final, ni siquiera era el principio del final, pero tal vez era el final del principio.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Literalmente estoy llorando, todavía falta el epílogo y tal vez un extra, pero esta historia ya está prácticamente terminada, y es muy duro para mi, no se imaginan cuánto.

Estos personajes son como mis bebés y dejarlos ir es muuuuuuy difícil.

Próximo jueves epílogo, por que como les dije, quiero terminarla el día de mi cumpleaños.

Y bueno, no quiero decir ya nada, adiós, espero que lo hayan disfrutado tanto como yo escribirlo

Ponycornia Salvaje, fuera.

*se larga a llorar a un rincón*

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro