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Capítulo 37: Incondicional


I: Capítulo 37

Siete días. Habían pasado exactamente siete días desde que fuimos a la agencia. Siete días desde que Alex me había dicho "Te amo". Hoy era 25 de septiembre, lo que significaba que cumplíamos tres meses de ser novios. Estaba agradecida de que él estuviera a mi lado, y aunque pareciera que era muy poco tiempo, en realidad era mucho para mí, porque en ese tiempo él había reparado una gran parte de mi corazón, se adentró en mi alma como si fuera lo más fácil del mundo y derrumbó los muros que el miedo y la inseguridad habían construido a lo largo de los años.

Y aunque pareciera tonto él me había dado el empujón que necesitaba para arreglar mi situación con mis padres. El valor que había perdido hace tiempo estaba de regreso y ahora me aseguraría de que nunca se fuera. Y lo que me aterraba era que quedaba poco tiempo para irme a la Universidad, y aún no se lo había contado.

Aunque era sábado me levanté temprano para tener tiempo de asegurarme de que todo fuera perfecto. Le regalaría un portarretratos con algunas de nuestras fotos juntos además de la obra de Shakespeare, "Romeo y Julieta" con una dedicación, recordándole nuestro debate sobre el amor a primera vista.

Alex pasaría por mí a las siete, así que era muy temprano, eran las dos.

Le mandé un mensaje a Megan para ver si quería ver una película conmigo, a lo que me respondió que sí.

Una hora después llegó.

— Hola Megan— la saludé.

—Hola Jennifer— dijo un poco triste.

La hice entrar a la casa y subir rápido las escaleras. Entramos a mi cuarto y se sentó en cama, mientras que yo permanecía recargada en la puerta.

— Ahora, ¿Puedes decirme qué te ocurre?— pregunté ansiosa al ver su cara de pura tristeza.

— Es Jason, él— sus ojos se llenaron de lágrimas— se irá a la PUMB, en Francia— ahora si rompió en llanto y no pude evitar acercarme hasta ella y abrazarla mientras lloraba en mi regazo.

— Vamos Megan, no es el fin para ustedes, pueden seguir conectados, hay muchas maneras— la consolé deseando que eso realmente fuera verdad.

— Tú sabes que eso no es así, él es un año mayor, y aunque yo entrara a la PUMB el año que viene es casi imposible que sigamos juntos para entonces—.

No podía argumentar eso, porque sabía que las relaciones a larga distancia eran realmente imposibles, se necesitaba gran fuerza de voluntad y una gran comunicación, además en un año podían pasar muchas cosas, conocerían nuevas personas y...

Sentí que las lágrimas también se acumulaban en mis ojos, pero no podía llorara, no debía, así que las aparté en un rápido movimiento y me recompuse.

— Todo estará bien, yo cuidaré a Jason, yo...— cerré la boca rápidamente al notar lo que había dicho y esperando que ella no lo notara.

— ¿Tu lo cuidarás?— preguntó extrañada mientras se paraba— ¿Irás a la PUMB?—.

>> Mierda<<<

Me acosté y puse mis manos sobre mi cara.

— Si...—.

— ¿CUÁNDO RAYOS PENSABAS DECIRLO JENNIFER ALEXANDRA?— me gritó tirándome un cojín.

— En el baile—.

— No lo puedo creer— rió sarcásticamente — Somos tus amigos, merecemos saber que te vas a Francia, ¿no crees?—.

— Lo sé, pero no podía, realmente es muy difícil para mí, los dejaré a todos, incluyendo a Alex—.

Un sollozo escapó de mis labios. Ella se sentó a mi lado y acarició mi brazo.

— Hey, tranquila, siento haberte gritado así, pero no puedo ni imaginarme que mis dos soles se van a ir lejos por tanto tiempo—.

— Siento no habértelo contado antes, pero no quería que sufrieran, que se imaginaran cada momento como el último, quería que los disfrutáramos juntos sin ningún temor.

— Lo entiendo, pero... ¿Cómo se lo dirás a Alex?—.

— No lo sé, no quiero que sufra, porque él estudiará cerca de aquí, no en otro continente, y creo que él piensa que yo también lo haré— solté una risa amarga— Sólo... no se lo cuentes, es nuestro aniversario hoy.

— Esta bien, esperaré a que estés lista— me sonrió.

— Bueno, ahora, vamos a ver la película, ¿sí?—.

Asintió y pusimos "Una esposa de mentira".

( ... )

— Sin duda es mi película favorita— dije después de apagar la televisión.

— Es muy buena, pero deberías dejar de verla tantas veces, estoy cansada.

— Nunca— contesté.

— Jennifer...

— ¿Si?—.

— ¡SON LAS CINCO Y MEDIA, ALEX VIENE EN UNA HORA Y MEDIA!

— Tranquila, ya voy a arreglarme.

Corrí a la ducha. Cuando terminé me puse el vestido que tenía previamente listo. Era negro con puntos blancos en la falda, y exactamente como me gustaban, pegados del pecho y con vuelo en la falda. Mis tacones eran altos, negros, sólo esperaba no cansarme tan rápido.

— Puedes arreglarme— le dije a Megan que me esperaba ansiosa con la tenaza en la mano.

Terminó conmigo y no pude evitar lucir asombrada cuando me vi en el espejo. Mi cabello estaba ondulado y tenía más maquillaje de lo normal, pero lucía precioso, Megan sabía lo que hacía. Y mis labios rojos le daban el toque perfecto a todo.

—Te ves genial Jenn— me dijo por fin.

— Todo gracias a ti— la abracé.

Alguien tocó el timbre y ella bajó primero para abrir la puerta.

Tomé mi bolso y el regalo de Alex del escritorio y bajé las escaleras para encontrarme a Megan recordándole a Alex que me trajera temprano, lo normal.

— Hola— lo saludé tímidamente.

Me miró con la boca abierta mientras que me examinaba de arriba abajo.

Hice lo mismo con él, estaba muy guapo con su traje negro.

— Estás preciosa Jennifer.

Me sonrojé sin poder evitarlo, siempre me pasaba cuando me lanzaba un cumplido.

— ¿Nos vamos?— asentí y me ofreció su brazo.

— Cuídense chicos— nos dijo Megan.

Una vez que estuvimos dentro del auto me atreví a preguntarle hacia dónde iríamos.

— Es una sorpresa— respondió sonriendo.

Llegamos al teatro de la ciudad, me abrió la puerta como siempre hacía y pasó su brazo por mi cintura para guiarme. Llegamos a una sala en la que había muchas personas.

— Es una exposición de música— me aclaró mientras me guiaba hasta la primera fila, justo en medio.

Empezamos a ver el espectáculo, había personas realmente talentosas que tocaban varios instrumentos y cantaban.

Voltee a ver a Alex, y el ya no estaba ahí, miré hacia el escenario y Alex estaba sentado en el piano mientras que me miraba sonriendo. Estaba intrigada, ¿qué hacía mi novio ahí?

"Para ti" deletreó con sus labios.

Segundo después comenzó a tocar "Unconditionally" de Katy Perry.

(*ESCUCHEN LA CANCIÓN, ES LA CANCIÓN EN INGLÉS, PORQUE SÓLO PONDRÉ LA TRADUCCIÓN*)

| Oh no, ¿he llegado demasiado cerca?

Oh, ¿casi lo veo?

Lo que realmente está en el interior

Todas tus inseguridades

todos los trapos sucios

nunca me hicieron parpadear una vez

Incondicional, incondicionalmente

Te amaré incondicionalmente

No hay miedo ahora

dejarse llevar y simplemente ser libre

Te amaré incondicionalmente

Ven tal como eres a mí

no necesito excusas

Sabes que eres toda digna

Voy a coger tus días malos con tus buenos

caminar a través de la tormenta quisiera

Lo hago todo porque te amo

Te amo

Incondicional, incondicionalmente

Te amaré incondicionalmente

No hay miedo ahora

dejarse llevar y simplemente ser libre

Te amaré incondicionalmente

Así que abre tu corazón y deja que comience

Abre tu corazón y deja que comience

abre tu corazón y deja que comience

abre tu corazón

La aceptación es la clave para ser

para ser verdaderamente libre

¿Vas a hacer lo mismo por mí?

Incondicional, incondicionalmente

Te amaré incondicionalmente

y no hay miedo ahora

dejarse llevar y simplemente ser libre

porque yo te amaré incondicionalmente

Te amaré, te amaré.

Te amaré incondicionalmente |

Cuando terminó yo estaba llorando. La canción, que él la cantara obviamente no había sido al azar, si la analizabas, podrías ver como todo se relacionaba perfectamente con nuestra historia, él me había aceptado con todos los problemas que yo tenía, que había estado ocultándole incluso a mis amigos más cercanos. Me amaba. Y yo lo amaba él, si estaba profundamente enamorada de Alexander Wate, no podía negarlo, cada parte de mí le pertenecía, era suya.

— Nena, no llores, sube aquí.

Subí con él y lo abracé con todas mis fuerzas, aferrándome a él como si nunca lo fuera a perder.

— Te amo, Alexander— le dije.

Tomó mi rostro entre sus manos mientras abría los ojos de par en par.

— ¿Podrías repetirlo?—.

— Te amo Alexander Wate.

Enseguida me besó y pude escuchar el sonido de los aplausos de la gente antes de perderme en sus labios.

— Jennifer Alexandra Summers, te amo. Desde el momento en el que te vi supe que yo quería ser el motivo de cada sonrisa que saliera de tus labios. Es tan cierto como el aire que respiro, tan cierto como el Sol brilla todas las mañanas y la Luna sale cuando este se oculta. Y no lo puedo evitar, porque el sentimiento no se dio de un día para otro de ser así lo habría podido evitar, pero eso no me importa ya, no estoy arrepentido de sentir lo que siento cada vez que mi nombre danza en tus labios, cada vez que tus dedos tocan con inocencia un trozo de mi piel. Y todo esto lo descubrí cuando te necesitaba para seguir con mi vida, en el momento en el que te volviste indispensable para ser feliz, para sonreír. Te amo y no estoy arrepentido de nada. Te amo y soy tuyo.

Todos volvieron a aplaudir con su discurso. Y no podía decir nada que sonara tan perfecto como lo que había dicho él así que sólo lo besé y lo arrastré fuera del escenario.

— Salgamos de aquí, nena— me dijo y fuimos de nuevo a su auto.

Estuvo conduciendo unos treinta minutos hasta que llegamos a una cabaña alejada de la ciudad. Lo primero que veo cuando bajo son las velas que adornan el camino hacia la entrada. Toma mi mano y me lleva hacia el jardín trasero que está adornado de una manera bellísima, en dónde sólo hay una mesa y dos sillas.

— ¿Hiciste todo esto por mí?— pregunté asombrada.

— No hay nada que no haría por ti, nena.

Besó mis labios cortamente y me ayudó con la silla.

Cenamos y bebimos un poco de vino.

— Ahora Jennifer— dijo cuando terminamos mientras se paraba y me hacía hacer lo mismo— lo que te he dicho es cierto, te amo, no tienes idea de cuánto, y lo que decía la canción era cierto, Te amaré incondicionalmente, a pesar de todo.

— También te amo Alex, eres mi amor incondicional, has permanecido a mi lado a pesar de haber visto lo peor de mí, y no sabes cuánto te lo agradezco.

— Y tengo otro regalo— sacó de su bolsillo una cajita que tenía un collar de un balón americano — Podrá ser tonto, pero tiene mi nombre— se rascó la nuca—.

— Es perfecto— le dije y lo besé — ¿me lo pones?—.

Asintió y me voltee mientras que recogía mi cabello.

Lo abrochó y dejó un beso en mi cuello.

— Quiero dejar claro que soy tuyo. Este idiota te pertenece, Jennifer.

— Soy tuya, desde hace tiempo, mi corazón te pertenece, Alexander, y si alguna vez piensas matarlo, recuerda que si lo haces mueres.

— Nunca lo haré— dijo antes de besarme

— Espera, ¿Quieres ir al baile conmigo? Es dentro de tres semanas.

— No es necesario preguntar Alexander— lo besé y reí entre sus labios.

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Dije que subiría mañana, pero me puse a escribir y ciertamente no pude esperar.

Estoy llorando, lo juro, esperé treinta y seis capítulos para escribir este, es muy especial para mi, es el sentido de la historia.

Así que quiero agradecer a mi amiga Rebeca, porque aunque ella no sabe de esta historia (Algún día le diré ) por ella la escribí, esta es nuestra canción, la que cantábamos entre clases y los maestros nos regañaban.

Capítulo dedicado a: AnaKaren09

Las quiero, adiós.

Ponycornai Salvaje, fuera



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