Capítulo 28: Feliz por primera vez.
I: Capítulo 28
POV Megan
Bajo de las escaleras rápidamente, aunque estas desafortunadamente son demasiado grandes, así que casi tropiezo.
Al llegar al final me dirijo al comedor, quizás este sería un lugar desierto si no fuera por la servidumbre que se encuentra de un lado al otro sirviendo el desayuno.
Aunque por primera vez después de dos meses mis padres se encuentran juntos no noto su presencia, ambos se encuentran esclavizados en sus teléfonos, realizando llamadas de su trabajo.
- Buenos días- saludo mientras me acomodo en mi asiento.
- Buenos días - responden ambos a la par.
- ¿Cómo les va?- pregunto, pero al ser ignorada me rindo, siempre era así.
Así que cuando terminó mi desayuno levantó mi plato y me voy a la cocina.
- Hola mi niña- saluda Mari, inmediatamente mis hombros se relajan cuando me da un beso en la frente.
- Hola nana- respondo después de dejar mi plato en el fregadero.
- Deberías irte, se hace tarde- me advierte.
Miró el reloj, y tiene razón, se hacía tarde.
- Adiós- salgo prácticamente corriendo.
- Señorita Stanford- dice el encargado de la vigilancia.
- Buenos días Henry- sacudo la mano en señal de saludo.
Veo mi casa hacerse más pequeña a medida de que me alejo.
Era verdad, es bonita y grande, demasiado diría yo, pero no es lo que debería de ser; un hogar. Esta vacía.
Mis padres nunca estaban en casa, ellos estaban comprometidos al cien por ciento en su trabajo, mi padre dirigía una empresa y se la pasaba viajando de un lugar a otro. Mi madre era abogada, y nunca estaba en casa. De no ser por Mari hubiera pasado mi infancia sola, y aún a pesar de ella y la demás servidumbre me sentía sola la mayoría del tiempo.
Lo peor de todo eran las Navidades, que las pasaba sola, mis padres enviaban regalos para mi, pero eso no justificaba que no estuvieran junto a mi un momento que se suponía que tenía que ser familiar.
Suspiré.
- Hey Meg- gritó alguien en mi oído, pegué un respingo y me giré para enfrentar a Jennifer.
- ¿Acaso quieres matarme?- toqué mi pecho dramáticamente.
- Mmm... ¿No?- soltó una risita inocente - ¿Cómo estas?-.
- Bien- me encogí de hombros.
Mentirosa.
- Yo estoy bien, gracias por preguntar- contestó con sarcasmo.
Rodé los ojos.
- ¿Cómo vas con Alex?-.
Ahí estaba, su sonrojo evidente que aparecía cada vez que alguien mencionaba a Wate. Antes de él nunca le pasaba.
- Estamos bien- giró el rostro para tratar de esconderse.
- ¿No ha intentado sobrepasar los límites?-.
- Por Dios Megan, ¡Claro que no!, Yo no lo dejaría- declaró fulminándome con la mirada.
- Si tu lo dices... Pronto será diferente- añadí por lo bajo.
Me dio un codazo, al voltear a ver ya estábamos en la escuela.
Caminaba junto a mi, con la cabeza en alto, moviendo su cuerpo rítmicamente sin saberlo. Jennifer era hermosa, aunque ella creyera lo contrario, era de esas personas que irradiaban seguridad a su paso.
Era de esperarse que fuera popular, y se lo merecía, ella no era de esas chicas huecas presumidas, era inteligente y humilde.
Y aunque nunca había querido aceptarlo estaba muy agradecida de que fuera mi amiga. Nunca nadie de había acercado a hablarme antes de ella. Yo era siempre la "chica rara que se corta" a la que nadie quiere a su lado. Pero a pesar de que Jennifer sabía mi pasado jamás le importó y con el paso del tiempo se convirtió en mi mejor amiga.
Y era verdad, yo me cortaba. Me arrepiento tanto de ello. Estaba en esa etapa de mi vida en la que no sabía que hacer con tantas emociones que me albergaban. La única forma era desahogarme con mi cuerpo. Que equivocaba estaba.
Y las marcas en mis piernas se quedarán para siempre como castigo de lo que alguna vez fui capaz de hacer.
Mientras atraíamos las miradas de los que se encontraban en el pasillo yo trataba de ser al menos un poco segura como ella. La atención se había concentrado más recientemente cuando Alex y Jenn comenzaron a salir. Ciertamente daba mucho de que hablar, porque los dos eran de las personas más populares de la escuela.
- Hey, creo que alguien viene por ti- Jennifer me dijo mientras me lanzaba una mirada cómplice.
Y ahí estaba él, tan apuesto como siempre.
Jason.
El chico que me gustaba.
- Hola chicas- nos dijo a ambas, mis ojos estaban clavados en él.
Sus ojos azules me escasearon de arriba a abajo, su boca formó una radiante sonrisa que me hizo tragar hondo.
- Jenn, ahí viene tu novio, cuidado de no sonrojarte- ella lo fulminó con la mirada y el sólo le lanzó un beso- ¿Podemos hablar?- me preguntó antes de que segundo después tocara el timbre que anunciaba el inicio de la primera hora de clase.
Hice una mueca. No me gustaba saltarme clases.
- Nunca has faltado a ninguna clase, ¿cierto?- negué con la cabeza- pues hoy nena, será la primera vez-.
Dicho eso tomó mi mano, sentí un escalofrío cuando su mano se juntó con la mía mientras jalaba de mí.
Él me llevó hasta la cancha, debajo de las gradas. Jennifer me había dicho que ahí se reunían las parejas cuando querían tener algún tipo de contacto físico. Y justo cuando pensé que nos quedaríamos allí giró mostrándome un pequeño escondite debajo del árbol situado junto a las gradas. Sonreí para mis adentros.
- Siéntate- me pidió.
Hice lo que me dijo. Su mano aún retenía la mía, y cuando traté de quitar la el me retuvo. Nos miramos a los ojos por unos breves segundo antes de que yo apartara mi rostro.
- Yo realmente quería hablar contigo Megan, creo que ya deberías saber que- tragó grueso, era la primera vez que notaba a Jason nervioso- estoy enamorado de ti-.
Volteé a verlo, y en sus ojos pude ver que me estaba diciendo la verdad, pude ver la calidez en ellos. Un nido de mariposas revoloteó en mi interior.
Pero no, no podía hacerle esto.
- Jason no... Yo no te merezco, soy una persona que no debería estar con alguien como tu, hay chicas mejores y más bonitas-.
El no me dejó continuar porque se levantó enojado.
- ¡¿Seguirás diciendo lo mismo?! ¡Cada vez que tengo la fuerza para decirte esto tu sólo me apartas!¿Qué no entiendes que no me importa tu pasado?- cayó de rodillas y acarició mis manos- yo quiero ser tu presente, quiero estar contigo, eres a la única que yo quiero.
Lo miré de nuevo, lágrimas corrían por mis mejillas y pude ver que estaban a punto de surgir de sus ojos también.
Así que no me importó más, me abalancé sobre el y lo besé.
Y puedo asegurar que en mi vida volveré a sentir tanto como en aquél beso. Porque por primera vez en mucho tiempo yo me sentía feliz.
- Te quiero Megan- murmuró sobre mis labios cuando nos separamos por la falta de aire-.
- También te quiero Jason, más de lo te imaginas- besó de nuevo mis labios, pero esta vez el beso estaba lleno de deseo, desesperación, aunque fue corto.
- ¿Quieres ser mi novia?-.
Asentí para después volver a besarlo.
Ya no me importaba nada mientras estuviera con él.
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Holaaaaa:D
¿Cómo están?
Yo bien, jaja.
Aquí está el capítulo, un poco tarde, pero traté de recompensarlo con un punto de vista especial, además de que ya consideraba que hacía falta uno.
Megan es uno de mis personajes favoritos, al igual que Jason, en sí creo que amarán esta parejita tanto como yo:p
Ya me voy, espero no haberlas asustado con la nota, pero era una pequeña explicación xd
Las quiero, nos leemos el domingo;)
PD. Se que el de la imagen no se parece en nada a Jason (Sean O'Donell) pero me encantó y así XP
Ponycornia Salvaje fuera♥
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