Historia 9 (1/2)- "La cápsula del tiempo"
La tía de Eva vivía en una casa muy vieja construida hacía más de cien años Los padres de su tía la habían comprado hacía ya unos setenta años.
Antes de que esa gran casona fuera vendida a sus abuelos, era una escuela la cual había sido clausurada. Lo curioso es que ninguno de los vecinos sabía el porqué de la clausura.
Eva recorría la casa con su vista, asombrándose con cada recoveco y por los elegantes y viejos muebles de su querida tía, quien en ese preciso instante le estaba contando el origen de esa enorme casa.
— ¿Me estás escuchando?— Le preguntó su tía, al ver como Eva seguía perdida, observando la casa.
La chica asintió, aunque no estaba siendo del todo sincera.
Mientras su tía seguía contándole sobre la antigua escuela, la sobrina miró su reloj y eran las tres menos veinte. Se dio cuenta que tenía que irse de inmediato a la universidad y agarró su bolso. Luego, se despidió de su tía Elizabeth y se fue corriendo.
Eva era una chica muy atenta pero no era puntual. Estaba estudiando periodismo en la universidad y le habían mandado la tarea de hacer un reportaje sobre alguna antigüedad y como a la joven no se le ocurría nada, había decidido investigar sobre la vieja casa de sus abuelos ya muertos. A pesar de que su tía Elizabeth la hacía sentir incomoda, armó valor e hizo todo lo posible para sacarle información, lo cual no fue tan complicado como imaginaba.
— ¡Eva! —la recibió su amiga Cat, luego de verla corriendo hacia ella—, ¿por qué te has demorado tanto? Ya casi estamos a punto de ingresar.
—Fui a la enorme casa de mi tía Elizabeth—dijo, sin importancia—. ¿Recuerdas que te conté que le iba a investigar sobre el colegio anterior?
—Es cierto—hizo memoria—. También recuerdo que el profesor dijo que podíamos investigar de a dos, así que lo haré contigo. Tengo la mente demasiado ocupada con los exámenes—rio.
—Bueno, está bien—cedió Eva, a pesar de que su amiga Cat ni siquiera le había preguntado.
Le entusiasmaba la idea de compartir el proyecto con su amiga, ya que solo podían verse en las clases. Ambas tenían los tiempos muy justos y eso les impedía bastantes cosas.
Luego de haber pasado las interminables horas de clases se dirigió nuevamente a la casa de su tía, pero esta vez con la compañía de su amiga. Al llegar golpearon la puerta y del otro lado se escuchó un "adelante" y pasaron.
— ¡Al fin llegaste Evia...!— Se alegró la tía, pero se detuvo al ver a la acompañante de su sobrina. No le agradaba la idea de recibir personas desconocidas a su domicilio, y mucho menos cuando por el barrio circulaba la idea de que guardaba mucho dinero en ella.
—Hola, soy Cat... Catherine— dijo la joven, extendiendo el brazo, pero al ver que la tía de su amiga no aceptaba el saludo, lo bajo rápidamente—. Soy amiga de Eva y la voy a ayudar en su investigación.
Se fueron a charlar a la sala de estar. Luego de contarle a Cat lo que antes había sido la casa, la tía se fue a preparar la merienda.
—Me asusta tu tía—comentó con sinceridad la amiga de Eva.
—Espero que haya algo interesante en esta vieja casa— la ignoró Eva, con un toque de esperanza.
Cuando la tía volvió con la merienda, tomaron el té en silencio.
—He escuchado que en esta propiedad, cuando estaba la escuela, los niños hicieron una "cápsula del tiempo"— dijo sin mucho interés la tía.
— ¿Qué es eso?— Preguntaron las chicas al unísono.
—Una capsula del tiempo es un recipiente indestructible con el cual puedes guardar mensajes, objetos y muchas más cosas del presente para que las generaciones futuras lo encuentren.
Las dos chicas estaban emocionadas, querían buscar la cápsula y ver las cosas que contenía dentro. Le preguntaron a la tía Elizabeth si las dejaba buscar ya que suponían que debería de estar enterrada, pero la tía no las dejó.
— ¡Por favor!— Le suplicaron, pero la tía no cambió de opinión.
Al día siguiente, Eva volvió decidida a la casa de su tía. Había comprado un pasaje de avión para que esta se vaya a visitar a Beatriz, un pariente que vivía en España. Le había costado mucho dinero el pasaje, pero no le importaba en absoluto. Así, si Elizabeth se iba a visitar a Beatriz, ella y Cat tendrían tiempo para ver si lograban encontrar la cápsula del tiempo.
La tía saltaba de felicidad, tanto que le dejó la casa a su sobrina para que la cuidara. Esto no estaba planeado, pensó Eva. Igualmente, era mejor y más conveniente tener las llaves de la casa que luego forzar la cerradura.
Eva le mandó un mensaje a su amiga para que fuera enseguida, ya que su tía ya había partido hacia el aeropuerto.
La joven le contó que su tía se iba de viaje y que le había dejado la casa a cargo de ella. Horas después, ambas se encontraron en la casa de la tía Elizabeth y la exploraron de punta en punta, pero solo encontraron un sótano en el cual no había gran cosa. Ambas durmieron en la habitación de la tía que era muy grande, porque les aterraba la idea de que algo ocurriese cuando estuviesen en cuartos distintos.
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