
Historia 32- "Colgada del puente"
La chica se despidió de sus compañeras y bajó las escaleras para poder salir por la puerta principal. Por suerte, tenía el presentimiento de que había rendido bien el examen y que tendría una nota alta.
Hubiese preferido mil veces rendir por la mañana, pero como había comenzado el trabajo hacia unas semanas este le implicaba ser como un vampiro: vivir la vida por la noche y la mañana y dormir por el día. Claro que este estilo de vida le desagradaba en absoluto, pero necesitaba el dinero para la comida, los productos de limpieza y sus cosas personales. También tenía que pagar el alquiler del departamento, ¡otra de las cosas que quería era mudarse de ese espantoso lugar!
Y para colmo, como su casa no quedaba cerca debía tomar el colectivo que paraba en la esquina de la universidad. Fue hacia allí y estuvo alrededor de una hora esperando, y el maldito autobús aun no llegaba. Las luces del gran edificio ya estaban apagadas y no había ni una sola persona por la calle.
Tenía miedo. Pensó que esas quince cuadras que eran las podía acortar pasando por el puente peatonal que se encontraba encima de la avenida del centro. Desde donde se encontraba hasta el centro solo eran tres cuadras bastantes extensas.
Se armó de coraje y empezó a caminar. Sujetaba su bolso con mucha fuerza ya que en esas zonas había muchísima inseguridad y lo último que quería era que le robaran sus apuntes y libros que tan caros estaban...
Miró su reloj para chequear la hora: eran las diez y media de la noche.
Vio las luces de unas farolas a lo lejos así que se tranquilizó. En el centro seguramente habría muchas personas cenando o yendo a ver una película al cine.
Pero no. Cuando llegó a donde se encontraba la primera farola solo vio a un par de personas charlando en la plaza. El ruido de la fuente se escuchaba bastante, por lo que supuso que estaba rota o algo por el estilo.
A unas cuadras vio un poco del puente peatonal, así que casi corriendo fue hasta allí. Cuando llegó tuvo aún mucho más miedo.
Las lamparitas que irían dentro de los faroles estaban rotas y parecía que alguien lo había hecho adrede. Por debajo pasaba un auto cada tanto y eso hacía que sintiera mucho más miedo del que ya tenía.
Con pasos apurados logró llegar a la mitad del puente, donde una vez allí sintió como el viento helado del invierno chocaba contra ella. Su saco parecía no protegerla del frío, lo sentía como si estuviera sin todo su abrigo.
Miró hacia atrás suyo y vio como alguien con la mirada en el suelo circulaba apresuradamente. La chica siguió caminando, puesto que ese hombre que estaba detrás de ella le daba mala impresión y quería salir lo antes posible de allí, ya que sentía como le faltaba el aire.
Un poco más adelante pudo apreciar la salida. Aun sentía los pasos detrás así que corrió todo ese corto trayecto, sin importarle lo que podría pensar ese hombre.
A la chica le desagradaría ver que alguien está "huyendo" de ella, pero ahora ni pensaba en eso. Solo quería volver a su casa sana y sala.
Pero justo cuando estaba por salir, se detuvo sin saber por qué. No se podía mover aunque lo intentara mil veces. Los pasos detrás de ella cada vez se escuchaban más cerca, hasta que alguien le susurró en el oído:
—Es medio tarde para que una inocente chica ande sola en la oscuridad.
La pobre estudiante tenía miedo de lo que podría pasarle. Otro fuerte viento entró por el puente, y como por arte de magia ella pudo darse la vuelta y ver quien le había susurrado en el oído.
No era un hombre ni una mujer y mucho menos un ser humano. La piel como si fuera nieve estaba cocida como si hubiese sufrido un grave accidente; donde debían estar sus ojos solo había dos huecos con sangre coagulada y su boca estaba con graves cortadas.
No pudo gritar porque no podía emitir ningún ruido por el miedo que tenía, solo logró derramar unas lágrimas cuando a contra de su voluntad, giró su cabeza. El hombre la arrojó en el suelo tras quebrarle el cuello y se fue por donde había venido.
La noticia llegó a los diarios, ya que una madre con sus tres hijos encontraron el cuerpo. Pero claro que nadie conoce la verdadera historia, solo saben que la joven estudiante se colgó desde el puente, tal como lo hizo un chico en los años ochenta.
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