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Historia 2: "El hotel" (1/2)


En el famoso y lujoso hotel "Relaxing Holiday" encontrará el servicio que usted está buscando. Es un hotel all inclusive donde tragos, comidas y snacks son totalmente libres si paga $1.000 más. Lagos termales, lagos naturales y mucha tranquilidad podrá usted adquirir con tan solo ¡$4.580! Todas las habitaciones tienen vista al famoso lago Peace donde la pesca es estupenda y más en esta época.
¡Todas las noches SHOW! Artistas te deslumbrarán con sus estupendas actuaciones y además... ¡cada noche está abierta la Discoteca! Si desea pagar el all inclusive tendrá todos los tragos que quiera ¡gratis!
En determinadas horas del día, un carrito saldrá a la fabulosa playa Peace que está a 1km del hotel. Las aguas del mar son cristalinas y se puede encontrar diversos peces, ¡incluso estrellas de mar!
Sus mejores vacaciones la pasarán aquí... ¡En el hotel Relaxing Holiday! ¡Adquiera el paquete de "Sus vacaciones perfectas" YA!

-Ha quedado bien, Marcus- elogió Victoria, quien ya se había levantado de la cómoda silla y se encaminaba hacia la puerta-, bien para alguien sordo ¡esa voz tan aguda casi me hace explotar los tímpanos! - Abrió la puerta de madera y salió de la sala de grabación, disfrutando la cara de atónito del hombre que siempre le hacía los anuncios.

Había salido con una satisfacción imposible de describir, le encantaba el sarcasmo y ya formaba parte de ella. Su hotel era Genial con G mayúscula y merecía un buen comercial. Más de 600 personas se hospedaban (en un mes) en su enorme hotel, pero ella quería que fuesen 1.000 ¡Algo se convierte en bueno si mucha gente lo conoce! Se decía siempre, era su frase preferida.

Se subió a su lujoso coche y condujo hacia la ciudad playera, que estaba a 17 km. de donde había estado minutos antes. Abrió la ventanilla del conductor y sintió la brisa del mar en su cara y, a pesar de que el mar estaba un poco alejado de la carretera, se escuchaba el ruido de las olas. Victoria era una empresaria muy joven de 28 años de edad, sus padres eran multimillonarios y le habían dado el dinero suficiente para tener una enseñanza buena y así poder ser empresaria; terminó de estudiar a los 26 años y ayudó a sus padres con el Hotel "Relaxing Holiday" quien este año, se lo habían obsequiado para su cumpleaños. Vestía lujosos vestidos ajustados y un bléiser también negro de mujer, sus labios estaban pintados de un rojo fuerte y se había delineado los ojos; sus ojos eran celestes y su cabello era largo y rubio. Era el sueño de cualquier muchacho, era rica, bonita y tenía mucho poder, salvo por una cosa: se negaba a cualquier hombre que se le acercase. Era como si para ella no existieran, en su hotel había hombres trabajando y sí que conversaba con ellos, pero fuera del ámbito de trabajo, solamente hablaba con sus padres y además, no tenía hermanos, tampoco amigas y mucho menos primas o tías.

Ya estaba llegando a la entrada del hotel, un hombre con un traje rojo y un carrito para llevar las valijas a un costado, estaba charlando con una señora que llevaba una falda rosada y el pelo colorado. El chico señaló a Victoria y la mujer con la falda rosa se le acercó tambaleándose en sus tacones de 10 cm, le extendió la mano e inclinó la cabeza.

-Mucho gusto, soy Rosa del Monte, busco una habitación lujosísima para mi familia- Tenía un tono de voz chillón y de cerca, se le notaban muchas imperfecciones en la cara las cuales, Victoria no tenía. -. Somos yo, mi esposo y mi hijo de 3 años.

-El burro adelante para que no se espante- murmuró la chica quien odiaba con toda su alma cuando una persona no hablaba como se debía. -. Pues bien, no sé por qué me pregunta a mí esto. Debería ir a recepción para preguntar...

-Quiero hablar con usted, no con recepción- dijo en un tono brusco.

La rubia cruzó los brazos y caminó hacia la recepción seguida por Rosa del Monte que parecía que se iba a caer de sus inmensos tacones rosados, al igual que su horripilante falda tubo. Los taconazos sonaban al pisar la cerámica y eso hacía poner nerviosa a Verónica ¿qué era tan importante que tenía que hablarlo solo y exclusivamente con ella? Tras haber llegado al centro de la recepción, un hombre que llevaba una gabardina puesta, a pesar del calor, con un niño pequeño que tenía puesta una gorra roja las empujó con una de las enormes valijas, se disculparon y siguieron su rumbo. Victoria pudo notar como un papel volaba por el aire y fue a parar justo a sus pies, lo levantó velozmente para que no haya "suciedad" en su amado hotel. Rosa seguía caminando por las cerámicas y seguía haciendo ruido. A la joven desde el principio le había caído muy mal la señora con la falda rosa, tenía una voz irritante y además ¡usaba una falda rosada en tubo que encima no le quedaba bien! No era una persona delgada por lo cual la falda le lucía horripilante. Victoria dejó de lado los pensamientos negativos que tenía sobre esa despreciable persona y siguió caminando hacia la barra donde atendían los recepcionistas. Se escuchaban los timbres de los teléfonos y a recepcionistas diciendo « ¿Hola, en que puedo ayudarle? », «Este mes está ocupado, ya tenemos todas las habitaciones reservadas», « ¿Sí? Oh, enseguida le llevan nuevas toallas» y muchas cosas más. Una chica estaba con la mirada perdida, tenía el auricular del teléfono en la oreja y se había puesto pálida, Victoria, al notar esto, le dijo a Rosa del Monte que la esperara unos minutos, Rosa asintió y se fue a sentar a un pequeño sillón.

- ¿Pasa algo? - preguntó sacándole el teléfono de la oreja. -Hotel Relaxing Holiday, ¿Le podemos ayudar en algo?

-Páseme con Del Monte, UR-GEN-TE- ordenó la voz al otro lado del teléfono. Victoria sabía muy bien que en estos casos era mejor decirle: «Perdone, pero averiguaré si alguien con ese apellido se hospeda en el hotel» porque cabía la posibilidad de que algo malo pasara.

-Perdone, pero averiguaré si alguien con ese apellido se hospeda en el hotel- dijo con un tono de voz servicial y, al terminar de decirlo, sonrió aunque sabía que del otro lado nadie la vería. -Andrea, ponlo en tono de espera y sigue atendiendo. Enseguida vuelvo- le susurró la rubia quien ya iba en busca de Rosa del Monte.

Recorrió la recepción pero Rosa no estaba, fue hacia uno de los descansos más cercanos y tampoco estaba, fue hacia la piscina infantil y tampoco estaba, fue a la zona donde se encontraban los edificios residenciales. Un niño y un hombre parecidos a los de la valija iban en dirección hacia la playa, pero aún seguía sin encontrar a del Monte. Recorrió de punta a punta el hotel, por los lugares prohibidos para el personal ajeno al establecimiento y por algunos escondites que solo el personal conocía; no estaba en ningún lado. El cielo se había nublado, corría un poco de viento y ya no quedaba nadie en la playa, no había nadie en el hotel. Se empezó a desesperar, le faltaba la respiración. Una y otra vez se preguntaba dónde estaba, qué le pasaba. A lo lejos divisó una silueta, se acercaba rengueando, con algo en la mano que Victoria no podía descifrar, estaba mareada y veía todo borroso pero lo que sí vio es cuando esa silueta se le abalanzó encima, haciendo que trastrabillara y se cayera al suelo, la silueta se puso a horcajadas y empezó a estrangularla. Victoria sabía lo que ocurría y no pudo hacer nada, hasta que se le ocurrió algo; le mordió la mano a su agresor y le pateó el estómago con el taco haciendo que este se retorciera, se lo sacó de encima cuando le mordió el cuello donde, al parecer, le había mordido muy fuerte y le había dejado a cambio una marca que parecía que nunca iba a desaparecer. La silueta soltó un alarido y se tocó la herida, las marcas de los dientes eran profundas y le dolía mucho, esta se la iba a pagar. Decidió hacerlo rápido cuando tranquilamente la podía haber hecho sufrir, sacó un arma de la gabardina que llevaba puesta y le disparó. Le disparó entre ceja y ceja, causándole la muerte.


Los policías llegaron a la escena del crimen, donde algunos doctores del hotel habían cubierto el cuerpo de la dama con una sábana. El policía Espinoza estaba a cargo de este asesinato titulado: "Muerte en el paraíso" por los medios. El jefe Espinoza detestaba que los medios le pongan nombres a asesinatos, suicidios o cualquier cosa que sea grave y que tenga que ver con la muerte. Él y su equipo habían sido mandados al hotel Relaxing Holiday para descubrir y hacerle un juicio justo a quien había asesinado a la joven chica. Los padres de esta habían contratado a la policía privada, y aquí estaban ellos, sinceramente no entendían que diferencia había entre policía privada y policía local, ambas eran iguales ya que ponían el mismo empeño y dedicación en los asuntos, pocas veces lograban descubrir quien había sido el asesino y por qué motivo la mató. La escena del crimen estaba desierta, era un lugar donde los que se alojaban en el hotel nunca pasaban por allí, era un lugar que nadie del personal conocía, era un lugar donde había sido asesinada Victoria, aún no conocía su apellido ya que apenas había llegado allí, uno de los oficiales escribía en su libreta y caminaba alrededor del cuerpo.

-Quiero verla- dijo el jefe Espinoza, cruzado de brazos.

-Qué lástima que esté muerta, era muy bonita- El oficial que estaba escribiendo en su libreta se arrodilló dispuesto a sacarle la sábana cuando Espinoza se lo ordene. -Dígame usted cuando.

El jefe lo meditó unos segundos, pero finalmente dijo:

-Ahora.

El oficial de la libreta, suspiró resignado. Llevaba muchos años en la carrera y había visto muchos cadáveres, desde bebés hasta ancianos, ya formaba parte de su vida. El jefe Espinoza estaba de brazos cruzados esperando que el oficial actúe, tras unos minutos lo hizo. El cuerpo de la muchacha estaba pálido, sin vida; sus ojos celestes eran dos platos de los grandes que estaban abiertos, sus labios estaban unidos, como sellados por alguna fuerza invisible; sus cabellos rubios estaban parados y secos; cuando en realidad habían pasado un par de horas, parecía que la chica había sido asesinada hacía unos días. El oficial tenía razón, era muy bonita y muy joven.

Había muchas hipótesis. Muchos empresarios querían adueñarse del hotel por la fama que estaba ganando, cada vez se hospedaban más turistas y los demás hoteles se estaban vaciando ya que no eran tan modernos como este, también estaban las agencias que querían incluir su hotel en un pack de vacaciones perfectas pero la chica ya tenía una agencia de turismo que día a día se volvía también famosa, incluso había muchos anunciantes que promocionaban el hotel de Victoria, pero esta despreciaba su trabajo. La chica tenía muchos enemigos por el país y por el extranjero también, al igual que su hotel, ya era reconocida. Una de las hipótesis era que algún empresario o agencia que querían su hotel tanto como para ellos o para algún pack, la había asesinado por envidia o por sus posesiones. La chica, al parecer, había mordido al asesino ya que sus dientes estaban manchados de sangre, alguien había intentado ahorcarla ya que en su cuello había marcas de pulgares, no eran muy grandes pero tampoco muy chicas así que el hombre debería de tener más de 20 años pero menos de 30. El asesino, tras un intento fallido de ahorcarla, le disparó en la cabeza, una forma rápida que causaba la muerte. La mujer usaba tacos negros y uno de ellos estaba roto por lo que podía ser que el asesino tratase de arrancárselo, la chica se había caído o alguien la había empujado y eso hizo que se le rompiera el taco o quizás alguna otra cosa más le habría pasado...

Era un caso difícil y fácil a la vez ya que el asesino no había dejado muchas pistas, pero Espinoza lo iba a conseguir, como en todos los casos... excepto uno. Los recuerdos del caso "Aguas de la familia Cruz", aquella familia que encontraron ahogados en el estanque cercano, los dos cuerpos inertes de los niños de 5 y 2 años flotando lo habían marcado de por vida, ¡los podían haber salvado cuando recibieron el llamado del niño de 5 años que pedía ayuda! Si tan solo se hubiesen apurado...

No iba a dejar al asesino suelto, debía merecer un juicio justo, cadena perpetua. Esa noche, el equipo de policías se iba a alojar en el hotel, porque al ser un hotel tenían que aprovecharlo. Las habitaciones eran lindas y las camas bastantes cómodas, les habían asignado una de las habitaciones más grandes donde había 4 camas marineras donde podían dormir ocho policías y un sofá elegante bastante grande para que alguien duerma cómodamente. En el equipo eran 12 por lo que 3 quedaba fuera, esos tres eran el Jefe Espinoza, el oficial de la libreta que se llama Felipe Hernández y la oficial Aurora Lavalle, juntos habían compartido muchos casos, graves y muy graves porque en esta profesión no había ningún caso que no sea grave. Ellos tres no habían compartido el caso "Aguas de la familia Cruz".


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