Capítulo 5
Muerte de un Ruiseñor.
Su silueta se ve envuelta en miles de millones de burbujas y en agua espumosa mientras delicadamente sonríe y me ofrece una copa de la mejor champaña que ya ha empezado a beber en la comodidad de su Jacuzzi. Niego con la cabeza y ella hace un fugaz puchero que termina en una risa a carcajadas.
La elegante pelirroja digna en belleza de alguna manera me ha colmado la paciencia y entonces decido preguntarle:
—¿Se puede saber el motivo de tu celebración? —me cruzo de brazos—. Si más no recuerdo, tu padre está en su habitación empeorando cada vez más.
Natasha frunce el ceño y me mira desde la tina como si hubiera dicho algo malo. Yo arqueo una ceja y mantengo firme la postura.
—No sé por qué tanto interés en hacer de agua fiestas Lili —agrega Natasha calmadamente— Que yo me quede en una esquina de la casa, llorando y lamentándome por mi padre no va cambiar su estado de salud—¡Ouch! Eso es cierto, punto para Natasha—. Además, la vida es bella... —sonríe coqueta— No podría sentirme mejor hoy.
—Quizás no deberías estarte lamentando a cada rato, pero por lo menos deberías parecer preocupada por la salud de tu padre —punto para Lili.
—Y... tú, deberías darte un baño de burbujas. Dicen que es excelente como relajante y, se nota que estás estresada.
—¡No estoy estresada! Solo..., me preocupo. Zayn, tiene demasiadas responsabilidades. Y, muy pronto, tendrá más —suspiré— Bien, creo que sí estoy algo estresada.
—Te diré que necesitas: ¡Un día de spa en el mejor centro de Golden Ville! —Natasha sale del jacuzzi luciendo un traje de baño dorado y se acerca a mí con una sonrisa carmesí—. Yo invito. Sé, de muy buena fuente, que Zayn adora las chicas con piel suave.
Por un segundo pensé en mí en un spa cinco estrellas, rodeada de lujos, con una piel tan suave que Zayn se sorprendería. ¡Esperen! ¡¿Qué?!
—Un momento, ¿de dónde se supone que sacarás el dinero? —cuestiono.
—Tengo membresía —responde-—. Y, quizás podrías, no sé, decirle a Zaiyn que transfiera un par de números a mi cuenta y así las dos podremos disfrutar de un día de spa de amigas.
—¿Qué? ¿Estás loca? No le pediré dinero a Zayn para complacer tus caprichos.
—¿Qué sucede, Lili? Pensé que las dos éramos amigas.
—No. Sé lo que intentas, Natasha: Tratas de hacerte la tía buena para ganarte a Zayn y así lograr que él te dé dinero cuando te plazca. Pero se acabó, Natasha, Zayn no te cree. Yo no te creo...
—Bien —dice Natasha y me da la espalda para ponerse una bata blanca de baño.
Natasha pone una expresión tan seria que me recuerda que también es una Beckett. Ella puede ser tan fría como quiera, pero sabe jugar el papel de buena para hacer de las suyas.
—Está bien, Lili. Si quieres ponerme como la mala, simplemente está bien. Solo te digo que no contarás conmigo cuando mi padre muera y los verdaderos enemigos de Zayn aparezcan.
—¿A qué te refieres con eso?
La pregunta queda en el aire pues, cuando termino de formularla, una de las mujeres de la servidumbre, entra con prisa a la habitación y nos informa del estado del abuelo de Zayn, Thomas Beckett:
—¡El señor Beckett está empeorando! —dice alarmada.
Natasha y yo nos miramos la una a la otra y ambas salimos corriendo de la habitación. Solo puedo pensar en Zayn, que no está aquí en este momento. Quizás sea su última oportunidad de ver a su abuelo con vida.
[...]
*Zayn:
Me encuentro en una aburrida reunión con la junta directiva de Industrias Beckett. Giro levemente de un lado a otro mi silla para matar el tiempo mientras aburridos accionistas hablan aburridamente de como está la empresa en sentido general.
—Y, como decía Señor Beckett, la empresa no ha tenido cambio más grande si no en 2010 cuando importamos nuestro material a Japón y empezó a crearse la línea automotriz que generó millones a la empresa, superando nuestras expectativas en cuanto a ganancia se trata y haciendo que posteriormente Industrias Beckett incursionara a un negocio más grande y más llamativo de la industria automovilística, logrando que Beckett-corp sea la línea de autos más solicitada de Europa y Asia. Como ve, el negocio está en buenas manos. Yo diría que...
Bla bla bla. Puedo reconocer a un lame suelas a un kilómetro de distancia, pero este sujeto, en realidad se gana el premio a mejor adulador de la historia.
Todos en la junta sonríen y asientan con la cabeza mientras Mr. Adulador habla y habla de como la empresa es por mucho la mejor empresa, o algo así.
Miro la hora en mi teléfono y son las 9:43 am. El fondo de pantalla de mi teléfono celular es una foto de Lili, lo que me hace preguntarme qué estará haciendo ella en esté momento; detesto dejarla sola en casa con Janine allí, pero tenía que asistir a esta junta importante. Después de todo, soy el invitado de honor de este montón de aduladores que dirían que sí solamente por yo diga sí, y dirían que no, sólo porque se los pida. A veces en verdad no entiendo a las personas que hacen, deshacen y respiran por el dinero...
—Y si toma el informe que hemos redactado de las ganancias que se han formulado este año, notará que todo va en aumento...
El informe es entregado en mis manos por una asistente que intenta coquetearme con una sonrisa y un suave roce de manos. La miro un instante con recelo y luego mi vista yace en el informe. Nota mental: Despedir a todas las mujeres que me coquetearon en la mañana. Punto. Contratar a unas que sean feas en su lugar.
—... Beckett-corp está en la sima del poder. En lo que a mí respecte...
Mi celular suena y el nombre que sale grabado en la pantalla: "Henry Beckett". Algo está pasando en la mansión, Henry solo me llamaría si fuera una emergencia.
—Lo siento —interrumpo—, tengo que contestar. Es algo importante.
Me levanto y salgo fuera del salón de conferencias. Contesto la llamada.
—¿Zayn? —dice Henry del otro lado de la línea.
—Sí, dime. ¿Todo bien por allá?
—Zayn, tienes que venir ya para la mansión. A tu abuelo no le queda mucho tiempo.
Con sus palabras, Henry me hace entrar en un estado de shock y cuando despierto de el, lo único que puedo hacer es lanzar mi teléfono contra la pared.
Los de la junta directiva salen a fuera del salón y todos preguntan qué me ocurre. Yo abandono la empresa y corro hasta mi auto para ir directo a la mansión a ver a mi abuelo. No creo que se esté muriendo. No lo creeré hasta que lo vea.
[...]
*Lili:
Thomas Beckett se encuentra acostado en una cama luciendo muy mal. Su piel se ha tornado pálida al igual que sus labios, como si su cuerpo lo preparara para dar su último adiós. Y yo, no puedo dejar de pensar en Zayn, en qué pasaría si no llegase a tiempo para estar con su abuelo. Y es entonces cuando miro a mi alrededor: La familia Beckett está fijamente contemplando el rostro de Thomas, quien solo pide en voz baja ver a su nieto. Henry intenta calmarlo diciéndole que Zayn pronto estará aquí. Todos en la habitación suspiran y esperan pacientemente a que llegue Zayn.
Rápidamente una de las mujeres de la servidumbre abre la puerta y da la noticia de que Zayn ya está aquí. Por dentro siento un gran alivio, pero por fuera mi rostro demuestra estar preocupada.
—¿Está aquí? —pregunta el Sr. Beckett como si le costase formular la pregunta—. ¿Dónde está mi nieto? —insiste el abuelo con minúsculas lágrimas en sus ojos.
Henry, quien está parado justo al lado de la cama de su padre, le dice:
—Zayn ya está aquí. No te preocupes.
—Quiero... verlo... —Thomas expresa dolor al decir estas palabras.
Miro hacia la puerta y mis ojos no tardan en contemplar el rostro preocupado y triste de Zayn. Al ver a su abuelo en ese estado, camina rápidamente hacia él y se arrodilla del lado izquierdo de la cama. Zayn toma una de las frías manos de su abuelo y la entrelaza con las suyas.
—Lamento llegar tarde, abuelo —susurra.
Su abuelo sonríe y mirando a un punto fijo en la habitación, a saber, hacia arriba, aprieta fuertemente las manos de su nieto, con lo último que le queda de energía, y luego dirige su mirada a él.
—Zayn... confío en que harás lo correcto.... —la voz seca de Thomas solo confirma lo que todos ya sabemos, son sus últimas palabras, es su último aliento.
Lágrimas de llanto incontenible salen frenéticamente de los ojos de Zayn. Jamás lo había visto llorar. Menos de esta forma tan amarga. Creo que es la emoción más sincera que Zayn ha demostrado: La tristeza de perder en la muerte a alguien que amas.
El abuelo de Zayn va soltando poco a poco las manos de su nieto dejando de apretarlas. Y es entonces cuando Thomas Beckett deja de respirar, y su corazón se detiene, al igual que por unos segundos lo hace el nuestro.
La escena parece de película. Por primera vez en mi vida veo a Zayn rogándole a alguien -a su abuelo- que no se vaya. Primero lo hace en voz baja y luego poco a poco se va haciendo más y más fuerte. Toda la familia no puede evitar expresar su dolor al presenciar la muerte de su querido Thomas, por supuesto, todos lo demuestran de maneras distintas: Las lágrimas no pueden detenerse, y siguen brotando una y otra vez del inerte rostro de Natasha, quien oculta su rostro en el hombro de su hermano, Henry. Josh demuestra su dolor también con lágrimas mientras se mantiene abrazando a Valeria, quien a su vez no puede ocultar su rostro triste. Henry permite que tan solo dos lágrimas broten de su rostro mientras que, dejando el agarre de Natasha, se acerca un poco más a la cama donde yace el cuerpo ya muerto de su padre. Mientras que, Janine..., ella solo toma un pequeño pañuelo y limpia sus ojos un par de veces, aunque de ellos solo una lágrima falsa haya escapado. En cambio Thom se mantiene inmóvil, mirando también el cuerpo de su abuelo con una mirada indiferente pero sin derramar ni una lágrima.
No lo dudo ni un segundo y camino hasta Zayn para darle mi apoyo. Me siento también de rodillas cayendo a su lado y entonces lo abrazo mientras él sigue llorando la muerte de su abuelo. Coloco mi barbilla sobre su hombro izquierdo mientras continúo abrazándolo fuertemente, teniendo mi mano puesta sobre la mano con la que él sostenía la de su abuelo.
—Lo siento mucho Zayn.... —le digo sintiendo su dolor.
Él solo se queda perplejo observando a su abuelo sin decir nada.
Me duele verlo sufrir, recordar que hace tan solo 5 meses perdió a su hermano y que ahora pierde a otro ser muy querido para él como lo fue su abuelo. Todo esto me causa tristeza y me hace pensar en que ahora más que nunca, Zayn me necesita.
....
El día es de esos extraños donde está el cielo nublado, pero no llueve, sino que hace sol.
De la funeraria que está en el cementerio de Golden Ville salen con un ataúd puesto sobre uno de sus hombros Zayn, Henry, Thom, Josh y otros dos hombres sobrinos-nietos de Thomas Beckett. No había estado aquí desde la muerte de Dean Beckett, y ahora estoy aquí presenciando otro entierro de los Beckett.
El ambiente del cementerio es lúgubre y sombrío. Camino al lado de varios sepulcros y solo puedo leer nombres de varios millonarios fallecidos; muchos desde hace 65 años ya: Elizabeth Pierre 1945-2011; Jason Muller 1961-2015. Pienso mientras camino, imaginando el destino inminente al que llegamos todos los seres humanos: "La muerte".
La familia Beckett luce aun más seria de lo habitual. Todos con trajes negros lentes de sol y mayordomos con sombrillas negras que los tapan del resplandor del sol. Ninguno de ellos ha derramado ni una sola lágrima en medio del funeral; y ahora, que se efectúa el entierro de Thomas Beckett, todos están callados sin mostrar ninguna emoción (típico de los Beckett).
Esto puede ser muy difícil para Zayn. Sé que le duele mucho perder a su abuelo. Cuando falleció, lloró toda la noche, y no quería separarse del cadáver de él. Y ahora, el Zayn que lloraba desconsolado la muerte de su abuelo, es un Zayn indiferente que no parece afectarle nada.
Bajan la urna y veo caras nuevas desde que inició el funeral. Recuerdo haberle preguntado a Zayn quiénes eran esas personas. Resulta ser que Thomas Beckett tiene dos hermanos menores. Y ambos tienen cara de haber tomado el té con la Reina Isabel II ayer en la tarde. Los demás son sobrinos descendientes de estos dos hermanos.
La primera, Florence Beckett, es una mujer de la alta sociedad de París. Muy antipática y con cara larga. Zayn la describe como una terrible pesadilla de la etiqueta (refiriéndose a que le importa en demasía los buenos modales y la ética). El menor, Steven Beckett, es igual de antipático que su hermana, y, en realidad, ninguna parece ser hermano del amigable y agradable Thomas.
Muy cerca de mí se encuentra Amy Hale y su esposo (los padres de Emma). Amy llora desconsolada la muerte de su padre y Fredd la abraza para aliviar su dolor. Desde que llegaron Nathasha no deja de verlos repetidas veces con recelo; es obvio que le incomoda la presencia de su hermana mayor. Emma, por otra parte, se encuentra seria, pero sé que no soy la única que se da cuenta de su nariz roja y de sus minúsculas lágrimas que ruedan por sus mejillas.
—Le dije a mi madre que debíamos visitar a mi abuelo antes de que fuera demasiado tarde... —dijo Emma con clara tristeza— No quiso escucharme... —su voz se quiebra en un hondo gemido—. No pensé que se iría sin despedirse...
Abrazo a Emma y trato de consolarla. Ella se sumerge en el llanto sin poder ocultar lo que siente realmente.
—En serio quería verlo —continúa Emma Hale—. Si no fuera por ella... Yo...
Frunzo el ceño y tomo a Emma por los brazos para mirarla de frente.
—¿Si no fuera por quién? —le pregunto seriamente.
Emma voltea cautelosamente y mira la figura inmóvil de Janine, que de pies a cabeza luce rígida e inerte. Emma baja la mirada y se nota temerosa ante la presencia de Janine.
—Oh... ya entiendo... —me limité a decir de manera baja.
La ceremonia comienza y un buen amigo de Thomas da unas breves palabras de lo que fue en vida Thomas Beckett:
—Es difícil describir en pocas palabras lo bueno que fue este gran hombre. Como familia, el era muy querido; sus hijos... sus nietos... son personas que así lo confirman. Como jefe —y eso yo lo confirmo—, nunca se le vio un día en que estuviera triste, aun en los peores momentos. Pero, como amigo, Thomas Beckett no tuvo igual. Siempre demostró lealtad verdadera; estaba allí siempre que lo necesitábamos, será difícil ahora comprender que ya no estará más. Todos extrañaremos a Thomas Beckett...
De pronto, las miradas se congelan en la presencia de un joven que está ciego. Noland está de pie junto a su fiel mayordomo Pierre. Él, vestido de traje negro y gafas oscuras, se abre paso entre las personas con un poco de dificultad. Por supuesto, Pierre lo ayuda.
Nadie puede evitar la sorpresa en sus rostros. Incluso Janine que parecía inmaculada, ahora luce como si de repente a la que estuvieran enterrando fuera a ella.
Noland y Pierre llegan hasta donde Zayn, y sin saber como lo miran los demás le dice a Zayn:
—Zayn... ¿Estás ahí?...
—Sí, Noland, aquí estoy.
—Yo... quiero pedirte, por favor, que me dejes participar en la ceremonia.
Zayn se queda callado por un momento y luego dice colocando una mano en su hombro, en señal de comprensión:
—Por supuesto, Noland. También eres un Beckett.
—Gracias...
Todos toman su lugar y proceden a continuar con la ceremonia. Bajan la urna mientras el amigo de Thomas continúa hablando. Todos los nietos de Thomas, incluyendo a Thom, dan un paso adelante. Entonces Henry toma una pala y toma un poco de tierra y la hecha en el hueco donde yace el cuerpo sin vida de Thomas Beckett. De esta manera simbólica, los hombres más cercanos a Thomas, le dicen su último adiós.
Henry le da la pala a Thom y este hace igual. Natasha derrama una lágrima que limpia velozmente. Supongo que los Beckett no lloran en público. Quizás por eso Natasha veía a Amy de esa manera. Por eso y por otras cosas...
Thom le da la pala a Zayn y éste procede hacer lo mismo que los otros. Luego Zayn se la da Josh y luego sucede un momento incómodo donde Josh debe pasarle la pala a su hermano Noland, el menor de los Beckett. Josh luce un poco apenado, pero Noland está serio; él no ve a su hermano, pero imagino que sabe que está cerca.
—Pierre, por favor... —dice Noland—. Puedes tomar la pala...
—Sí, señor...
Acto seguido, Pierre toma la pala y se la pasa a Noland. Luego el mayordomo lo guía para que el joven Beckett pueda proseguir con la ceremonia.
—Hemos concluido con la ceremonia, pueden proceder con el entierro.
Los hombres que trabajan en el cementerio proceden a echar la tierra en el hoyo y todos los Beckett miran con sequedad mientras el más querido por ellos es finalmente enterrado.
Quizás esto tenía que pasar. Tal vez nadie se lo esperaba, por eso ninguno niega su sorpresa cuando Zayn cae de rodillas y comienza a llorar la pérdida de su abuelo. Se supone que esto no lo hace un Beckett. Quizás él siempre deba ser indiferente. Pero estoy segura de que ni él puede ocultar un sentimiento tan real como el que está experimentando ahora mismo. En realidad, luce como si hubieran arrancado una parte de él. Por lo tanto, también arrancaron una parte de mí; porque Zayn es la mitad de lo que soy.
Por eso, al verlo en ese estado, casi corro hasta él y lo rodeo con mis brazos. Él llora desconsolado y me parte el alma verlo sufrir. Me molesta que todos lo miren como si llorar por alguien se tratara de algo absurdo que se ha ido en la muerte.
Permanecemos así por un poco de tiempo más, hasta que poco a poco todo acaba.
Las personas: amigos y familiares se van marchando. Muchos van a una cúpula al aire libre que está cerca del cementerio, allí toman el té y acompañan a Henry y a los demás un poco más de tiempo antes de darse por despedidos.
Zayn y yo permanecemos sentados en el césped frente a la tumba de Thomas Beckett. Ambos estamos muy cerca el uno del otro, pero nuestras miradas están sobre la tierra fresca de la tumba. Es increíble que esto haya pasado. Supongo que Zayn tampoco se lo cree. Pero no lo sé; no ha dicho nada desde hace bastante rato, me pregunto si querrá hablar. Acaricio un poco su cabello para que sienta que puede contar conmigo.
—No sé que voy a hacer sin mi abuelo —susurra—. ¿Sabes algo? Aunque no viví con él estos últimos años, sí lo visitaba seguido; de hecho, en varias ocasiones nos pusimos de acuerdo para vernos en lugares donde podíamos conversar tranquilos. Solo nosotros dos. Sin nadie a nuestro alrededor. No existían ni, el dinero... ni la empresa, ni familiares molestos. Solo eran un abuelo y su nieto, teniendo largas charlas sobre cosas que deberían se triviales... Ahora, siento que no tendré eso nunca más.
—Sé que superarás esto, Zayn. Eres una persona muy fuerte. Más de lo que te imaginas. Admiro el hecho de que, aunque eres frío e indiferente como tu familia, eres más que ellos. Eres noble y muy en lo profundo mantienes buenos sentimientos. Eres lo que, seguramente, tu abuelo esperó que siempre fueras. Y por eso, y por muchas otras cosas, me vuelves loca.
Zayn ríe un poco, y yo sonrío por haberle hecho sentir mejor.
—Yo soy el que está loco por ti, Gossip. Soy afortunado de tenerte conmigo, de que me apoyes y trates de estar ahí... Gossip, soy un desastre...
—Sí, pero eres mí desastre. Yo veré como me las arreglo.
—No es eso —ríe un poco—. No solo soy un desastre, puedo hacer que la vida de los demás también lo sea.
—Sí es así entonces quiero que mi vida sea un desastre. Quiero tener mala suerte, quiero que mi vida gire en un tornado de malas situaciones que me provoquen incomodidad, y que llore sin consuelo todo los días de mi vida. Dejaría que pase eso y mucho más solo para que el desastre de Zayn Dallas Beckett sea mi novio.
Zayn vuelve a reír.
—Estás loca.
Yo alzo una ceja y sonrío.
—Te lo dije.
Ambos nos abrazamos en un tierno momento y luego llega Emma y se sienta con nosotros en el césped.
—¿Interrumpo algo? —dice la rubia sin tener idea de lo que hablábamos.
—No —dijo Zayn seriamente—. ¿Cómo estás?
—Bien. Creo que estoy tratando de aceptar el hecho de que no pude despedirme.
—Créeme, no importa si pudimos despedirnos o no; igual duele.
—Lo sé... Y ahora ¿qué harás? —pregunta Emma con cautela.
—No sé. Pero te prometo, Emma, que las cosas van a cambiar.
El silencio trasfunde la conversación y todos nos quedamos viendo fijamente el lugar donde se encuentra presente el cadáver de un ruiseñor.
Ya en la mansión, noto a Zayn sentado en una esquina de la cama de su habitación. Él mira atentamente hacia la pared con ojos perdidos. Es casi imposible adivinar lo que piensa, pero de seguro ha de sentirse horrible por la muerte de su abuelo.
Su cabello está un tanto despeinado y un poco caído hasta su frente. No se ha quitado la ropa que tenía en el funeral, así que todavía lleva el traje color negro, con la única diferencia de que la corbata esta desatada al rededor de su cuello. Pienso que, aunque está triste y desconsolado, luce tiernamente guapo de todos modos.
"¡Cielos, Lili, ¿debes pensar en eso justo ahora?!"
Saco a patadas esa idea de mi cabeza y en vez de eso me le acerco a Zayn por detrás y le doy un fuerte abrazo, rodeando su espalda con mi pecho y descansando mi mandíbula sobre su hombro. Zayn en cambio ni se inmuta, y yo empiezo a pensar si añadir otro adjetivo a la lista de descripción de Zayn: "El Inmutable."
—Y ahora... Se acabó el teatro, ¿qué se supone que debo hacer? —susurra, pero son palabras demasiado fuertes como para que se escuchen tan bajo.
Me levanto y lo miro de frente, quito la corbata alrededor de su cuello y trato de sonreír confortadoramente, sé que Zayn me necesita en este momento.
—No tienes porque responder eso en este momento... —le dije—. Estás herido, pero tu abuelo se esforzó para que supieras que hacer después de su muerte...
Ambos nos tumbamos en su cama y abrazados miramos hacia el techo sin decir palabra por unos minutos.
—¿Sabes? Siento que de alguna forma estoy llorando la muerte de dos personas en un mismo entierro.
Estoy completamente segura de que se refiere a que también se siente mal por lo de Dean. Quizás la tristeza que sentía cuando Dean murió la guardó hasta el día de hoy.
—Quiero irme de aquí, Gossip —continúa, sus ojos se llenan de lágrimas pero ninguna es tan osada como para bajar por su mejilla. Su voz es firme y en ningún momento se quiebra, no sé si en realidad es tan fuerte como para no llorar o en realidad es tan débil que no llora. Recuerdo que Zayn me había dicho que solo las personas que son capaces de transmitir sus verdaderos sentimientos son en verdad los valientes. No en el caso de Zayn, supongo. El se nota destrozado pero quizás nunca se deje ver tan mal.
No sé que decirle. ¿Zayn Beckett se está dando por vencido? Como le dices a tu novio que está pasando por un momento de suma tristeza que no debe rendirse, que debe seguir adelante, que no debe dejar que los sentimientos negativos lo consuman. ¿Cómo le dices todo eso sin temor a ofenderlo o hacer que se sienta más roto de lo que está?
—No lo sé, Gossip... No me siento tan fuerte ahora como lo era antes —gime, y de pronto, las lágrimas que parecían sumisas en sus ojos, ahora corren desenfrenadamente y sin detenerse— Quiero a mi abuelo. No quiero pensar que se ha ido... No quiero creer que me ha dejado solo...
Lloro también —porque he notado que siempre lloro cuando él lo hace—. Y sé que lo que dice es verdad. Nunca Zayn Beckett había sido tan sincero en la vida.
—Yo... —empiezo, pero confieso que me cuesta articular una frase con tanta conmoción—. Si tan solo yo... pudiera hacer algo para hacerte sentir mejor, créeme Zayn que yo...
—Si puedes... —me interrumpe.
Lo miro fijamente con sorpresa, gritándole con la mirada un profundo: "¿Cómo?"
Zayn me roba el aliento con sus ojos penetrantes que atraviesan mi alma y me leen como un libro.
—Puedes venir conmigo a Madrid... Gossip, te prometo que podemos librarnos ambos de esta pesadilla.
Mi boca cae abierta por unos instantes. Por un lado, me está pidiendo demasiado al querer que me valla y deje a mi familia y a mis amigos, pero, por otro lado, amo a Zayn, y estoy segura de que lo que más quiere es escuchar que lo apoyo en cualquier situación.
—Por supuesto que sí... Iría contigo a todas partes...
—Te amo, Gossip.
—Yo también te amo, mi falso Incomprendido.
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