[Narra Evan].

Estúpido lobo, por su culpa mi primera presa se fue, ¿Ahora como voy a iniciarme siendo vampiro?, mi padre estará demasiado molesto conmigo...estoy seguro, bien, preparate Evan, hoy lo más seguro es que duermas afuera como un jodido perro.

—¿Evan? —Cuestionó mi madre a medida que entraba en el castillo y cerraba la puerta para dirigirme a ella. —¿Qué paso?, tu amigo el pelirrojo vino solo, estaba muy alterado y no le entendimos nada...

—Mamá, en primera, no es mi amigo, es solo un inútil sirviente que mando papá para que me acompañara y en segunda, es una historia demasiado larga.

—Entiendo Evan, mejor luego me cuentas, tu padre quiere verte.

—¿A...mi?, ¿Por qué?, no hice nada malo está vez —Mamá se encogió de hombros y coloco una mano en mi hombro como señal de apoyo.

—Quizás solo sea para preguntarte el como te fue con tu iniciación. —Pase saliva pesadamente.

—Oh...eso...um....bueno, ¿En dónde está?

—En el despacho. —Asentí seguido de dirigirme al lugar que mi madre me indico. Al estar frente a la gran puerta, toque un tanto nervioso.

—Pase. —Escuché esa gruesa y tenebrosa voz característica de mi padre, exhale para calmarme y gire el picaporte para que la puerta se abriera —Oh, Evan, te estaba esperando, sientate.

Asentí a la petición de mi padre seguido de tomar asiento y esperar a que denotara aquella pregunta que me tenia con los nervios a más no poder  —¿Y bien?, ¿cómo te fue con la iniciación?, le pregunte al pelos de zanahoria que tienes como amigo pero balbuceaba y no le entendí nada.

—Um...bueno pues...yo...

—¿Atrapaste por fin a tú presa Evan?

—No...

—¿Qué?

—Veras papá, cuando ya tenia a la presa, unos hombres se acercarón con cruces y ajo, supongo eran los cazadores. —Sabia perfectamente que le estaba mintiendo a mi padre, pero no podía decirle que un lobo, nuestro mas antiguo enemigo fue quien impidió mi iniciación, estaba seguro que prendería en cólera, me preguntaría por que no trate de defenderme, y la verdad es que yo tampoco supe por que, dado que estaba como en una especie de shock, algo parecido a un  controlamiento.

—Evan —papá exhalo seguido de masajearse las sien —Eso no pasaría si hubieras hecho la iniciación y así tendrías tus dotes de vampiro.

—Lo se papá y lo siento.

—Nada de lo siento, lo seguirás intentando, pero ahora hay algo mucho más importante.

—¿Qué cosa papá?

—Tienes que buscarte una chica, no me importa si es vampira o humana, pero debes de encontrarla ya.

—Pero...¿por qué?

—El tiempo se te esta pasando Evan y aunque somos eternos, no quiere decir que podemos engendrar de la misma forma que cuando se es más joven.

—No entiendo papá.

—A lo que voy, es que necesitas ya tener hijos, los necesitas para que puedan seguir poblando nuestra especie —Papá suspiro y entrelazo sus propias manos. —Nos estamos extinguiendo Evan, los nobles vampiros se extinguen, dime, ¿Qué pasara cuándo ya no quede ninguno?, sabes bien que el cargo de "rey de los vampiros", va de generación en generación, falta poco para que tú llegues aquí, pero para ello, ya necesitas tener un heredero, ¿Me estas entendiendo?

—Si papá...pero...¿por qué no...puedo espera un poco más?, yo...aun no encuentro a nadie ...

—Ya te lo dije Evan, mientras más joven engendres, el gen vampiro sera más fuerte y si quieres a una pareja humana, eso servirá de mucho, en caso de ser vampira, sera bastante fuerte,¿ya estas comprendiendo?

—Si, papá.

—Muy bien, ya te puedes ir, pero mañana debes ir a buscar una presa de nuevo para tu iniciación, iras más temprano.

—Pero el sol...

—El sol nada Evan, ¿Acaso no te has dado cuenta que vivimos en un clima nublado hijo?, ¡El sol no aparece más que una vez por año! —Papá bufo. —Si que necesitas convertirte en vampiro, anda, ya vete de aquí y preparate para mañana, no quiero otra decepción Evan.

Asentí frenéticamente seguido de salir del despacho de mi padre, me dirigí hacia mis aposentos y di una gran exhalación. ¿Cómo iba encontrar esposa en tan poco tiempo? Definitivamente mi vida era una vil basura.

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[Narra Alec]

—Pero...¿Estás seguro Alec? —Volvió a cuestionar por tercera vez mi mejor amigo, Tyler.

Ambos nos encontrábamos caminando por el bosque. Mis padres nos habían mandado a buscar no se que yerbas que necesitaban ya que un cazador hirió a uno de nuestra manada.

—Si Tyler, estoy seguro. Ese...vampiro, hizo que despertara mi lobo, necesito encontrarlo.

—Pero, Alec, ¿Si sabes que ellos son sus enemigos a muerte?

—Lo se, Ty. Pero ¿Qué quieres que haga? Desde que lo vi mi lobo ha estado muy inquieto, solo pienso en él y tengo una enorme necesidad de tenerlo. No es algo que pueda controlar y lo sabes. Una vez que el "lobo interior" por así decirlo, despierta, no descansara hasta congeniar con el alma elegida.

—Pero...¿Con un vampiro, Alec? Me suena bastante increíble. ¿Qué no solo eso sucedía con los de tu especie o en dado caso, con algún humano?

—Si, sucede así, pero en mi fue distinto. No se, ya mejor apuremonos a encontrar aquellas yerbas y después me ayudaras a hallar al vampiro. Suerte que ya amaneció, de lo contrario, sería un poco más difícil, para ti, claro esta.

—Espera, Espera. ¿Me estas diciendo que iremos en su búsqueda? ¿¡Para qué!? Alec, te meterás en problemas.

—Ya te dije para que y se que me meteré en problemas pero necesito encontrarlo. —Observe como Tyler exhalaba a la par que negaba con la cabeza. —Vamos, Ty.

—Estas loco, pero de acuerdo, te ayudare.

Le sonreí en agradecimiento tras visualizar las yerbas que nos habían pedido, me acerque a estas y arranque unas cuantas seguido de dárselas a Tyler. No obstante, una voz, más bien, un quejido me hizo detenerme.

—¡Estúpido niño! ¿Quién te crees que eres? ¿A caso no sabes quién soy? ¡Bajame ya!

Esa voz...esa voz era la que estaba buscando.

—Tyler, rápido, ven.

—¿Qué pasa? —tome a mi amigo de la muñeca para así dirigirnos con cuidadosos pasos en aquella dirección donde provenían los reclamos —¿A dónde vamos?

—No hagas ruido —susurré para así colocarnos tras unos helechos, moví un poco las hojas de este para que me permitiera ver aquella escena de lo que parecía una discusión. Fue entonces cuando pude observarlo, era lo que estaba buscando, mi vampiro atado de los tobillos a una soga amarrada a las ramas de un árbol que lo mantenía de cabeza

—Hey, tú. Dejalo —Demande tras salir de mi escondite para así acercarme aquel chico de vestimenta un tanto extraña y sonrisa burlera —¿No me escuchaste? Dije que lo sueltes.

—Largo de aquí perro.

Soltó molestó el chico de tes exageradamente blanca.

—Si, largo de aquí.

—No me iré sin él, ya sueltalo.

—Alec, ¿Porqué te fuiste así? Yo iba tras de ti, ¿sabías? Además tenemos que... — Hablaba Tyler mientras se acercaba hacia nosotros, sin embargo, no termino de hablar dado que una pequeña risa por parte de aquel chico de extrañas ropas lo interrumpió —¿Ja-Jace?

—Hola, Ty.

No podía creerlo, el captor de mi vampiro era nada más ni nada menos que él enamorado de mi amigo.

—¿Qué...haces aquí? ¿Porqué ya no me hablaste? ¿Qué sucede? ¿Porqué tienes capturado al cara de drogadicto?

—¡Hey, escuincle! Mi nombre es Evan.

Evan...así que ese era su nombre, me agrada.

—Tranquilo bonito —comentó serenamente el tal Jace, a lo que pude observar como mi amigo se sonrojaba e intentaba ocultarlo —Yo siempre vengo a este bosque, para "jugar" como lo estas viendo ahora. No pude hablarte porqué regrese bastante tarde a mi casa y pensé que estabas dormido y tengo a este chupa sangre cautivo por qué es mi presa, soy un cazador.

La mirada de mi amigo se abrió en sorpresa seguido de observarme de reojo.

—Pues...pues aun así, pudiste mandarme un mensaje o algo, te estuve esperando como imbécil —reclamó Tyler —Además... Rayos, ya no se que más.

Escuche de nuevo aquella risita por parte del cazador.

—Vamos precioso, ya dije el porqué no pude llamarte o así, lo siento en verdad, dame otra oportunidad ¿si? Realmente me gustas.

De nuevo aquel sonrojo se apodero de mi amigo, sin embargo esta vez estuvo acompañado por un ceño fruncido.

—¡No! —exclamó Tyler —No Jace...

—Si, Jace  —Interrumpí.

—¿Qué?

—Tyler saldrá contigo a cambio de que sueltes al vampiro. ¿Qué dices?

—Espera, ¿Qué? ¡Alec! —Hice una señal para que el castaño guardara silencio.

—Suena tentador, Alec — respondió el cazador —Lo acepto, solo con una condición.

—¿Cuál?

—Quiero unas gotas de sangre de algún alfa. Ya sabes, de un hombre lobo. He estado buscándolos pero son ágiles para esconderse.

—¿Para qué quieres eso? —cuestione intrigado.

—Eso no es de tu incumbencia. Entonces dime, ¿tenemos un trato o no?

—Esta bien, Jase. Tenemos un trato. —Una sonrisa burlera volvió a aparecer en la cara de este tipo a medida que estrechábamos nuestras manos —Ahora bajalo.

—Perro, yo no necesito tu ayuda yo puedo arreglármelas solo, mejor vete con el escuincle a otra parte —Volvió a quejarse Evan.

—¿De verdad no necesitas mi ayuda, Evan? —cuestioné burlón a medida que me cruzaba de brazos —Porque lo que yo veo dice lo contrario.

—No, no la necesito. Ya larguense de aquí, que solo ustedes me dan problemas y... —No termino de hablar dado que el cazador corto la soga y el rubio cayo de cabeza sobre el suelo, suerte que no estaba tan alejado de este —Ouch...hijo de...

—Bueno, ya podemos irnos —Interrumpí al de tes blanca para así ir ayudarlo a levantarse.

—¡No me toques! Yo puedo solo. —Rodé los ojos para así dejar que el mismo se levantara —No puede ser, me ensucie —espetó en cuanto se puso de pie y comenzó a sacudirse su ropa —¿Saben lo caro qué es esto?

—Si, si, si. Como sea, ya vámonos. —Lo tome de la muñeca sutilmente para comenzar a halarlo.

—Oye, sueltame —Evan comenzó a tirar de mi agarre para así safarse, sin embargo hice este aun más firme —¡Qué me sueltes!

—Para ser un vampiro eres bastante débil.

—No lo sería si me hubieras dejado comerme a tu amigo. ¡Ya dejame!

—Eres fastidioso, ¿Lo sabías?

—No me importa, ya sueltame o...te voy a morder. —Reí ante aquello —No te burles es enserio.

—Si, claro. Vámonos Ty. —Di una palmadita en el hombro de mi amigo al momento de pasar a su lado, este asintió y camino tras nosotros.

—¡Esperen!

—¿Ahora que, Jace? —Cuestioné de mala gana.

—Quiero hablar con Tyler, solo serán unos minutos lo prometo. —Le dirigí una mirada a mi amigo y este asintió con una ligera sonrisa.

—Adelantense ustedes, me quedare con Jace —Comento Tyler tras un suspiro. Realmente tenía al mejor amigo, aunque probablemente tenga ganas de asesinarme por lo que hice.

—Esta bien. —Continúe caminando junto con Evan, o más bien, halarlo porque este aun trataba de safarse de mi agarre.

—¡Ya sueltame! —exclamò Evan al momento de tirarse bruscamente hasta que lo solté. Me observo con el ceño fruncido y se dio la vuelta comenzando a caminar.

—¿A dónde vas? —cuestioné caminando tras de él.

—¡Qué te importa! Mejor ve a perseguir conejos o que se yo.

—No puedes simplemente irte Evan, yo te salve la vida.

—Yo no pedí que lo hicieras.

—Pero lo hice, así que estas en deuda conmigo.

—En deuda, mis nalgas. Dejame ya en paz perro, tengo mejores
cosas que hacer que perder el tiempo contigo —Realmente Evan me importaba, pero de igual forma estaba ya colmando mi paciencia. Lo tome de los hombros e hice que se girara bruscamente hacia mi. —Con una mierda, ¡Ya dejame en paz, carajo!

—¿Tú realmente no sabes lo que pasa, verdad Evan?

—No y no quiero saberlo.

—Estoy jodido por tu maldita culpa.

—¿Y yo qué tengo que ver? Ya dejate de juegos perro, no soy tu maldita diversión.

—Sabes lo que soy, ¿cierto?

—Si, un perro.

—Lobo, un hombre lobo ¿Y sabes que pasa cuando los hombres lobo encuentran a su pareja predestinada?

—No y ni me importa. Ya dejame ir.

—Eres tú, Evan.

—¿Qué?

—Mi lobo te eligió a ti, tú eres mi pareja predestinada —Ví como Evan fruncía el ceño antes de sentir como me empujaba con fuerza.

—Estas loco.

—No, no lo estoy, te necesito Evan.

—Pierdete. Me largo de aquí, y si vuelves a seguirme, yo mismo te quemare con plata, ¿Escuchaste? —Evan se dio la vuelta para nuevamente comenzar a caminar.