Vale, debo tranquilizarse. Como ya dije, no tengo que ponerme así. Cuando vea a Tae simplemente debo comportarme normalmente.

No huir.

No evitar.

Entré nuevamente al salón con mis dos amigas y me dirigí hacia mi asiento para prepararme para la primera clase que estaba por comenzar.

Me siento incómoda, eso está de más decirlo. Y no es por las miradas de mis compañeros que me gané gracias al falso comentario de Hoseok, ni por haber recibido el dibujo, bueno en parte si es por eso. Pero lo que quiero decir es qué, me siento mal por TaeHyung. No sé todavía si es verdad que fue él el del dibujo o si verdaderamente siente algo por mi, porque después de lo de la apuesta no confío mucho en que verdaderamente pueda gustarle.

¿Y si solo lo hace por diversión?

Tal vez quiere vengarse de mi por no ayudarlo y dejarlo en ridículo frente a su amigo.

Pero... no.

Tae no es ese tipo de persona, creo que él seria incapaz de hacer algo así. Espero tener razón.

Y por ser una persona tan especial me da miedo hacerle daño. Porque yo... yo no siento lo mismo, solo lo quiero como un amigo.

La profesora llegó y comenzó a pasar lista. Tae no habia llegado así que me preocupé un poco, él nunca llega tarde ni falta a ninguna clase.

— Permiso profesora... — apareció en la puerta de repente con la cabeza algo gacha.

— Kim TaeHyung, ¿por qué llega a esta hora? Recuerdo haberlo visto llegar temprano a la escuela, ¿donde estaba?

— Lo siento, me he distraído y no me había dado cuenta de la hora que era — explicó apenado.

La profe lo dejó entrar y pasó hacia su puesto sin siquiera mirarme. Vaya, yo estaba haciendo mi máximo esfuerzo para actuar normal y él ni me miró. LinSi me miró sonriendo y luego la vi hablar con él en secreto. Él solo asintió y sacó sus libros.

(...)

Bien, ya estaba comenzando a creer que todo había sido una broma de alguien que no tenía más nada que hacer.

Tae se había pasado el día entero sin hablarme ni mirarme.

Digo, si hubiera sido él me hubiera dicho algo, habría venido a hablar conmigo o al menos sonreírme. Pero nada.

— No hay quién te entienda — bufa Saray — Dices que no sientes nada por Tae, que tienes miedo hacerle daño por no corresponder a sus sentimientos. Y ahora, quieres que el chico venga a hablar contigo.

— No es eso — hago puchero y me llevo una cucharada de mi almuerzo a la boca. Mastico mientras sigo pensando — Lo que digo es que si yo hago algo como eso...

— Nunca serias capaz de hacer algo como eso — me interrumpe LinSi. La fulmino con la mirada y luego volteé mis ojos — No te molestes... es la verdad. Eres demasiado cobarde como para eso. 

— Ya, ya. Solo digo que si lo hiciera fuera con el propósito de confesarme y si me confesara es para hablar con esa persona, no para evitarla después de hacer algo como eso — terminé de hablar y tomé agua. Suspiré — Voy al baño, las espero en el salón.

Me levanté luego de recogerlo todo. Caminé por los pasillos de la escuela mientras revisaba mi celular.

— MeRi... — escuché esa incomparable voz y me temblaron las piernas.

Alcé mi vista y me encontré con el rostro de un Tae algo avergonzado. Sus mejillas estaban algo rojas y pasó su mano por su cabello.

— ¿Puedo hablar contigo? — asentí con mi cabeza porque me era imposible articular palabra con mi boca. Presentía que me iba a trabar — Vengo a disculparme contigo por lo de esta mañana.

¿Disculparse? ¿Acaso se arrepentía de haberme dejado el dibujo?

— Disculpame por no encararte después de haberte dejado el dibujo. Debí haberte explicado el por qué — lamió sus labios rápidamente — Pero es que me acobardé. Me dio miedo de que no te gustara o me dijeras que no sientes nada por mi, por eso te evité. Pero me di cuenta de que si no hago lo que siento ahora puedo arrepentirme después, así que aquí estoy y preparado para cualquier respuesta que me des.

Dio unos pasos y se acercó peligrosamente a mi. Miré hacia arriba por la diferencia de estatura y me encontré con sus pequeños ojos mirándome intensamente. Mi cuerpo entero tembló y creí que mi corazón se saldría de mi pecho. Su respiración chocó en mi rostro cuando se acercó más y me tomó por los hombros con sus brazos para acercarme mucho más a él, acercó su rostro al mío, me iba a besar. Tae quería besarme.

— Tae — susurré y lo sentí alejarse. Me miró triste — Lo siento yo... no sé que decirte — bien, sentí mi voz agravarse. Estaba a punto de echar a llorar por lo que tenía que decirle.

— Está bien, no te preocupes — pasó su mano por mi cabello — No te tienes que sentirte mal por no corresponderme. Yo estoy bien, podemos seguir siendo amigos, ¿verdad?