— No TaeHyung, suéltame — le indiqué que me soltara y lo hizo. Retomé mi paso y seguí caminado hacia la salida.

— ¿Es tan difícil decir que eres mi novia? — su voz se sintió rota y yo me detuve sin mirar hacia atrás — ¿Soy tan feo? ¿Acaso te desagrado tanto que ni siquiera de mentiras puedes decir que estamos juntos?

Mi corazón se apretó ante sus preguntas. Claro que no, la razón no era ninguna de las anteriores. Tae es muy lindo, tiene un corazón hermoso y a sido mi amigo desde que éramos pequeños. Las cosas no eran de la manera que el las estaba pensado.

— Entiendo... –habló — Perdoname, no fue mi intención molestarte.

Terminó de hablar y pasó por mi lado sin siquiera mirarme. Yo me quedé en mi lugar sin saber que hacer, quería pedirle disculpas y explicarle que todo era un malentendido, pero solo estaba parada como una estúpida con lágrimas en los ojos.

Y sí, esta era yo. Incapaz de decir las cosas que siento ante las personas, prefiero callar y dejar las cosas como están por cobarde.

(...)

Era fin de semana, y yo tendría como es de costumbre pasar el día con LinSi juntas. Para hacer las tareas y hablar un poco.

Pero hoy no me habia levantado de la cama, habia dormido hasta las 10:00am y luego me quedé recostada en la cama hasta ahora. Estaba pensado en lo que había pasado ayer y qué como pensé, esto estaba trayendo sus consecuencias, pero no en encontraba ninguna solución a ella. Ya sea verdad o mentira que le gusto a TaeHyung, sea cual sea la opción, habíamos terminado peleando, como imaginé.

— MeRi... — mi mamá abrió la puerta suavemente y asomó su cabeza para ver si estaba despierta — Pensé que aún estabas dormida — me sonrió — Vamos levantate, quiero que me acompañes a la tienda, tengo mucho que comprar y no puedo sola.

— Mamá — hice puchero y tapé todo mi cuerpo con la sábana — Estoy muy cansada, ¿no puedes decirle a mi hermano o a mi hermana?

— Ya deja de quejarte y levantate — se sentó en mi cama — Tus hermanos no están aquí así que te toca, vamos.

Se levantó y se llevó consigo la sábana dejándome destapada completamente. Volví a refunfuñar y me levanté sin ganas.

¡Ah! Yo solo quería dormir y dormir ¿Por qué la vida es tan cruel conmigo?

Terminé de alistarme y bajé con mal carácter. Yo sé que ellos se están riendo de mi, pero no les prestaré atención.

— Buenos días — saludé y caminé hacia la cocina — ¿No que no estaban aquí?

Mi madre sonrió cómplice y yo solo me crucé de brazos. Está bien, yo pierdo de nuevo.

— MeRi, tu sabes que eres la más pequeña — apretó mi cachete y yo quité su mano — ¿No puedes acompañar a tu mamá?

Al fin habíamos llegado al centro de la ciudad. No sé por qué mi madre no hace las compras en otro lugar, no me gusta venir aquí.

Compré un helado para mi, me senté en uno de los bancos a esperar a mi madre y cuando mas feliz era, se cayó mi helado. Así como así, ¿por qué? Mi helado de vainilla con chocolate.

¿¡Mala suerte!? ¡No, esto ya es demasiado! Odiaba cuando esto sucedía.

— ¿MeRi? — escuché que me llamaron y alcé mi rostro.

Tae... TaeHyung.

¿Qué hace él aquí?

Me levanté y quedé frente a él. Tenia una sonrisa dibujada en su rostro, esa sonrisa cuadrada era única. ¡Mm! ¿¡Que estoy pensando!?

— Hola Tae, ¿qué haces por aquí?

— Estoy con unos amigos — señaló el lugar y pude ver a JungKook junto con el otro chico y las tres chicas que estaban junto a ellos la vez pasada.

Deben de ser muy buenos amigos. Pensé.

— Se cayó tu helado — negó con la cabeza varias veces — Vaya, siempre te sucede algo como esto — me tomó de la mano y me jaló hasta el carrito de helados.

— ¿Qué haces? — pregunté con una de mis cejas levantadas.

— Te compraré otro — volvió a sonreír — Lo siento — bajó la cabeza apenado — Siento lo de ayer y lo que te pedí. No debí hacerlo, verdaderamente me puse a pensar y te entendí. Por favor, perdóname.

Volvió a mirarme y sentí mis mejillas arder y mis piernas flaquear por un segundo. Esa expresión de TaeHyung nunca la había visto y eso hizo que mi corazón palpitara fuertemente.

— Todo está bien — le sonreí de vuelta – No hay nada que perdonar.