Nunca dejé de quererlo, nuestra ruptura no fue por falta de amor. Tae fue y es aún mi primer amor, dicen que el primer amor nunca se olvida y creo que es verdad. Aunque haya pasado el tiempo sigo sintiendo lo mismo por él.

Soñaba con cambiarlo todo, cada día me preguntaba:

¿Cómo sería si...?

¿Qué pasaría si...?

Pero el pasado no se puede cambiar, las cosas suceden de una manera por alguna razón. Y, aunque lo cambiara todo, aun así, creo que ocurriría de igual manera.

Porque tú y yo... no estamos destinados a estar juntos.

(...)

Meses antes.

— ¿MeRi?

Jisoo abrió la puerta de mi habitación y entró. Yo estaba acostada mirando el techo.

— LinSi llamó y me dijo lo que había pasado, lo que has hecho — la miré — Si te gusta Tae y lo quieres, ¿por qué lo dejaste?

— Porque soy una estúpida — contesté — Lo amo, quiero estar con él. Pero tengo miedo, solo quiero quedarme aquí y ocultar mis sentimientos.

La escuché suspirar.

— Todos nos asustamos, creo que es normal. Pero creo que deberías pensar mejor las cosas.

Se levantó y salió de mi habitación, quedé sola nuevamente y miré el dibujo en mi pared.

Ni siquiera yo me entiendo, no sé como explicar mi decisión pero intentaré hacerlo.

Yo no quiero sufrir, dije que el amor era hermoso y que el dolor era parte de él, pero ahora. Estoy muy asustada por ello. No estoy preparada para enfrentarlo y por eso tomé esa decisión. Porque no quiero que un lindo sentimiento se estropee por mis dudas y debilidades.

Escuché el sonido de mi celular y lo tomé. Tenía otro mensaje de Tae. Él si es valiente, siempre lo fue. Desde un principio él único que luchó sin miedos fue él.

No se había rendido, cada día lo intentaba, venía y trataba de que volviéramos a estar juntos pero yo seguía siendo una cobarde.

Leí el mensaje y me levanté para bajar las escaleras y salir hasta la entrada, él me estaba esperando allí.

— Hey soy yo, otra vez — sonrió. — Ven...

Me senté a su lado y bajé la cabeza. Mi corazón no dejaba de palpitar como loco.

— ¿Has escuchado la frase: aferrarse duele más que dejar ir? — preguntó y yo negué.

Lo sentí suspirar.

— Odio a las personas que huyen de sus sentimientos por creer que es lo adecuado ¿Sabes lo que creo yo? Que solo son unos cobardes incapaces de luchar por la persona que les importa.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y apreté mis manos.

— Porque no existe amor imposible, existen personas incapaces de luchar por él.

Lo sé, soy una cobarde.

— MeRi, nunca fui de esas personas. Prefiero luchar hasta darme cuenta por mi mismo que ya no hay nada que hacer... — tomó mis manos y me hizo mirarlo — El arrepentimiento, no me gusta ese sentimiento. Por eso lucho hasta el final y cuando todo pase, estaré tranquilo porque sabré que intenté todo lo que pude. Lo intenté, y pienso que es hora de dejarte ir. Quiero atesorar lo que fuimos y no tener remordimientos.

Sentí sus brazos rodearme en un abrazo y luego sus labios en mi frente dejando un cálido beso.

— Está bien ahora, te dejaré ir.

Me sonrió y luego se levantó para irse. Rompí en llanto al instante.

Ahora mismo, estoy tan arrepentida de haber sido tan cobarde. Porque me estoy dando cuenta de que todo eso no tenía sentido. Si amas, debes soportar el dolor. Es parte del amor, no puedes separarlo.

Y tengo tantos remordimientos y arrepentimientos que cada día me imagino siendo valiente y logrando superar todo aquello que temí.

Pero es muy tarde para mi, tu me has dejado ir.

Fin.