Capítulo 3
La mañana habia llegado y yo me estaba acabando de levantar para prepararme he ir a la escuela. El día de ayer me lo habia pasado huyendo de Tae, cuando él venía yo me iba y en clase ni siquiera me movía para que él no girara a verme.
Se que no debería comportarme así, pero es que me da vergüenza mirarlo, ya no es lo mismo. Ahora cada vez que lo veo pienso en lo que LinSi me dijo y en las palabras de JungKook.
Terminé de acomodar mi uniforme, tomé mi mochila de color negro y fui hasta la sala donde estaba mi mamá organizando su bolso.
— ¿Ya te vas? — preguntó y me miró, estaba viendo si iba con el uniforme bien puesto y arreglado.
— Sí — contesté llegando a su lado. Le di un beso en la mejilla y me acerqué a la puerta — Nos vemos luego — y salí para dirigirme a la casa de LinSi para ir juntas a la escuela. Como siempre.
Llegamos y colocamos las mochilas en nuestros asientos. Como habían pocas personas y quedaba un poco de tiempo para comenzar las clases, salimos. Nos detuvimos en el pasillo, junto a la puerta del salón 8 y de allí salieron Jeon JungKook y su otro amigo.
— Buenos días — saludó Kook y yo sonreí. Luego siguieron caminado.
— ¿¡De dónde lo conoces!? — gritó y tapé mis oídos mirándola raro.
— No grites así — la regañé — Y no lo conozco, solo me hizo una pregunta ayer y me dijo su nombre.
— ¿Cómo se llama? ¿Y qué pregunta fue? — la veía demasiado interesada en ese chico. Así que imaginé que le gustaba, o al menos estaba comenzando a hacerlo.
— ¿Te gusta verdad? — alcé mis cejas y ella abrió mucho los ojos — Si te gusta — reí.
— Si me gusta, es que está muy lindo — hizo un puchero.
Las dos seguimos hablando de JungKook y cuando miré hacia la entrada puede ver a Tae quién se estaba acercando a nosotras. Su sonrisa cuadrada estaba presente.
— Buenos días — saludó y yo comencé a sentirme nerviosa.
¿¡Por qué no puedo actuar normal!? Solo tengo que ser como antes. Es el mismo TaeHyung de siempre ¿Por qué ahora lo veo diferente?
— MeRi... necesito hablar contigo — sus palabras me alejaron de mis pensamientos y lo miré a los ojos sin entender — Es un favor que necesito pedirte.
— Está bien — LinSi se fue, haciéndome señas que no pude entender. Ahora, me habia quedado solo con Tae, y mis piernas estaban a punto de colapsar.
¿Por qué tengo que ser tan cobarde?
— Dime, ¿que pasa? — me apresuré a preguntar. Quería saber de una vez por todas.
— Mira, sé que te va a parecer muy infantil, pero es algo de amigos y solo se me ocurrió decir tu nombre en ese momento — comenzó a hablar y no entendía nada. Y menos iba a entender si seguía mirando su frente, habia escogido mirar hacia allí, porque mirarlo a los ojos me era imposible — Yo y mis amigos estábamos conversando y surgió un tema, hicimos una apuesta.
Esta vez si lo miré a los ojos y él se acercó un poco más a mi y tomó mi mano.
— ¿Una apuesta?
— Si, con JungKook. Si tu dices que eres mi novia yo gano.
Terminó de decir y no lo podía creer, así que esto era todo. Simplemente una apuesta y yo pasandome una noche entera culpable de gustarle a Tae y no corresponderle.
— Entonces... ¿me ayudarás? — puso mis manos junto a las de él. Yo me solté de su agarre.
— No. No pienso ayudarte con eso, no sé por qué se te ha ocurrido mi nombre y no quiero saberlo. Pero no entraré en ese juego — di un paso adelante — Mejor dile la verdad a tu amigo.
Me di la vuelta y lo dejé solo. No sabía si me había pasado en decirle que no así de esa manera. De todas maneras era algo simple lo que me habia pedido. Solo decir un “sí” pero no lo haría, simplemente eso no iba conmigo.
(...)
Las clases habían terminado y yo estaba ya terminado de recoger todas mis cosas. Saray estaba en la puerta esperando a que yo y LinSi saliéramos para irnos. Entonces, es cuando veo entrar a JungKook nuevamente.
— Yah... en serio me vas a decir frente a él que no eres su novia — señaló a Tae quién me miraba muy serio — Dime la verdad.
Los miré a los dos y luego respondí.
— Ya te dije que no lo soy.
— Está molesta conmigo –— se apresuró a decir Tae — Por eso es que dice que no somos nada.
— No he dicho que no somos nada — lo observé nuevamente y pude ver sus ojos algo tristes — Yo solo dije la verdad, que eramos amigos, solo eso.
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