Capítulo 23
Llegamos a mi casa, en todo el camino no había hablado con él. Él habló un rato y luego se cayó porque se dio cuenta de que no le estaba prestando atención.
— ¿En qué parte lo hago? — señalé la pared — Está bien, ¿en el medio? — asentí y me senté en la cama de brazos cruzados.
Lo escuché suspirar, se acercó y se sentó a mi lado.
— MeRi... — no lo miré. Estaba muy molesta — MeRi, ¿puedes mirarme? ¿Qué es lo que pasa?
¿¡Qué es lo que pasa!? Bueno, lo que pasa es qué: ¡Una estúpida chica besó tu mejilla delante de mí y tú solo sonreírste! Eso quería gritarle, pero me quedé callada, como siempre.
— ¿Estás molesta conmigo? ¿Hice algo? — esperó a que contestara. Pero no lo hice. No pienso hablarle, él sabe muy bien lo que pasó — Bien, no digas nada.
Se levantó y comenzó a pintar con lápiz la pared. Lo observé mientras lo hacía, ¿por qué soy así? No quiero hacerlo sentir triste, pero estoy molesta. No me molesta que sea su amigo, pero si me molestó que ella se tomara el atrevimiento de besarlo y que él sonriera como si no hubiera pasado nada.
Mordí mi labio furiosa.
— MeRi cariño — mi mamá se asomó — Les preparé una merienda. Vengan a comer algo.
— Muchas gracias.
Dijo Tae con una sonrisa. Dejó el lápiz a un lado y tomó mi mano para salir del cuarto. Bajamos y estaba mi hermano merendando.
— Hola — Tae lo saludó, mi hermano lo miró con el ceño fruncido.
— Tu y yo tenemos que hablar — habló Yugyeom — ¿Crees que no te diré nada por ser el novio de mi hermana?
Las mejillas de Tae se incendiaron, seguro se puso nervioso por culpa de mi tonto hermano. Mi mamá llegó y nos sirvió la merienda, Yugyeom se fue y quedamos yo y Tae de nuevo solos.
— ¿No vas a decirme que pasa? — me miró de repente cuando yo lo estaba mirando — Si hice algo malo, algo que no te gustó debes decirme. Soy tu novio, debes confiar en mi.
— No hiciste nada malo — al fin hablé — Solo que no me gustó que NoRen te besara y que sonrieras como si nada.
Ahora era yo la de las mejillas incendiadas. Me daba vergüenza decirle que estaba celosa.
— ¿Era eso? — preguntó — Lo siento, no me di cuenta. Ya sé que no te gusta así que no volverá a pasar. NoRen es mi amiga así que no me percaté.
— Sé que es tu amiga, no estoy en contra de que lo sea. Pero no quiero que te bese.
— Listo — me dijo y yo abrí la puerta — Espera... — me impidió entrar.
Se puso detrás de mi y tapó mis ojos. Se había empecinado en que no viera el dibujo hasta que no terminara.
— Vamos... — comenzamos a caminar — Cuidado, espera, ya... — quitó sus manos y puede ver.
¡Había quedado hermoso! Y tenía algo nuevo, una flor de loto.
— Me encantan las flores de loto — le sonreí — Quedó muy hermoso, me encanta — saqué mi celular y le tomé una foto.
La observé como boba.
— Vamos a tomarnos una foto juntos — tomó mi celular y me abrazó. Nos pusimos cerca de la pared para que saliera el dibujo — Listo... — sonrió — Me la envías, la quiero para mi fondo.
— Está bien — sonreí también.
— MeRi... — dijo y acarició mi mejilla — Me gustas mucho.
¿Por qué sigo sintiendo todos estos nervios a pesar de que ya he escuchado esto otra veces? Debería estar acostumbrada o al menos no ponerme tan nerviosa. Pero no, mi corazón sigue estallando con cada mirada, sonrisa y palabra que Tae me dedica. Lo quiero, me gusta mucho.
Sus labios rozaron mi mejilla y luego se dirigieron a mis labios para besarme con suavidad y dulzura.
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