Capítulo 21
— Pensé que ya no me querías — bajé la cabeza arrugando mi vestido nerviosa.
— Yo no he dejado de quererte, simplemente me estaba dando por vencido — sus palabras hicieron que lo mirara.
— ¿Por eso me trataste así?
— MeRi, te quiero, pero si tú no me querías igual, ¿qué podía hacer? Seguir detrás de ti y que siguieras pasando de mi — me miró a los ojos — Si tengo que dejarte ir, lo haré.
Todo era mi culpa, todo lo que había hecho Tae había sido por mi causa, por ser tan cobarde y no tener el valor de hacerle saber mis sentimientos y seguirlos.
Él no se merece a alguien como yo, merece tener a una persona que le diga cuanto lo ama sin miedos.
— Dilo de nuevo — habló y tomó mis manos — Dímelo.
— ¿Qué? — no sabía a qué se refería.
— Que te gusto, dímelo otra vez.
Mi corazón volvió a palpitar como loco al oír su pedido. No era que no pudiese decirlo de nuevo, sino que él me lo estaba pidiendo.
— Tu me gustas — repetí y al decir la última palabra me atrajo hacia él para abrazarme.
Sus brazos me acogieron y mi cabeza descansó en su pecho, escucho su corazón, está tan acelerado como el mío. Me gusta tanto que no puedo pensar en otra cosa, lo quiero tanto que no me imagino si él dejara de quererme.
— Tae... — su mamá abrió la puerta.
Me separé de él rápido.
— Perdón chicos, solo venía a avisarle a MeRi que pronto se irán — me sonrió.
Estaba a punto de irse pero volvió a mirarnos.
— ¿Tae ya le enseñaste a MeRi las cartas?
— ¡No! — dijo alto — ¿Por qué le enseñaría eso? — pasó su mano por su cabello, parece nervioso.
— ¿Por qué no lo harías? — negó con la cabeza.
Se acercó a la cama, levantó el colchón y vi un montón de papeles, unos más grandes que otros, de distintos colores y algunos adornados.
— Todas estas son cartas que le han mandado — explicó y me asombré, son muchas.
— ¡Mamá! Ya deja eso — bajó el colchón. La mamá de Tae rió y se fue.
Todavía estaba impresionada, son muchas. Aunque lo entiendo, Tae es muy guapo.
— Mi mamá le enseña eso a todos — ríe nervioso — Me da vergüenza.
— ¿Por qué? — pregunté — Es muy lindo, además es genial que las guardes todas. Hay personas que las tiran.
— Sí, ¿quieres ver mis dibujos?
Asentí muy feliz. Me encanta como dibuja Tae. Nos sentamos en la mesa y sacó unas carpetas. Tenía muchos hechos, me gustaban todos.
— Me gusta este, es mi preferido — le enseñé el papel — ¿Podrías dibujarlo en la pared de mi habitación?
— Claro — respondió — ¿En serio te gusta tanto?
— Sí, me gusta. Es genial.
(...)
Tae vendrá hoy en la tarde a dibujar mi pared, ya le dije a mi mamá y me dijo que hiciera lo que quisiera. De todas formas era mi cuarto. Terminé de vestirme y bajé para que mi hermano me llevara a la escuela.
— Buenos días — Tae me saludó.
Estaba parado al lado de mi hermano y hermana, ¿que hace aquí tan temprano? Le sonreí y me acerqué.
— Vine para ir juntos a la escuela — extendió su mano.
¡Tan lindo! ¡Que emoción! Voy a ir a la escuela junto a Tae. Le di mi mano y me despedí de mis hermanos. Yugyeom me miró raro. Jisoo estaba sonriendo.
— Es muy lejos tu casa de aquí — comenté.
— Sí, tuve que levantarme más temprano — rió — Pero es que tenía muchas ganas de verte. Te extrañé.
Nos sentamos en la parada a esperar el bus. Sería bonito si pudiéramos ir andando, pero es muy lejos.
— Dice mi mamá que no nos enamoramos a esta edad, que solo tenemos pasiones juveniles — comenzó a hablar — Pero le dije que no era cierto.
Me miró, sus ojos brillan y su mirada es tan intensa que mis mejillas arden.
— No puede ser cierto que esto que estoy sintiendo sea solo una pasión pasajera — apretó mi mano — Porque me gustas mucho MeRi, porque estoy enamorado de ti.
Yo también de ti Tae.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro