Capítulo 13
— Ven sientate, estamos en el desayuno. Te serviré — mi madre muy amablemente lo invitó a desayunar.
Ya sé lo que va a decir, lo que dicen todas las personas por pena. "No se preocupe, ya desayuné en casa". Seguro que él dice lo mismo.
— Oh, muchas gracias — hizo una reverencia y se sentó en la mesa al lado de mi silla.
Bueno, parece que Tae no padece de esa cosa llamada pena. Me senté yo también y dirigí mi vista cuidadosamente a él y sí, me estaba mirando. Su sonrisa cuadrada estaba ensanchada y sus ojos tenían un hermoso brillo. ¿Él es así de feliz por estar aquí? Oh no, mis mejillas, están ardiendo. Ya deja de mirarme Tae o mejor debo dejar de pensar en él, ¿¡pero cómo si lo tengo a mi lado!?
— Tengan niños — llegó mi mamá con el desayuno.
— Muchas gracias — Tae agradeció.
Desvíe mi vista hacia mis hermanos. Ambos me estaban mirando. Yugyeom con el ceño levemente fruncido como diciendo "te lo dije" y Jisoo con una sonrisita cómplice.
— ¿Cómo a estado tu familia Tae? — preguntó ésta misma con una sonrisa.
— Muy bien, gracias por preguntar.
— Vaya, eres un chico muy bien educado. Y además eres guapo, ¿no es cierto MeRi? — mis ojos se abrieron como platos y los miré de repente.
Si, es verdad. Tae es guapo, para que me preguntan algo así. Eso no se pregunta. TaeHyung es el chico más guapo de todo el mundo, si hicieran una lista de los hombres más guapos del mundo el quedaría en primer lugar.
— Si, Tae es muy guapo.
Al fin solté y la mesa volvió a quedar en silencio porque mis hermanos se fueron a la Universidad mientras yo y Tae terminábamos de desayunar.
Me aclaré la garganta antes de hablar y me fijé que mi madre estuviera en la cocina.
— Tae... — lo llamé y me miró. Wao es simplemente hermoso, me quedé por un momento viendo su rostro y lo vi abultar sus labios — ... los profesores no dejaron tarea.
Dije, y comenzó a reír. No sé de qué. Pero sus mejillas se habían vuelto parecidas a las mías, tenían un pequeño toque rosa en ellas.
— Fue la peor excusa que se me pudo haber ocurrido — volvió a reír — Yo solo... — pasó su mano por su cabello nervioso — Sólo tenía ganas de verte.
Y eso, me dejó desconcertada. Dios... él puede decirme esas cosas así a la cara tan fácilmente. Ojalá poder ser como Tae.
Y por supuesto todo había quedado en silencio nuevamente.
— ¿Me enseñas tu cuarto? — pidió y yo asentí.
Ahora no me acuerdo si lo dejé ordenado, por favor que lo esté. No quiero que Tae piense que soy desordenada, aunque lo soy.
Subimos las escaleras y entramos por la puerta blanca con algunas mariposas pintadas en ella. Nada más entrar le dio un largo vistazo a todo el lugar con esa bella sonrisa cuadrada. Miré su nariz por un momento, siempre me ha gustado ese lunar que tiene. Es perfecto para él.
— Es bonito y tienes muchas cosas aquí — opinó y se acercó a la casa de muñecas que tenía. Ya no la usaba, pero tampoco quería deshacerme de ella, es muy bonita — ¡Wa! — exclamó y se giró hacia mi de repente haciendo que me asustara un poco — ¿Te gustan los Súper Héroes? — tenía todas mis películas en las manos.
Sonreí y asentí.
— Me encantan las películas de Súper Héroes — contesté y su rostro se volvió más feliz aún.
— Es increíble, cuando hablo con mi hermana de ellas me dice que eso solo lo ven los chicos. Me gusta que te gusten, cada día me sorprendes más MeRi.
¿Escuchan eso? Pues es mi corazón que se volvió loco, Tae no pude ser tan lindo. Tan solo con sus palabras me hace querer estallar.
— ¿Cuál es tu preferido? — se sentó en la cama y me llamó para que hiciera lo mismo. Me senté a su lado.
— Mi preferido es Spider Man, he visto todas las versiones pero mi preferida es la que es protagoniza por Tobey Maguire — expliqué mientras el me miraba con toda la atención que podía darme y a pesar de estar nerviosa. Me gustaba mucho su atención — Mi parte preferida de la trilogía es la primera.
— Ya veo, la mía es la tercera. Pero la primera está bien.
— ¿Cuál es el tuyo? — alzó sus cejas — Tu Súper Héroe.
— Ah, Iron Man — contestó orgulloso — Me encanta. MeRi, ¿recuerdas el lugar del que te hablé en el parque de diversiones? — asentí — ¿Irías conmigo mañana?
Ni siquiera lo pensé.
— Claro.
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