Capítulo 11
Llegué al auto y abrí la puerta para entrar, no voy a mentir, mis piernas siguen temblando todavía.
— ¿Que te pasa? — la voz de mi hermano me sacó de trance — ¿En cuál atracción te subiste que te dejo así?
— ¿Atracción? — fue lo único que había escuchado por estar pensando en Tae diciéndome eso con esa expresión tan dulce.
Él se me quedó viendo como si yo fuera una cosa rara y no su hermana.
— Ay... — suspiró — Ya se te zafaron los cables — negó y encendió el auto — Mejor vámonos antes de que te de por vomitar — Oh, ¿no es Kim TaeHyung? — lo escuché hablar y miré desde donde estaba hacia su ventanilla. Y sí, era TaeHyung — Si es él, no lo veía hace mucho tiempo, ¿todavía va en tu clase?
— ¿Lo conoces?
— Por supuesto que sí — y antes de que pudiera estirarlo ya había oprimido el botón del claxon para llamar su atención.
Unas cuantas personas miraron pero a al ver que no conocían al rastrojo de mi hermano siguieron su camino, todos menos él. Quién ahora se encontraba caminado en nuestra dirección con una sonrisa.
— Hola — saludó formalmente a mi hermano, ¿por qué lo hace? Bueno, seguro porque es un poco mayor y le debe respeto y todo eso. Me miró rápidamente y luego volvió la mirada a Yugyeom.
— Hola, hacía mucho tiempo que no te veía, ¿como estás? — preguntó y el castaño respondió que todo estaba bien — ¿Y cómo está tu hermana? — ya sabía yo que mi hermano no podía estar interesado en hablar con Tae si no tenía algún propósito.
— Está bien, la verdad está muy bien. Conoció a un chico y todo le va de maravilla — respondió el menor con una sonrisa más grande que la de antes, me parece que lo está diciendo para molestar a Yugyeom, pero... ¿que tiene que ver el con la hermana de Tae? Tal vez... ¿¡salieron!? — Si eso es todo, me están esperando — hizo otra reverencia — Me alegró haberlo visto, Hyung. Adiós — se despidió de mi también y se fue.
Bufó Yugyeom — A ese niño nunca le caí bien.
— ¿Por qué será? — pregunté con sarcasmo.
— No lo sé. Salí con su hermana un tiempo y cada vez que lo veía me miraba con esa cara de "no te atrevas a jugar con mi hermana" — continúe mirándolo — Creo que ahora ese papel me toca a mi.
— ¿Qué? — no lo había entendido.
— Vi como te miraba, le gustas — mis ojos se abrieron de par en par — No te voy a dejar salir con él tan fácil, va a tener que ganarse mi respeto.
Esto no puede estar pasando.
— ¡Oppa! — sentí la voz de una chica y cuando miré era EunRi.
¿Le dijo Oppa a mi hermano? ¿Lo conoce? ¿Acaso Yugyeom conoce al mundo entero?
— Oh, EunRi, entra. Acabo de recibir el mensaje de JaeBum — le indicó él y ella hizo una reverencia antes de entrar al auto.
No entiendo esto, ¿EunRi, JaeBum y mi hermano? ¿Que tienen ellos que ver? Miré por el espejo delantero a la chica y ésta estaba con la cabeza baja sin hacer ningún movimiento, bueno al parecer la única incómoda no soy yo.
Nunca he hablado con ella, la verdad ella tampoco ha hablado nunca conmigo. Estamos en esta pelea intensa por gusto, ni siquiera nos conocemos y ya nos odiamos unas a las otras porque lo voy a admitir. La actitud de NoRen a hecho que me moleste mucho hasta llegar al punto de que las tres me caigan mal.
— ¿Por qué tan calladas chicas? — volvió a hablar Yugyeom — ¿No van a la escuela juntas?
Ninguna de las dos habló, y mi hermano frunció el ceño un momento.
— Supongo que no se conocen — finalizó — MeRi ella es la hermana de JaeBum — ¿qué? Ella era la hermana del mejor amigo de mi hermano y yo no lo sabía — Mi hermana es un poco pesada, ¿no es así?
Le preguntó y yo lo fulminé con la mirada, ¿que le pasa? No soy ninguna pesada. EunRi no dijo nada, solo negó con la cabeza he intentó sonreírle.
— Que no te de pena, es la verdad. Y lo sé porque es mi hermana, le he dicho muchas veces que se relacione con los demás, que salga de esa burbuja en donde vive — ya callate Yugyeom, me estás haciendo enojar — Es muy rara y le da vergüenza todo, así que cuando la veas saludala que no es porque no quiera saludarte a ti, es que le da pena hacerlo.
— Está bien — la escuché contestar.
Yo solo seguí mirando a mi hermano quién conducía sin darse cuenta de mi estado. Está bien, es verdad que me cuesta trabajo relacionarme con las personas. Pero él no es nadie para estarmelo criticando y menos diciéndoselo a cualquiera. Me ha avergonzado delante de una desconocida.
— Muchas gracias por traerme a casa — se bajó del auto y entró a su casa, de ahí salió JaeBum y habló un rato con mi hermano.
— Bien, ya nos vamos a casa, ¿que te pasa? ¿Estás llorando? — quiso tocarme la cara para ver si eran lágrimas pero no lo dejé.
— ¡No me toques! — grité — ¿¡Por qué le hablaste así de mi!? ¡Soy tu hermana! ¿Por qué me haces quedar como una estúpida delante de todos siempre?
Comencé a llorar sonoramente, éste imbécil siempre me hace llorar como una niña pequeña.
— MeRi — seguí llorando — Ya deja de hacer eso, que solo lo hago por tu bien. Para que tengas amigos.
— ¡Yo ya tengo amigos! — hice una mueca — ¡Y ya no me hables!
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