3.
SeHun se levantó de un brinco y se alejó de JongDae.
— ¿Me trajiste por órdenes de mi padrastro?
JongDae negó tratando de acercarse al tembloroso cuerpo de SeHun.
—No, yo no conozco a tu padrastro.
— ¿Entonces cómo sabes mi nombre? — sus ojos buscaron una salida o algo para defenderse, pero no habia nada.
JongDae cerró la boca, no sabía cómo decirle a SeHun, miró las temblorosas piernas del muchacho asustado, solo tenía que tomarlas, jalarlas, y desmayar "delicadamente al chico", pero antes de siquiera moverse el puño de SeHun se estrelló contra su rostro casi lanzándolo al otro lado de la habitación ¿Dónde quedó el muchacho débil de la otra noche? Sin pensarlo y antes de que JongDae se levantara, SeHun corrió hasta la puerta para escapar, sus piernas estaban un poco entumidas pero corrió con una rapidez sobrehumana, tenía que salir de ahí, seguro que el hombre ahí dentro era un enviado de su padre, él no quería regresar con él.
Al salir de la mansión se vio asustado al notar que estaba rodeada de árboles, no habia un sendero ni nada que le dijera por dónde ir. Corrió de frente, tal vez llegaría a la carretera, pero sólo habia más árboles. Se detuvo, miró por todos lados, pero no sabía por dónde ir, desorientado y con los sentidos confundidos, no escuchó cuando el enorme lobo se dirigía a él, sólo lo sintió cuando le brincó por la espalda y lo inmovilizó.
—Quítate, necesito irme amigo lobo— se removió bajo el pesado animal.
~Claro, le tiene miedo al humano pero al lobo que podría arrancarle la cabeza le habla bonito~ pensó JongDae mientras sentía a SeHun removerse.
—Señor lobo, entienda que no quiero que no quiero que me hagan daño— SeHun se apoyó en sus palmas y se levantó un poco, levantando a JongDae con él.
Impresionado por lo que pasaba, JongDae se bajó y miró atentamente a SeHun, quien se levantó y tronó su espalda. Sin pensarlo mucho se transformó cuando SeHun le miró.
—Sé tu nombre porque me lo dijiste.
Cualquiera se hubiese desmayado al ver a un hombre lobo convertirse, pero SeHun no era cualquiera.
—Eso lo explica— las pálidas mejillas se pintaron de rojo al notar la desnudes de JongDae—No tienes ropa puesta— giró el rostro.
JongDae tapó su miembro al instante.
—Algunas veces lo olvido. — SeHun asintió sin mirarle— Volvamos, seguro tu herida se abrió por haberte precipitado.
—Eh, uhm, claro— sin mirarlo camino por delante, siguiendo las indicaciones de JongDae para regresar.
Una vez regresaron JongDae le pidió a SeHun que regresara a su habitación mientras él se vestía, y obedientemente lo hizo, para cuando regresó con los elementos necesarios para curar la herida, SeHun tenía un dedo en la boca y los ojos llenos de lágrimas.
— ¿Qué pasó? — preguntó dejando las cosas en la cama y acercándose a SeHun.
—Me duele— dijo sin abrir demás la boca.
JongDae tiró de la sucia camiseta que vestía SeHun y la retiró suavemente, la venda estaba empapada en sangre.
—Te dije que se había abierto— limpió la herida y colocó doble gasa para después vendar.
JongDae sabía que algo andaba mal con SeHun, pero dejaría que creyera que no sospechaba nada.
—Gracias.
JongDae se sentó en el suelo, miró las pálidas piernas de SeHun, cuando lo conoció parecía que tenía rasguños, sin embargo sus piernas ahora parecían tan suaves y tersas, a excepción de una marca alrededor de sus tobillos, como de grillete, su mirada recorrió las piernas hasta los carnosos muslos, SeHun era lampiño, sus ojos se toparon con las manos de SeHun que cubrían su entrepierna subiendo un poco más notó el temblor de SeHun, su vientre plano se contraía con miedo.
—Deja de mirarme— le dijo con la voz quebrada.
Apartó la mirada y se levantó de un brinco.
—Voy a traerte ropa— salió casi corriendo.
SeHun suspiró, se acomodó en la cama y cubrió su cuerpo con las cobijas.
JongDae sentía como sus instintos primitivos florecían, hace mucho que no veía un par de piernas como esas, pero le avergonzaba ponerse así sólo por eso.
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