36
Escuché varios toques a la puerta pero no quise moverme del sillón, ¿Para qué?, Ni llaves tenía. Además no quería ver a nadie.
—¡Jungkook!— me levanté de golpe al escuchar la voz de Jin gritar mi nombre. Él, el único que logro apaciguar el dolor de mi interior con la pasión con la cual me trató. Con algo de dolor en el cuerpo me levanté colocando mi mano en el cristal de la puerta —Te veo, ¿Estás bien?.
—Esta cerrado con llave, no la tengo. Y no sé si este bien— murmuré sonriendo, sintiendo me estúpido al pensar que se preocupo por mi —Vete, NamJoon quiere matarte, ¿Lo olvidaste?.
Suspiré decidido a volver a intentar dormir pero Jin volvió a hablar —Hazte a un lado, romperé el cristal.
Fue tan rápido, abrupto, los cristales rotos pasaron como estrellas frente a mis ojos mientras el semblante serio de Jin se hacía presente en mi mirar y no lo pensé dos veces para correr a sus brazos, deslice los míos sobre su cintura y pegue mi rostro en su pecho, sintiendo su pausada respiración
—¿No vienes con Jimin?, ¿Has venido por mi?.
No fue una vez, fueron varias veces en las que cuando despertaba entre sus brazos que sentía está irá en mi interior calmada, cómo si fuese capaz de mirar hacía adelante sin arrastrar los recuerdos dolorosos del pasado.
—No malinterpretes mi visita, Jungkook— bajé la mirada en cuanto me alejó —Así que estás esperando un bebé, ¿Por qué mentir?, ¿Acaso has estado con otro hombre estando con NamJoon?.
Reí y me senté en el sillón cruzando las piernas —Yo quería una buena vida, dinero. Una vez casado deje de divertirme con hombres. Solo mentí por qué quise, eres una buena opción para padre de mi hijo.
Lo observé suspirar y se sentó a mi lado posando su mano en mi mejilla —¿Qué es lo que te hace ser así?. Si vas a tener un hijo del hombre que te ama, ¿Por qué no ser feliz con él?.
—No quiero un hijo, no estoy preparado para cuidar un bebé llorón— me queje. A lo cual Jin rió dejándome apreciar de nuevo esa escandalosa risa suya —¿De qué te ríes?.
—Jimin y yo deseamos tener bebés, oírlos llorar, reír, correr por ahí y pedirnos amor— Jin alejó su mano y sonrió —¡Ah, esto es ridículo!, Hace unos días no quería ni ver tu cara pero ahora solo quiero ayudarte.
Lo observé sonreír de manera tan sincera y no pude evitar sentir un nudo en mi garganta formarse junto a unas lágrimas asomarse.
—¿Chicos?— alce la mirada encontrando de nuevo la mirada preocupada de Jimin y atento observé cómo los furiosos ojos azules de Jin se iluminaron al encontrarse con el mar de chocolate en los ojos de mi hermano.—¿Estás bien, Jungkook?, ¿NamJoon fue malo contigo?.
De pronto se acercó a mi haciéndome temblar, su mano se posó acariciando las marcas en mi cuello y por un momento quise fundirme en los brazos de mi hermano, como lo hacía cuando éramos pequeños
—Él te lastimó, se atrevió a hacerte daño, perdón, ayer debiste quedarte con nosotros.
Pase mi mirada de él, a Jin y sentí mis labios temblar, ¿Por qué a Jimin todo le iba bien?, ¿Por qué no pude ser alegre como él?. Cierto, por qué me arrebataron la inocencia que Jimin conservo hasta conocer a Jin.
Me alerte en el momento en el cuál escuché un auto detenerse e indudablemente sentí un poco de temor al pensar que podría tratarse de NamJoon, sin embargo al ver el rostro de mi madre asomarse me alivie un poco.
—¿Qué pasó aquí?— cuestionó y en cuanto vio a Jimin con Jin hizo una mueca de desagrado.
—NamJoon me encerró, ellos han venido a ayudarme— respondí esperando que se preocupase en las marcas de mi cuello.
Ella suspiró acomodando su cabello —¿Qué hiciste para enojar a tu marido?. Te dije que te comportaras por qué todo lo que él diga y haga es por tu culpa. Además, ¿Qué haces aquí, Jimin?, ¿Has venido a sonsacar a tu hermano?.
Jin tomo de la cintura a Jimin y suspiro algo molesto —Cualquier cosa, ¿Dice?. NamJoon lo golpeó y aunque sea su esposo no debería hacerlo.
—No te metas en asuntos familiares— respondió enojada —No por casarte con mi hijo tienes el derecho a hacerlo, y tú Jimin tampoco, ni siquiera has tenido la decencia de visitarme.
—¡Ya cállate mamá!— grité al ver que Jimin había bajado la mirada.
Los tres me miraron de distintas maneras y suspiré —Váyanse, estaré bien. NamJoon no va a matarme, no sería capaz.
—Vendremos de nuevo y te llamaré mañana— dijo Jimin preocupado y salieron tomados de las manos.
Una vez ellos se fueron me dejé caer de nuevo en el sillón, sin fuerzas ni física como mentalmente —¿Cómo te atreves a gritarme?, ¡Soy tu madre!— observé de mala manera a mi mamá en cuanto comenzó con su sermón.
—Estoy embarazado— confesé.
—¡Eso es genial!, ¡Ahora ya tienes más amarrado a ti a Nam!, ¿No te das cuenta?, Un heredero, él debió volverse loco de la felicidad— exclamó emocionada mi madre y beso mi mejilla.
Apreté los labios —Le dije que no es suyo, por eso me golpeó.
—¿Qué hiciste qué?, ¿Estás loco?— gritó furiosa —¡No voy a dejar de tener lujos por tu culpa, siempre fuiste igual, ¿De quién es?, ¡Te dije que dejaras de comportarte como un cualquiera!
«tú me has provocado, eres un niño travieso»
«¡deja de llorar!, ¡solo eres un cualquiera!»
—¿Un cualquiera?, Él decía lo mismo— reí ante la mirada que puso mi madre y me acerqué tomando un mechón de su cabello negro entre mis dedos
—¿Te acuerdas?, Tú dijiste qué yo lo había provocado pero... ¿Cómo un niño de nueve años es capaz de hacer eso?, ¿Eh?.
La palidez cayó en la cara vieja de mi madre y se alejó —¡Eso es cosa del pasado!, ¡Olvídalo!.
—Cierto. Pero no he podido olvidar algo que marco mi vida para siempre— murmuré recordando cada asqueroso momento de aquel momento —¡Oh!, Había olvidado que lo único que te interesa es el mugroso dinero, la magnífica mujer Park es una ambiciosa. Qué excelente madre tengo.
—¡Cállate!— gritó —¡Yo lo hice por tu bien, todos sabrían sobre eso y te mirarian raro, solo quise cuidar tu imagen.
—Y la tuya— sonreí y de pronto las intensas ganas de vomitar me invadieron por lo que corrí al baño a deshacerme de lo poco, casi nada, que comí hoy.
«¿Dónde estás ahora NamJoon?» inevitablemente pensé en él.
Besé la espalda desnuda de Taehyung y cubrí el resto de su cuerpo con las sábanas de satín.
Me levanté observando por la ventana abierta, y encendí un cigarro llevándolo a mis labios hasta darle una gran calada, hacia demasiado tiempo desde que había dejado el tabaco pero sentir el calor llegar a mis pulmones me hizo saciar mis nervios.
Era tarde para arrepentirme de la noche que pase con Taehyung por qué a pesar de intentar matar a Jungkook con mis propias manos, me sentí pésimo al tener intimidad con otro. Y peor aún, por qué disfrute al tener al inocente Taehyung entre mis brazos, sentir su piel contra la mía me hizo sentir demasiado bien. No, en realidad no me arrepentía pero la culpabilidad seguía ahí.
—¿NamJoon?— voltee al ver a Taehyung cubierto entre las sábanas y al verlo estornudar cerré la ventana.
—Vuelve a la cama. Aún no estás bien— me sorprendí al sentir su caliente cuerpo reposar sobre el mío. Y sin dudarlo, lo aprese en mis brazos —Vamos, dormiré contigo.
El sonrió tal cual pequeño y me sentía raro, me agrada la sensación que Taehyung causa en mi pero sin lugar a dudas y a pesar de la traición de Jungkook seguía queriendo lo.
Pero imaginarlo en brazos de otros, me quema, me lastima y me llena de rabia por lo que ahora mismo no estoy dispuesto a perdonar lo. En estos momentos lo odio tanto.
Park Jungkook, dejó de ser el ángel de mi vida.
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