28
—Teniendo tanto dinero pudo comprar algo mejor— se queja mi madre recorriendo la casa con su mirada —¿Una casa antigua?, Qué ridiculez.
—Por favor, estás de invitada no critiques mi casa— respondí rodando los ojos —Mientras a Jin y a mi nos guste, es suficiente.
Ella me mira molesta —¿Desde cuándo te has vuelto un malagradecido?. Solo quiero lo mejor para ti.
—Y ya lo tengo. Estoy enamorado y es el sentimiento más hermoso, no necesito de lujos para ser feliz— sonreí mirando una fotografía que adornaba la pared, nuestra primera foto juntos.
Una de las tantas que plasmarian nuestros recuerdos juntos.
Oigo un suspiro de su parte y la veo negar con la cabeza —No se a quién saliste, no te pareces en nada a nosotros. Deberías aprender de tu hermano que no se conforma con tan poco.
Suspiré decidido a ignorarla y volví a la cocina para ver la tetera, el agua ya hervía así que lo apagué y mientras preparo el café pienso que me gustaría que mi familia fuese menos avariciosa, que no pensaran que el dinero daba la felicidad.
—¡Oh, yerno!
Dejo la tetera en su lugar, limpio mis manos y salgo emocionado a recibir a Jin, al verme ambos sonreímos y él me toma de la cintura para unir nuestros labios
—No deje de pensar en ti— susurro.
—Me pasó lo mismo, tenía tantas ganas de besarte y estrecharte en mis brazos— susurra Jin besando de nuevo mis labios con fervor.
Un carraspeó de garganta nos hace recordar que no estamos solos, él me suelta y bajo la mirada apenado.
—Chicos, no seas irrespetuosos y hagan sus cosas frente a mi.
—Bueno, estamos en nuestra casa— respondió Jin con un semblante serio, se dió la vuelta besando mi mejilla para perderse en los pasillos de la casa.
Sonrojado toque mi mejilla y esas cosquillas en mi estómago parecían no irse aún.
—Tu esposo ha sido muy irrespetuoso últimamente, antes no era así— dice mi madre.
—Jin tiene razón mamá. No puedes decirnos que hacer o que no en nuestra casa— negué con la cabeza algo irritado.
—¡Él te está pegando la insolencia!. Mira que hablarme así— mi madre estaba totalmente furiosa y sin quererlo reí, solo Jin sabía sacarla de quicio.
Finalmente toma su bolsa para irse.
—Por cierto, Jimin. No olvides decirle a ese hombre que debe comenzar a depositar lo que nos corresponde como tus padres.
—¿Qué?, ¿Quieres que Jin te de dinero mensual?— pregunté deteniendo la puerta para que no salga.
Ella sonrió —Claro que si. Tiene que darnos dinero como lo hace Namie, somos tus padres y él tiene mucho dinero.
—¡No voy a decirle ni pedirle nada!. Me casé por qué lo quiero no para que los mantenga a ustedes— a penas y cerré los ojos cuando su mano se estrelló en mi mejilla pero no dije nada sobre ello —Yo trabajaré, no quiero que Jin me mantenga solo por ser su esposo, del dinero que tenga les daré a ustedes.
Mi madre no dijo nada, solo me miro con coraje y se fue azotando la puerta, me senté sobando mi mejilla —¿Por qué eres así, mamá?.
De pronto me sobresalté cuando sentí los abultados labios de Jin sobre mi cuello. —¿Qué ha pasado, bebé?
—Mi madre quiere dinero, es como si nos hubiese entregado en matrimonio a cambio de dinero— me dejo abrazar y mimar cuando siento un nudo en la garganta. Odiaba cuando me sentía así y no quería verme patético ante él —Me veré muy tonto si lloro.
Pero ahora, tenía a Jin para calmar este dolor —No, incluso llorando eres precioso— sonreí ante su halago.
—Por ahora llora, saca todos esos sentimientos que tienes guardados.
Y lo hice pero esta vez no llore en la soledad de mi habitación, lo hice en su pecho escuchando sus suaves palabras reconfortantes.
Una vez Jimin se quedó dormido, decidí salir a comprar cosas para la cena, pensar en su carita llorosa me hacia enfadar pero tenía que contenerme ya que él a pesar de todo ama a su familia.
Mientras caminaba por los pasillos del supermercado, me topé a quién menos me apetecía ver ahora —Hola amor.
—No me llames así, Jungkook— me acerqué a tomar unas cuántas bolsas de fresas, claro, para Jimin que las ama.
Pero un escalofrío me recorrió cuando Jungkook se paró justo detrás de mi tomando una bolsa —¿Son para Jiminie?. Él las ama, ¿No?.
—Si— respondí alejándome y conteniendo las ganas de gritarle. El que fuera tan pesado ya me tenía harto, ¿Por qué no puede aceptar que ya no siento nada por él?.
Volví a mi carrito para irme pero él me detuvo —¿Le has preguntado a Jimin por su primer amor?.
—¿Qué?— pregunté deteniendome abruptamente
—¿A qué te refieres?.
Él sonrió acariciando mi mejilla —A justamente lo que acabo de decir, ¿Acaso no te contado sobre su primer amor?. Sobre la primera persona que despertó sus instintos más pasionales.
—Soy el primer hombre en la vida de Jimin— me di la vuelta intentando no creer en nada de las basuras que salieron de su boca.
Pero un malestar desagradable se instalo en mi estómago, Jimin me lo hubiese contado, él no es igual a Jungkook aunque en todo caso no tendría importancia si es que fuera real porque ahora está conmigo.
Cuando llegué a casa, Jimin salió disparado colgándose de mi para esconder su rostro en mi cuello
—¿Por qué no me despertaste?, Pude haber ido contigo.
—No hacia falta, estabas durmiendo tan profundo que me dió pena irrumpir tu sueño, ¿Quieres cocinar conmigo?— pregunté rodeando su cintura con ambos brazos y al verlo sonreír, al ver sus ojitos hechos rayita todo pensamiento absurdo se disipó.
Jimin no es Jungkook. Lo he visto, lo sé, confío en él. Me quiere, corresponde a mis sentimientos.
Busque una fotografía de NamJoon, no cualquiera, si no la que Jimin guardaba en su habitación. Lo ví varias veces suspirar mientras miraba la fotografía que tomo del álbum de fotos familiar, cada noche sonreía mientras le murmuraba al rostro sonriente de Namie, lo mucho que lo amaba.
Guarde la fotografía que dejó abandonada al irse a su ahora casa.
—Por qué tú no tendrás final feliz, mi querido hermanito.
No, Jimin no iba a ser feliz por qué yo tampoco lo sería nunca. Por qué él me rompió cuando a penas era un niño, rompió cada una de mis ilusiones de manera cruel yéndose lejos.
Cuando me abandono cuando más lo necesitaba.
Y por eso Park Jimin no sería feliz, yo me encargaría de eso, incluso si yo mismo caía en el proceso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro