Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

04


Me remuevo incómodo al sentir como soy apresado en unos brazos, abro con lentitud los ojos y la imagen de SeokJin con los labios hinchados y el cabello revuelto, me hace sonreír.

—¿Cómo puedes ser tan atractivo?— preguntó volteando hasta rozar sus labios y prontamente soy correspondido. Sus labios se presionan sobre los míos profundizando el beso cuando su mano se aferra a mi cabello.

Él se aleja mirándome intensamente a través de sus profundos ojos azules y sonríe —¿Y tú?, ¿Cómo puedes ser tan sexy al despertar?.

Me río y me encojo de hombros —Soy sexy desde nacimiento— y me levanto sentándome sobre su abdomen, sonriendo con coqueteo al sentir sus manos posarse en mi cintura desnuda —¿Podemos hacerlo de nuevo?— pregunto sonando inocente.

Pero en lugar de que me ataque, me toma del cuello a modo de que nuestros labios se unan nuevamente —Tengo trabajo conejito. No puedo complacerte ahora.

—¿Trabajo?— pregunto ahora reparando en el lujoso apartamento en el que vive. Tal vez sea hijo de un empresario y si es así, podría sacar más provecho.

—Si, soy un simple trabajador en una empresa de entretenimiento— responde y mi sonrisa se borra de inmediato.

—¿Y este lugar?. Luce muy caro— murmuro y me bajo de encima.

Él se baja de la cama y toma una bata de su ropero —¿Estás decepcionado?.

—No. Para nada— respondo y me bajo siguiéndolo besando su cuello —El dinero es lo de menos— casi me muerdo la lengua, ¿Por qué, ¿Quién rayos vive sin lujos?.

Él voltea y me observa con dulzura, no entiendo muy bien su actuar, a penas hemos estado juntos dos noches —Me encantas.

Y después de aquello, se arregló preparándome algo de desayunar y luego me llevo a mi casa. En dónde por cierto, en la entrada estaba mi madre.

—Buenos días— sonreí y me iba a meter rápidamente para evitar sus preguntas.

Pero ella me tomó del brazo y nos metió al despacho —¿Otro tipo Jungkook?, Deja de hacerlo, no, dejaras de hacerlo.

—¿Por qué?. A penas comencé a verme con él, quiero divertirme más— como un niño hice un puchero con los labios.

Y siempre recibía un "si" como respuesta pero está vez mi madre negó con la cabeza —Un joven comprometido no puede divertirse de esa manera.

—¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Jimin va a casarse?— pregunté confundido, tal vez le habían conseguido un esposo o esposa al mojigato de mi hermano.

—No cariño. Aún no a habido una buena propuesta para él pero para ti si— ella sonrió tomando mi mano.

Me alejé con rapidez negando con la cabeza —¿Yo?, No, no y no. Mamá yo no quiero casarme.

—Lo siento pero ya e dicho que sí y además podremos disfrutar de su fortuna. Y él es un caballero de nuestra clase social— mi madre hablaba con emoción. —Necesitamos estar emparentados con él con nuestra situación actual.

Enarque una ceja confundido.
—¿Quién es él?

—Kim NamJoon. El confesó estar profundamente enamorado de ti— respondió mi madre con una sonrisa.

Y una agradable sensación se estableció en mi estómago, Nam no era para nada feo y he de admitir que siempre quise sentir lo que era salir con un hombre como él, inteligente y educado. Además y por sobre todo, tenía mucho dinero, su familia era una de las más ricas.

—¿Dónde esta Jimin?— pregunté de pronto.

—Arriba. Desde ayer comenzó a sentirse mal— dijo.

Y salí corriendo hacía la habitación de mi hermano. Ya sabía el por qué de su malestar, mi pobre e ingenuo hermanito mayor.

Cómo sabía que no me abriría, tomé una de las llaves extras y entre encontrandolo hecho bolita debajo de sus sábanas. Me acerqué quitándoselas y casi me río al ver como sus ojos estaban hinchados.

—¿Qué quieres?— preguntó molesto. Podía sentir el coraje que tenía hacia mí.

—¿Cómo estás?. Mamá ya me dió las buenas noticias— sonreí y me senté junto a él —Oh, ¡cielos!. Tú estás enamorado de NamJoon, ¿Cierto?

El me mira con coraje y me patea fuera de su cama. —¡Vete!

—Ya. Está bien, llorón— respondo molesto y salgo azotando la puerta.

No entiendo cómo podemos ser hermanos si nunca nos hemos llevado bien. El tan recatado y tonto, yo tan atrevido e inteligente. Por eso, nunca conseguía lo que desea, si yo estuviese en su lugar, me robaría el amor de NamJoon a como de lugar.

Ni siquiera observar las flores florecer me hacían bien. Me sentía tan decepcionado de saber que NamJoon, mi hermoso chico rompe cosas estaba enamorado de mi hermano, de no ser como es Jungkook un jugador con los sentimientos, yo aceptaría sin lugar a dudas su relación. Pero odiaba el hecho de que solo yo supiese como en verdad y tal vez mi madre también pero ella siempre consintió los caprichos de Jungkook y siempre lo haría.

Debería dejar de tener pensamientos tan crueles, a fin de cuentas es mi hermano y debo quererlo como tal. Pero es difícil aceptarlo cuando sé que disfruta de mi dolor.

—Nos vemos, Jimin Hyung— Woojin se despidió y tomó su chaqueta antes de irse.

Hoy me tocaba cerrar así que después de hacerlo quise aliviar un poco mis penas amorosas. Y me dirigí a un bar cercano para beber un poco, después de todo no creía aguantar demasiado, nunca he bebido alcohol.

Una vez en la barra, incómodo tomé mi primer copa, era extraño sentir el ardor en mi garganta por esa bebida, nisiquiera me di cuenta de cuantas tomé, solo sé que no podía parar de llorar, imaginando que podía ser yo algún día el esposo que NamJoon merecía.

Pelear por ser un Kim oficialmente estaba siendo más difícil de lo que pensé, la estúpida mujer ambiciosa de mi difunto padre no quería otorgarme lo que por derecho me pertenecía.

—Vamos por unas copas— observé a Yoongi de reojo y sonrió.

—Ah. Está bien— respondí siguiéndolo.

Y mientras entrabamos al bar no pude evitar pensar en Jungkook y en su coqueto mirar, era tan jodidamente adorable y sexy al mismo tiempo. Nunca antes había estado tan embelesado por alguien. Creo que esto era malo.

—¡Mira ese borracho!— se burló YoonGi señalando a un tipo que estaba en la barra llorando desconsoladamente.

Lo observé atentamente y noté que se trataba del florista que me mojo todo mi traje, se veía tan deplorable llorando como un bebé y simplemente me acerqué.

—¿Estás bien?— pregunté. Nunca fui fan de ver personas llorando.

Y él vómito sobre mis zapatos.

Vaya..... Qué bonito segundo encuentro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro