Febrero 2 semanas — lunes

Desde hace unos días ya había puesto la denuncia y estaba esperando que le respondieran y tomaran su caso, le habían dado las instrucciones para conseguir realizar cada asunto sin ningún problema y también recibía el apoyo de Blard cuando necesitaba ayuda con otros temas, por lo mismo el viernes no pudo celebrar su cumpleaños, fue un día totalmente ajetreado para él incluso teniendo que faltar a la escuela.

No pudo contarle a tiempo a Geno lo que estaba haciendo, el asunto no había surgido en las conversaciones de celular y solo en el receso del almuerzo pudo contarle.

—  Tengo que faltar unos días.

— ¿Huh? ¿Por qué?

Geno yacía de pie a su lado, ambos estaban en el pasillo de casilleros porque el pelinegro estaba revisando algunas cosas que había dejado allí, también quería sacar dinero porque tenía planeado algo con el fin de tener al menos una "última cena" antes de recibir la respuesta sobre su denuncia. En el momento de decir esto la expresión del menor se había transformado en una mezcla de confusión y preocupación.

— No es graaave, no peligra mi vida, tengo que hacer algo complejo.

— ¿Y no me lo vas a decir?

— Mmm, nop.

— Dímelo.

— Mmmm, noop. —Repitió, con un tono burlesco.

— ¿Por qué tan secreto? Ahora estaré preocupado todos esos días.

— Aw, ¿te preocupas por mí?

— ¿¡Qué acabo de decir!?

— Hehe, ¡es que quería escucharlo otra vez!

Geno solo esbozó un leve puchero, cruzándose de brazos para no dedicarle mirada, Reaper no pudo evitar volver a reír por lo adorable que se veía. Se colocó a su lado nuevamente, dejando el dinero en el bolsillo antes hablar nuevamente.

— Nada más te molestaba, es solo que el viernes, el día que falté fui a por fin denunciar a mis padres.

La expresión del menor otra vez cambió, sus cejas arqueadas denotaban el estupor de escuchar eso.

— ¿Ya cumpliste 18?

— Sip. Ya no podemos ser nada... La organización me va a arrestar.

— ...Al menos las cárceles son lindas.

— Buen punto. Pero la idea es que mis padres paguen, yo no.

— ...¿Habrá algún juzgado?

— Sí... algo así, no estoy tan seguro, estoy dependiendo un poquito de Blard en este asunto, leer el procedimiento en internet es muy distinto a la realidad.

— A este punto si no conociera tu situación pensaría que Blard de verdad es tu papá.

— Nací en el momento equivocado.

Reaper se llevó la mano al pecho, Geno negó con la cabeza, suspirando sin rastro de molestia, así que supuso que era un suspiro de calma.

— Entonces... —Prosiguió el de bufanda roja— te deseo mucha suerte, saldrá todo bien.

— Gracias, necesito esas fuerzas.

— Ojalá poder acompañarte... Pero no aporto a nada en esta situación.

— Sí puedes aportar, porque pensaba... que podríamos ir a algún lado ahora.

— No voy a fugarme de la escuela, Reaper.

— ¡N-No, no pensaba en eso! ¡No soy un chico malo!

— No, no puedes matar ni a una mosca.

— ¡Oye! En fin, quería que me acompañases a almorzar en el comedor.

Ambos habían comenzado a caminar por el pasillo sin un rumbo fijo, cuando se cruzaban con personas el menor bajaba la cabeza ocultando su rostro con su cabello. Reaper trataba de comprender por qué evitaba tanto el espacio público, sabía que desde antes rehuía a socializar por su preferencia a la soledad, pero parecía que la gente le aterraba. Sin embargo, no tardó en darse cuenta ante su silencio que era cierto, Geno ya tenía una reputación de años con varios cursos y los rumores podían correr fácil. Si él se negaba, lo aceptaría, pero le hacía reafirmar su pensamiento que lo mejor para Geno era alejarse de esa escuela, no podía comenzar una "nueva vida" si aquellos malnacidos que lo tocaron seguían rondando a su alrededor.

— Hace tiempo que no voy al comedor... Sabes que yo almuerzo cuando llego a casa...

— Si no deseas, está bien, solo tendrías que esperarme a comprarme alg--

— No, déjame continuar.

Geno alzó la cabeza, al principio el ojiazul pensaba que iba a tener una expresión o melancólica o neutral, pero se veía bastante apacible, más porque su mano paró en su brazo, siendo abrazado. Sí, él era un apoyo para Geno, pero no era malo serlo cuando de verdad lo necesitaba, esto representaba un paso grande para él, poder envolverse en una vida más normal y estable, ser uno más del resto.

— Puedo ir, no traje dinero pero puedo acompañarte... Esto también es parte de mi avance.

— ¿Estás seguro?

— Sí. —Geno viró sus ojos hasta él, teniendo un cruce de miradas en el que el menor sonrió suavemente— Jamás he compartido un espacio público que no fueran con mis papás, si estoy ahí contigo... aunque me miren... me sentiré seguro.

— ...Ay. —No pudo evitar sonrojarse— Si no fuera que estamos rodeados te comería a besitos ahora mismo.

— Ni aunque estuviésemos solos te atreverías.

Ahora no estaba sonrojado, Reaper era un tomate al tener hasta las orejas rojas. Carraspeó, apenado por ser atacado de tal forma, de verdad trataba de ser cariñoso, pero no podía hacer grandes gestos desde el beso cuando durmieron en el departamento, los nervios lo consumían muy rápido.

Se sentía tan avergonzado de "ladrar pero no morder".

— A-Aun así, traje dinero para ti también, ya tenía esto pensado.

— No gastes dinero por mí.

— Descuuuida, si gano la denuncia podré nadar en dinero.

— ¿Tú crees?

— Sip, bueno, no.

— Lo temía.

Reaper se rió apenado, Geno tuvo que soltarle cuando llegaron al comedor, no tardaron mucho en ir a buscar la comida del día para irse al lugar más alejado del comedor, allí ambos se sentaron, siendo el albino dando la espalda al resto, solo teniendo al frente al pelinegro. Comieron sin hablar mucho, pero Reaper se sintió con fuerzas al ver la sonrisa que le hacía Geno. Todo iba a salir bien.