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Enero 1 semana - Miércoles

Parecía que en cualquier momento se iba a caer del sofá, pero no sentía fuerzas de sentarse como una persona civilizada, solo podía estar tirado, deslizándose poco a poco hasta el suelo. Ese era el escenario que estaba viendo su compañero Blard al salir del baño, pues cuando el adverso llegó él se estaba preparando para trabajar.

— ...¿Reaper?

El aludido giró la cabeza casi cual película de exorcista al escucharle, aunque sabía que su semblante era de un ido total, como si hubiese tomado litros de alcohol y estaba pronto a llegar a un coma etílico.

— ...Ahm. —Balbuceó.

— Llegaste bastante tar... —El castaño aun con la toalla sobre sus hombros por haberse bañado, tuvo que detenerse a medio camino del living al percibir un aroma que se le hacía conocido, los últimos días Reaper siempre tenía ese pequeño rastro, pero ahora parecía que era un nuevo perfume por lo potente que estaba, por lo menos no era desagradable, pero sabía que ese no era la colonia que usaba su amigo.

Ni siquiera pudo seguir en sus reflexiones cuando Reaper se levantó y le abrazó por el cuello, aunque de una forma tonta pues básicamente se estaba colgando en él, era un abrazo dramático. Tuvo que afirmarle de los costados o se le caería. 

— Ay, Blard. ¡Casi me hago un hombre! ¡Casi me estreno!

— ¿Qué dices...?

El pelinegro no sabía cómo expresar todo lo que había vivido hace menos de una hora, todavía las sensaciones las percibía, todavía sus labios zumbaban por los besos que se dieron, su alma seguía embriagada de nervios. No pudo responder en el momento que Blard le preguntó ser más especifico, pues por su silencio el castaño le agarró desde los costados y lo levantó para que dejara de estar colgado en él.

No se quiso separar por lo que le volvió a abrazar como una lapa, esta vez sin colgarse. Ahí Blard suspiró y correspondió, pasando sus manos por la espalda con tal de calmar esa adrenalina que estaba atontando al menor.

— ¿Mejor? 

— Ya mejor.

— Estás impregnado en un aroma, ¿Dónde fuiste? ¿Cómo que casi te estrenas?

— Geno me invitó a su casa...

— ...Eso me responde muchas cosas. —Blard volvió a suspirar, más receptivo en atender a su amigo pues parecía que ya se había relajado y no haría tonterías— ¿Me contarás lo que sucedió?

— Si por favor, consuela a este pobre niño.

— ¿Cómo es que fuiste a su casa?

— Geno me invitó a pasar el rato, sus padres parece que trabajan días seguidos por lo que pasa días solo, por lo que no me pareció mal hacerle compañía, tenía Netflix así que supuse que seguiríamos viendo una serie, como hoy no trabajo, pensé que sería una linda velada... —Ninguno de los dos podían ver sus caras, pero Blard por el tono de voz adverso sabía que no se sentía para nada bien, con las veces que lo oía perdido y melancólico, podía reconocerlo con más facilidad— Pero cuando estuvimos en el sofá, Geno se comportó desesperado, en el sentido que parecía que no soportaba más no ser como era, aunque bueno, él mismo lo dijo, no aguantaba más no poder expresarse como sabía, y se sentó encima mío y básicamente se me confesó.

Eso tomó algo desprevenido al castaño, pues tuvo que detenerse en sus mimos en la espalda, no se imaginaba que ese chico pudiese reconocer el amor a la necesidad, aunque también estaba la posibilidad de que fuese justo eso, que al ser Reaper el único a quien podía tocar, desarrollara sentimientos de dependencia y toxicidad. Esperaba que no fuese eso, que de verdad esa confesión fuese honesta y que ese Geno no tuviese además de un trastorno, un poder de manipulación, no permitiría que Reaper fuese quien sufriera de tales ataduras, pero era mejor escucharle por completo antes de suponer cosas.

— ¿Cómo fue esa confesión?

— Desesperada, Geno me tomó los cachetes y se me quedó mirando mientras hablaba, ay, su rostro también era de desconsuelo, de hecho, estaba llorando, y yo no supe que hacer, por un momento ignoré que básicamente estaba pegado a mí, me dolió mucho verlo así, me sentí culpable pero también me sentí nervioso al darme cuenta que Geno me quiere.

— ¿No ha sido todo esto después de tu cambio de atuendo, cierto?

— Le pregunté eso, dijo que incluso desde antes sentía lo de ahora, solo que mi look le hizo más imposible aguantar, ¿tan seductor soy?

— Tan seductor pero te fuiste temprano de su hogar, ¿huiste después de que se te haya confesado? 

— Oh, vamos, yo ya no quiero huir, ya pasé por la etapa, qué mal me ves.

— Pfft. 

Tras ese breve momento de gracia, Reaper se separó del abrazo, contarle todo lo que le sucedió fue la única solución que se le ocurrió, pues era honesto al decir que no sabía qué hacer, la situación seguía superándole, todavía no podía aclararse y necesitaba las palabras del mayor como una guía.

— Supuse que lo mejor era calmarlo, no sé si fue lo mejor pero le propuse besarle. —Blard alzó las cejas apenas le escuchó— Sí, sí, me dirás que estoy loco, pero diablos, Geno se veía super mal, quitarle todas sus costumbres debió ser terrible. Imagina me quitaran el café, yo estaría igual.

— Ahorro comentarios.

— Entonces aceptó el trato, y pues nos besamos. ¡Aunque prácticamente me devoró! —Reaper se llevó sus dedos hasta su propio labial inferior, recordar la situación le causó un escalofrío y sus mejillas subieron de temperatura— Fue mi primer beso y woah... a pesar de no ser la situación que hubiese deseado, se había sentido bien, pero... Ahí fue cuando me di cuenta que no porque Geno me quiera deba aprovecharme de él, me estaría volviendo como esos malnacidos, no pude continuar... No era lo correcto, así que por más que quisiera seguir, le tuve que frenar.

— Eso... Eso estuvo bien, fue una buena decisión si no estás claro.

— Sí, después se vio super arrepentido por lo que hizo, y no era lo mejor quedarme allá, sería muy incómodo, así que me fui, y acá estoy.

Blard palmeó su hombro, manteniendo la mano allí, era una situación delicada, más considerando las costumbres y creencias de Geno; Reaper sí había hecho bien en frenar, pero desde haber aceptado y decir que se sentía bien el beso daba una gran baraja de posibilidades, tenía que despejar las dudas.

— Dime, Reaper, desde antes que Geno haya empezado a sentarse en tu regazo, ya habías supuesto que no caerías en la tentación.

— Lo sé... Pero...

— Cuando Geno actúa, tú simplemente te dejas llevar, como dices, te gusta que te toque.

— No sé por qué soy tan sumiso con su cariño...

Ambos se sentaron en el sofá ante el gesto del castaño, allí el ojiazul se tomó de las manos manteniendo los codos en sus piernas, intentando pensar.

— ¿Qué se te pasa en la cabeza al pensar en Geno?

Tras un breve silencio, Reaper contestó.

— En sus ojos, son tan claros como si piel, pero sé que son celestes, aun así, parece que no brillan, sus ojos son muy enigmáticos.

— Continua.

— Después pienso en sus mejillas, nariz, siempre han tenido una tonalidad rojiza por el frío, por eso le regalé una bufanda roja para que combinara; pero últimamente todo su rostro se enrojece, y es tan lindo... bonito, precioso.

— ¿Y de su cuerpo?

Con esa pregunta, Reaper miró extrañado al mayor, antes de pasarse una mano por su nuca. Blard se quedó pendiente de cada tonalidad.

— Si ves su pelo te sorprendes, es esponjoso, pero de las veces que le he dado cariño en la cabeza es liso, también tiene un aroma muy dulce, no sé si será su colonia.

— Lo sé muy bien, estás impregnado en ese aroma.

— Ay, bueno, me llevo el recuerdo de Geno a todos lados.

— Más bien parece territorio.

— ¡Oye! Aunque parece ser así, hehe... —Suspiró— Ahora que tanto hablo de él, ya lo extraño... No es tan liviano, pero eso me dan ganas de abrazarle. A ti también te darían ganas de abrazarle.

— Pero no lo he visto.

— Por eso, cuando lo veas algún día.

— ¿Me lo vas a presentar?

— Claro, ¿Por qué no?

— Eso me dice que a pesar de todo, no te alejarás de él.

Reaper estiró sus comisuras, pero en un gesto melancólico.

— No podría... Después de todo... Lo aprecio bastante.

Tras eso, el pelinegro se dio unos segundos más de reflexión, era cierto, apreciaba mucho a Geno, desde un principio estaba preocupado por su bienestar, pero todo lo que le había hecho sentir no era algo usual, con Blard no sentía esas cosquillas en su abdomen, no se ponía rojo o nervioso cuando estaban en silencio o charlaban en el trabajo o departamento; nunca antes había tenido esa sensación, era su primera vez experimentando eso y por eso no reconocía bien lo que decía su mente y corazón. Ahora solo faltaba estar seguro si era eso, o solo estaba teniendo paranoias.

— Considerando todo lo que me dices. —El ojiverde habló, por fin dando su sentencia final— Quizás sí estás interesado románticamente en Geno, todo lo que dices da esa impresión, no mencionaste ni una vez su cuerpo, y además te preocupa su bienestar. No lo digo con tal seguridad porque sigue cabiendo la posibilidad de que o tú o él estén dependiendo de un cariño sexual, si Geno está siendo honesto contigo, solo contigo puede quitarse el estrés, también puede ser al revés, podrías seguir atorado en la posibilidad de que si dices un sí, podrás tener relaciones con Geno, y quizás no solo una vez, siendo dependientes entre ustedes de esa necesidad carnal, lo único que te detiene es tu moral.

— ...Ay, me la haces difícil, no sigas.

Blard ladeó la cabeza, sonriendo gentilmente.

— Son posibilidades, todo depende de ti si creer que Geno es honesto contigo y si tú en realidad estás interesado en su cuerpo o en su amor. Pero al menos yo, creo que es lo segundo, no obstante, prefiero no influir en tu respuesta, es una reflexión que solo tú debes hacer. Solo soy un consejero.

— ¿Qué estás estudiando, Blard?

— Estudi-

— No, no me lo digas, cualquier carrera que estudies diré que no sirve porque deberías ser psicólogo. —Ambos rieron, solo que el menor terminó en un pesado suspiro— Está bien, muchas gracias, tengo que darme un rato para pensar, pero no por ello me alejaré... Ains, espero que no sea incómodo mañana, no soportaría verlo tan triste.

— Heh...

Blard se levantó volviendo a reír burlón, posteriormente dijo que volvería a lo suyo o llegaría tarde a trabajar. Reaper se volvió a echar en el sillón, hundiéndose mientras miraba el techo. 

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