Octubre 1 semana - martes

No pudo encontrar después a Geno por el resto del día, por lo que tuvo que esperar hasta el siguiente para buscarlo, en su trabajo no dijo nada y trató de verse normal con su compañero Blard, pero su mente estaba ofuscada por lo que estaba ocurriendo, quería y exigía la verdad detrás de todo ese asunto.

El día martes siguió buscando al chico de cabello blanco e hizo lo contrario a los consejos, fue directamente a los lugares donde se había encontrado con él, siendo la opción premiada el de los pasillos con los grandes ventanales a su espalda, ahí estaba Geno con la expresión de siempre, ojos cerrados y apoyado en el ventanal, en su mundo. 

— Geno. —Pudo decir Reaper, sintiendo un escalofrío por tener que pronunciar su nombre con sus labios.

El aludido alzó la cabeza como si hubiese explotado su burbuja de golpe, alzó sus cejas y antes de que pudiera decir algo más, el pelinegro se quedó se plantó frente a él con una expresión inefable.

— ¿Quién era aquel chico? 

— ¿Ah?

— El chico de ayer, en los baños.

Pronto aquella carita se llenó de color, un rubor tan grande que podía pasar de mentón a frente, Reaper titubeó antes de insistir, pero Geno fue el primero en encogerse de hombros.

— ¿Estuviste ahí...?

— Al lado. ¿Él es tu pareja?

Geno...

Geno negó.

— No.

Su rubor iba bajando, pero en Reaper estaba subiendo, la sangre subía a sus mejillas por un sentimiento extraño.

— ¿Es tu amigo? —Volvió a preguntar.

Geno, nuevamente con el rostro blanquecino, sin desviar la mirada, volvió a negar.

— No, ni le conozco.

Quería pensar que estaba siendo victima de una terrible broma, quería mirar a todos lados buscando una cámara por aquel juego mental tan problemático. Alzó sus manos llevándolas hasta los hombros del más bajo, este miraba algo perplejo pero no era nada comparado a la expresión confundida y alterada del pelinegro. 

Ese sentimiento era ira. Era frustración.

— ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué haces esas cosas?

Volvió a recibir la misma respuesta.

— ¿Qué tiene de malo...?

Pero veía que estaba asustado, una combinada con la confusión de ser expuesto a las mismas preguntas, Reaper veía inocencia en esas palabras, no estaba viendo a un depravado sexual, estaba viendo a un chico que no entendía qué estaba diciendo.

— Geno... —Volvió a decir, apretando sus dedos y tensándolos en sus hombros. Se mordió el labio tratando de no derrumbarse, eran demasiadas emociones negativas poseyendo su cuerpo— ¿Qué razón tienes para andar besando a las personas que no conoces...?

Allí, allí fue cuando sintió como si le hubiesen disparado. Cuando todo cambió.

— Así es cómo me enseñaron. Así es cómo expreso mi aprecio al resto, y casi siempre soy correspondido así que... no le veo lo ma-

No continuó por el susto pues Reaper le soltó de forma brusca. Reaper se alejó tres pasos del contrario, sentía su cuerpo cubrirse de adrenalina y rabia por la situación, pero no tenía sentido soltar aquellos sentimientos en el adverso, aquel rostro era el mismo de siempre, inocencia.

Hiperventiló, no quiso escucharlo más, su cabeza estaba por explotar.

Nuevamente huyó, todavía rojo de impotencia.