6. JordanxDavid【¿Quieres ser mi amigo?】
Apto para mayores de 12 años.
Jordan Greenway: Ryuji Midorikawa.
David Samford: Jiro Sakuma.
Dedicado a: kirino153
En un mundo llamado Inazuma, gobernaban dos reinos que constantemente estaban en guerra. Había muchas diferencias y las ansias de querer conquistar todo el mundo, día a día se hacían más fuertes. Daba igual si eras un niño, un adulto o un anciano, debías luchar por los valores de tu reino, debías enfrentarte a los otros habitantes que no fueran como tú.
De hecho, desde que se es pequeño, en las escuelas enseñan el odio, la adversidad y el rencor entre sus alumnos a todos aquellos que fueran diferentes. Siempre remarcaban que su especie era la mejor y que los demás debían ser aplastados.
El terror crecía, las amenazas también. Todo era un caos.
El mundo Inazuma habitaban los Nekgreen, una especie que tenían habilidades como los felinos. Tenían muy buena vista, pudiendo ver en la noche; también tenían agudeza en el oído y el olfato, ningún depredador se podía escapar a un radio de 7'5km. Eran hábiles corriendo y saltando; eran los más desarrollados físicamente en aquel planeta.
Por otro lado se encontraban los Igurbein, una raza que tenía las características de las aves; siendo veloces y ágiles por naturaleza. Eran muy silenciosos, y tenían gran detección de energía térmica, sintiendo y viendo a sus depredadores a más de 5'3km de distancia. Tenían gran plano de estrategia y son muy inteligentes; la mayoría de los inventos de Inazuma eran inventados por ellos.
[...]
Un pequeño niño de cabellos verdes estaba corriendo por toda una pradera intentando cazar una mariposa. Era un día de primavera y se encontraba de excursión con todos los compañeros de su clase. Aquel felino estaba saltando y correteando felizmente que no se percató que su profesora lo estaba llamando, hasta que sintió como alguien tiraba de su orejita izquierda haciendo que se queje fuertemente.
-¡Señorita Byum-Byum me haces daño! -Lloriqueaba, mientras intentaba zafarse del agarre, aunque fuera en vano.
A la profesora le pareció tierno el apodo que le había puesto el de cabellos verdes hacia su persona. Ya que en el mundo Inazuma, repetir el nombre y añadir una "m" Al final, significaba «hermana mayor».
-Te he dicho mil veces que no te alejes mucho del grupo, aquí cerca está la frontera con la zona de los Igurbein. -Reprochaba la profesora, mientras intentaba calmarse tras tener miles de imágenes donde Jordan estaba herido.
Midorikawa no sabía por qué era tan arriesgado adentrarse en aquella frontera, eran como ellos, ¿no? A pesar de ser diferentes en cuanto a físico dudaba mucho que fueran inferiores a ellos. Porque en parte, él también era diferente, era débil, y no podía ver en la noche como los demás; así que le parecía injusto meterse con alguien que fuera diferente e inferior, cuando él se consideraba como tal; y era molesto.
-Mira a quién tenemos aquí... al defectuoso. -Dijo riendo Wenqui, un chico mitad guepardo y mitad tigre, mientras agarraba la cola de Jordan, una zona sensible para ellos.
Jordan no intentaba quejarse y tampoco quería mostrarse frágil, pero realmente le dolía mucho. ¡Odiaba ser el hazmerreír del colegio, quería ser fuerte!
-Creo que deberías soltarle, Wenqui... -Susurró preocupada una chica de descendencia del zorro del Ártico, teniendo orejas y pelaje blanco como la nieve y pequeñas manchas rosa pastel.
-Cállate Cami, no es tu asunto. -Y cuando Jordan creía que iba a haber una pelea dentro de los matones, derepente otros alumnos empezaron a gritar.
Pero Jordan no sabía lo que segundos después, sus ojos iban a presenciar.
Como si todo fuera a cámara lenta, el pequeño vio como algunos de sus compañeros caían al suelo teñidos de sangre, muertos. Abrió los ojos angustiado, sintiendo como su corazón estaba a punto de hacerse bolita. Algunos que tenían pico y un pelaje que no vio en su vida, hicieron presente en el lugar, mientras reían como desquiciados.
Los que quedaban ilesos intentaron defenderse todo lo que pudieron, habiendo una gran batalla mientras él se quedaba petrificado en su asiento.
«¿Esos son los Igurbein? No son débiles...» -Pensaba Jordan.
Él estaba tras un pequeño, fino y escuálido, tronco, paralizado, intentando calmar sus aceleradas pulsaciones. Todo en su mente iba muy rápido, y no podía asimilar que estaba ocurriendo, simplemente no quería creer nada.
La lucha entre ambos bandos eran muy igualadas y realmente quería ayudar, quería luchar, pero el miedo lo paralizó, no sabía que hacer. Era débil, no era capaz de hacer nada.
Mareado, miró sus manitas y tras respirar profundamente un par de veces; consiguió moverse y se transformó en su forma animal completo, siendo un gato de pelaje verde pistacho. Con sus patas temblando en cada pisada que daba, decidió atacar.
Miró un punto fijo de la pradera, divisando una pequeña bola de tono gris, al lado de dos cuerpos de "los suyos". Jordan, frunció el ceño, al diferenciar que él no tenía el peculiar pelaje de los Igurbein. Pero tras agitar su cabeza de lado a lado, volvió a fijar su atención a aquellos compañeros que anteriormente estaban vivos pero ya no.
Pensó que la bolita gris había sido el causante, y al sentir un gran valor por todo su cuerpo, salió corriendo en dirección suya. Por suerte, nadie lo atacó y cuando estaba a escasos metros de aquella especie, relantizó su carrera y así, abalanzarse sobre aquel cuerpo. Y así hizo.
Dio uno, dos zarpazos cegado por la adrenalina y el instinto de su cuerpo.
Sentía que no podía parar. En parte eso le encantaba, pero por otra, sentía un gran disgusto recorrer por todas sus orejitas.
Cuando iba a dar el tercer golpe, un gran quejido de súplica, se escucha; proveniente de aquella bola gris que tenía en sus garras. Por un momento dado, se sintió paralizado, ¿estaba atacando a alguien?
Soy un monstruo.
Se desplazó del cuerpo tendido en el suelo, y agachó la cabeza. Sentía que no era lo correcto, que no debía atacar a ese chico y a pesar de que tal vez sea atacado, no hizo nada. Se quedó mirando un punto fijo de la hierba verde y joven, mientras escuchaba la respiración entrecortada de su "enemigo". Por otra parte, en lo que era antes un campo de batalla no quedaba nadie con vida, o por lo menos, no intactos, a excepción de él.
Impotencia. Eso es lo que sintió, cuando a su corta edad de un año (siete, en vida humana), vio presenciado todo aquello. A esta edad ya sabía diferenciar perfectamente qué era el bien y qué era el mal. Y a pesar de eso, a pesar de saber que maltratar a personas diferentes a ti, está mal; él acaba de hacerlo.
El híbrido, abatido, volvió a convertirse en mitad humano-mitad gato, esperando que el susodicho animal que estaba delante de él, se levantara. Al percatarse que no había grandes movimientos en él, dio leves golpecitos en aquel cuerpo. Un pequeño quejido salió.
-N-no me hagas daño. Por... favor. -Aquel cuerpo empezó a temblar y el joven corazón de Midorikawa, se encogió.
-Tranquilo, no te haré nada. -Sentía como su respiración se hacía pesada por la gran culpabilidad que lo estaba consumiendo. -¿Cómo estás?
Al preguntar aquello, se mordió la lengua, ya que dijo una gran tontería. Obviamente no iba a estar bien.
-Estoy... -soltó un quejido y se incorporó, para mirar al felino. -vivo. -Ríe sutilmente.
La pequeña bola al ver al chico que lo había atacado, sintió gran admiración y no entendía por qué; pero trasmitía gran fuerza y seguridad. Sentía que podía ser como su tío, un chico que quisiera unir las dos naciones, ser amigos y convivir juntos; no como a día de hoy, donde el Rey Suu-il ("Il" se añade al final para decir que alguien es poderoso, en el idioma Inazuma) había sentenciado una guerra entre ambas culturas.
-S-soy Jiro, Jiro Sakuma. ¿Tú?
-Ryuji Midorikawa. -Contestó con cierta duda.
A diferencia del pensamiento que tuvo David, Jordan sintió como aquel chico era diferente, tenía los mofletes sonrojados que trasmitían cierta ternura y debilidad en él. También se percató que no tenía esas... plumas como todas las aves y sintió que debía protegerlo. Sin duda alguna.
¿Pero como iba a protegerlo? ¡Él era un Igurbein!
-¿Quieres ser mi amigo? -Preguntó David con un tono débil y dulce, provocando que los ojos del gato, se abrieran ampliamente.
-C-claro. -Respondió, agradeciendo que el del pelaje gris, adelantara su pregunta.
Y sin darse cuenta, ellos dos fueron guiados por el destino, que desde un principio decidió juntar ambas vidas. Porque a pesar de las diferencias y miedos, de las dudas y adversidades, aquellos dos niños se hicieron amigos, cambiando el flujo de lo que era una vida desgraciada llena de odio.
Con una sonrisa sincera, ayudó a su amigo a levantarse del suelo y emprender así, un nuevo camino.
-Oye, y tú, ¿qué eres?
-Soy un pingüino tartamudo. Un ave que no puede volar. -Dijo afligido David. -Y... ¿tú?
-Un gato corriente que no puede ver en la oscuridad. -Rió irónico.
-No creo que seas un gato corriente, eres genial. -Susurró el pingüino, dando un vuelco al corazón del otro.
Y tras eso y sin decir mucho más, ya que el silencio lo decía todo, se fueron del lugar, adentrándose en la bahía prohibida cerca de allí.
E hicieron algo que nunca nadie había hecho, destrozar los estereotipos y huir de ellos, formando un nuevo capítulo para su historia. Una historia que solo acaban de comenzar.
Porque ellos cambiarán el futuro de millones de individuos.
FIN.
🌷 [...] 🌷
Hasta aquí el One-Shot. Al hacerlo, estuve muy dudosa de si continuar o no, porque sentía que debía hacerse un libro con esta idea que tuve u.u
Pero yo subo esta parte y tal vez en un futuro haga una historia parecida, no sé por qué pero me gustó esta idea 💜
¿Qué os ha parecido?
Sé que no ha sido lo que alguien esperaba, pero es una temática diferente uh~
Os quiero mucho, gracias por todo vuestro apoyo. Si queréis más pedidos de cualquier tipo (con tal que sea Yaoi de Inazuma) me vale <3
Gracias y cualquier cosa, mamá Coco está aquí, ahre.
-Mamá Coco, híbrido de un kiwi ahr
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