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CAPÍTULO 1. JUGUEMOS A FÚTBOL

Hola, soy Yue y os traigo un nuevo fanfic, ésta vez de Inazuma Eleven. Como saben, Inazuma Eleven no me pertenece, salvo los OC's y algunos detalles extras que añadiré. Sin más... ¡Comenzamos!

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La luz de la mañana se filtraba por la ventana, el único sonido en esa casa era el de la ducha. En ella se encontraba una chica delgada, de cabellos castaños, grandes ojos verdes que parecían hechos de las más bellas esmeraldas habídas y por haber, aunque lo realmente destacable era el gran busto que poseía para tener sólo 14 años. Sus rasgos físicos eran de una chica occidental. La joven cerró el grifo y cogió su albornoz blanco, envolviendose en él. Lo primero que hizo fue secar su sedoso cabello con una toalla azul para luego secarse el resto del cuerpo. Se puso su uniforme del instituto y peinó su cabello. Por la parte delantera le caían 2 largos mechones que le llegaban a la altura del pecho. En algunas partes su cabello estaba desordenado pero era lo normal, le gustaba llevarlo así. Se dirigió al salón, el lugar donde hacían las tres comidas del día. Allí estaba esperando su madre, una mujer de apariencia joven que prácticamente podría lucir como su hermana mayor. La mujer era bastante hermosa y nadie dudaría de quién heredó la belleza su hija.

-Trini, cariño, el desayuno se enfría y el pan éste a medio hacer que compra tu padre está muy malo frío -le dijo la mujer, sonriendole de forma tierna- ¿Hoy tienes entrenamiento también?

La chica, conocida como Trini o mejor dicho, Trinidad Vélez, asintió con la cabeza para degustar el pan con mantequilla. Inmediatamente hizo unas señales con las manos dando un mensaje.

-Nunca me acostumbraré a éste pan. Echo de menos los molletes. Nada mejor que la comida tradicional de tu país -la chica dejó de mover las manos y siguió con el pan. La mujer suspiró y asintió.

¿El problema? Trinidad era muda a raíz de un trauma que tuvo de pequeña, tal fue el trauma que le hizo perder el habla. Los médicos dijeron que era posible que no lo recuperara por lo que tuvo que aprender el lenguaje de signos para poder comunicarse. Afortunadamente podía llevar una vida normal debido a que en su instituto había chicos y chicas que sabían el lenguaje de signos, pero por si acaso siempre llevaba consigo una pizarra del tamaño de una tablet, con un rotulador azul y un pequeño borrador, ambos objetos sujetos con unas cuerdas, aunque también poseían su propia ranura para ser guardados.

La chica terminó su desayuno, y sobre el uniforme se colocó un chandal negro con su respectiva chaqueta del mismo color, se echó la mochila a la espalda y salió conduciendo un balón de fútbol, driblando a los transeúntes de forma elegante, cruzó unas cuantas calles y disparó hacia una farola. Allí había una chica de altura medio-baja, de complexión delgada con piel bastante pálida. Su dorado cabello era largo, aunque no más allá de los hombros y estaba recogido en una coleta baja. Sus ojos eran los que más destacaba de ella. Poseían un color anaranjado, los cuales amedrentaban bastante, debido a la intensidad que demostraba su mirada, con el añadido de la cara de malas pulgas que solía echarle a todo el mundo. Su vestimenta era el uniforme masculino del instituto Raimon. Ésa chica, hábilmente controló el balón y espero a que la castaña llegara.

-Buenos días, Trini -saludó la rubia mientras jugueteaba con la pelota.

-Buenos días, Charlie -respondió la chica en signos.

La rubia, llamada Charlotte Anderson, mejor conocida como Charlie le devolvió el balón con un pase bien medido a la pierna izquierda de la chica. Ambas amigas se dirigían hacia el instituto conversando de fútbol mientras hacían gala de una gran velocidad de pases al primer toque para sorpresa de los transeúntes.

Llegaron a un cruce, y allí les esperaban un chico de cabello castaño, con una cinta y un mechón marrón cayendole por encima de la cinta, sus ojos también eran marrones.

-Buenos días, Mark -dijo Charlie, mientras que Trini solo agitó la mano a los lados con una sonrisa.

-Buenos días, chicas -respondió el joven llamado Mark.

Mark Evans era el capitán del equipo de fútbol del Instituto Raimon, el cual hace 40 años era considerado como el Inazuma Eleven. Éste chico era vecino de Charlie, y por ende, también conocía a Trini desde hacía tiempo ya que ambas eran muy buenas amigas, además de compartir clase con él ya que cursaban segundo. Ellos llegaron a clases, hablando de fútbol, como siempre. La mañana transcurrió con normalidad, y era hora de ir al club, pero los pocos miembros que tenían estaban holgazaneando. Había un chico alto y robusto, de piel morena, con una nariz grande, labios grandes y marrones y perilla verde en la papada, su pelo era verde, y el estilo de peinado es como el de un tazón y gordo, su nombre era Jack Wallside.

Un chico alto, de complexión atlética y fuerte, con la piel morena y los ojos negros y muy pequeños, tenía el cabello de color rosa oscuro, Kevin Dragonfly.

Otro chico de pelo corto, marrón sucio, sus ojos eran de un tono de color marrón oscuro, Steve Grim, el cual leía una revista.

Otro chico de cabello color naranja, peinado a lo afro y que le tapaban los ojos. Tenía pecas, y la nariz pequeña de color naranja, al igual que el pelo. Era bastante alto. Tenía unas manos frías y un cuerpo muy delgado que le daban aspecto paliducho, Sam Kincaid. Él se encontraba jugando a la Nintendo DS

Un chico bajito calvo, con un poco de flequillo, y una cola de caballo, dandole aspecto de monje budista, sus ojos tenían forma de cruz, Tim Saunders, conocido como Timmy, el cual estaba haciendo movimientos de kung-fu.

El último chico tenía características similares a una ardilla, con ojos negros, dientes de conejo y pelo castaño claro. Su peinado recordaba a una castaña, y estaba rapado por la parte de abajo. Llevaba una tirita en la nariz y el diente incisivo exageradamente grande, su nombre era Tod Ironside.

-Vamos a entrenar -ordenó Mark como capitán que era, pero no le hacían caso. Tras tres intentos, el chico golpeó un cartel- ¡El Torneo Fútbol Frontier! ¡Seguro que este año llegamos a la final! ¿Verdad que sí, chicos?

Viendo la escena, Charlie acabó explotando.

-¡A VER, PANDA DE HOLGAZANES, MARK DICE QUE HAY QUE ENTRENAR Y HAY QUE ENTRENAR! -éso hizo que los chicos tuvieran un escalofrío, que con su cara de malas pulgas, la mirada que echaba y el hecho de que se estuviera tronando los dedos no ayudaba.

-Calma, Charlie, tranquilizate un poco -dijo Mark.

-Tsk, porque tú lo dices sino éstos se llevaban un buen golpe y tú, Trini, ya podrías decir algo -dijo la chica frunciendo el ceño pero inmediatamente una brisa de aire atravesó la ventana dejando a todos con una gotita anime cómica ante lo dicho por la rubia.

Trini se encogió de hombros y empezó a hacer señas haciendo asentir a Mark y a Charlie.

-¿Qué dice, capitán? -preguntó Steve, con un signo de interrogación saliendole de la cabeza.

-Pues os está echando la bronca, os ha llamado vagos y holgazanes, además de decir que hagáis lo que os de la gana y que pasa de enfadarse -tradujo Mark, que también sabía el lenguaje de signos para entender a la chica- Y acaba de decir que se irá a entrenar por su cuenta.

La chica salió del club, Charlie les echó una mirada de muerte antes de seguir a la castaña.

-¿Y a éste qué le pasa? -preguntó Kevin refiriendose a Charlie, ya que todo el mundo pensaba que era chico y los únicos que conocían el secreto de la rubia eran Mark y Trini.

-A veces pienso que esos dos son novios o algo -mencionó Sam sin soltar la Nintendo DS.

Poco después, Mark se iría a entrenar con los niños de primaria mientras Trini y Charlie se encontraban entrenando en casa de la rubia, la cual poseía un pequeño patio trasero. Ambas estaban bastante igualadas, cada vez que una perdía la pelota inmediatamente la robaba, con una ruleta la castaña se zafó de la rubia y corrió hacia la portería la cual estaba dibujada en la pared usando tiza, Charlie corrió hacia ella y otra vez iniciaron el duelo y finalmente perdió la pelota, corrió hacia la misma portería, pero la castaña se puso en medio volviendo a robar la pelota tras un forcejeo. Finalmente el reloj que tenían sobre una mesa sonó dando fin a ése duelo de titanes.

-Otro empate -mencionó la rubia, anotandolo en una pizarra cercana, la cual ahora rezaba: 49 duelos y debajo una tabla, la cual en el lado izquierdo estaba el nombre de la rubia y en el segundo el de la castaña. En ambas columnas ponía: 2 victorias, 2 derrotas y 45 empates

La castaña asintió a su amiga mientras bebía un poco de agua con una toalla alrededor del cuello.

-¿Crees que habría estado bien haber invitado a Mark entrenar con nosotras? -le pregunto la castaña, con su movimiento de manos.

-Sí, pero él se iba con los niños de primaria. -le respondió la rubia encogiendose los hombros- Ya sabes lo entusiasta del fútbol que es, incluso más que nosotras

La castaña asintió con un movimiento de cabeza dándole la razón a su amiga. Ambas continuaron hablando un rato sin saber la clase de sorpresa futbolística que se llevarían al día siguiente. La castaña volvió a su casa, se duchó, cenó y se fue a dormir

Una nueva mañana llegaba a Ciudad Inazuma y el club de fútbol se encontraba en shock, habían recibido una carta de la Royal Academy para disputar un partido, sólo eran 9 jugadores y el club estaba amenazado de cierre por parte de la hija del presidente, Nelly Raimon. Inmediatamente comenzó la búsqueda de nuevos miembros para disputar el partido. Tras preguntar a varios, sólo se unió un miembro del club de atletismo, un peliverde llamado Nathan Swift. Un chico con gafas llamado William Glass, afirmó que se uniría cuando sólo quedara un miembro, y como jugador estrella. Para colmo, llegó un alumno nuevo llamado Axel Blaze, el cual siempre parecía estar de mal humor.

Charlie miró a Trini y ésta asintió, frunciendo ambas el ceño y comenzando a hablar con lenguaje de signos para que nadie se enterara de la conversación que tenían, dándoles la espalda al resto.

-Charlie... ¿Te has dado cuenta?

-Sí, algo debe tener el nuevo, es raro que él se una al instituto y de repente nos desafíe la Royal.

-Estemos atentas a cualquier movimiento por parte de Axel o de los chicos, ya sabes como son. Ahora querrán matarse a entrenar toda la semana

Con ése comentario por parte de la castaña, ambas cortaron su conversación silenciosa y volvieron a estar atentas a lo que se cocía en el club. Finalmente Mark se fue a intentar convencer a Axel de que se uniera al club, algo en vano. Las chicas habían seguido al chico y vieron cuando comenzó a entrenar con las ruedas.

-Como siempre, entrenando hasta el extremo -suspiró Charlie negando con la cabeza- No tiene remedio. En fin, nosotras hagamos nuestra parte.

Con éso, ambas empezaron otro uno contra uno, sin ninguno de los chicos saber que estaban siendo observados por cierto delantero pelicrema. Trini se detuvo un momento y señalo a la colina, allí vieron como todos se pusieron a entrenar como locos.

-Hasta que se motivan, pero... En una semana no lograrán lo que podrían haber logrado en pocos meses -dijo la rubia frunciendo el ceño.

-Al menos se están esforzando -mencionó con su lenguaje de signos- Pero... ¿Tu estarás bien?

-Lo estaré, no te preocupes. El fútbol es un deporte de equipo, no de individualidades -le respondió la rubia apretando los puños.

-Recuerda lo que dijimos, y no hagas nada raro en el partido -le recordó la castaña con señas, su rostro mostraba algo de preocupación.

-No te preocupes, todo controlado. Aún no es el momento -le tranquilizó la rubia con una sonrisa leve.

Trini suspiró aliviada y ambas siguieron entrenando para el partido. Finalmente, el día llegó, la Royal apareció en un autobús, de forma elegante y siendo encabezado por su capitán, Jude Sharp.

-Oye Jude. ¿Se puede saber por qué jugamos contra éste equipo? Dudo que estén a la altura de nuestro talento -le preguntó un chico, Herman Waldon, el cual era centrocampista.

-Creo que veremos algo interesante -le respondió con una sonrisa confianza antes de poner una leve cara de sorpresa y volvió a su sonrisa, sólo que ésta vez había algo de diversión, mientras miraba a cierta rubia- No. Definitivamente veremos algo interesante.

Charlie por su parte, mantenía su mirada seria mirando fijamente al chico de gafas. Trini le puso una mano en el hombro.

-Soy Mark Evans, el capitán del equipo, os doy las gracias por haber escogido jugar contra nosotros -le tendió la mano al chico de gafas pero éste le ignoró el gesto.

-Dado que es la primera vez que venimos. ¿Te importa si calentamos un poco? -le preguntó con los brazos cruzados.

Empezaron a calentar para sorpresa de los miembros masculinos del Raimon. David Samford fue a buscar un balón y desapareció de la vista de ellos

-¡Ha desaparecido! -mencionó Steve sorprendido.

-Idiota, se ha movido muy lentamente, si en vez de holgazanear hubierais entrenado no os sorprendería -mencionó la rubia algo encendida- Así que no os sorprendáis.

Jude chasqueó los dedos de la mano derecha y levantaron un balón, éste saltó y remató contra Mark, el cual tuvo dificultades para detenerlo y se hizo un poco de daño.

-Lo ha hecho como un desafío, busca provocarme -susurró Charlie, mientras Trini le volvía a tocar el hombro izquierdo. Al girarse vio a la castaña con una sonrisa que la tranquilizó mucho- Ok. Ok... Ya me tranquilizo.

-Este partido ¡Sera emocionante! -gritó Mark con una sonrisa.

Charlie suspiró y se golpeó la frente, mientras que Trini mantenía su sonrisa. El partido iba a empezar

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Y aquí el capítulo 1. ¿Qué os parece Trini? ¿A que es mona? ¿Y Charlie?. Al parecer, Charlie oculta algo, pero... ¿Qué sera? Nos vemos en el próximo capítulo, donde tendremos el capítulo

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