Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[Day five] ❝Nostalgia❞ |ShōtoFem|


  ❝La nostalgia son abrazos de los recuerdos❞  


Las voces de los infantiles pequeños invaden risueños ambos aparatos auditivos, incapaz de realizar otra acción, el hombre mayor mueve el objeto izquierdo, intentando ser cuidadoso al mover el ajustador de volumen. Su bisnieto de cinco años lo observa fijamente, rosando con las puntas de sus dedos las arrugas que inundaban aquel rostro moribundo; Inasa intenta apartar aquellas suaves manos de su vieja piel, apenándose cuando el infante palpa las pecas que habían emergido en sus mejillas a la edad de cincuenta años.   

— Chifuyu, detente ahora mismo, deja las arrugas del bisabuelo en paz — Regaña al chiquillo de largos cabellos marrones claro, las chapetas se enrojecen un poco más, haciendo que un puchero se cuele en su fino rostro. 

— Eres malo, abuelo Ina. Me gustan tus arrugas, son lindas — Aquella respuesta invadida por una efímera furia se le hacen tiernas, pues ese rostro era el mismo de su hija Momo cuando era pequeña. 

— Soy mayor que tú, me debes respecto, además, te parecen lindas porque te recuerdan al perro de tu abuelo Ochako — Contraataca, logrando que Chifuyu suelte una risa culposa, delatando las primeras intenciones que habían emergido en él al sobar sus mofletes. 

— No me culpes, Aiko también lo piensa. — Exclama intentando encubrirse al mencionar a su melliza menor, por unos cuantos minutos — Es que te pareces demasiado al mastín napolitano del abuelo Ochako, incluso la abuela Momo le puso tu nombre. 

Resignado el anciano suspira, sintiendo como su cabeza no le servía ni para intuir una respuesta ingeniosa contra aquel muchacho. Cuidadosamente reposa un beso en la frente pálida del niño, logrando que soltara unas cuantas risas emocionado, sin más lo aleja de forma suave, incitándolo a jugar bajo su ardua vigilancia, petición que el infante sigue sin quejarse. 

La esclerótica le comienza a arder, sintiendo la picazón incesante en tan delicada zona. Era tan viejo, que sus propias cataratas lo estaban matando lentamente, la carga de volverse inútil lo invade y él intenta no resignarse ante tal sentimiento; su bisnieto juega con un niño que no logra distinguir por su dañada visión, lo único puede intuir que él o ella poseía una vestimenta sacada de esos personajes de obras infantiles. 

Chifuyu se acerca hacia la banca de madera, con la intención de presentar a su nuevo amigo a Inasa. El adulto de tercera edad agradece tal gesto, se sentía avergonzado de no poder ni reconocer una pequeña figura a la distancia. 

— ¡Abuelo Ina, mira! Hice un nuevo amigo, se llama Shōto — Yoarashi ocupa rápidamente sus gafas, observando con detenimiento al infante. El cabello extraño llama por completo su atención y los orbes bicolores lo dejan sin habla, las vestimentas eran de un príncipe y poseía un caballo blanco de felpa que arrastraba nervioso consigo. 

— ¡Un gusto, pequeño! Yo soy el bisabuelo de Chifuyu, Yoarashi Inasa — Saluda entusiasta, sintiéndose en la cúspide de la nostalgia que aquel blanco rostro le producía. Tal vez, con la edad, la cordura también se había alejado de él. 

— ¿Sabes? Shōto se llama así porque ese fue el nombre de su bisabuela. Él tiene una foto, ella era realmente hermosa, muéstrasela Shouchan — El infantil bicolor se muestra al principio receloso con aquel trozo de papel, pero al observar los brillantes ojos del de su misma edad, se resigna al mostrar su preciado tesoro al hombre de tercera edad. Inasa no tiene crédito por lo que ve, notando como el primer amor que alguna vez amo, se encontraba ahí, plasmada en un trozo de papel laminado. 

Los recuerdos comienzan a emerger y lo primero que llega a su cabeza, es el primer beso. Aquellos labios tan livianos como plumas reposando contra los tuyos, una simple imagen logra que rememore un verano al azar más atrás del 2002; tenía a penas once años en aquel entonces, poseía una actitud risueña e imperativa, y siendo sincero, aún tenía los dientes que hoy en día no relucía. 

Ella tenía los ojos más tristes que él alguna vez vio, invadidos por el dolor y el anhelo de recibir comprensión; para Inasa, siempre fue extraño notar como aquella infantil dama actuaba de forma refinada, tal como una adulta. 

La imagen de ellos dos bailando en el bosque lo atesora, mientras que la Todoroki en ese tiempo lloraba a cantaros sobre su hombro y con la pesadez de que su madre Rei, había muerto horas antes de que él le propusiera bailar tarareando alguna canción favorita para poder calmarla. 

Aunque, el momento que más es recordado en su cabeza es cuando se separaron, a los dieciocho años ella le había dicho adiós y sinceramente, al ver esa foto siente que la tiene tan cerca como la vez que Shōto se fue de su lado. 

  — Has cambiado mucho, Inasa. — Exclama aquella joven de dieciocho años, tocando con sus delicadas manos el arrugado rostro, trasmitiendo calidez. El antes mencionado se sonroja, embelesado por la fina y fría hermosura de la dama ante sus ojos — Ciertamente envejeciste, torbellino. 

  — Shōto — Responde, abrazándola mientras se derrumba entre las lágrimas que nunca soltó hace años. Ella se agarra fuertemente aspirando una vez más aquel aroma de montañas que él desprendía, y Yoarashi se limita sentir con su tacto el cabello bicolor que tanto había amado— estás tan hermosa como el día que te perdí.

Ella se acerca, rozando sus labios con los agrietados de aquel hombre mayor. Llevándolo de rodillas a los barrotes del Déjà vu, invadido por el sentimiento de romance que hace mucho no nace en su interior; en el fondo, Yoarashi Inasa quiere regresar aquel momento donde ambos eran jóvenes y en el caso de ella, estar vivos.

— ¿Te encuentras bien, abuelo Ina? Te has ido por unos segundos. 

— Tenías razón, Chifuyu. 

— ¿En que cosa?

— Ella era realmente hermosa.      

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro