Capítulo 8 (Tal como eres)
Los días en la empresa pasaban lentamente. En tan solo poco tiempo Milo a logrado conocer más a fondo a Camus, además de comprender sus malas actitudes con los demás eran porqué se sentía solo, tener a Saga como pareja no le garantizaba que lleven una relación estable, Camus se sentía como un objeto olvidado.
El poco tiempo que lograba hablar con Camus, para Milo significaban los mejores minutos de su vida, poco a poco lo conocía y ahora se daba cuenta que siempre ha anhelado una vida tranquila, sin embargo, ser uno de los conductores más queridos, no le permitía ni un minuto solo para él.
También Milo soportaba los desplantes de Saga, siempre tratando de ridiculizarlo frente a Camus.
Esa misma tarde Saga se encontraba en el set de grabación esperando a su pareja, sin embargo su intención era otra. Aprovechó que todos estaban distraídos, se colocó justo a lado de Milo; cuando el asistente comenzó a dar un paso adelante, Saga aprovechó la oportunidad y le colocó su pie, con la intención de tirarlo, Milo se cayó jalando parte de los cables y los artefactos del set.
El estruendoso ruido hizo que todos dejaran lo que estaban haciendo para ver que pasó, incluso Camus se dio la media vuelta para ver que ocurría.
— ¡Mira nada más Milo! Todo este material es muy caro, no puedo creer que seas muy distraído y descuidado — Saga intentaba ridiculizar y hacer quedar mal a Milo frente a todos los presentes.
— Yo... No fué intencional, lo juro. Discúlpenme yo...— Milo fué interrumpido por alguien más.
— Saga fué un accidente, no es necesario que hagas tremendo lío, vine por ti porque Shion te está buscando— Respondió Afrodita quien iba entrando al set.
— Pero... Afrodita, ve todo esto se dañó ¡Fue culpa del asistente de mi novio, no puede hacer nada bien!— Señaló Saga a Milo.
— Saga ya basta... Fue un accidente— Interrumpió Camus, quien estaba harto de la situación.
— Mi vida ¿Estás defendiendo a tu asistente?
—Si, los accidentes suelen ocurrir y más en este sitio, donde los cables están regados por todos lados, te pido que te vayas ya, nosotros vemos toda esta situación — Respondió con seriedad.
— P... pero.
— Por favor Saga vete.
A Saga no le quedó otra opción y se fue junto con Afrodita, esta ocasión su plan no funcionó, pero necesitaba a toda costa hacer quedar mal a Milo frente a Camus, desde que llegó al Santuario a trabajar, su pareja ya no le prestaba tanta atención y estaba completamente seguro que era por ese chico nuevo.
Milo se dio cuenta que Saga se fue con Afrodita, rápidamente se agachó y comenzó a recoger las cosas que se cayeron, pero Shura no se lo permitió.
— Deja eso Milo no te preocupes, ahorita lo juntamos.
— Pero Shura... Yo los tiré.
—Descuida esto a veces pasa, cuando yo comenzaba a trabajar aquí también me tropezaba con los cables, no creas que esto es nuevo.
—Te lo agradezco Shura — Respondió Milo ante ese favor.
— ¡Milo!— Gritó el galo llamándolo.
— ¡Ah! Que diga mi nombre saliendo de sus dulces labios es lo más hermoso— Pensó Milo cuando escuchó que su amado conductor lo llamaba, caminó hasta donde estaba Camus.
— ¿Sí? Que se le ofrece joven Labelle.
— Ya te dije que me hables por mi nombre, no me gusta tanta formalidad.
Milo solo soltó una risita inocente después de esto.
— Bueno... ¿En que le puedo ayudar joven Camus?
—Puedes traerme un café, ya sabes como me gusta por favor — Contestó el galo mientras sacaba un billete de su cartera.
— Claro enseguida se lo traigo— Milo tomó el dinero y salió corriendo de ese lugar.
Mientras tanto Shura volteaba a ver disimuladamente a Camus, muy ligeramente sonrió, cosa nunca había notado en él, quizá la llegada de su nuevo asistente en realidad lo cambie poco a poco.
En la oficina de Shion:
— Y bien para que me necesitas Shion, estaba mirando a mi pareja grabar y me interrumpes— Contestó Saga mirando a Shion con desdén.
— Esto es serio Saga, no es hora de perder el tiempo. Dentro de un mes tu asistente te acompañará de viaje... Necesitamos que una empresa de televisión de paga use nuestros servicios y tú iras para arreglarte con ellos.
— ¿Qué? Y porqué yo con Aioros, ¿No puedo llevarme a Camus? — Cuestionó sin creer lo que le estaban pidiendo.
— No... A él lo necesito aquí, sino quien cubrirá su lugar, es el más querido por los fans. Aparte dentro de veinte días está programado un especial donde él responderá preguntas de sus seguidores en vivo.
— Bien, si no queda de otra lo haré — Respondió molesto.
— Así me gusta que no te niegues, ahora sigue trabajando que el papeleo no se hace solo.
Saga asintió muy molesto ¿Cómo se quedaría solo Camus a lado de ese asistente? Necesitaba adelantarse a un plan más serio y ya sabía como... En el programa especial que harán en vivo le pedirá matrimonio en frente de todos los espectadores.
— Milo solo es una molesta piedrita en el camino — Pensó Saga para si mismo y siguió con su trabajo.
Milo fue por el café de su amado conductor, pagó por el servicio en la cafetería y caminó nuevamente rumbo a la empresa, sin embargo, el aroma embriagante de las rosas de una florería le llamó su total atención.
Se acercó y comenzó a oler su aroma peculiar.
— Buenas tardes ¿Le puedo ayudar en algo?— Preguntó el dueño del lugar.
— ¡Oh! Buenas tardes, disculpe, estaba admirando sus rosas... Tienen un aroma exquisito.
— Si, son las mejores rosas del lugar, sabes, yo las siembro en mi casa.
—Vaya, pensé que era como los demás, que solo iban a comprarlas para revenderlas.
— No muchacho, las siembro yo, por eso se ven así de hermosas y llamativas ¿Quieres una para esa persona especial en tu vida?
Milo ante eso se sonrojó un poco, tal vez físicamente no tenía a Camus como pareja, pero en su corazón vive ese hermoso galo que lo ha cautivado desde el principio que admiró su hermosura... y su mirada.
— Yo... Bueno si y no, porqué no sé ni como entregarla — Se llevó una mano a la cabeza nervioso.
— Con que declaración ¿Eh, muchacho? Solo porque me has caído muy bien llévate una — Dijo el dueño tomando la rosa y se la entregó.
— No... Espere... Mejor dicho ¿Cuánto le debo por la rosa? — Titubeo nervioso.
— Nada muchacho... Solo te deseo suerte con esa persona especial en tu vida.
— Yo... No se que decir— Dijo Milo rascándose la nuca aunque muy en el fondo sus nervios comenzaban a traicionarlo.
— Descuida llévatela cualquier cosa que necesites un detalle floral, estoy a tu servicio... Mi nombre es Lugonis— Respondió entregándole una tarjeta.
— M... muchas gracias señor Lugonis, mi nombre es Milo— Se presentó recibiendo la tarjeta del dueño.
— No te quito más tu tiempo muchacho, sigue en lo que estabas antes de que ese café se te enfríe.
— ¡El café! Cierto me voy gracias señor Lugonis ... nos vemos— Milo se despidió y se fue corriendo nuevamente a la empresa.
Cuando llegó tuvo que esconder la rosa entre su chaqueta, para que no la vieran los demás. Se acercó a Camus y le entregó su café, quien lo aceptó gustoso.
— Muchas gracias Milo, bueno aunque se enfrió un poco pero está bien te lo agradezco.
— Disculpe joven Camus, la verdad es que había mucha gente en la cafetería, pero no vuelve a suceder.
— Descuida, por cierto ya es tarde, si gustas puedes irte ya, yo en un rato ya me voy pero no necesito nada más. Mañana nos vemos.
—¿No necesita algo más entonces?
— No Milo... Puedes retirarte.
— Bueno... Hasta mañana joven Camus.
— Hasta mañana — Respondió el galo y se dio la media vuelta para seguir terminando de grabar.
Milo solo observo su andar alejándose de él , no pudo entregarle la rosa, pero tenía un plan.
Salió corriendo del set y se fue hasta el estacionamiento, aún recordaba como era el auto de Camus, justo cuando llegó lo reconoció al instante, tomó un papel y comenzó a escribir un pequeño texto... Cuando terminó dobló el papel y lo dejó en el parabrisas del auto junto con la rosa, lo acomodó de manera que no se cayera y salió de ahí. Esperaba que el galo pudiera verlo y sobre todo que no lo fuera a tirar a la basura.
Mientras mantendría su anonimato, le gustaría ver como reacciona el galo ante sus detalles, pero no se puede quedar ahí a esperarlo.
Sin más que hacer tomó camino a su hogar, necesitaba llegar, hoy sale el programa y aunque tenga a Camus frente a él, no se lo perdería en la tele... Al menos detrás de la pantalla le puede mandar besos sin ser visto por Camus...
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Hola buenos días como están, espero que bien y que se estén cuidado mucho, les dejo otro capítulo más de nuestro querido bichito que no se dará vencido por conquistar a Camus, quien poco a poco va cambiando sin saber quien es esa persona que con detalles simples robará su corazón...
Sin más por el momento me despido los quiero 🥰🥰🥰🥰🥰
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