Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 60 (Una oportunidad)

Los días transcurrían en suma calma, sólo lo único que le faltaba era la decisión final de Camus Labelle.
Mientras jugaba con la pluma entre sus dedos y mirando fijamente al techo en dirección al ventilador, trataba de relajarse, en cierto modo le preocupaba el hecho de que Camus desistiera en seguir trabajando para el Santuario, las ganancias se vendrían abajo sumando a ello que cada vez perdían más audiencia.

- Shion... ¿Estás bien? Llevas mucho tiempo encerrado en tu oficina - Cuestionó Dohko asomándose en la puerta.

- Tengo que pensar en una idea lo más pronto posible... Si Camus se niega a seguir conduciendo "Curiosidades del mundo" no tengo otra alternativa que cubra ese lapso se tiempo - Después de decir eso se llevó una mano a su cabeza desesperado - No sé que hacer, mi mente está en blanco.

Dohko notó su preocupación y con suma cautela entró para tratar de ayudarlo. Se colocó detrás de él y con sus firmes manos comenzó darle un masaje relajante, sabía que eso era de ayuda para disminuir su estrés.

- No sé que haría sin ti Dohko, siempre estás para calmarme - Respondió cerrando lentamente sus párpados, eso era reconfortante para él.

- Y también puedo relajarte de otras maneras - Susurró Dohko cerca de su oído provocando una extraña sensación recorrer en todo su cuerpo cuando le mencionó aquello.

- Pero Dohko... - No terminó de hablar, en ese momento Shion fue callado con un beso que lo dejó sin aliento.

Aioros llevaba entre sus manos unos documentos que necesitaba firmar su jefe, la puerta se encontraba abierta, por lo tanto no le tomó la más mínima importancia de avisar su llegada.

- Shion... Ya están aquí los documentos que requerías hace rato y... - El castaño no podía creer lo que miraba, jamás pensó que su jefe junto con el otro dueño se llevaran muy bien, demasiado bien.

Dohko se dio cuenta de la llegada del castaño, con una ligera sonrisa burlona levantó su mirada para ver al joven - Ahí deja los documentos Aioros, tienes la tarde libre... Tu jefe está muy tenso y necesita liberarse de su estrés.

Al escuchar eso Shion se quedo completamente perplejo, estaba por levantarse de su silla pero Dohko no lo dejó, tomó sus manos para evitar que se moviera.

- E... Está bien, nos vemos mañana - Titubeó nervioso, dejó los papeles sobre el escritorio y después salió de la oficina para dejarlos completamente solos.











Mientras guardaba todo los archivos en el estante, estaba pensando que hacer en su tiempo libre.
Él no era el tipo de personas que tiene amigos para salir, sumando a ello que su hermano seguía constantemente grabando para aquella serie.
Desde que volvieron de las Islas Milo, no había vuelto a ver a Saga, tampoco se había ido a presentar al trabajo y eso le preocupaba.

Rápidamente movió su cabeza de un lado a otro para pensar en otra cosa que no fuera Saga, tomó su portafolios y salió de su oficina con pasos apresurados.

- Piensa en otra cosa Aioros, piensa en otra cosa - Se decía así mismo mientras caminaba con dirección a su casa. Pero entre más se negaba a esa idea tal parecía que aún más se aferraba a la idea de seguir recordando a Saga. En especial en ese momento cuando terminaron juntos aquella noche después de tomar.

- ¡Porqué no puedo olvidar todo eso! - Exclamó molesto golpeando una pared con los ojos cerrados, claro que no podía tener esos pensamientos con él, si lo que había ocurrido había sido un simple accidente.

- ¿Aioros?

Esa voz... justamente lo que no quería, intentaba sacarlo de su mente y ahora lo tenía justamente a su lado sosteniendo una bolsa de tela tipo ecológica con algunos alimentos que posiblemente había comprado en la tienda que estaba a unos pasos de ellos.

- ¿Saga?

- Vine a comprar unas cosas que necesitaba
- Le mostró aquella bolsa que llevaba en sus manos - Pero eso no explica porqué estás molesto ¿Shion te dijo algo que te incomode?

El castaño se dio cuenta que lo había visto justo en el momento que le pegó a la pared, tampoco quería decirle que no podía sacarlo de sus pensamientos después de lo ocurrido.

- Yo... Nada solo fue un reflejo, eso es todo - Rápidamente se levantó para buscar un pretexto e irse de ese lugar lo más rápido posible pero fue Saga quien lo tomó de la mano.

- Vamos a mi casa, es la hora de la comida.

Aioros estaba por negarse pero el gemelo mayor comenzó a jalarlo contra su voluntad.

- ¡Saga... Espera! - Exclamó nervioso intentando detener su andar.
Ante este movimiento repentino, el gemelo mayor se detuvo rápidamente y con la fuerza del castaño intentando soltarse ambos terminaron cayendo al suelo, la bolsa que llevaba en sus manos terminó a un lado de la banqueta junto con la maleta del castaño.

- Aioros... Esto es muy incómodo - Susurró Saga ante aquella cercanía donde ambos podían sentir la respiración del contrario. Las manos del castaño quedaron en el cuerpo de Saga mientras que las manos del gemelo mayor se posaban sobre el suelo.

- Cierto... Perdón - Rápidamente ambos se levantaron del suelo, se sacudieron sus prendas y recogieron sus cosas.

- ¿Porqué no te has presentado a trabajar Saga? - Cuestionó el castaño intentando cambiar de tema después de ese momento vergonzoso en el suelo.

- No estoy de ánimos Aioros... - Desvió su mirada para otra dirección - He estado pensando en irme lejos por mucho tiempo... Aún no se que decidir.

- Pero... Es hora de que tomes tu rutina, no puedes estar huyendo siempre de lo que pasó. Mira... - Aioros se llevó una mano a la cabeza para despejar su mente - Estaba renuente a ir contigo pero... No me gusta verte así ¿De acuerdo? Acepto la comida en tu casa - Después de decirle esto tomó la bolsa que Saga llevaba para cargarla también.



Recorrieron varias calles, Aioros intentaba controlarse pero sus nervios lo traicionaban.
Sus manos le sudaban ante la cercanía de Saga, quizá la evidencia había quedado en un video como una mala jugada de Kanon pero él era el único que aún guardaba ese recuerdo de ambos aquella noche.

Claro que no le era fácil intentar disimular que nada pasaba, cuando muy en el fondo aquel aroma lo recordaba como si eso hubiera sucedido ayer.

- Aquí es donde vivo - Señaló el gemelo mayor una casa de gran tamaño con un amplio jardín, la fachada de color blanco y dos autos último modelo dentro del estacionamiento.
Podía ver todo el exterior porqué la casa estaba rodeada de barandales blancos.

- Es muy grande - Susurró admirado por lo grande que era ese lugar.

- Es la casa de mi padre, sólo que él está de viaje - Respondió Saga mientras abría la puerta para que ambos pudieran pasar.

- Entonces... Si esta es tu casa e incluso puedes tener todo lo que quieras... ¿Porqué saliste tú a comprar? - Cuestionó Aioros sin entender la razón.

- Estaba aburrido de estar encerrado... Además, aunque no lo creas, sé cocinar.

Al entrar, Aioros le seguía los pasos a Saga. Pasaron por el jardín, llegaron a la puerta que se  encontraba abierta debido a que los trabajadores de la mansión  se encontraban podando algunos arbustos, otros entraban por herramienta.

- Vamos a la cocina Aioros - Respondió el gemelo menor invitándolo a seguir caminando entre los largos pasillos que los conducían hasta la cocina.
Al llegar Aioros dejó la bolsa sobre la mesa, junto con su maleta.

- Espero no molestar aquí.

- No te preocupes Aioros, desde que regresamos he podido darme un tiempo y sé que mis acciones no se borran tan fácil... Es por ello que quiero irme un tiempo de aquí - Contestó mientras le daba la espalda al castaño para tomar las cosas de la bolsa y comenzar a preparar algo de comer.

- No es necesario que te vayas...

Aioros tomó la bolsa para poder hacerla a un lado y después se fue acercando para entrelazar sus dedos con las del contrario.

Saga no entendía el porqué de sus acciones en ese momento, intentaba liberarse del agarre de sus manos pero lo que hizo Aioros después lo dejó perplejo.
Rápidamente lo tomó de la cintura y lo acorraló en la pared  más cercana para evitar que se moviera ó que escapara de él.

- Aioros que pretendes hacer - Cuestionó con asombro ante la cercanía de ese hombre.

- No te puedes ir... ¿No lo entiendes?

El gemelo mayor negó con su cabeza, estaba por darle un golpe para que lo dejara en paz pero sus palabras le robaron el aliento.

- ¡No me puedes dejar! ¡Yo te necesito a mi lado y quiero estar siempre contigo Saga! He buscado ayudarte, confío plenamente porqué sé que eres una gran persona que necesita un empujón en esta vida... Aunque nos conocimos en un mal momento, yo si te amo...

- Aioros...

Ambos se perdían en la mirada del contrario, Aioros sintió que había sido muy precipitado declarar sus sentimientos de manera repentina pero ya no podía guardar más su sentir.

- Por favor... No quiero que te vayas.

- He sido de lo peor... No merezco tu amor, ni el de nadie - Desvió su mirada para otra dirección - Hice muchas cosas que perjudicaron a los demás por mis malas decisiones.

El castaño tomó su rostro con suavidad, lentamente recargó sus labios con el contrario, quería demostrarle que en realidad lo amaba.

- No vuelvas a decir eso... - Susurró Aioros entre ese beso mientras recargaba su frente con la de Saga - Dame la oportunidad de estar en tu vida para siempre...

❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro