Capítulo 40 (El video)
Había caído la noche, las estrellas brillaban en el cielo, en realidad se veían muy hermosas, sin la luz artificial de la ciudad permitía ver claramente esos cuerpos celestes que acompañaban la obscuridad del cielo.
Camus cada vez perdía más la cordura con ese par que solo provocaban sacarlo de sus casillas.
No entendía porqué todo cambió de repente, si con Milo no tuvo esos momentos irritables que lo volvían loco.
Desde que llegó Saga solo se han concretado en lanzarse indirectas o miradas amenazantes. Dejó escapar una gran bocanada de aire para tratar de relajarse.
Ya no sabía que hacer para evitar esos gritos que provenían de la planta baja de aquella cabaña.
— ¡Milo... Saga! — Los llamó el galo desde la habitación donde intentaba descansar.
Aquellos rivales de amor escucharon el llamado de Camus y entre jaloneos fueron subiendo las escaleras rápidamente para atender su llamado.
— Dime mi amor— Respondió Saga solo para molestar a Milo.
El galo cerró los ojos pidiendo paciencia a los dioses — Mañana vendrá mi padre a verme, estuve hablando con él y quizá me lleve de regreso a casa.
Al escuchar esto Milo no pudo evitar replicar — ¡Pero Camus! Necesitas descanso, no te puedes ir.
— Díganme como lo tendré si ustedes dos se la pasan peleando como perros y gatos.
El asistente del galo pudo notar que realmente era cierto, notó en su rostro una cara de preocupación. No tenía el mismo brillo característico como cuando Camus creía que él es su pareja.
Quiso decirle algo pero Saga se encontraba de por medio.
— Camus — El gemelo mayor tomó las manos de su pareja actuando una cierta preocupación por él — Te prometo que si regresas a casa con tu padre, ten por seguro que te cuidaré.
Milo se dio la vuelta dejándolos solos, quizá después de todo eso no pueda cambiarlo, es su pareja y no hay marcha atrás.
Sin que nadie se diera cuenta salió de la cabaña para poder estar a solas y poner en orden todas las emociones que sentía en esos momentos...
Aioria se encontraba con algunos amigos de su trabajo, había tenido un día muy pesado atendiendo al personal.
Esos momentos adoraba pasarlos con su buen amigo Milo, salían ambos de trabajar y los viernes siempre se iban a cualquier bar para poder liberarse de su estrés.
Tampoco podría ver a Shaka hoy, había salido de viaje y no se verían en varios días.
De pronto su mirada se dirigió a su grupo de compañeros que no paraban de reír mirando un celular.
— ¡Hey que hacen! — Llamó el castaño acercándose a ellos.
— Aioria ven — Dijo uno de ellos mientras colocaba su mano sobre su espalda.
— ¿Qué pasa Utgard? — Preguntó con curiosidad.
El mencionado tomó el celular que sus demás compañeros estaban mirando desde hace rato.
— Queremos tu opinión de ese video... Ese de cabellos azules se parece a alguien famoso ¿No?— Respondió Sigmund uniéndose a la plática de sus amigos.
Aioria tomó el celular con curiosidad — ¡Oigan a mi no me gustan este tipo de páginas! — Se quejó el castaño al ver que se trataba de una página de adultos.
— Deja el tipo de página que sea, no se sientas el santo en este lugar... Más bien siento que ese rostro se me hace conocido.
— Saga... El rival de Milo — Susurró el castaño al ver que en ese video de página de adultos salía ese sujeto con alguien más, pero a su acompañante no lo podía observar bien, su rostro al parecer parecía editado, como si quisieran esconder la identidad de su amante.
Pero mientras avanzaban las imágenes del video el comentario de Balder lo hizo sentirse un poco incómodo.
— Juraría que ese sujeto que se lo está cogiendo se parece mucho a ti Aioria.
— ¿Qué?.
El castaño no podía creer ese inusual comentario. Quien podría ser a menos qué...
Se quedó pensando unos momentos pero...
— ¡Hay no! — Dijo Aioria asustado, creía saber quien era el que salía en ese video con Saga.
— ¿Qué ocurre Aioria? Desde cuando este tipo de vídeos te asustan — Se burló Sigmund al ver la cara de asombro que puso su amigo.
— Nada, es que solo que... — El castaño no terminó de hablar, tomó sus cosas y se fué de ahí solo le gritó a sus compañeros antes de correr — ¡Los veo mañana!.
Corrió lo más que pudo, estaba alejado a unas cuantas cuadras de su trabajo.
Tomó su celular del bolsillo, dispuesto a marcarle a su hermano para poder disipar sus dudas — Espero estar equivocado.
Camus le había pedido a Saga que lo dejara descansar, al menos ya no escuchaba ruido por parte de ellos, aún así no podía conciliar el sueño.
Se levantó de la cama y se apoyó con las muletas para poder distraerse en la ventana, quizá solo así podría comenzar a tener sueño.
Aquella ventana tenía una buena vista, pero afuera logro ver a su cuidador haciendo lo mismo, mirando el cielo recostado en el pasto.
— Milo — Susurró al verlo afuera, el clima estaba perfecto para estar ahí pero no se explicaba porqué se encontraba solo.
— Quiero recordarte... Quiero saber porqué teniendo pareja te has convertido en alguien importante de mi vida, en qué momento formaste parte de mi para creer que tu eras mi pareja cuando más confundido me encuentro... Que eres de mí Milo Venizelos.
Susurraba mientras lo observaba a través de la ventana...
Milo observaba las estrellas, sin saber que desde la cabaña Camus lo observaba.
— Camus, eres como las estrellas... Inalcanzables— Susurró dando un gran suspiro.
No entendía porqué su amado conductor después de despertar del accidente fué muy cariñoso con el y después cuando llegó Saga todo cambió repentinamente, pero quizá eso quería decir que estaba comenzando a recordar y lo mejor sería alejarse y nuevamente cuando regresen a trabajar a la empresa volver a sus habituales detalles para el galo, aquellos sin remitente.
Se levantó del suelo y caminó hasta la cabaña, pero antes de llegar notó que Saga estaba muy ocupado atendiendo una llamada.
Con pasos sigilosos fué acercándose más para poder escuchar con quien hablaba, se escondió detrás de los árboles para escuchar mejor:
— Perfecto... Mañana justo cuando llegue el padre de Camus lo haré. Te traes las cámaras por favor, esto se grabará en vivo — Contestó Saga terminando aquella llamada con una gran sonrisa.
— ¿Qué pretendes Saga? — Susurró Milo escondiéndose entre la maleza para que el gemelo mayor no lo viera. Necesitaba saber que tramaba ese hombre.
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Buenas tardes mis querid@s lector@s espero que se encuentren muy bien.
Se viene lo bueno...
Espero que les haya gustado este capítulo, les mando un abrazo, recuerden lavarse sus manitas y la sana distancia... los quiero mucho besos y abrazos 🥰🥰🥰
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