Capítulo 24 (Recordando)
El amanecer llegaba en el hotel donde Saga y su asistente se habían hospedado. Aioros fué el primero en despertar, comenzó a bostezar y se llevó ambas manos a la cabeza, aún sentía un ligero dolor de cabeza.
Después apoyó su mano sobre el colchón y sintió algo pegajoso. Se levantó para ver que era, observó su mano con detenimiento:
-¿Pero que es esto?- Susurró el castaño jugando con aquél líquido entre sus dedos. Eso no fué lo peor, Saga estaba profundamente dormido pero desnudo.
-No, no, no... Esto no puede ser- Aioros trataba de despejar su mente, intentaba recordar que pasó en la noche.
Tomó una toalla del mueble junto con su maleta y corrió al baño para poder darse una ducha y pensar mejor las cosas. Solo se preguntaba una cosa... ¿Cómo llegó junto con su jefe después de ir al bar?
Abrió el grifo de la regadera y el agua comenzó a caer, cuando estuvo a la temperatura indicada, se desvistió y entró a la regadera, pero para su mala suerte cuando el agua caliente comenzó a recorrer su espalda, sintió como si algo lo estuviera desgarrando, le ardía la piel como se si hubiera quemado.
Salió de la regadera, se acercó al espejo y observó unos arañazos en su espalda...
-¿Con qué me hice esto? No recuerdo haberme lastimado ayer- Susurró mientras se veía en el espejo. Sin mucha importancia volvió a la regadera para ducharse.
Mientras el agua recorría su cuerpo, poco a poco comenzaba a recordar.
Saga y él se regresaron del bar, después en su mente comenzaron a venirle más recuerdos... Ambos desnudos en la cama... Y él... Teniendo un encuentro con Saga.
-¿Qué? Esto no puede ser cierto- Asombrado por lo que acaba de recordar nuevamente salió de la regadera, cerró el grifo y frente al espejo comenzó a mirarse con más detenimiento.
No solo tenía lastimada la espalda, también en su pecho tenía algunos hematomas y rasguños, tocaba levemente su piel mientras se observaba...
-Estas marcas no son de algún accidente... Entonces... ¿Saga y yo? ¡Hay no!- El castaño tomó la bata que estaba ahí y salió del baño, se acercó hasta la cama, por fortuna Saga seguía perdido en el mundo de los sueños.
Lentamente levantó las sábanas que cubrían a su jefe, estaba desnudo totalmente y también tenía ligeros hematomas a la altura de sus hombros.
El castaño nuevamente lo cubrió y se fué alejando poco a poco si hacer mucho ruido, nuevamente se fué al baño y cerró seguro.
-En la torre... ¿Ahora que le digo a Saga?
El celular de Aioros estaba en vibrador, le llegó un mensaje de Dohko, al escuchar que vibraba, lo sacó de su maleta, desbloqueó su móvil y comenzó a leer aquél mensaje:
-Aioros, te necesito en mi oficina, tu jefe Shion se adelantó y llega dentro de dos horas. No demores por favor.
El castaño dejó nuevamente su celular en la maleta y entró a la ducha para terminar de bañarse, lo que menos quería era ver de frente a Saga y explicarle lo que había sucedido en la madrugada.
Terminó de vestirse y arreglarse para ver a Dohko, ya pensaría en algo para explicarle a Saga sobre lo que pasó entre ellos.
Tomó sus cosas y salió del hotel, mientras que Saga seguía profundamente dormido.
En la isla Milos.
El conductor de cabellos viridían seguía profundamente dormido, Milo se había levantado temprano para poder ducharse y arreglarse para el programa de hoy.
En toda la noche no pudo dormir ya que se la pasó admirando a su amado galo mientras dormía, hubo algunas ocasiones que tocaba su sedoso cabello esmeralda. Como anhelaba que en realidad así fueran todas su noches... A lado de Camus.
El heleno salió con sigilo de la habitación y cerró la puerta con sumo cuidado para no despertar al galo.
Bajó hasta el restaurante para poder llevarle su desayuno a Camus, ya que no podía distraerse en este día.
Las personas comenzaban a llegar al lugar, muchos comenzaban a darse cita en el hotel por el simple hecho que Camus Labelle transmitiría en vivo en ese lugar.
Tomó una charola del restaurante y comenzó a servir parte de los alimentos que estaban servidos en el bufette, se llevó una taza de café y un vaso de jugo y salió de ese lugar para ir de nuevo a la habitación.
Cuando llegó al elevador se encontró con quien menos se esperaba, aquél tipo de cabellos rojizos que se la pasa detrás de Camus.
-Vaya Milo parece que hoy no piensas desayunar en el restaurante... Quizá te de pena que te vean con Camus- Contestó Surt tratando de molestar a Milo.
-No tengo humor de pelear contigo Surt- Respondió Milo mientras entraba en el elevador, pero Surt también se subió a la par.
-¿Tan mal te la pasas en este lujos hotel? No te juzgo quizá es mucho para ti- Surt esbozó una sonrisa de mal gusto.
-Jajaja mira, así te lo diré... ¡Soy el sobrino del dueño del hotel! Así que ahorra tus comentarios- Milo salió del elevador, después de llegar al piso donde estaba su habitación, dejando a Surt con sus palabras en la boca.
-Eso no puede ser- Surt presionó el botón para cerrar y seguir subiendo para llegar a su habitación.
Unos ligeros rayos del sol entraban por aquellas blancas cortinas, el galo sintió la luz del sol en su rostro y comenzó a despertar. Mientras despertaba poco a poco, descubrió que estaba acostado en la cama, lo último que recordaba de la noche fué que él se quedo dormido en el sillón.
-¿Milo me trajo hasta acá?- Se preguntó el galo tratando de buscar con la mirada a su asistente, sin embargo no lo veía por ninguna parte.
Estaba por bajar de la cama y buscarlo cuando escuchó que abrieron la puerta, su asistente iba entrando con la charola del desayuno.
-Buenos días Camus- Contestó Milo con una sonrisa en su rostro.
-Milo... ¿Donde estabas?- Cuestionó curioso Camus.
-Me tomé el atrevimiento de traer el desayuno para que puedas estar a gusto aquí. El restaurante está lleno y quizá la gente no te deje desayunar en paz- El heleno se acercó hasta la cama y tomó una pequeña mesita para el desayuno. Kardia siempre procuraba que en cada habitación hubiera una para aquellas personas que disfrutan comer dentro de su habitación.
-Muchas gracias Milo, siempre estás atento conmigo, pero... Esto es mucho no creo acabarmelo solo, desayunemos juntos- Camus tomó otro tenedor y se lo entregó a Milo, esperando que aceptara desayunar con él.
-¿De verdad?- Preguntó nervioso al ver aquella sonrisa de su amado conductor, jamás lo había visto con esa chispa llena de vida en sus ojos, ahora que lo pensaba, desde que tuvo la oportunidad de conocerlo, su semblante frío y serio ha cambiado mucho.
-Claro siéntate, tengo tiempo para descansar antes de bajar para el programa.
Milo se sentó en el otro extremo de la cama y se acomodó para desayunar cerca de Camus, sin duda todo lo que ha pasado con él desde que llegaron al hotel ha sido un viaje inolvidable... Un sueño para él.
En la habitación de Manigoldo:
Acostados en el suelo despertaba Manigoldo, sentía que la cabeza le explotaba, estaba por levantarse cuando sintió el brazo de Deuteros sobre su cintura.
-¿Pero qué...?- Manigoldo se levantó repentinamente al sentir detrás de él al moreno. No sabía ni como había llegado ahí, ni mucho menos que rayos estaba haciendo en el suelo junto con Deuteros.
-Vaya por fin despiertas- Respondió el rubio mientras estaba en posición de loto en la cama de Manigoldo.
-Espera... ¿Te quedaste aquí? ¿Cómo llegamos?- Preguntó Manigoldo mirando a Deuteros durmiendo en el suelo.
-Fué una travesía traerlos de regreso, estaban bien perdidos Deuteros y tu. Tomé dinero de tu cartera para pagarle a dos chicos que trabajan de meseros y les pedí que me ayudaran a subirlos a un taxi. Cuando llegamos aquí le dije al personal de Kardia que los ayudaran a subir a sus habitaciones, pero creo que Deuteros perdió sus llaves, no las encontramos y bueno... Ni crean que los iba a cargar y acostar en la cama, preferí dejarlos en el suelo y me quedé en tu habitación por cualquier cosa, después de todo estaban bien borrachos- Respondió Asmita con los ojos cerrados.
-¿Tomaste mi cartera?- Preguntó Manigoldo.
-Sí... Que esperabas ¿Que yo pagara? Ni loco, ustedes quisieron tomar, ahora se aguantan.
Manigoldo solo se rió por todo lo que decía Asmita y caminó con mucho esfuerzo hasta el baño...
-Hay Deuteros... ¿De verdad te habías enamorado de Degel?- Susurró Asmita mientras lo observaba dormir en el suelo.
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Buenas madrugadas tengan, espero que les guste este capítulo y les agradezco el amor y el cariño que le han dado a esta historia, cuando la comencé jamás me imaginé la cantidad de votos comentarios y lecturas. Se los agradezco infinitamente y recuerden que los quiero 🥰🥰🥰🥰
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