Capítulo 10 (Amor Cautivo)
Saga se llevó a Camus a cenar a un restaurante justo a lado de la empresa. No fué necesario que salieran en sus autos, solo caminaron algunos minutos, sin embargo el Camus no se sentía a gusto.
Era un restaurante cinco estrellas, el mejor del lugar. Sin embargo el joven galo ansiaba llegar a su casa. Ahora se encontraba sentado con Saga en una de las mesas con una cara de pocos amigos.
— Camus mi amor, no has comido nada en el rato que llevamos aquí— Respondió Saga mirando a su pareja.
— Sinceramente no quiero comer, muy cansado, lo único que quiero es llegar a descansar.
— Oh vamos, prueba un bocado y te llevo a tu casa. No creo que quieras dejar tu comida aquí.
El galo de mala manera comenzó a probar el platillo que pidió. Estaba muy estresado, lo único que quería era llegar a dormir y olvidarse de todo.
— Cómo me piensas llevar a mi casa, si yo traigo mi auto ¿No crees que es muy obvio?
— Tienes razón primor, entonces terminemos de cenar y vámonos ¿Te parece? — Sugirió Saga.
Camus no mencionó nada más, tomó sus cubierto y comenzó a comer, siempre sus salidas o citas que tuviera con él, eran así. Vivía frustrado porque Saga nunca se tomaba la molestia de preguntarle como se sentía, si necesitaba algo o bien abrazarlo con ese toque de ternura que tanto anhelaba. ¿Acaso el amor era así? Aún no lo experimentaba, que su corazón latiera al mil por alguien, eso ni en sueños le pasaba con su pareja.
Hace tiempo atrás cuando lo conoció todo era muy distinto, era muy atento con él.
Admitía que era guapo, atractivo y de buen cuerpo pero que le servía tenerlo a su lado si ni siquiera se acerca a él, no lo procuraba, al contrario terminaban discutiendo y el tema sobre pasión, Saga se negaba con el cuento "Cuando nos casemos seré todo tuyo"
El galo solo de pensar en esos instantes de su vida, miraba a los demás comensales en cada mesa, algunas con sus familias completas sonriendo, otras en pareja disfrutando el momento y unas que otras solas en la mesa. Regresó su mirada a su pareja y nada... Saga solo estaba más atento a su celular escribiendo.
— Discúlpame Camus, necesito ir al baño, no tardo — Saga guardó su móvil en el bolsillo de su traje y se levantó de la mesa dejando al galo solo.
Camus rodó los ojos molesto y se dedicó a seguir degustando su platillo que pidió.
En el estacionamiento de la empresa:
— ¿Estás seguro Aioros que Saga y Camus están ocupados?— Preguntó Milo con curiosidad.
— Sí, eso fué lo que me dijo Saga que saldrían a cenar, pero porqué la urgencia de saber y aparte donde llevas todo eso que traes en la mano ¿Traes auto?— Cuestionó el castaño caminando justo al lado de él.
— Esto... no, es basura lo que llevo en la bolsa, solo que aquí en el estacionamiento hay un contenedor de basura— Le respondió Milo antes de que comenzaran las preguntas incómodas por parte del castaño.
— Bueno si tu lo dices Milo, te espero en la puerta para irnos juntos.
— No tardo Aioros espérame en la puerta — Rápidamente Milo corrió al auto de su querido galo y justo cuando estuvo enfrente sacó de la bolsa una pequeña caja con un decorado en rojo muy bonito y de nuevo otro papel doblado, justo como ya se le estaba haciendo costumbre.
Miró a todos los lados esperando no ser visto por nadie y nuevamente corrió hasta donde se encontraba Aioros para que ambos se fueran juntos.
En el restaurante:
— Quince minutos lleva Saga en el baño, esta bien que la gente tarde, pero aquí es un restaurante— Pensó Camus mientras terminaba su platillo — ¿Quizá le pasó algo malo?— El galo se levantó de la mesa y caminó rumbo a los baños, pero el tono de su móvil lo sacó de sus pensamientos.
Sacó su celular, era un mensaje de Degel, avisando que en diez minutos llegaba a casa para que cenaran juntos.
Miró nuevamente los baños y se regresó a la mesa donde estaba sentado, dejó dinero en un plato pequeño, sacó un bolígrafo de su traje y escribió en una servilleta un recado a Saga, avisando que se pasaba a retirar, su padre lo estaba esperando y llevaba mucha prisa.
Dejando ahí el dinero y la nota, el galo salió del restaurante rumbo al estacionamiento de la empresa a sacar su auto.
Flashback
Momentos cuando Saga llegó al baño:
Saga entró a los baños, pasó y justo en la salida se encontró con una mesera del lugar también saliendo del baño de las mujeres:
—Buenas noches señor Saga... ¿Ese milagro que lo tenemos aquí?— Preguntó en un tono muy sensual la chica de cabellos lilas.
—Solo vine a cenar querida Saori... aunque haciendo cuentas, ya no te he visto— Dijo Saga mientras se acercaba más a la joven.
—Saga, ahorita no, estoy en horas de trabajo.
— Lo sé, pero con cinco minutos que te robe no es malo, además ya me hace falta un desestrés—Saga comenzó acercarse más hasta que la besó con un profundo deseo mientras se encerraban en el cuarto de aseo que daba justo al lado de los baños.
Fin flashback.
Camus llegó al estacionamiento, sacó sus llaves y quitó el seguro. Estaba por subirse cuando una pequeña cajita lo hizo voltear al parabrisas, junto con un papel doblado.
Lo tomó con ambas manos y abrió esa caja para mirar el contenido, para su sorpresa era algo que a él le gustaba mucho... chocolates amargos.
Dejó la caja dentro del auto y comenzó abrir ese papel, quizá sea de esa persona misteriosa que deja detalles, aunque sean sencillos pero muy bien recibidos por él.
Comenzó a leer esta tercera nota:
Me delata mi sonrisa, cuando escucho tu nombre, adoro soñarte a diario ... me enamoro más de tí.
¿Sabes?
Me encantaría tener el privilegio de verte despertar cada día...
Pd: Ojalá te gusté, lo compré con amor para tí...
El joven conductor terminó de leer esa pequeña nota, le gustaba recibir esos detalles, por lo menos le sacaban una sonrisa en todo el día, pero también le preocupaba.
— Muy lindo pero ¿Si es algún acosador o alguien que quiera hacerme daño? — Pensó el galo para si mismo, de pronto tomó uno de los chocolates y se lo comió esperando que no tuvieran algo malo, sin embargo cuando terminó de probarlo, no le supo nada extraño. Al contrario disfrutó de su sabor.
Con una ligera sonrisa en su rostro se subió al auto y partió a su hogar, su papá no tardaría en llegar para cenar con él.
— Sin duda necesito saber quien es esa persona que me deja estos detalles—Murmuró mientras manejaba con dirección a su hogar.
Saga se acomodaba su camisa y su saco después de su encuentro indecente con Saori, ambos salieron como si nada hubiera pasado y caminó hasta la mesa donde estaba con su pareja, pero él ya no estaba ahí.
— Camus ¿A donde te fuste?— Fijó su mirada en la mesa y encontró una nota de su pareja avisando que se iba con su papá a cenar.
Eso hizo enojar a Saga y salió lo más pronto posible para alcanzarlo. Por más que corrió hasta el estacionamiento, el galo ya no estaba.
— ¡Con un carajo contigo Camus, ni eso puedes esperar! — Se dijo así mismo molesto y se subió a su auto. Las cosas como las planeaba,no le están saliendo, no puede dejar ir una joya tan valiosa como Camus claro que no.
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Buenos días a todos ustedes mis lind@s lectores, les dejo otro capítulo más de esta historia, espero que tengan un lindo inicio de semana y sobre todo que se cuiden
Recuerden que los quiero mucho y hasta el siguiente capítulo 🥰🥰🥰🥰🥰🥰
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