El reflejo en el espejo le devolvía su imagen desencajada, aún no se creía que la casualidad lo hubiese puesto en su camino y que siguiera siendo tan o más guapo que antes, pero aunque ella si que supo frente a quien estaba, él ni remotamente la asoció a su antigua yo, y mientras ella se arreglaba un poco en los aseos, en la sala de juntas; Alexander Miller, aunque no lo admitiría abiertamente, estaba impresionado con las habilidades de la pequeña rubia que había dejado su despacho hacia solo unos minutos y su mejor amigo, socio y abogado de la empresa, no dejaba de pincharlo al respecto.

____¡Estoy seguro que conocemos a esa mujer de algún lado amigo!.____ insistía Shawn Ward, que cual aguila no le había quitado la vista de encima a su colega y al que próximamente pensaban hacer nuevo socio en la compañía de su amigo.

___en vez de estar pensando que la conocemos, deberías decirme como rechazaremos la contra oferta que seguramente nos presentará cuando regrese.

___pues creo que será más fácil llevarla a la cama, que convencerla de ceder algo de sus pretensiones.____La chica tenía fama de mercantilista despiadada por lo que había oído entre varios colegas, aunque él no es que fuera menos, desde hace tiempo se oía su nombre en representación de algunos empresarios y no era cosa nada fácil llegar a ser la manito derecha de quién ahora les ocupaba, aunque de primeras ella parecía más una conejita tímida que lo que describían los otros.

___No digas idioteces.

____ ¿no te diste cuenta como en todo momento te miraba? tal vez.... no sé, solo digo que el encanto de los Miller pueda ser lo que la convenza, y si no... siempre puedo hacer el sacrificio, en nombre de la empresa.

Alex lo cortó antes de que continuara por allí.

___Fingiré que no he oído eso, eres como de mi familia y te quiero como a un hermano, pero detesto la forma en que subestimas a la gente.

___Relajate hombre, gracias a mi, siempre logramos los mejores beneficios. Debes darme el crédito que merezco, aunque ¡sí! soy guapo y lo saben, lo cual también ayuda, eso no lo puedo negar, aunque quiera, lo cual no es el caso tampoco .___se río engreído mientras veía la cara de pocos amigos de Alexander.

___¡ya callate!, tu mismo acabas de reconocer que no crees que tu amplia experiencia y conocimientos legales ,"no sexuales", sean suficientes para convencer a esta chica de firmar el acuerdo con su jefe, en nuestros términos._____ gruñó algo exasperado, pues su amigo se estaba tomando aquello como un juego.

___yo no dije eso, solo que mi colega es dura, y el empresario aquí eres tu. Yo soy un simple arbitro imparcial, que supervisará como siempre las clausulas del contrato que me esforcé en redactar de la forma mas eficiente para todos, pero enredarla para que pacten con nosotros te corresponde a ti.___Alex no estaba muy contento con las participaciones que exigía a quien no quería perder como nuevo socio y un pensamiento insidioso se había colado en su mente, gracias a Shawn.

Esa abogada era dura tras esa fachada de angel y le había bastado muy poco para verlo en la reunión que aún no concluían y pintaba para largo rato más, gracias a ella Harlan Derrickson estaba poniendo muchos peros que antes ni siquiera había sugerido. ¿realmente estaba considerando que esta chica pudiera dejarse envolver por sus encantos, para cerrar aquel convenio? el lobo como le decían, desde que era un crio, estaba sopesando la idea, pero su parte más correcta la descartó de inmediato. Su amigo era de los que justificaba los medios para un fin, pero él no compartía esos principios y menos el mezclar negocios con placer;
aunque si era sincero, algo en ella le atraía desde que la conoció, y luego de ver con que ahincó y argumentación defendía los intereses de su cliente hasta el final, despertó no solo su interés, sino su admiración, quizá en otro momento... fuera de la mesa de negociación, por supuesto, podría descubrir que más había tras esa cara bonita, o que tan bien se vería gimiendo su nombre. Ok ese último pensamiento estaba totalmente fuera de lugar, pero su entrepierna algo excitada, no parecía estar de acuerdo. Hasta que se obligó a calmarse cuando la vió entrar de nuevo a la sala, con su futuro socio, si es que retomaban el control de aquella reunión.